El Soberbio en la mira por el contrabando y el cruce de personas durante la pandemia

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Los medios nacionales se haceneco de las realidades de las zonas de frontera del país. Así como vieron los problemas en Salta y Jujuy, también les preocupa la frontera misionera con Brasil. Un informe del periodista Joaquín Cavana de Infobae así lo refleja.

“Contrabando y cruces sin control: los riesgos de que un pueblo de Misiones sea la puerta de entrada del coronavirus desde Brasil” es el título elegido por el periodista.

La localidad de El Soberbio, al este de la provincia, cuenta con 130 kilómetros de área limítrofe con el segundo país con mayor cantidad de contagiados del mundo. Familias a los dos lados del río Uruguay y la dificultad de controlar y evitar la actividad ilegal entre dos zonas que conviven hace décadas

Si uno entrara a cualquier local de las avenidas San Martín o Rivadavia, las dos principales calles comerciales de la localidad de El Soberbio, en la provincia de Misiones, sería tan común que el vendedor atienda con un “Buen día”, como con un “bom dia”. De hecho, también sería algo corriente encontrarse al dueño del negocio charlando con el cliente directamente en portugués.

La relación entre esa pequeña ciudad fronteriza de Misiones y el país vecino se forjó a lo largo de varias décadas y se terminó de consolidar como una tradición.

Hoy, en tiempos de pandemia de coronavirus, ese lazo tan fortalecido se convirtió en una amenaza y en un peligro cada vez más grande: el riesgo de que se importe el Covid-19 desde los estados vecinos brasileños radica en el contrabando, en el consumo de sus productos y hasta en los lazos familiares de personas de un lado y del otro del Río Uruguay.

Misiones tiene cerca de 700 kilómetros de frontera limítrofe con Brasil, el segundo país con más contagios de coronavirus en todo el mundo. Sólo los tres estados brasileños limítrofes con esa provincia argentina, Paraná, Santa Catarina y Río Grande do Sul, acumulaban hasta los registros del martes por la noche un total de 55.961 casos positivos de Covid-19, nada menos que 6 mil contagios más que el acumulado en toda la Argentina hasta el momento.

El Soberbio, por su lado, cuenta con 130 kilómetros de frontera con el gigante del continente, desde la colonia Pepirí Miní hasta Puerto Alicia. Linda con el estado brasileño de Río Grande do Sul. Los ciudadanos de la localidad misionera se encuentran cada vez más preocupados. No sólo le temen al hecho de importar la enfermedad, sino que consideran directamente una utopía el control de cientos de pasos clandestinos desde una costa a otra.

El problema, por lo visto, va de los dos lados del río.

“La situación es crítica y se profundiza aún más porque detrás de todo este problema hay una tradición cultural que lleva 60 o 70 años. Y por más que uno haga todo el esfuerzo, no se pueden cambiar de un día para el otro las tradiciones de generaciones”, le explicó a Infobae el intendente de El Soberbio, Roque Soboczinski.

“Entre los 40 o 50 mil habitantes que tenemos, es algo casi natural que las familias estén compuestas por integrantes a un lado y al otro del Rio Uruguay. Mis padres son ambos brasileños. Son hijos de polacos que se instalaron en el Sur de Brasil poco antes de la Primera Guerra Mundial. Después, mis papás cruzaron el río para asentarse en una zona que era selvática y casi inhabitada”, afirmó el funcionario. Efectivamente, la mayoría de los habitantes de esa localidad misionera son descendientes de brasileños, polacos y alemanes.

El gran problema al que se enfrentan las autoridades es que los cruces clandestinos, ya sea para visitar a un familiar o a un amigo o para ir en busca de la compra al supermercado semanal, como ocurrió durante décadas en el lugar, son prácticamente imposibles de controlar.

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“Ya no hablamos de las grandes transportaciones de mercadería. Aquí en muchos barrios periféricos del centro de la ciudad, hay gente muy humilde. Y esa gente durante toda su vida se las arregló para poder conseguir sus comestibles o productos de limpieza más baratos, sea aquí o cruzando los 300 metros del río y comprarlos en la parte brasileña. Ni hablar los que tienen que visitar a un familiar que se encuentra solo. Nuestra relación con Brasil es así de fuerte desde que nacemos: en la escuela te enseñan a hablar en español y fuera de ella aprendés a hablar en portugués ”, explicó el periodista local Martín Morinigo.

“Hay muchísima gente de ingresos muy modestos, generaciones familiares, que desarrollaron su vida incluso gracias a este tipo de contrabando ilegal de poca magnitud. Se van a Brasil, consiguen algo de mercadería para el día, vuelven y la venden en algunas de las colonias por un precio un poco más caro. Así, se hacían un sueldo mensual que les permitía vivir”, completó.

La mercadería del otro lado está a simple vista. En numerosos almacenes y supermercados pequeños de las diferentes colonias de El Soberbio todavía se venden embutidos y lácteos frescos fabricados en Brasil durante el período de la cuarentena. Además, a lo largo de los 130 kilómetros de fronteras hay cientos de chacras que poseen una salida propia al río Uruguay. Muchos de sus dueños permiten también el traslado de botes y canoas al sector brasileño para el ingreso de productos domésticos.

“Es que resulta algo casi imposible de controlar”, describió el intendente Soboczinski.

Sigue: “Imaginemos que el Comité de Emergencia del que forman parte todas las esferas del sistema público de la ciudad, recibe una denuncia por un cruce ilegal de una lancha en una colonia ubicada a 40 kilómetros del centro de El Soberbio. Se tiene que designar una comisión para ir a atender el problema. Y el viaje debe hacerse en una camioneta 4×4 porque el terreno es de muy difícil acceso. Entre que recibimos el llamado y hacemos esos 40 km puede llevarnos una hora. En ese período, esa lancha hizo entre tres o cuatro viajes de un lado al otro”.

Así y todo, gran parte de la actividad del contrabando ilegal de menudeo, también representa una pata de presuntas organizaciones de traspaso ilegal de mercadería a alta escala, denunciada por algunos pobladores locales.

Pablo (es un nombre ficticio, eligió reservar su identidad por temor a represalias) es uno de los referentes de un grupo de vecinos de El Soberbio que en los próximos días elevará una nota al gobernador Oscar Herrera Ahuad, en la que solicitará una mayor presencia policial en los puntos calientes de la ciudad y pedirá que se frene el contrabando a gran escala.

“Acá se se sabe todo y muchos tenemos miedo de darnos a conocer porque tememos por nuestra integridad y la de nuestra familia. Hay gente que gana mucho dinero con esto”, aseguró en una conversación telefónica.

“Nosotros sabemos que la mayoría de la gente de acá vive del ‘chiveo’, como se lo llama al contrabando. Te diría que el 99% son personas como nosotros, que ganan apenas 1.000 pesos por día, pero ese 1% restante es el que maneja todo y gana millones y millones. Aún con la cuarentena y la provincia cerrada, hemos visto varias veces a camiones procedentes de Chaco con cargas de soja, que circulaban por nuestras rutas nacionales y se acercan a los puntos calientes para transportarla en embarcaciones”, agregó.

“Nosotros no producimos soja y ya es algo normal ver a esos camiones trayéndola para llevarla a Brasil. Con esos viajes también se agranda la posibilidad de que todos nos contagiemos. En Brasil no hay medidas tan estrictas”.

El vecino aseguró que en algunas ocasiones, también llegan vía embarcaciones grandes cantidades de productos alimenticios y de electrónica, “que en Brasil son mucho más baratos y acá los venden a nuestro precio normal”.

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“Nosotros no queremos arruinarle la vida a la persona que necesita esos $1.000 por día, pero sabemos que si el virus entra acá podrá hacer un desastre. Nosotros no somos como la gente de las grandes ciudades. Estamos todo el tiempo compartiendo asados, mates, abrazándonos. En las colonias, la vida de campo es muy cercana. Y si llega el virus va a haber muchos contagios juntos al mismo tiempo”, analizó Pablo.

Fuentes cercanas al Ministerio de Seguridad nacional informaron que en las últimas semanas hubo un refuerzo de controles en la frontera de Misiones con Brasil, específicamente debido a denuncias por contrabando de granos.

A inicios de junio, un operativo de la Prefectura realizado precisamente en El Soberbio permitió el secuestro de un cargamento de 17 toneladas de soja que iban a ser trasladadas a Brasil. La mercadería estaba dividida en 351 bolsas de arpillera y tenía un valor de $263.000.

Aún así, las fuentes cercanas a la cartera de seguridad nacional advirtieron que por el momento no tienen registrados “ningún colapso o situación crítica al respecto”.

Si bien el intendente reconoció que en el transcurso de la semana anterior, el Gobierno de Misiones reforzó la presencia policial en los pasos fronterizos de la ciudad, la apuesta de la gobernación de la localidad misionera apunta a la concientización de sus ciudadanos.

Hasta el momento, El Soberbio no cuenta con ningún caso positivo de coronavirus. Hubo una mujer que debió someterse a un análisis, después de que se trasladara de manera clandestina a la ciudad brasileña de Tres Passos, ubicada a unos 35 kilómetros, para visitar y atender a su madre, quien reside allí y se había contagiado de Covid-19.

Al regresar, la mujer fue puesta en aislamiento y se la sometió a un hisopado: el resultado fue negativo

Sin embargo, la amenaza respecto al país vecino es cada vez mayor. “En la misma ciudad de Tres Passos fueron confirmados ya 240 casos positivos de coronavirus. De ese total, 115 pertenecen al frigorífico Seara Alimentos, que tiene 1.000 empleados y es básicamente la empresa que mueve el mercado laboral de toda la ciudad”, explicó el intendente.

Esa compañía alimenticia es la que provee la mayor parte de los embutidos y la carne tanto para Tres Passos como para la localidad misionera. Por lo tanto, se instó a la población a tratar de dejar de consumir sus productos. Pero, por otro lado, el cierre de la empresa para controlar el brote, también provocaría consecuencias económicas muy duras para los ciudadanos de ambos lados del charco.

“Nosotros intentamos concientizar a nuestros ciudadanos sobre lo que está pasando en Tres Passos y pudimos comprobar que en los locales se ven menos productos de esa empresa. Pero es un trabajo que no se detiene, porque todavía existen los que piensan como Bolsonaro, que el virus es una gripe más, y que hay que llevar una vida normal como lo era antes. Es agotador tener que renovar el pedido de cuidado a toda la gente”, completó el funcionario.

El Soberbio es simplemente un ejemplo de lo que sucede en diferentes ciudades de Misiones, respecto a los cruces en la frontera con Brasil. Hay otras localidades misioneras que atraviesan el mismo problema, como Panambí, Alba Posse, Colonia Aurora, Puerto Iguazú, Bernardo de Irigoyen o San Antonio.

Y mientras los dueños de los negocios atienden con su barbijo en el rostro y su “portuñol” tan característico, el Comité de Emergencia de la Ciudad agradece cada día que termina sin un vecino con síntomas de pérdida de olfato, fiebre o dificultad para respirar.

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