Bonos de Carbono de Misiones: un mecanismo para evitar la deforestación y favorecer el desarrollo local
Escribe cruz: Docente, Investigador y Licenciado en Relaciones Internacionales.
La comercialización de Bonos de Carbono de la Provincia de Misiones a la firma Mercuria Trading, es un hecho muy importante que merece ser destacado desde el punto de vista ambiental, económico y social. Además, abre una etapa de debate público que permitirá que se conozcan los beneficios que tiene este mecanismo impulsado por las Naciones Unidas. Y más importante aún, nos dará la posibilidad a la sociedad civil, de enriquecer este mecanismo con ideas innovadoras, principalmente para definir y controlar el destino que se le darán a los fondos que se obtengan por la retención del carbono que realiza nuestra selva.
¿Qué son los bonos de carbono? Son instrumentos de intercambio, que unen a la persona jurídica que tiene un bien de valor, con otra que desea adquirirlo. ¿De qué valor estamos hablando? Del que poseen los bosques, para extraer y retener gases de efecto invernadero (GEI) como el dióxido de carbono. Misiones al poseer casi la mitad de su territorio bajo algún grado de protección de su selva (1.4 de 3 millones de hectáreas), y por ende retener CO2, puede emitir bonos de carbono. Teniendo en cuenta que la deforestación (10 millones de hectáreas por año) y la degradación forestal son responsables de un 11% de las emisiones de GEI a nivel global, es que desde las Naciones Unidas se crearon diversos mecanismos para incentivar a los países a proteger sus bosques, a través de la transferencia de recursos monetarios que eviten actividades económicas interesadas en la tala de los bosques, y que promuevan proyectos en armonía con la selva. Uno de estos mecanismos, son los bonos de carbono implementados por proyectos REDD (Reducción de Emisiones por Deforestación y Degradación) o REDD+ (conservación y gestión sostenible de los bosques), que permiten conectar a los actores que quieren cuidar sus bosques, con aquellos que desean invertir en su conservación.
¿Por qué hay empresas y actores que quieren adquirir los bonos de carbono? Porque la ONU a través de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (1992), el Protocolo de Kyoto (1997), y el Acuerdo de Paris (2016), entre otros acuerdos internacionales, llamaron a los países, a reducir las emisiones de GEI y a transitar hacia una economía “descarbonizada” con menos emisiones de GEI, donde predominen las energías renovables, como la solar, eólica e hidráulica, y en donde los países más ricos y más contaminantes, puedan compensar económicamente a aquellos más pobres y con mayores extensiones de bosques y selvas en peligro de
deforestación. En esa transición, se reconocen que todavía hay sectores de la economía, como el transporte terrestre y la aeronavegación turística y comercial, que dependen de la energía fósil para su supervivencia, y por ese motivo se habilita a dichas empresas “petróleo-dependiente”, a compensar su contaminación adquiriendo bonos de carbono.
Misiones al comercializar bonos de carbono, “no vende su selva”, ni mucho menos habilita a los detentores de los bonos a explotarla económicamente. Todo lo contrario, Misiones con los bonos de carbono, se compromete aún más a cuidar la selva, con mayores recursos de los que recibe en la actualidad, como por ejemplo de la Ley
Nacional de Bosques, que vale aclarar, solo cumple con un 3% de los recursos que debería asignar. Los bonos de carbono comprometen a Misiones además, a destinar los recursos que obtenga no a cualquier lado, sino a la protección de su selva y a la generación de proyectos de desarrollo local en armonía con la selva y con sus
comunidades locales, siempre bajo el paraguas de proyectos REDD+ de las Naciones Unidas, como ya se aplican en regiones de Bolivia, Costa Rica, Paraguay, Colombia y Ecuador, por citar algunos ejemplos.
Mientras esperamos los detalles del acuerdo, tenemos una gran oportunidad de pensar como sociedad, en que vamos a destinar los recursos de los bonos de carbono.
1) Mejora Salarial para nuestros Guardaparques, y de Equipamientos para todo el Sistema de Protección del Ministerio de Ecología;
2) Apoyo a proyectos productivos existentes que estén en armonía con la selva, de pequeños productores y de pueblos originarios; 3) Apoyo a proyectos eco turísticos. 4) Apoyo al sistema de prevención de incendios forestales. Son solo algunas ideas.
Por todo lo dicho, los bonos de carbono de Misiones y los proyectos REDD a nivel mundial, claramente evitan la deforestación, y abren una gran posibilidad para la generación de proyectos de protección de nuestros recursos y desarrollo local en armonía con nuestra selva. De nosotros los misioneros, depende darle forma y sentido.
Fernando Santacruz: Docente, Investigador y Licenciado en Relaciones Internacionales.