Verónica González habla con una tonada difícil de identificar. Nació en Buenos Aires, fue testigo de los primeros años de la colonización de Comandante Andresito y se hizo guía de Turismo en las Cataratas del Iguazú. Allí conoció a su amor y se fortaleció la pasión por la naturaleza, que se convirtió en un modo de vida. Después de unos años como guía turística en el principal atractivo misionero, ambos decidieron dar el salto de sus vidas: mudarse al sur y abrir su propia agencia de turismo en Santa Cruz, para atender a un público que conoce bien y cuyo idioma domina desde sus primeros años en la frontera: el brasileño. El nombre lo dice todo, No Sul Turismo.

Es un nicho de negocios cuya demanda no estaba siendo atendida correctamente por las agencias de turismo del sur argentino. El brasileño viene a la Argentina por los vinos y la nieve y hay pocos guías que hablen portugués. Aunque atienden turistas argentinos, la agencia está dedicada casi con exclusividad a contingentes de Brasil, cuenta Verónica, quien, a la distancia, añora la calurosa humedad de la selva misionera. 

“Con mi marido nos conocimos en Cataratas, cuando el se fue a trabajar recién recibido de guardaparques, al Parque Nacional Iguazú, que fue su primer destino. Yo recién recibida de guía de turismo, también me fui a trabajar a Cataratas. Nos conocimos allí, trabajando, cada uno en su profesión, él como guardaparques y yo como guía de turismo. Tenemos dos hijos, Nicolás no nació en Iguazú, por cuestiones de unos percances de salud, lo tuve en Posadas, en una clínica. Y Carolina, nació en Ushuaia, Tierra del Fuego, en 2009, así que tengo un hijo misionero, y una hija fueguina”, enumera la empresaria.

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El negocio tiene una alta demanda, que alimenta los sueños de ampliar el servicio no solo a Brasil, sino a Portugal, por la ventaja táctica del idioma. “También hay turistas de algunos países en África, que hablan portugués y suelen visitar la Patagonia, así que tenemos esa idea de seguir creciendo, comprarnos nuevos vehículos. A largo plazo la idea es construir un hotel alojamiento o un alojamiento que tenga que ver con lo ecológico. El negocio lo tenemos hace un año y medio, lo comenzamos a trabajar en El Calafate y la verdad es que no nos podemos quejar, va creciendo, mes a mes nosotros podemos notar la diferencia, siempre estamos dando lo posible para que sea realmente un turismo diferenciado en portugués”, explica.

Dicen que el Glaciar Perito Moreno es una belleza natural que hay que apreciar al menos una vez en la vida. Verónica ya perdió la cuenta. “No te podría decir cuántas veces, porque desde hace tantos años que estoy viviendo acá, que es innumerable las veces que fui al glaciar. Pero cada vez que uno va al glaciar, siempre te impresiona. Siempre te presenta una cara nueva, siempre tenés y vivís una nueva experiencia, con distintos pasajeros, con distintas expectativas que uno va a ese lugar tan magnífico y único en el mundo”, grafica.

Pregunta capciosa…¿Qué es más bello: las Cataratas o el Glaciar? Verónica elude una definición. “Las dos son maravillosas, es una cosa indescriptible porque no te alcanza la vista para poder conocer todo eso y guardarlo en el recuerdo, yo creo que no son comparables, pero sí te puedo decir que están las dos en la misma altura en lo mágicos que son”, describe.

“El Glaciar Perito Moreno es un lugar de la Argentina que es imposible no ir a visitar, yo creo que es uno de los lugares obligatorios que todo el mundo debería conocer. Al menos disfrutar de ese magnífico lugar una vez en la vida”, invita.

El servicio que brinda Verónica es personalizado. Contingentes que son atendidos en exclusividad y con una ruta armada a gusto del pasajero. “No ofrecemos paquetes, los que ofrecen paquetes son empresas mayoristas que trabajan en gran escala, nosotros trabajamos con turismo personalizado, se contactan con nosotros y el pasajero elige cuáles son exactamente los servicios que quiere realizar, de acuerdo con eso nosotros le cotizamos y le enviamos el presupuesto, que varía mucho en cuanto a preferencias, gustos, posibilidades de cada cliente”, señala.

“Nosotros le armamos el recorrido, de acuerdo a lo que vamos hablando con el cliente, con el pasajero, vamos viendo qué le gusta, qué prefiere, de acuerdo a su familia, a cómo está conformado el grupo, vamos haciendo la cotización de acuerdo a cada pedido. Pero siempre lo que resaltamos es hacer un turismo personalizado, si viene una familia de 8, todo el recorrido que vamos a hacer, va a estar solamente esa familia, no va a compartir con otra familia, no va a estar compartiendo vehículo, porque es puramente exclusivo para ellos, así como el guía, excepto en las navegaciones donde el Catamarán es para 200 pasajeros, que ahí va a compartir, pero si no, lo demás, es siempre personalizado el servicio”.El turismo es una de las pocas actividades que se ha salvado del impacto de la crisis, aunque la rentabilidad se ve acotada por la inflación. “”Supongo que nos pega la crisis un poco como le pasa a la gran mayoría, tenemos que tener más precaución sobre todo si tenemos que pagar algún servicio emisivo, o sobre todo si tenemos que pagar un servicio en el exterior, más que nada por la fluctuación constante del dólar, pero con respecto al turismo receptivo, que es lo que más hacemos en la empresa, recibimos pasajeros de Europa, te digo Portugal, África y Brasil, que la gran mayoría está pagando en monedas extranjeras, para ellos hoy por hoy, lo que tenga que ver con servicios, con excursiones, en Argentina, les resulta muy muy baratas, entonces lo que vemos de alguna manera, y lo que esperamos es que crezca aún más de lo que va creciendo. Nosotros no tuvimos este año temporada baja, que suele ser junio, julio, agosto, esta vez por una cuestión, supongo por la diferencia entre el peso y el dólar, ha hecho que sigamos trabajando durante toda esa temporada, obviamente que bajó el número de pasajeros pero se trabajó, se está trabajando muy bien y se espera una muy buena temporada”, revela.

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