El empresario brasileño Luciano Hang, fundador de la cadena de megatiendas Havan y uno de los hombres más ricos de Brasil, volvió a cargar contra el sistema aduanero argentino luego de quedar varado más de dos horas en el cruce fronterizo entre Foz de Iguazú y Puerto Iguazú. El magnate, conocido por su estilo frontal y su militancia contra la burocracia estatal, publicó un video en sus redes sociales en el que reclamó directamente al presidente Javier Milei: “¡Hay que pasar la motosierra también por esta burocracia!”.

Con una fortuna estimada en 3.200 millones de dólares, Hang relató que su intención era cenar en el tradicional restaurante El Quincho del Tío Querido, en Puerto Iguazú, pero el ingreso se vio demorado por largas filas en la aduana. “Fui a Foz a mirar terrenos para nuevas tiendas, y al intentar cruzar a Argentina para cenar con amigos, quedamos atrapados durante horas”, explicó en el video compartido en su cuenta de Instagram @lucianohangoficial.

Hang aseguró haber contactado al diputado mileísta Martín Arjol, para pedir ayuda y elevar el reclamo. “Argentina está en el camino correcto, pero esta situación afecta directamente al turismo y a la integración entre nuestros países”, advirtió, al tiempo que preguntó a sus seguidores si habían vivido experiencias similares en pasos fronterizos con Argentina. “¿Alguna vez te quedaste horas en la fila de la aduana argentina? Contámelo en los comentarios”, cerró, fiel a su estilo provocador, con su firma habitual: “Un abrazo del Véio da Havan”.

No es la primera vez que el empresario brasileño apunta contra el sistema argentino. Durante el gobierno de Mauricio Macri, ya había expresado públicamente su malestar por las trabas aduaneras y la lentitud de los procesos de ingreso al país. Su nuevo reclamo reflota ese debate y reabre una discusión sensible en la zona de la Triple Frontera, donde la fluidez del turismo binacional es clave para la economía regional.

El video, que en seis horas acumuló casi 80 mil visualizaciones, generó repercusión tanto en Brasil como en Argentina y se suma a una serie de quejas de empresarios y viajeros que exigen mayor eficiencia en los cruces fronterizos.