Congreso Maizar 4.0: Cuáles son las prioridades en materia de negociaciones internacionales

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Este panel abordó el tema Mercosur desde dos puntos de vista: el del gobierno argentino, a cargo del secretario de Negociaciones Económicas Internacionales de la Cancillería, Jorge Neme, y el académico, que aportó desde Uruguay el decano de la Facultad de Ciencias Empresariales de la UCU Ignacio Bartesaghi. Fueron moderados por Alfredo Paseyro, de la Asociación de Semilleros Argentinos, con el acompañamiento Alberto Morelli, de Maizar.

Uno de los ejes del Congreso Maizar 4.0 se refirió al comercio exterior, un área que quedó fuertemente conmovida con la aparición de la pandemia. ¿Cuáles son las prioridades en materia de negociaciones internacionales? ¿Está preparado el Mercosur?

“La Argentina es parte del Mercosur, un proyecto de integración con un conjunto de problemas con la integración: se ha convertido en una unión aduanera parcial, no ha resultado después de 30 años”, dijo el secretario de Negociaciones Internacionales, Jorge Neme. “La declaración de no depender de la Argentina en trigo no muestra una voluntad integracionista, sino competitiva, no tenemos una reciprocidad en el conjunto de los socios”, dijo. Y agregó: “Hemos comenzado a cambiar ideas con los socios y a revisar la agenda, que se había formado en 2016-2019, fundada en la relación con Corea, Líbano, Singapur, el inicio de conversaciones con la India y con Vietnam. Tenemos un mercado más cercano y familiar y que no hemos potenciado con América Latina y el Caribe (Perú, Colombia, América Central). Por otro lado, tenemos relaciones de cierta fuidez con Estados Unidos, la Unión Europea, China y el Mercosur, pero poca presencia en el sudeste asiático, en África, en el mundo árabe, en Asia Central”.

Para el funcionario, la Argentina tiene una variedad de productos a los que “hay que encontrarles los mercados y la forma de negociar. La competitividad argentina en el sector de cereales y oleaginosas es una marca mundial, pero tenemos muchos otros productos. Hay países como Mozambique, Cuba, Bulgaria, Rumania donde podríamos actuar con mucha competencia en la venta de servicios y los sistemas de producción llave en mano entregados a esos gobiernos, por ejemplo. En Mozambique nos pidieron proyectos de escuelas agrotécnicas llave en mano, todo el tema de silobolsas, hay interés en agroquímicos, maquinarias y el know how. En Cuba hay 1 millón de hectáreas disponibles para entregar, que podrían desarrollar empresas argentinas llave en mano. En Bulgaria y Rumania hay miles de hectáreas libres para producir. Ahí tenemos que volcarnos, hacia la agregación de valor; deberíamos tener modos de financiamiento, exportar más valor agregado, acercarnos a la caja con lomo y guarnición”.

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Sobre la escasa presencia en algunos mercados, Neme dijo que “en África solo hay siete embajadas argentinas; estamos trabajando con el embajador en Arabia Saudita, Túnez, Argelia, y en la exploración y detalle de nuevos mercados”.

Ante la consulta de los moderadores respecto de Cuba, aclaró que “no solo hay que asegurar el pago de lo que seamos capaces de producir, sino que está el tema de la deuda con la Argentina, la idea es llegar a un nuevo acuerdo país-país”.

Sobre el maíz, señaló que todo el know how de la cadena, desde las semillas hasta el etanol y más los bioplásticos, “tiene que ver con el desarrollo, la innovación y la agregación de valor, como la proyección de la Argentina en el mundo. Me parece que las decisiones del Gobierno se tienen que articular con el intercambio con el sector privado, queremos expandir la frontera del maíz, es un actor fundamental en la ocupación del territorio en la Argentina, tiene que haber maíz y fábricas en todas las regiones”.

Por último, en cuanto a financiamiento, dijo que tienen claro que “hace falta inversión: venimos hablando con el Banco Nación, el BICE y el Banco Central, estamos esperando que lleguen a buen término las negociaciones de la deuda para poder abrir líneas”.

Desde la otra orilla, el doctor en Relaciones Internacionales Ignacio Bartesaghi opinó que “la pandemia nos va a afectar muy fuerte a todos los países, las inversiones y el comercio internacional, pero los que estamos en agroindustria y alimentos deberíamos separar esto de las tendencias estructurales: el crecimiento poblacional y económico, sobre todo en Asia, va a seguir 20 o 25 años, y luego en África”.

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En cuanto al Mercosur, dijo que “tiene un futuro muy rico pese a que compite. China ahora nos pide seguridad en los alimentos, está subiendo sus estándares sanitarios, aunque ese proceso lo lidere la UE. Eso va a ocurrir en India, y en otros lugares, y va a tener efecto directo en los hábitos de consumo. Hoy están lejos de exigir huella hídrica y de carbono, pero mañana no. Son buenas noticias”.

Bartesaghi dijo que ve con mucha preocupación el pacto verde europeo: “Hay una gran cantidad de empresas que con estos estándares quedan fuera del comercio; las tendencias estructurales no se van a cortar, hay mercados que no exigen esos estándares, pero los que pagan mejor sí. Tenemos que ver qué podemos cumplir, no solo en etiquetas sino en niveles de azúcar, todavía nos faltan estas discusiones en el Mercosur”.

En cuanto a la inversión necesaria, reconoció que “para la huella de carbono son muy grandes. Y lo que agregamos los países de la región es que estamos en un lugar del mundo cerrado: el arancel del Mercosur es tres veces el de otros lugares, pero no tenemos acuerdos con nadie”.

Para él, “el gran desafío es cómo vamos a enfrentar los acuerdos: veo una tendencia simplificadora en la Argentina. El Mercosur tiene ventajas comparativas y tienen que trabajar la competitividad, agregar procesos y servicios al producto primario”.

Respecto del rol del sector privado, dijo que “las experiencias internacionales son claras: en los países que han hecho las cosas bien van juntos el sector público, el privado y la academia; acá oponemos la industria al agro. El agro necesita una política mucho más agresiva. El sector público se mueve lento, el Mercosur tiende a una parálisis. Hay que hacer un esfuerzo por no permitir que el Mercosur vuelva para atrás: tenemos un riesgo de que la Argentina vaya para atrás y una inestabilidad muy fuerte en Brasil. Si el Mercosur no logra resultados, puede ser grave”.

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