Crisis histórica para la construcción

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Un informe de la consultora Analytica hace foco en la construcción y el bajo crecimiento de las reservas reales del BCRA.

En los primeros 12 meses de gestión de Milei (diciembre 2023 a noviembre 2024) la actividad de la construcción, medida por el ISAC-INDEC, tuvo una caída interanual acumulada del 28,5%. Luego de 4 meses consecutivos de recuperación entre abril y julio, el sector se estancó y se mantiene oscilando en los mismos niveles desde agosto, los cuales son muy bajos y similares a los de mediados de 2020. En noviembre, último dato disponible, creció 2,2% mensual sin estacionalidad y se ubicó un 23,6% por debajo de noviembre 2023.
El Índice Construya, por su parte, cayó 1,2% mensual sin estacionalidad en diciembre, con 5 meses consecutivos en descenso y cierra el 2024 con una caída acumulada del 26,6%.
Comparando con otros años de recesiones económicas relevantes, la profundidad de la caída en el sector fue la más importante luego de la que aconteció a la salida de la convertibilidad y, también, la más acelerada.
Donde también queda muy clara la profundidad de la crisis es en la demanda de cemento: los despachos por habitante fueron los más bajos desde 2005, inferiores incluso que los del 2020
La caída acumulada de la demanda de cemento en el 2024 fue del 25,3% interanual y, al igual que sucede con el ISAC, se encuentra estancada y oscilante desde julio.
Esta situación vino explicada principalmente por dos factores:Recorte en la obra pública: como señalamos en nuestro Monitor del gasto, el gasto en obra pública cayó, en términos reales, un 76,5% durante 2024, lo cual se refleja en la composición de la demanda de cemento. Los despachos a granel, asociados mayormente con proyectos de infraestructura, se redujeron un 30,9% interanual acumulado, mientras que el consumo de cemento en bolsa, más vinculado a obras privadas, disminuyó un 18,4%.
Costo de construir en máximos históricos: El Índice del Costo de la Construcción (ICC) cerró el 2024 con un aumento del 8,5% mensual en diciembre, acelerándose en 7,6 puntos porcentuales respecto a noviembre, sin embargo, este aumento vino explicado prácticamente en su totalidad por el aumento del 17,6% en el costo de la mano de obra. En noviembre, la inflación del costo de construir había alcanzado el 0,9%, rompiendo el piso del 1% por primera vez desde mayo de 2020, cuando los precios cayeron por la paralización del sector en la pandemia. Por su parte, el costo de los materiales aumentó un 0,9% mensual en diciembre, desacelerando por cuarto mes consecutivo y alcanzando su nivel más bajo desde junio de 2016. Sin embargo, al comparar con diciembre de 2023, mientras el tipo de cambio CCL subió apenas un 17,7%, el ICC acumuló un incremento del 91,2%, lo que posicionó el costo de construir en dólares en niveles históricamente elevados. Esta tendencia se intensificó en los últimos meses debido a la caída del dólar CCL, -16,9% entre agosto y diciembre. Como resultado, el costo de construir medido al tipo de cambio CCL alcanzó su mayor nivel desde abril de 2018. Si se analiza exclusivamente el costo de los materiales, este se sitúa en su nivel más alto desde septiembre de 2008.
Estos datos contrastaron con el muy buen registro de escrituras durante el 2024: hasta noviembre, crecieron 31,2% en términos acumulados en CABA y un 14,2% en Buenos Aires, llegando en ambos casos a niveles elevados en términos históricos, similares a los de 2017 e inicios de 2018, en pleno auge de los créditos hipotecarios UVA. En este caso, la apreciación cambiaria, junto con la recuperación del crédito hipotecario, que creció un 34,3% acumulado en términos reales (en la provincia de Buenos Aires se registró en noviembre el número de hipotecas más elevado desde agosto de 2018) favorecieron la expansión del rubro.
Todavía no se observan grandes cambios en la superficie permisada para construcción, por lo que, por el momento, tampoco hubo una inversión significativa de los dólares del blanqueo en inmuebles nuevos, una de las alternativas que ofrecía la amnistía.
En lo que respecta al empleo, entre noviembre de 2023 y octubre 2024 se perdieron un 15,8% de los puestos de trabajo formales en el sector, sin estacionalidad, equivalente a 69.700 empleos, siguiendo con una tendencia iniciada en junio de 2023. Se destaca Neuquén porque se sostuvo el empleo frente a noviembre de 2023, gracias a la demanda por la expansión de la industria hidrocarburífera, una de las ganadoras durante el primer año de Milei.
En el caso de las empresas de la construcción, entre noviembre 2023 y septiembre 2024 cerraron 1.582, una caída del 6,5%.
Este año es electoral y será relevante revisar que sucede con el sector, ya que en la última década suelen ser años en los que su actividad se expande. Sin embargo, Milei ya avisó que, a diferencia de lo que sucedió en años anteriores, profundizarán el ajuste.
A pesar del blanqueo y las compras del BCRA, las reservas no crecen
Durante los primeros días de enero continúa la compra de divisas del BCRA en el MULC. Desde agosto hasta la actualidad compró U$S6.055 millones, U$S1.549 en lo que va de enero. Siguiendo con lo comentado en nuestro En Foco del 24 de octubre, esto fue incentivado fundamentalmente por 4 mecanismos:
En el marco del blanqueo ingresaron U$S22.000 millones al sistema. Como consecuencia, los depósitos en dólares crecieron entre agosto y octubre en U$S16.000 millones, llegando hasta U$S34.611 en dólares constantes, el valor más alto desde agosto de 2019. Esta mayor disponibilidad de dólares, junto con la estabilidad cambiaria y un crawling peg al 2% -menor a la tasa de interés en pesos y la inflación-, volvieron atractivo el endeudamiento en dólares de los exportadores. En consecuencia, se produjo un incremento de los créditos en U$S4.739 millones desde agosto hasta el 14 de enero, generando una oferta adicional en el MULC.
Dado que el blanqueo permitía la inversión de los activos regularizados en activos de renta fija, las empresas aprovecharon y salieron al mercado a tomar un importante volumen de deuda: entre agosto y noviembre se emitieron en el mercado local U$S4.900 millones en obligaciones negociables, récord histórico. La normativa establece que para volver a acceder al MULC para pagar los servicios de la deuda, las empresas deben liquidar los dólares tomados del mercado, incrementando la oferta en el MULC.
Producto de las malas perspectivas relativas al precio de los commodities (el precio internacional de la soja cayó un 25% en el 2024), sumado a una apreciación cambiaria creciente y una tasa de interés en pesos superior a la tasa de devaluación, el agro realizó una liquidación de oleaginosas y cereales por U$S9.000 millones entre septiembre y diciembre. Este nivel es elevado en términos históricos, medido en moneda constante, se ubica por encima del promedio de U$S8.283 millones de la última década, excluyendo el 2022 por el dólar soja y el 2023 por la sequía.
Los importadores redujeron los pagos al exterior, con un incremento de la deuda comercial cuya media móvil de 3 meses pasó de U$S218 millones en agosto a U$S595 millones en noviembre, buscando aprovechar los rendimientos en dólares que brinda la caída de los tipos de cambio paralelos (el CCL se contrajo un 15,7% entre agosto y noviembre) y una tasa efectiva mensual en pesos que osciló entre el 3,8% y 2,8% para las LECAP más cortas en esos meses.¿Por qué a pesar de lo antes comentado, las reservas internacionales no crecen en la misma proporción? Las reservas netas, por el contrario, cayeron hasta U$S1.065 millones entre agosto y lo que va de enero para ubicarse en -U$S6.600 millones
Esto se debe a la deuda del Tesoro y del BCRA. Se pagaron U$S4.383 millones entre agosto y diciembre: U$S3.384 millones en capital e intereses a organismos internacionales y U$S1.000 millones en intereses de BOPREAL, dólares que se descontaron de las reservas netas.  En enero el gobierno afronta pagos por U$S208 millones a organismos internacionales, U$S4.350 millones a tenedores privados (pagados el 9 de enero) y U$S167 millones en intereses de BOPREAL.
El equipo económico apunta a movilizar los recursos del blanqueo para  poder  acumular reservas y fortalecer la posición del BCRA, de manera de alcanzar los U$S11.000 millones necesarios para levantar el cepo, según declaraciones recientes del presidente.
Desde el 1 de noviembre, quienes blanquearon hasta U$S100.000 pudieron retirar sus depósitos, lo que contribuyó a una caída de U$S3.129 millones en el sistema bancario hasta diciembre, que luego se recuperaron en U$S527 en lo transcurrido de enero. No obstante, una proporción considerable de estos fondos sigue en poder de los bancos.  Al finalizar noviembre, los bancos poseían en su posición general de cambios U$S11.265 millones en billetes extranjeros, un nivel elevado en términos históricos. Por esta razón en el 16 de enero el BCRA habilitó la posibilidad de que personas y comercios puedan utilizar moneda extranjera para sus transacciones diarias. A su vez, el ratio créditos sobre depósitos, si bien en crecimiento, se sitúa en el 35,6%, lejos del promedio del 52,4% observado entre 2016 y 2018, y del 63,2% registrado entre 2011 y 2015, por lo que todavía hay margen para continuar expandiendo los créditos. En consecuencia, el gobierno se encuentra analizando la posibilidad de flexibilizar el acceso a créditos en dólares que hoy se encuentra limitado únicamente a exportadores

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