FMI: “Argentina avanza en su estabilización, pero necesita consolidar reservas y sostener el ajuste fiscal”
Cuánto estima el FMI que crecerá la economía, la inflación y cuáles son los riesgos
|
Getting your Trinity Audio player ready...
|
El análisis que difundió este viernes el staff del Fondo Monetario Internacional (FMI) dejó algunos datos auspiciantes referidos a las perspectivas macroeconómicas. El crecimiento para este año se estima que será del 5%, el superávit primario del 1,6 % del PIB. En tanto elevó las perspectivas de la inflación que ahora se calcula que estará en torno al 20 % -25 % para finales de 2025 y yendo a un dígito a fines del 2026.
El Fondo Monetario Internacional aprobó la primera revisión del acuerdo EFF con Argentina y autorizó un desembolso de USD 2.000 millones. El organismo destacó la baja de la inflación, el regreso a los mercados y la recuperación económica, aunque persisten desafíos en materia de reservas y deuda externa.
En materia fiscal, el organismo establece que será necesaria “una estricta disciplina del gasto, junto con reformas fiscales en materia de impuestos, coparticipación en los ingresos y jubilaciones”, para consolidar el ancla fiscal a lo largo del tiempo.
En tanto, advierte sobre la deuda pública que “el riesgo soberano se mantiene elevado, lo que refleja la frágil posición de reservas de Argentina, sus considerables necesidades brutas de financiamiento y el aún limitado acceso a los mercados internacionales de capital”.
La balanza externa este año pasará a ser deficitaria 1,7% del PIB en comparación con un déficit del 0,4% al momento de la aprobación del programa.
Más allá de los datos alentadores, el staff advierte sobre algunos riesgos. Entre ellos, menciona las elecciones de medio termino y la excesiva dependencia de las entradas de cartera a corto plazo para financiar la cuenta corriente. Además, señala que “el tipo de cambio seguiría sirviendo como amortiguador, y se permitiría que las tasas de interés del mercado subieran según fuera necesario”.
Perspectivas económicas favorables pese al contexto global adverso
La economía argentina continúa mostrando signos de recuperación y estabilización, según la primera revisión técnica del programa de Facilidades Extendidas (EFF, por sus siglas en inglés) realizada por el Fondo Monetario Internacional (FMI), correspondiente al acuerdo de USD 20.000 millones aprobado en abril pasado. El organismo multilateral destacó que “la economía ha continuado expandiéndose, la inflación ha retomado su tendencia descendente y la pobreza ha seguido bajando”.
El FMI mantuvo su proyección de crecimiento del PIB real para 2025 en 5,5%, gracias al “fuerte arrastre estadístico de la recuperación en V en la segunda mitad de 2024 y una demanda interna más sólida de lo previsto en el primer semestre”. Para 2026, el crecimiento se moderaría al 4,5%, estabilizándose en torno al 3% anual hacia el final de la década.
En cuanto a la inflación, el staff del Fondo revisó levemente al alza sus proyecciones para fin de 2025: se espera que el índice se ubique en la banda del 20-25%, frente al 18-23% estimado inicialmente. Aun así, se proyecta una convergencia a un dígito hacia fines de 2026, sostenida por “una política monetaria estricta y bien calibrada” y la “transición exitosa hacia un régimen cambiario más flexible”.
Reporte del FMI sobre el acuerdo con Argentina Agosto 2025 by CristianMilciades
Apoyo político, reformas estructurales y señales fiscales
En su declaración, la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, valoró la implementación de políticas macroeconómicas contractivas como fundamento para “una transición ordenada hacia un régimen de tipo de cambio más flexible y el desmantelamiento de la mayoría de los controles cambiarios”. Destacó además que Argentina “reaccedió a los mercados internacionales de capital antes de lo previsto”, aunque advirtió que “los spreads permanecen elevados”.
“El objetivo de déficit fiscal cero sigue siendo el ancla clave de la política económica”, remarcó Georgieva. En ese marco, celebró que el Gobierno argentino haya alcanzado un superávit primario del 1,6% del PBI para 2025, al tiempo que mantuvo la asistencia social a los sectores más vulnerables.
La jefa del FMI también pidió continuar con la consolidación fiscal mediante reformas secuenciales, especialmente en el área tributaria, y advirtió que “cualquier nueva iniciativa de gasto o ingresos debe estar completamente financiada”.
Reservas, deuda externa y financiamiento: los desafíos que persisten
Uno de los puntos débiles señalados en el informe del staff técnico es la lenta acumulación de reservas. Aunque el Banco Central logró compras por más de USD 25.000 millones en los últimos 18 meses, buena parte de esos recursos se destinaron al pago de deuda externa, por lo que “no se han traducido en un aumento sostenido de las reservas netas”.
El FMI señala que las reservas internacionales netas se ubicaron en un terreno negativo de 4.700 millones de dólares al momento de la primera evaluación del programa (13 de junio pasado) “muy por debajo del piso del programa de -1.100 millones de dólares”.
Sin embargo, el Fondo reconoce que el Gobierno está llevando a cabo acciones correctivas para aumentar las reservas, consistentes en las emisiones de bonos y las compras en bloque de divisas que han aumentado las reservas en alrededor de 2.000 millones de dólares desde principios de junio.
Y “proyecta que las reservas internacionales netas se fortalecerán aún más hasta fines de julio, así como durante el resto del año, salvaguardando las metas y objetivos del programa”. La previsión del Fondo es que hacia fines de 2027 el país cuente con reservas netas por 22.900 millones de dólares, sobre la base de un acceso continuo a los mercados financieros y mayores entradas privadas de capitales, incluyendo la expansión continua de las exportaciones de energía y minería.

Pero, el organismo espera que las reservas se mantengan relativamente bajas en el corto plazo (por debajo del 60% de lo necesario, según la métrica ARA), “lo que limitará la capacidad de Argentina para absorber posibles shocks derivados de las crecientes incertidumbres externas e internas”.
En esa línea, se modificaron los criterios de acumulación de reservas netas y se reprogramaron las fechas de revisión del acuerdo, posponiendo la siguiente evaluación para principios de 2026. También se eliminó la revisión prevista para septiembre, a fin de “evitar la volatilidad electoral” y “garantizar una implementación más eficaz del programa”, según justificó la representación argentina ante el FMI.
El FMI señala que “se espera que el Banco Central desempeñe un papel más activo en el proceso de acumulación de reservas, incluso comprando divisas mediante un cronograma predecible (como lo hicieron Chile, Colombia y México, en el contexto de sus respectivos regímenes de tipo de cambio flexible)”.
A nivel externo, el Fondo proyecta un déficit de cuenta corriente del 1,7% del PBI para 2025 —un deterioro respecto al superávit de 1% de 2024— impulsado por el repunte de las importaciones de bienes de capital, asociado a una mayor inversión y flexibilización del cepo. No obstante, esta brecha será financiada con “mayores flujos de capital privado, acceso sostenido a los mercados, privatizaciones y entrada de IED”.
“El nuevo programa de estabilización de Argentina ha tenido un comienzo sólido, a pesar de un entorno externo desafiante. La inflación ha retomado su senda descendente, la economía sigue creciendo y la pobreza ha disminuido”, destacó la Directora Gerente del FMI.
Georgieva además planteó en el informe que “la flexibilidad cambiaria debe preservarse, mientras se redoblan los esfuerzos por reconstruir reservas. Esto es crucial para manejar mejor los shocks y acceder sostenidamente a los mercados internacionales de capital en mejores condiciones.”
FMI optimista pero cauto
Si bien el informe confirma que Argentina superó la primera revisión del acuerdo, con un desembolso de USD 2.000 millones aprobado, el Fondo mantiene una mirada prudente: “Los riesgos siguen siendo elevados”, señala el documento, citando tanto factores externos —como tensiones geopolíticas y condiciones financieras globales— como internos, especialmente la incertidumbre política previa a las elecciones de medio término en octubre.
Sin embargo, la evaluación general es positiva: “La implementación constante del programa puede permitir un acceso sostenido a los mercados y consolidar el proceso de estabilización”, concluye el staff técnico.
