Día: 13 septiembre, 2025

El turismo internacional crece a pesar de los desafíos globales

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Inter Press Service – El turismo internacional ha crecido a pesar de los conflictos armados en varias regiones y los choques que marcan en la economía global, y 690 millones de turistas viajaron entre países durante el primer semestre de 2025, 33 millones más que en el mismo período de 2024, indicó un informe de ONU Turismo.

El secretario general de esa entidad de las Naciones Unidas, Zurab Pololikashvili, destacó que “ante los desafíos globales, el turismo internacional mantiene un fuerte impulso y resiliencia en la mayoría de los destinos del mundo, lo que contribuye a las economías locales, el empleo y los medios de vida”.

El crecimiento de cinco por ciento en relación con los números de 2024 presentó, sin embargo, resultados mixtos entre regiones y subregiones empleadas como destinos.

África experimentó un aumento de 12 % en el período considerado. Tanto el Norte de África (+14 %) como el África subsahariana (+11 %) hubo un incremento sustancial en comparación con el primer semestre de 2024.

Europa recibió cerca de 340 millones de turistas internacionales en el primer semestre de 2025, cuatro por ciento más que en 2024 y siete por ciento más que en 2019, el año que antecedió a la pandemia covid-19.

La Europa mediterránea septentrional, occidental y meridional registró un crecimiento de tres por ciento, y Europa central y oriental, aunque se recuperó con fuerza (+9,0 %), se mantuvo 11 % por debajo de los niveles de 2019.

América registró un crecimiento de tres por ciento entre enero y junio de 2025, con resultados dispares en las subregiones. Mientras que América del Sur (+14 %) mantuvo un sólido crecimiento, América Central aumentó solo dos por ciento.

América del Norte registró resultados estables (cero por ciento), con pequeñas disminuciones en Estados Unidos y Canadá. El Caribe (también cero por ciento de incremento) también mostró un rendimiento más bajo, en parte debido a la disminución de la demanda de su principal mercado emisor, Estados Unidos.

Oriente Medio registró cuatro por ciento menos de llegadas en este semestre, aunque después de un repunte pospandémico muy fuerte, con 29 % más de llegadas que en el mismo período de 2019.

Los arribos a Asia y el Pacífico crecieron 11 % durante el semestre considerado, con lo que se llega a 92 % de la cifra que registró antes de la pandemia. El noreste asiático (+20 %) registró el mejor desempeño en comparación con 2024, aunque se mantuvo ocho por ciento por debajo de los niveles de 2019.

Algunas de las tasas de crecimiento más altas entre los grandes destinos en el primer semestre de 2025 se registraron en Japón y Vietnam (21 %), Corea del Sur (15 %), Marruecos (19 %), México y los Países Bajos (7 %).

Malasia e Indonesia registraron un crecimiento de nueve por ciento, y Hong Kong (China) del siete por ciento, aunque las llegadas se mantuvieron ligeramente por debajo de los niveles de 2019 en esos destinos.

Los principales destinos, Francia y España, registraron un sólido crecimiento en llegadas en este período, de cinco por ciento (hasta mayo en el caso de Francia).

Según la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Iata), tanto el tráfico aéreo internacional (RPK) como la capacidad aérea internacional (ASK) crecieron siete por ciento en enero-junio de 2025 con respecto a 2024.

La ocupación global en establecimientos de alojamiento alcanzó 69 % en junio de 2025, ligeramente por debajo del 70 % en junio de 2024. La ocupación alcanzó 71 % en julio de 2025, igual que en el mismo mes de 2024.

Muchos destinos reportaron un fuerte crecimiento en ingresos en el primer semestre de 2025.

Los datos mensuales sobre los ingresos por turismo internacional muestran fuertes ganancias hasta junio de 2025 en destinos como Japón (+18 %) y el Reino Unido (+13 % hasta marzo), y algo menos en Francia, España y Turquía.

La fuerte demanda de viajes también se puede observar en el gasto saliente de algunos grandes mercados como China (+16 % hasta marzo), España (+16 %), el Reino Unido (+15 % hasta marzo), Singapur (+10 %) y Corea del Sur (+8,0 %).

En 2024, los ingresos por turismo internacional crecieron 11 % hasta alcanzar un récord de 1,73 billones (millones de millones) de dólares, alrededor de 14 % por encima de los niveles prepandemia, lo que refleja un gasto de visitantes ya fuerte en todo el mundo el año pasado.

El Panel de Expertos y el Índice de Confianza Turística de la ONU señalan los altos costos del transporte y el alojamiento, entre los factores económicos, como los dos principales desafíos que impactan al turismo internacional en 2025.

Se prevé que la inflación turística disminuya del 8,0 % en 2024 a 6,8 % en 2025, pero se mantendría muy por encima del 3,1 % previo a la pandemia y significativamente por encima de la inflación general (4,3 %).

Según el Panel, los turistas seguirán buscando una mejor relación calidad-precio, pero también podrían viajar más cerca de casa, hacer viajes más cortos o gastar menos, como respuesta al aumento de precios.

La incertidumbre derivada de las tensiones económicas y geopolíticas también puede afectar la confianza en los viajes.

La menor confianza del consumidor se clasificó como el tercer factor principal que afecta al turismo, en la encuesta de septiembre de 2025, mientras que los riesgos geopolíticos (aparte de los conflictos en curso) ocuparon el cuarto lugar.

El aumento de los aranceles comerciales (quinto) y los requisitos de viaje (sexto) también fueron preocupaciones importantes expresadas por el Panel de Expertos.

A pesar de la incertidumbre mundial, se espera que la demanda de viajes se mantenga resiliente durante lo que resta del año. La proyección de ONU Turismo para enero, de un crecimiento de tres a cinco por ciento en las llegadas internacionales para 2025, se mantiene sin cambios.

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Verduras y frutas subieron hasta 9,6% en la segunda semana de septiembre según Analytica

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El relevamiento semanal de la consultora Analytica mostró un aumento del 0,3% en alimentos y bebidas en el Gran Buenos Aires, con un promedio de cuatro semanas en 2,4%. La proyección para el índice general de precios de septiembre se ubica en 2,1% mensual, con impacto diferenciado según rubros.

Durante la segunda semana de septiembre, los precios de alimentos y bebidas en el Gran Buenos Aires registraron una variación semanal de 0,3%, según el relevamiento de la consultora Analytica.

El dato se suma a un promedio de cuatro semanas de 2,4%, lo que refuerza la tendencia de desaceleración inflacionaria observada en el último trimestre. Para el nivel general de precios, la consultora proyecta un incremento mensual de 2,1% en septiembre.

La evolución de los alimentos es seguida de cerca por el Gobierno y los analistas, ya que constituye el componente más sensible en la canasta de consumo y tiene un impacto directo sobre el poder adquisitivo de los hogares.

Variaciones por rubros: fuerte aumento en verduras y frutas

El informe destaca que las verduras encabezaron las subas con un 9,6% en el promedio de cuatro semanas, mientras que las frutas mostraron un incremento de 5,1%. Analytica aclara que en el caso de las verduras, el alza se explica en gran medida por el fuerte aumento registrado en la segunda semana de agosto, que eleva el promedio móvil.

En contraste, las categorías con menores aumentos fueron:

  • Café, té, yerba y cacao: +0,9%
  • Lácteos: +0,6%

Por otro lado, se verificó una baja en pescados y mariscos (-0,4%), una de las pocas categorías con retroceso de precios en el período.

Suba semanal del 0,3% y proyección de 2,1% en septiembre

El informe de Analytica proyecta que el nivel general de precios durante septiembre cerrará con una suba del 2,1%, consolidando un sendero de inflación moderada.

La evolución de los precios de alimentos y bebidas sigue siendo un desafío clave en el marco de la política económica:

  • Para los hogares, significa un alivio parcial en comparación con los picos inflacionarios de 2023, aunque con fuertes disparidades entre rubros.
  • Para el Gobierno, constituye un insumo crítico en la definición de paritarias, programas de asistencia y metas fiscales vinculadas al gasto social.

La heterogeneidad sectorial (con subas fuertes en frutas y verduras, y bajas en productos estacionales como pescados) también anticipa que la canasta de consumo continuará mostrando variaciones marcadas por factores climáticos, estacionales y de logística.

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Bolsonaro condenado: el fin de un ciclo y la incógnita de la derecha regional

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Crónica de una caída del poder con una consecuente y coherente condena. Jair Bolsonaro, quien supo ser la voz de las masas derechistas latinoamericanas, hoy se ve acorralado por las demandas judiciales que lo señalan como cabecilla de un intento de golpe de Estado en Brasil. Suficiente para sacarlo de combate, pero ¿alcanzará para sofocar a la derecha?

Carnaval de Brasil

Tal y como se anticipaba en las últimas semanas, el veredicto final del principal tribunal brasileño fue contundente: 27 años de prisión para Bolsonaro. Una pena que parece excesiva para sus seguidores y la defensa del ex presidente, aunque justa para una parte importante de la sociedad brasileña y, por qué no, para los observadores internacionales que siguen minuto a minuto la situación.

La acusación: orquestar un golpe de Estado fallido. El asalto a la sede de los tres poderes en el Planalto, el 8 de enero de 2023, buscaba interrumpir el proceso de ascenso al poder de Luiz Inácio Lula da Silva, quien había derrotado a Bolsonaro en las urnas. Ese hecho deriva hoy en la condena y en su paulatina despedida del escenario político.

¿Victoria de Lula? ¿Derrota de la derecha? Ni lo uno ni lo otro, o un poco de ambas cosas. La condena allana el camino para que Lula gobierne con mayor tranquilidad desde lo institucional, aunque difícilmente eso se traduzca en paz social. Bolsonaro ha contado con un amplio respaldo en las calles, donde miles piden su liberación o la suspensión de las causas judiciales. Con Bolsonaro condenado, la derecha buscará nuevos líderes. Algunos podrían surgir de su propio círculo íntimo, dispuestos a tomar el fierro caliente.

La derrota de la derecha como movimiento tampoco puede interpretarse de manera absoluta. El ejemplo argentino sirve como espejo: Cristina Fernández de Kirchner, condenada en causas judiciales, encontró en esa condición un punto de reorganización para el peronismo desde las bases. Sin una figura clara, la condena a Bolsonaro abre la puerta a un proceso similar de reconfiguración para la derecha brasileña.

Además, es improbable que Bolsonaro cumpla condena en una cárcel común. Apelará a todas las instancias posibles, incluso internacionales, lo que puede prolongar el desenlace por meses o años. En caso de cárcel efectiva, probablemente sea en un cuartel militar, dada su trayectoria, o en una unidad con la seguridad adecuada para un ex presidente. A esto se suma su edad avanzada y su deteriorado estado de salud, factores que también incidirán en el proceso.

Sensaciones mundiales

La noticia recorrió el mundo. En Estados Unidos, Donald Trump perdió un aliado clave en su estrategia para América Latina, aunque sorprendió su declaración en pasado: “era un buen hombre”. ¿Tan rápido le soltó la mano?

En América Latina, la condena reavivó debates sobre la doble vara: Bolsonaro es condenado por una intentona golpista, mientras Nicolás Maduro continúa señalado como dictador sin que haya avances similares. En ambos casos, la vigencia del Estado de derecho queda en entredicho.

A escala regional, la condena a Bolsonaro envía un mensaje contra los populismos extremistas que buscan instalarse en el poder por la fuerza. América Latina ofrece ejemplos de debilidad institucional: Venezuela como dictadura consolidada, Cuba y Nicaragua en la misma senda, Perú atrapado en la inestabilidad, Bolivia con dificultades para consolidar el orden, y El Salvador entregando por voto popular un poder casi absoluto a Nayib Bukele.

No se trata de una tendencia pasajera: la fragilidad democrática parece un rasgo estructural de la región cuando se baja la guardia. Por eso, el caso Bolsonaro debe leerse como un llamado de atención. América Latina debe redoblar los esfuerzos para sostener sistemas democráticos genuinos y dejar atrás los fantasmas autoritarios que aún la acechan.

La región goza de un privilegio que en otros continentes parece lejano: paz social. Europa, Asia y África arrastran conflictos bélicos interminables. En el Cono Sur, más allá de los problemas vinculados al narcotráfico, esa paz es un valor inquebrantable. Cuando alguien intenta quebrarla, como Bolsonaro, la condena se convierte en un recordatorio de que la democracia, aun con todas sus imperfecciones, sigue siendo el marco institucional que garantiza estabilidad.

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En Colombia está surgiendo una nueva guerra

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Por Elizabeth Dickinson, experta en grupos armados y crimen organizado en Colombia y Latinoamérica. (New York Times) Hace unos años, uno de los mayores riesgos de conducir por la región del Guaviare, al sur de Colombia, era quedarse con una llanta atascada en el barro de sus tortuosas carreteras sin pavimentar. El Guaviare, antiguo bastión de la insurgencia izquierdista, se liberó de décadas de control rebelde en 2016, cuando Bogotá firmó un acuerdo de paz para desmovilizar a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Los habitantes de las zonas rurales miraban con esperanza e incredulidad cómo la policía, en lugar de los guerrilleros, patrullaba sus pueblos. Parecía que la paz finalmente había llegado.

Menos de una década después, esa paz ha desaparecido. Artefactos explosivos bordean muchos de los caminos lodosos. Los residentes se aferran a carnets de identidad no oficiales exigidas por los grupos armados para distinguir a sus amigos de sus enemigos. “La guerrilla le da tres opciones ahora”, me dijo hace poco un joven líder comunitario. “O se cumple, o se va, o se muere”.

La efímera tranquilidad del Guaviare forma parte de un alarmante deterioro de la seguridad en Colombia. El acuerdo de paz de 2016 puso fin a medio siglo de guerra y redujo drásticamente la violencia. A medida que los guerrilleros entregaron las armas, las tasas de homicidio en todo el país —que antes estaban entre las más altas del mundo— cayeron por debajo de las de muchas ciudades estadounidenses. Miembros de las antiguas FARC, que durante décadas utilizaron el narcotráfico para financiar su rebelión, abandonaron el tráfico de cocaína.

En la actualidad, Colombia aún está lejos del brutal caos de la década de 1990 y principios de la de 2000. Pero una nueva generación de grupos armados se ha expandido y multiplicado a lo largo del país, y alimenta una explosión de delitos violentos que abarcan desde la extorsión hasta el secuestro y el reclutamiento de menores. El asesinato del aspirante a la presidencia Miguel Uribe Turbay este verano y una reciente oleada de atentados terroristas con bombas y drones auguran mayor violencia antes de las elecciones de 2026.

El regreso de Colombia al conflicto no demuestra el fracaso del acuerdo de 2016, sino una lección sobre la dificultad de sostener la paz. El gobierno ha intentado controlar las regiones que las FARC abandonaron, y desde entonces nuevos grupos criminales han retomado las lucrativas rutas de tráfico de drogas y de personas. Para recuperar el terreno perdido, Colombia necesita volver a los principios que redujeron con tanto éxito la violencia en primer lugar: diálogo, medidas para remediar la desigualdad y la exclusión política que propician la actividad criminal, además de una sólida estrategia de seguridad para presionar a los grupos armados.

El repunte de la violencia tiene orígenes múltiples. Aunque las FARC se disolvieron formalmente en cuestión de meses, las batallas políticas sobre los aspectos polémicos del acuerdo, como la justicia transicional y los derechos de las víctimas, se han prolongado durante años. La burocracia del Estado no estaba preparada para los retos que planteaba el cumplimiento de algunos de sus compromisos más complejos, como abordar la desigualdad rural, desincentivar el cultivo de coca entre los agricultores y garantizar los derechos políticos de todos los colombianos.

Grupos armados y nuevas y ambiciosas organizaciones criminales llenaron rápidamente el vacío de poder en muchos antiguos territorios rebeldes, al detectar oportunidades en zonas donde las FARC habían cedido el control, y donde el gobierno había estado ausente durante mucho tiempo. Allí donde el Estado no podía prestar servicios con la suficiente rapidez, nuevos grupos armados llegaban con misiones médicas y fondos para la construcción de carreteras. Donde no se encontraban jueces para brindar acceso a la justicia, los delincuentes imponían sus penas por delitos como la violencia doméstica, el chisme y el quebrantamiento del toque de queda.

Al gobierno de Bogotá le ha costado responder. Para cuando el presidente Gustavo Petro, antiguo guerrillero, asumió el cargo en 2022, esta nueva generación de armados ya competía por el poder. Petro argumentó acertadamente que la desmovilización de las FARC había abierto el camino a los saboteadores criminales, y su política insignia, denominada “paz total”, proponía negociaciones simultáneas con todos los grupos armados restantes, junto con una pausa en la mayoría de las operaciones ofensivas contra ellos. La implementación del acuerdo de 2016 se ralentizó mientras la atención se centraba en nuevas conversaciones.

Ahora, la estrategia de Petro también se ha estancado, en parte porque el conflicto ha cambiado. A diferencia de las FARC, que pretendían tomar el poder en Bogotá, las organizaciones armadas actuales se centran en controlar una economía ilícita que va mucho más allá del tráfico de drogas. Han aprendido que luchar contra el Estado es costoso, pero intimidar y cooptar a la población civil es barato, y eficaz. La mayor parte de la violencia en Colombia ahora se concentra en luchas entre grupos armados por territorio e ingresos, o contra civiles que se atreven a oponerse a su régimen criminal.

Las comunidades de las regiones con presencia armada dicen que el papel de los grupos en su vida cotidiana es opresivo y meticuloso. En Guaviare, por ejemplo, el simple hecho de caminar sin el carnet puede acarrear una pena de trabajo comunitario forzoso. Los miembros de los grupos no suelen llevar uniforme. Viven entre la población local y la reclutan, gobernándola al servicio de sus intereses comerciales. Ninguna estrategia militar puede desarticular este profundo nivel de infiltración social por sí sola.

El gobierno de Petro ha hablado de paz con muchos de estos grupos y ha aprendido lecciones vitales sobre cómo adaptarse a este nuevo tipo de conflicto. En las conversaciones con un grupo del Guaviare, por ejemplo, inicialmente el gobierno ofreció inversiones en proyectos de desarrollo comunitario a cambio de que los criminales pusieran fin a la deforestación y desescalaron la violencia. Sin embargo, a corto plazo, esta experimentación ha tenido un costo: en tan solo tres años, el número de combatientes armados y auxiliares ha aumentado aproximadamente un 45 por ciento.

Con un año restante en el cargo, Petro aún puede dar la vuelta a la situación de seguridad. Pero su labor será aún más difícil si Estados Unidos —el principal aliado militar, donante y socio comercial de Colombia— retira su apoyo prolongado.

Se espera que a mediados de septiembre la Casa Blanca decida si “descertifica” a Colombia como socio en la guerra estadounidense contra las drogas, por sus presuntas fallas en la lucha contra el narcotráfico internacional, lo que permitiría a Estados Unidos recortar drásticamente la ayuda militar y de otro tipo. Esta medida asestaría un golpe devastador a la capacidad de Colombia para combatir la creciente inseguridad y podría socavar los propios esfuerzos del ejército estadounidense para combatir el crimen organizado, una prioridad declarada del gobierno de Trump.

Durante años, el apoyo colombiano a la política antinarcótica estadounidense ha ayudado a Estados Unidos a incautar drogas, capturar e interrogar a capos y trabajar para desentrañar las redes mundiales de tráfico, sin necesidad de las muertes innecesarias del ataque del martes pasado contra lo que, según funcionarios estadounidenses, era un barco cargado de droga en el Caribe. La pérdida de financiación de la USAID ya ha eliminado cientos de millones de dólares del presupuesto humanitario de Colombia. Más recortes perjudicarían décadas de progreso hacia un frágil equilibrio, y envalentonarían a las redes criminales cuyos mercados ilícitos se extienden hasta Estados Unidos.

Como han demostrado décadas de experiencia, no existe una solución exclusivamente militar a la violencia de Colombia. Para desmantelar el control de los grupos armados son esenciales un diálogo significativo e inversiones en las zonas del país propensas al conflicto. Si vincula la continuación de las conversaciones a programas sociales sólidos y a una estrategia de seguridad calibrada, Petro aún puede dar impulso al acuerdo de 2016 y trabajar hacia la “paz total” que ha prometido. Para los habitantes del Guaviare, la paz puede ser algo más que una ilusión pasajera.

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Coqui Ortiz presenta su “Album de Memorias” en un concierto unipersonal

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Este viernes 19 de septiembre, el músico chaqueño llega a la Biblioteca Popular Posadas a presentar este disco, que a la vez es “una historia contada en distintos formatos”, y un homenaje a los orígenes.

“Album de Memorias” es la forma que toma “un trabajo iniciado hace muchos años, para el cual escribí alrededor de treinta décimas, a través de las cuales rindo homenaje a personajes y lugares de mi ciudad, mis primeros maestros cancioneros”, cuenta Coqui Ortiz sobre la génesis de su nuevo trabajo discográfico, con el cual está recorriendo distintos escenarios.

Se trata de “gente con quienes tuve una relación estrecha en aquel mundo que tenía mucho de bohemia: largas horas visitando sus casas, cocinando, compartiendo la mesa, mientras me deslumbraban con su oficio de construir canciones propias”, cuenta el chaqueño, que ya lleva editados cuatro discos para el sello “Shagrada Medra”: “Coqui Ortiz en grupo”, “Parece Pajarito” , “La palabra echa a volar en el canto” (sobre poemas y coplas de don Aledo Luis Meloni) y “Chamamé sentido” que merecieron las mejores críticas de la prensa nacional.

“La difusión de la música, la industria, nunca llega a captar todo lo que sucede en nuestro país. Y algunos de estos verdaderos artistas -que fueron mis referentes- no llegaron siquiera a grabar un disco, o no han tenido la merecida trascendencia. Pero estoy seguro de que al escuchar sus canciones se darán cuenta de dónde vengo, hijo de quienes soy. Hay una matriz, un territorio del cual no nos vamos nunca, marcado por quienes nos dejaron un legado“, afirma Ortiz


Posadas en el itinerario de conciertos

Desde agosto, Coqui Ortiz está presentadosu trabajo en los más variados escenarios, a los que ahora se suma la Biblioteca Popular Posadas (calle Córdoba 2069). El viernes 19 a las 21 hs dará allí un concierto unipersonal con “décimas y canciones” dedicadas a los creadores de su ciudad, hasta llegar a la canción propia. 

“A la par voy compartiendo un disco del cual participan muchos invitados de mi ciudad. El mismo incluye un puñado de canciones de mis mayores, interpretadas por las nuevas generaciones, amigos queridos y admirados con quienes la música me encontró y de algún modo también yo puedo compartir esta herencia, mientras seguimos desandando el camino”, cuenta este músico, que compartió escenario con grandes exponentes de la música argentina y con algunos de los mismos también la labor creativa tanto en letra como música. Entre ellos, Don Aledo Luis Meloni, Jorge Fandermole Liliana Herrero, Luis Salinas, Germán Correa, Juan Quintero, Matías Arriazu, Carlos Aguirre, Teresa Parodi o Ricardo Panissa, de una extensa lista de destacados artistas

Las canciones del disco van apareciendo de a una durante estos meses en las distintas plataformas. Y también a través de sus redes y un podcast “iré completando la historia con testimonios y grabaciones originales en formato “programa de radio”, anuncia Ortiz.


Retrato de un músico
Coqui Ortiz es un chaqueño nacido en 1972. Su obra puede ser fácilmente ubicada dentro de la zona litoral del país y en ella se pueden encontrar formas tradicionales como las décimas o coplas, chamamé, rasguido doble o milongón, tanto propias como de grandes referentes de la música regional. Pero también hay gran parte de la esta obra que se ve enlazada a la más pura trova latinoamericana, paseando por la canción, el candombe y otros ritmos que suelen fluir. Se destaca así su trabajo como guitarrista, acompañando cada detalle de la voz en sus interpretaciones.Desde el año 2000 comenzó a recorrer el país y el exterior, mostrando su obra en distintos escenarios, lo cual le valió el reconocimiento de sus pares y el acercamiento a grandes exponentes de la música popular argentina.

Las entradas están en venta con descuento en las anticipadas. Contacto: Cel. 3764 589772.

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