Presentación del libro “la odisea del viaje interior”

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La presentación de esta odisea fue una sucesión de momentos entretenidos y no de peripecias como en el relato de Homero.

Beatriz Martínez  mostró su libro en un cálido encuentro que se realizó ayer jueves en el auditorio del Colegio de Médicos de Misiones, en Posadas.

“La odisea del viaje interior” es un libro que se desarrolla en ocho capítulos en los cuales se puede aprender a identificar las señales de crisis, encontrar las causas de los sentimientos de insatisfacción y hacer los cambios positivos en la vida.

  En sus páginas se describen las herramientas para identificar el momento en que es necesario un cambio, estrategias para superar el miedo a lo desconocido, claves para redescubrir el propósito y conectar con lo que realmente importa.

“No se trata de empezar de cero, sino darle un nuevo significado a lo que ya somos”, dice Beatriz.

Acompañaron a la autora con sus comentarios sobre la obra el Dr. Facundo Melgarejo y la Profesora Evelyn Rucker.

Para el Dr. Melgarejo ” fue una gran responsabilidad, un honor y también un verdadero privilegio  empezar a leer el libro y darme cuenta que dentro de ese libro hay un montón de herramientas que son aplicables a todas las personas. Es súper entretenido y lo más importante es que las herramientas que nos ofrece, son aplicables en el día a día, en el trabajo, en la familia, en la pareja.

 Es un libro para trabajarlo, para tomarse el tiempo de disfrutarlo y sacarle todo el provecho que cada página tiene”.

Evelyn Rucker  editora del libro expresó su opinión.” Puedo hablar como escritora y como lectora. Primero está bien escrito, es atrapante la manera en la que fue armándolo. Creo que eso es fundamental. Y después los ejercicios, son fantásticos. Es un libro que nos invita a nosotros mismos a reflexionar.

Ojalá lo pudiesen leer muchos jóvenes. Ojalá tengamos las herramientas para estar preparados en la mediana edad ya para tener esas herramientas incorporadas. Es un libro que nos sirve en cualquier momento de la vida”.

Beatriz agradeció a todos los que la acompañaron en el recorrido hasta llegar al libro.

Propuso a la audiencia que colmó el auditorio ” empezar por normalizar los miedos. Los miedos forman parte de nuestra vida. Es una emoción que está ahí, que nos ayuda, que podemos usar como combustible para salir hacia delante, o nos podemos paralizar. Y a mí me paralizó un tiempo luego de haber escrito el libro. Decía, “No, no puedo presentar ese libro.” Y acá estoy temblando pero sí, abrazo el miedo. Y necesito pasar la acción”.

Definió que para ella la mentoría es conducir cambios de comportamientos en la vida de la persona.

“Me preguntaba, ¿cómo puedo impactar más  en la vida, cómo puedo transformar a más personas? Porque cuando encontré lo que realmente quería hacer, era esto. Y creo que soy un instrumento al servicio de eso. Tocar alma, transformar vida, nos compete a todos. A todos y cada uno.

 Este libro es una guía práctica.

Lo desafiante es la odisea, es la travesía que necesitamos cruzar todos los días”.

El final fue con un brindis entre quienes concurrieron a la presentación.

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Los cambios de USAID reflejan la política transaccional a corto plazo de EE.UU.

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Escribe Steven E. Hendrix / Americas Quarterly – América Latina puede esperar que la asistencia de Estados Unidos se concentre en objetivos políticos estrechos, lo que tendrá efectos de amplio alcance.

El cambio sísmico que se está produciendo en la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), que desembolsa la mayor parte de la ayuda humanitaria y de desarrollo de Estados Unidos, está destinado a remodelar profundamente la asistencia de Estados Unidos a América Latina. El gobierno de Donald Trump promulgó un polémico congelamiento de la ayuda, anunció planes para reducir el personal de USAID de más de 10.000 a varios cientos, y dijo que incorporaría la agencia al Departamento de Estado.

No está claro si estos movimientos iniciales se mantendrán, pero dos resultados parecen seguros para la asistencia de Estados Unidos a la región, que ascendió a aproximadamente 3.700 millones de dólares en el año fiscal 2023, de los cuales 1.900 millones de dólares fueron distribuidos por USAID y 1.400 millones de dólares desembolsados por el Departamento de Estado, según datos del gobierno.

La ayuda futura parece estar preparada para centrarse menos en los objetivos de desarrollo a largo plazo —como la erradicación de la pobreza y la protección del medio ambiente— y más en los objetivos políticos a corto plazo. Es probable que se recorte la asistencia humanitaria y de la sociedad civil, mientras que es más probable que se mantenga la asistencia para la aplicación de la ley y el estado de derecho. En segundo lugar, es probable que la ayuda que queda, al menos por un tiempo, se vuelva menos eficiente a medida que el Departamento de Estado absorba a USAID.

La ayuda exterior de Estados Unidos ha sido durante mucho tiempo una herramienta vital para garantizar la estabilidad, promover la prosperidad y preservar la influencia en el hemisferio occidental. Una reducción de la ayuda, en particular para los programas que abordan las causas fundamentales de la migración y apoyan el desarrollo a largo plazo, probablemente tendrá consecuencias negativas tanto para Estados Unidos como para América Latina. Estos cambios corren el riesgo de socavar la buena voluntad que Estados Unidos ha construido en la región, disminuyendo la influencia de Estados Unidos y proporcionando una apertura para que China y otros países amplíen la suya.

Cambio de paradigma

La administración Trump anunció una amplia pausa en la asistencia exterior como parte de una revisión de 90 días de los programas de ayuda, con el objetivo declarado de garantizar que la ayuda esté mejor alineada con la agenda de “Estados Unidos primero” de la administración. Si bien la administración ha proporcionado exenciones para la ayuda humanitaria urgente que “salva vidas“, muchos programas de desarrollo a largo plazo enfrentan recortes o retrasos. Los programas que promueven el desarrollo económico, la sostenibilidad ambiental y la buena gobernanza, especialmente en América Latina, se han visto atrapados en este congelamiento.

La decisión está causando una incertidumbre considerable para los países de la región que dependen en gran medida del apoyo de Estados Unidos. En América del Sur, según un informe de AP, una serie de iniciativas importantes están ahora en riesgo. En 2024, USAID proporcionó 45 millones de dólares al Programa Mundial de Alimentos de la ONU, principalmente para ayudar a los migrantes venezolanos en toda América Latina. Esta asistencia sirve en parte para desincentivar a los migrantes venezolanos de intentar llegar a Estados Unidos, según un informe del Servicio de Investigación del Congreso.

En Colombia, el principal receptor de fondos de USAID en la región, la mayoría de los recursos se dirigen a servicios para migrantes venezolanos, esfuerzos para reducir el conflicto armado y producción de cocaína. Tales esfuerzos incluyen programas para incentivar a los agricultores a cultivar cultivos como el café en lugar de la coca y mejorar el desarrollo económico en las áreas rurales. En Perú, el financiamiento se enfoca de manera similar en el desarrollo rural y la reducción de la producción de cocaína, ya que el país es el segundo mayor productor de cocaína del mundo después de Colombia.

Los programas de desarrollo rural a menudo se enfocan en iniciativas de conservación sostenible. En Brasil, más de la mitad de la asistencia estadounidense se destinó a esfuerzos de protección ambiental. USAID tiene un historial especialmente exitoso en la Amazonía brasileña, caracterizado por programas de pesca sostenible y un marcado progreso en la deforestación.

En Centroamérica, USAID ha estado a la vanguardia de los programas para abordar las causas fundamentales de la migración hacia los Estados Unidos. La ayuda se centra en reducir la violencia, mejorar las oportunidades económicas y promover la buena gobernanza en Guatemala, Honduras y El Salvador. Reducir estos fondos podría conducir a una mayor desesperación y una mayor migración, tensando las relaciones entre Estados Unidos y sus vecinos del sur.

Una posible fusión

La posible integración de USAID en el Departamento de Estado es un paso significativo. La administración Trump lo ha sugerido de varias formas, argumentando que la fusión de las dos entidades podría crear un enfoque más eficiente y coordinado de la asistencia extranjera. En el año fiscal 2023, el último año del que se dispone de datos completos, Estados Unidos desembolsó aproximadamente 72.000 millones de dólares en asistencia exterior, incluidos unos 43.800 millones de dólares a través de USAID y 21.300 millones de dólares a través del Departamento de Estado. (Estas cifras no incluyen la mayor parte de la asistencia militar administrada por el Departamento de Defensa y otras agencias).

Los críticos argumentan que tal fusión afectaría negativamente la efectividad de los programas de ayuda de Estados Unidos, particularmente en América Latina. Es probable que la fusión desvíe el enfoque de la ayuda de los objetivos de desarrollo a largo plazo y se dirija hacia preocupaciones de política exterior más transaccionales, lo que haría que la ayuda fuera menos eficiente.

USAID ha sido elogiada durante mucho tiempo por su experiencia técnica en la implementación de programas de desarrollo. La agencia cuenta con un amplio grupo de especialistas en áreas como la salud, la educación y el socorro en casos de desastre, esenciales para enfrentar los desafíos a largo plazo en América Latina. En contraste, el Departamento de Estado generalmente se enfoca más en objetivos diplomáticos a corto plazo, y los críticos argumentan que carece del conocimiento especializado requerido para una implementación efectiva de la ayuda.

USAID también ha sido reconocida durante mucho tiempo por sus capacidades de contratación eficientes y efectivas. La capacidad del organismo para movilizar recursos rápidamente y diseñar programas bien estructurados y orientados a los resultados lo ha convertido en uno de los actores más eficaces en el desarrollo internacional. Por el contrario, el Departamento de Estado ha luchado con procesos de contratación más lentos y una supervisión menos efectiva de los programas. Si USAID perdiera su independencia, podría conducir a una disminución en la calidad de los programas de ayuda, particularmente aquellos que abordan problemas como la pobreza, la corrupción y el cambio climático.

Si USAID se fusiona con el Departamento de Estado, el verdadero desafío será elevar las capacidades del Departamento de Estado en contratación, diseño de programas y evaluación, en lugar de rebajar los estándares de USAID. La experiencia de USAID en estas áreas ha sido una piedra angular de la ayuda exterior de los Estados Unidos, y su ausencia en el panorama del desarrollo probablemente conduciría a ineficiencias y retrasos en la entrega de ayuda. Para América Latina, donde los programas de desarrollo requieren una acción rápida y decisiva, esto podría significar la diferencia entre el éxito y el fracaso.

Si Estados Unidos cambia su énfasis de los programas de desarrollo a largo plazo a objetivos transaccionales más a corto plazo, corre el riesgo de perder la buena voluntad que ha cultivado en América Latina a lo largo de los años. Los países latinoamericanos que históricamente han dependido del apoyo de Estados Unidos para el desarrollo y la seguridad pueden comenzar a buscar ayuda en otros lugares. Esto podría permitir a China y otras potencias mundiales establecer una presencia más fuerte en la región, reduciendo la influencia de Estados Unidos y socavando su posición estratégica en los asuntos globales.

SOBRE EL AUTOR

Steven E. Hendrix

Hendrix es director ejecutivo de Hendrix LLC e investigador principal de la Facultad de Derecho de la Universidad DePaul. Fue diplomático de carrera y Coordinador de Ayuda Exterior de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) en el Departamento de Estado de los Estados Unidos.

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La recuperación acelera: los casos de la industria y el comercio misionero

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El fortalecido proceso de desinflación, sumado a los procesos de (paulatina) reactivación de diversos sectores de la economía, provocan que empiecen a observarse considerables recuperaciones salariales en Misiones. En esta nota de Economis hicimos una primera aproximación de la situación global provincial, pero en esta oportunidad vamos a detenernos particularmente en dos sectores: la industria manufacturera y el comercio, dos pilares de la economía misionera que son, a su vez, los dos sectores que ocupan la mayor cantidad de puestos de trabajo (cerca del 40% del total provincial). El análisis abarca tres dimensiones: empleo, empresas y salarios. 

Empecemos por lo salarial. ¿Qué pasó en la Industria misionera? Si tomamos el salario promedio del sector, en su variación interanual, el derrumbe iniciado a finales de 2023 se sostuvo hasta julio de 2024. En este marco, el primer cuatrimestre fue catastrófico, con una caída mensual promedio del orden del 19% real. Entre mayo y julio, el sector continuó mostrando bajas, pero mucho más moderadas (-5% promedio mensual) dando así lugar a un proceso de detención de la baja e incipiente inicio de recuperación en paralelo al comienzo de la reactivación de la actividad a nivel general. Esta fuerte desaceleración de la caída interanual estuvo apoyada en un proceso de recuperación real mensual: entre mayo y julio, la industria sostuvo alzas mes/mes a un promedio del 2,5%. Con ello, llegamos a agosto con un dato relevante: primera suba real interanual (+6,0%) apoyada además con una suba mensual considerable (+4,0%). Entre septiembre y noviembre (último dato disponible) el crecimiento interanual se sostuvo llegando a su pico justamente en noviembre, cuando se registró +16,7%. 

Por ende, vemos dos claros escenarios: los primeros siete meses de caídas (de las cuales cuatro fueron a doble dígito) y los otros cuatro con subas, de las cuales los tres últimos fueron a doble dígito. Esto genera, lógicamente, que al observar la variación acumulada todavía se sostenga en negativo: -4,9% para el período enero-noviembre, un resultado que se descomprime de un primer semestre con -14,8% y el parcial del segundo semestre con +7,9%. Aún con un diciembre muy positivo, el año cerrará a la baja pero con perspectivas altamente positivas, ya que el inicio de año fue un golpe muy duro de revertir para el sector, tal como sucedió con la economía en general. 

La contracara en la industria viene de la mano del empleo: entre enero y noviembre acumula una caída de 3,0% y si bien hay una desaceleración (del -6,5% en julio a -4,6% en noviembre), la recuperación va a tardar todavía más en llegar. Este contraste entre lo salarial y el empleo puede explicarse por la propia dinámica de la economía argentina actual: la baja de la inflación, mayor certidumbre y mejores expectativas reflejaron primero mayor capacidad de mejorar remuneraciones antes que crear empleos, que sería, o debería ser, el siguiente paso. 

¿Qué pasó con el comercio? En lo salarial, comparte las características con la industria: una importante caída en el primer tramo del 2024 y recuperación sobre finales del año, aunque cabe destacar que ambos procesos se dieron con menor intensidad que el caso anterior. El salario promedio del comercio mostró caídas interanuales entre enero y julio a un promedio del 9,3%: en este caso, enero fue el peor mes (-21,4%) pero luego desaceleró fuerte, bajando a un solo dígito y llegando al -3,9% en julio; a partir de allí, comenzaron las subas: inició con un leve +0,9% en agosto y llegó a +6,3% en noviembre. Este proceso se pudo lograr por mejoras en la evolución mensual real, que fueron algo inestables pero con predominio de subas. 

Al igual que ocurrió para el caso de la industria, lo contundente del golpe del primer semestre del año provocó que el acumulado del año siga exhibiendo bajas: entre enero y noviembre, el salario promedio del comercio está en -4,2%, pero también se observa una clara mejora al descomprimir el período: el primer semestre cerró en -10,1%, mientras que el parcial del segundo semestre lleva +3,3%.

Como se dijo anteriormente, el proceso salarial en la industria y en el comercio muestra la misma dinámica pero a diferentes velocidades. Recordemos: en la industria, el salario acumulado en el primer semestre cayó 14,8% y el comercio -10,1%; a su vez, la recuperación del segundo semestre es de +7,9% en la industria y +3,3% en el comercio. Para la industria, a caída más fuerte, mayor intensidad de recuperación; para el comercio, caída algo más moderada y recuperación también de menor intensidad. 

Por su parte, el comercio también vive el mismo proceso que la industria en lo relativo al empleo: -1,6% en el acumulado enero-noviembre, pero se destaca que en los últimos dos meses tuvo incrementos, aunque muy leves, que permiten pensar en que este sector comience a reactivar también desde esa variable

Si traspolamos la situación de empleo y salarios del comercio y la industria al total de la economía, solamente como una especie de ejercicio teórico, podemos pensar en una nueva dinámica socioeconómica: durante el 2022 y 2023 predominó en la agenda pública el concepto de trabajadores pobres: había altos niveles del empleo en el país pero con una gran franja de los mismos bajo la línea de la pobreza por una fuerte alza de inflación; para finales del 2024, podemos empezar a pensar en que hay menos trabajadores pobres (por recomposición salarial) pero también hay menos trabajadores en actividad. Es decir, luego de caer de manera muy fuerte, el salario muestra una mejora pero el empleo no lo hace aún a un nivel deseable. 

Entonces, en términos socioeconómicos, la mejora de ingresos sumada a la desaceleración de la inflación mejora las condiciones de vida de los ocupados, pero al haber menos ocupados, el saldo global todavía está en niveles demasiado altos.

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El Basalt impulsa las ventas en Seewald Automotores: estabilidad y financiamiento atractivo

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En un contexto de estabilidad de precios y atractivas opciones de financiamiento, el sector automotor muestra signos de recuperación. Gustavo García, representante comercial de Seewald Automotores, destacó en diálogo con este medio el impacto positivo del nuevo modelo Basalt y la respuesta del mercado ante la baja de impuestos anunciada por el Gobierno.

“El día a día con la cantidad de gente que viene al concesionario nos muestra que hay un gran interés por el Basalt, que es el vehículo nuevo que tenemos. El lanzamiento y la financiación atractiva de 20 millones en 24 cuotas a tasa cero están atrayendo a muchos clientes. Hoy podés acceder a un Basalt con una cuota de 230 o 240 mil pesos, lo que es muy competitivo”, detalló García.

En cuanto a las características del vehículo, el representante comercial subrayó su excelente relación precio-calidad. “El Basalt, en su versión Live, arranca en los 23 millones de pesos. Tiene un equipamiento inicial muy completo y un baúl de 490 litros, algo difícil de encontrar en este segmento. Además, contamos con el modelo C3 Aircross, que ofrece la opción de siete plazas por 33 millones de pesos, lo cual también es una diferencia en el mercado”, explicó.

Sobre el reciente anuncio de la baja de impuestos a los vehículos, García reconoció que, en un primer momento, la medida generó incertidumbre en el sector. “Cuando se anunció la baja del impuesto, lo primero que pasó fue que se frenó el mercado porque la gente no sabía qué iba a pasar. Sin embargo, con el correr de los días, se fue aclarando que la reducción impositiva no afectó a los vehículos de gama media y baja. En nuestro caso, el único modelo que tuvo un impacto por la baja de impuestos fue el C5, el resto del portfolio de Citroën no sufrió modificaciones”, precisó.

El ejecutivo de Seewald Automotores destacó la estabilidad en las cuotas de los planes de ahorro, lo que ha impulsado la confianza de los compradores. “La cuota mensual es un factor determinante, y llevamos prácticamente un año con cuotas estables. Esto también se refleja en la financiación bancaria, donde hoy podés encontrar un crédito de 20 millones de pesos a 24 cuotas sin interés. Esto demuestra que hay una proyección de estabilidad hacia adelante”, aseguró.

En este sentido, García resaltó que las ventas están en alza y la rotación de vehículos ha mejorado significativamente. “Hoy los vehículos que llegan ya están vendidos antes de arribar al concesionario, algo que hacía tiempo no pasaba. Además, en lo que respecta a planes de ahorro, hemos aumentado considerablemente la cantidad de pedidos, con una tasa de conversión superior al 50%. Esto refleja una mayor estabilidad y confianza en el mercado”, afirmó.

Dentro del segmento de planes de ahorro, los modelos más accesibles de Citroën son el C3 y el Basalt, ambos con un precio inicial de 23 millones de pesos y cuotas que rondan entre los 210 y 230 mil pesos. “Las condiciones comerciales son muy atractivas. Hoy los clientes tienen entregas programadas en la cuota 3, 6, 9 y 12, además de licitaciones y sorteos. Citroën ha generado una estrategia de sobre adjudicación permanente, facilitando la adquisición de unidades”, detalló García.

Finalmente, el representante comercial de Seewald Automotores enfatizó el liderazgo del Basalt dentro del concesionario. “Es nuestra joyita. Hoy, el 80% de las suscripciones que realizamos son por el Basalt, y nuestro segundo caballito de batalla es el C3, especialmente en su versión de siete plazas, que es muy demandada”, concluyó.

El mercado automotor atraviesa una etapa de dinamismo y consolidación, con propuestas que facilitan el acceso a nuevos vehículos y planes de financiamiento más flexibles. En este contexto, modelos como el Basalt y el C3 se perfilan como protagonistas en la recuperación del sector.

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Automisión proyecta un fuerte crecimiento en ventas para 2025

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El sector automotor en Argentina atraviesa un proceso de transformación a raíz de las políticas económicas implementadas por el gobierno nacional. La eliminación de ciertos impuestos y la liberación de importaciones han generado un impacto positivo en la oferta y precios de los vehículos. 

“En líneas generales, el impacto es positivo. Se eliminaron algunos impuestos que afectaban la importación de vehículos y, a su vez, se liberó la importación. Esto generó un aumento en la cantidad de unidades disponibles y una mayor competitividad en los precios”, explicó Bruno Balsari, líder de planeamiento en Automisión, concesionario oficial de Fiat en Misiones.

Uno de los cambios más recientes ha sido la eliminación de impuestos internos, aunque este ajuste no impacta de manera significativa a Fiat, ya que afecta principalmente a vehículos de segmentos de mayor valor. “En Fiat, los precios se mantienen sin cambios sustanciales. Lo que sí se notó es una reducción en los incrementos de precios en comparación con el año pasado“, detalló.

Otro aspecto destacado es la mejora en las opciones de financiamiento. Actualmente, es posible acceder a créditos con tasas más accesibles e incluso financiamientos a tasa cero. “Hoy un cliente puede financiar hasta 12 millones de pesos sin pagar intereses. Esto es consecuencia de la baja en la inflación y en las tasas, lo que permite que el sector financiero sea más proactivo”, comentó el ejecutivo.

El impacto también se percibe en los planes de ahorro. En algunos modelos, los clientes pueden acceder a la adjudicación del vehículo en la cuota cuatro, es decir, a los cinco meses de haberse suscripto. “Antes, los plazos eran mucho más largos, llegaban a las 24 o 36 cuotas”, indicó Balsari.

El 2025 arrancó con cifras alentadoras para el sector. “Superó nuestras expectativas iniciales. En enero patentamos casi 150 unidades de Fiat y también tuvimos un volumen importante en Jeep y RAM, lo que muestra un escenario más estable y con mayor disponibilidad de productos”, aseguró.

Si bien febrero presenta un ritmo de ventas diferente debido a las vacaciones, el comportamiento del mercado sigue la línea esperada. “Venimos de años en los que cualquier proyección terminaba por debajo de lo estimado. Hoy las estimaciones se cumplen y, en algunos casos, hasta se superan. Esto es un dato muy positivo”, agregó.

Para lo que resta del año, las proyecciones de ventas son optimistas. Inicialmente, se había previsto un total de 480.000 unidades patentadas en todo el país. Sin embargo, ahora se habla de 500.000 o incluso 550.000 unidades. “Estamos recalibrando nuestras previsiones al alza, lo que marca una diferencia con los últimos años, donde siempre se ajustaban a la baja”, señaló Balsari.

En cuanto a los modelos más vendidos, el Fiat Cronos sigue liderando en volumen de ventas. No obstante, otros vehículos han cobrado protagonismo gracias a una oferta más diversificada y disponibilidad inmediata. “Hoy tenemos modelos como el Pulse, la Fiorino y el Jeep Renegade con entrega inmediata, algo que hace unos años era impensado”, destacó.

El panorama actual del mercado automotor en Posadas refleja una mayor estabilidad, con precios más accesibles, financiaciones atractivas y un stock de unidades suficiente para cubrir la demanda. Según Balsari, el desafío será mantener esta tendencia de crecimiento a lo largo del año, acompañada por un contexto macroeconómico que continúe favoreciendo la actividad.

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