Familiar con COVID-19: cómo acompañar al enfermo
La internación de un familiar siempre es algo preocupante. En tiempos de pandemia, se suma la incertidumbre del coronavirus y la enfermedad de un paciente con COVID-19 puede generar miedo y dudas.
Expertos del Instituto de Ciencias para la Familia de la Universidad Austral y del Hospital Universitario Austral afirman que la clave es el acompañamiento de la familia, aunque sea a distancia.
Durante la cuarentena por el coronavirus aparecen los miedos por el contagio. En muchos casos, los pacientes terminan internados y los familiares se cuestionan cómo acompañarlos a pesar del aislamiento.
Mariángeles Castro Sánchez, directora de la Licenciatura en Orientación Familiar del Instituto de Ciencias para la Familia (ICF) de la Universidad Austral, explicó: “Un diagnóstico positivo por Covid-19 de un familiar cercano provoca un choque emocional importante en la familia en su conjunto. De ahí que no solo la persona diagnosticada se vea afectada, sino que la enfermedad involucra e impacta en sus convivientes, así como en otros miembros de la familia extensa”. Y agregó: “La vida se tensiona mientras se asimila el impacto por la separación del ser querido que debe ser hospitalizado, y sin poder tener noticias de él por varias horas o días”.
Por su parte, Lorena Bolzon, Decana del ICF, detalló que en una situación crítica “resulta necesario mantener la cohesión del sistema familiar, esto es: la unidad de sus integrantes para poder sobrellevar la angustia y adaptarse a las nuevas condiciones del contexto”.
Las especialistas aseguraron que se produce una reorganización global del sistema familiar que incluye prácticas, reglas y costumbres. Y recomendaron “conservar las rutinas, las pautas de alimentación y especialmente del descanso, ya que el sueño es un importante indicador del stress que pudieran estar vivenciando”.
Comunicación entre la familia
El Dr. Eduardo Mutto, médico clínico especialista en Medicina Paliativa del Servicio de Cuidados Integrales del Hospital Universitario Austral, expresó que no hay una única forma de comunicar la enfermedad dentro del círculo familiar. “Pienso que la clave es conocer a la persona, valorar su autonomía y responsabilidad y transmitir siempre con delicadeza y compasión la verdad aceptable y progresiva. Es decir, puedo transmitir hoy una parte y dejo en suspenso otra, pero sé que en algún momento voy a tener que completar la información”, destacó.
En cuanto a la comunicación con los niños, Dolores Dimier de Vicente, Secretaria Académica del ICF, recomendó: “Mantener un diálogo abierto con ellos acerca de lo que está ocurriendo, por supuesto teniendo en cuenta su nivel de madurez, dándoles información clara, suficiente y adaptada a su edad, como para puedan comprender qué sucede”. Y continuó con la línea del Dr. Mutto: “Información que sea acotada y pausada para que permita percibir la ‘capacidad de escucha y comprensión’ del niño o niña, que sea franca, sin crear ningún tipo de expectativa, certera y fundamentada en los informes y partes médicos”.
En este punto, Bolzon,sumó: “Es sumamente importante que los niños tengan confianza en los adultos que han quedado a su cuidado, para generar un clima de cercanía en el que se sientan seguros de poder transmitir sus dudas o temores, con la plena creencia de que atravesarán esta situación estando ‘juntos’”.
El Dr. Mutto especificó que se debe evitar el cerco de silencio porque es nefasto. “Es cuando alguien sabe, pero no dice nada. La persona enferma se da cuenta que hay algo raro pero que se lo están ocultando, y de pronto tampoco lo dice para no preocupar. Todos tratamos de protegernos, pero en el fondo hay una mentira y eso termina explotando”. Y sobre el adulto mayor explicó que se debe tener en cuenta el amplio universo y las distintas etapas del adulto mayor, porque depende de las personas y del contexto familiar.
Paciente aislado
La Lic. en Enfermería Consuelo Diez, subdirectora de Enfermería del Hospital Universitario Austral, explicó que “desde el comienzo de esta crisis por la pandemia de Covid-19 nos preocupó el aislamiento al que se ven sometidos los pacientes afectados y la desconexión radical con sus familias, en la mayoría de los casos. Muchos pierden por completo el contacto con sus familias y seres queridos, y es muy duro tener que enfrentarse a algo así”.
Por eso, aseguró la necesidad de incentivar ese vínculo: “El personal, en varios casos, ha hecho posible iniciativas particulares. Aisladamente, han estimulado a los pacientes para que el contacto continúe a través de los teléfonos, las tablets, las computadoras, entre otros dispositivos”.
Desde el Instituto de Ciencias para la Familia especificaron que, pese a la distancia que se debe mantener por normativa, “es fundamental que tanto la familia como el propio paciente cuenten con una red que pueda asistirlos y orientarlos ante la incertidumbre de la situación”.
Finalmente, la Lic. en Enfermería Sara Consigli, del Servicio de Cuidados Integrales del Hospital Universitario Austral y docente de la Facultad de Ciencias Biomédicas de la Universidad Austral, concluyó: “Consideramos al paciente y su familia como una unidad. No tratamos con el paciente y luego con la familia o viceversa. Nuestra tarea es acercar y unificar información, aclarar dudas y enseñar a cuidar al enfermo para generar autonomía”. Y agregó: “La comunicación trata de ser siempre fluida, continua y consensuada en equipo para dar una sola voz. Da mucha tranquilidad a la familia saber que no somos dos bandos opuestos, sino que estamos embarcados en la misma tarea de cuidar, aliviar y sostener”.
En línea con lo propuesto por los diversos profesionales, un equipo de orientadores familiares del ICF se encuentran trabajando en conjunto con el Hospital Austral para acompañar a las familias de los pacientes internados en el Hospital Solidario COVID Austral.