Negativas consecuencias de las energías eólicas y solares en la economía alemana
Hasta no hace mucho, Alemania era considerada la locomotora de Europa, pero recientemente está mostrando síntomas de estancamiento y cierto nivel de pérdida de competitividad con relación a otras potencias económicas y tecnológicas mundiales; en particular frente al fuerte empuje exportador de China; pero también respecto a socios comunitarios (Francia, Reino Unido y otros) y los vinculados geopolíticamente, como EEUU, Japón y Corea del Sur. Algunos analistas consideran que el alto nivel de las tarifas del servicio eléctrico del gigante económico germano, tiene mucho que ver con cierta pérdida relativa de competitividad que le está condicionando el desarrollo.
Si bien no siempre es fácil acceder a datos bien documentados acerca de los costos reales del sistema eléctrico alemán, es en cambio bien conocido -pero poco difundido- que hubo cambios sustanciales en la estructura técnica, cambiando -para mal- drásticamente la matriz de dichos costos.
Los profundos cambios en la matriz eléctrica alemana, que se acentuaron en forma constante, tuvieron que ver esencialmente con las fuertes influencias del sector político de Los Verdes, que corporizaron el ultra ecologismo militante y muy agresivo, con persistentes y crecientes campañas del llamado terrorismo ultra ecologista, muy potenciado a consecuencia del desastre socio ambiental provocado por el colapso de la central nuclear de Chernobyl, lo cual les dio excusas para montar una enorme campaña de terrorismo ultra ecologista centrado en lo anti nuclear. Necesitada de ampliar sus apoyos políticos, Angela Merkel aceptó a Los Verdes, quienes impusieron sus condiciones, que aparentemente no fueron objetadas por la dirigente germana y los social – demócratas…pero las consecuencias fueron muy costosas para los intereses estratégicos y geopolíticos del gigante económico europeo, que estaría dejando de ser “la locomotora económica de la UE”.
Los muy bien aceitados mecanismos de presión sociales, culturales y de medios especializados, de todo el aparataje de difusión del ultra ecologismo, pusieron todo su enfático accionar en la demonización de la tecnología nuclear, y en la activa promoción de los supuestos “reemplazos naturales” de la energía nuclear, las energías eólica y solar, falsamente presentadas como “energías limpias”, además de otros aditamentos nominales “ad hoc”, como “renovables”, “alternativas” y otras denominaciones con “buena prensa”, pero nada o dudosamente ciertas.
Con mucha ignorancia por parte de militantes del ultra ecologismo, y con ocultamiento de necesarias precisiones técnicas, de profesionales y/o especialistas en energía, se ocultó a la opinión pública, que la energía nuclear califica como Energía de Base, pues es previsible, controlable y de estable generación; mientras que eólicas y solares son solo Energías Complementarias.
La energía nuclear tiene costos muy competitivos; mientras que las “renovables” eólica y solar son muy caras por kWh, y no son aptas como Energías De Base, siendo ambas solo Energías Complementarias, pues son de inestable funcionamiento (los vientos y el sol, no son controlables por el ser humano), no son previsibles ni programables con la necesaria certeza, y sufren frecuentes oscilaciones en el voltaje.
Las inestables energías eólicas y solares deben ser estabilizadas con el respaldo “en caliente” (funcionando) de Centrales De Base, por lo general del tipo turbogas, que tienen rapidez para arrancar y llegar a su máxima potencia, pero son de elevados consumos.
Los costos de las turbogas encendidas para estabilizar las energías de eólicas y solares, deberían computarse como costos de esas “renovables”, por estar funcionando vinculadas con aquellas, pero por lo general se imputan amañadamente a las termoeléctricas.
A todo eso se le agregan costos reales por kWh muy elevados de las eólicas y solares, los que se disimulan con subsidios y otras ventajas que pueden ser consideradas prebendarias, sin las cuales no serían en nada competitivas.
Incluso, por lo general se omiten en los cálculos de costos, los correspondientes a los desguaces de las instalaciones una vez terminadas sus vidas útiles. Por cierto, no son temas menores desarmar y encontrar usos alternativos a las grandes palas, torres y bases eólicas; así como a los paneles solares, que tienen componentes tóxicos y otros componentes potencialmente muy contaminantes. Acorde a ceder a las presiones del aparataje ultra ecologista, Alemania invirtió muy fuertemente en eólicas, y en menores escalas, en solares, pero la cantidad no soluciona la falta de calidad.
La Potencia de Energía de Base que se perdió al cancelar las proyectadas nuevas centrales nucleares, y al agravar la situación, al cerrar anticipadamente las nucleares en funcionamiento, debió suplirse recurriendo a otras fuentes de Energía de Base, y los germanos no tenían (ni tienen) muchas opciones.
Además, absurdamente Alemania dejó de ser uno de los grandes proveedores mundiales de tecnología y usinas nucleares, perjudicando sus capacidades exportadoras.
Recordemos que las Generadoras de Base son de tres tipos de tecnologías: nuclear, hidroeléctrica, termoeléctrica (esta última quemando hidrocarburos).
La opción nuclear fue desechada en Alemania por prejuicios del ultra ecologismo.
La opción hidroeléctrica no puede expandirse, pues hace muchas décadas que en Alemania no queda lugar para ninguna usina hídrica más, pues las construyeron todas. Algo similar sucede en prácticamente toda Europa. ¡Pero las mentiras del ultra ecologismo afirman que “no construyen más hidroeléctricas por ser tecnologías antiguas hoy en desuso”, lo cual es falso!
La opción termoeléctrica es la única que le queda a Alemania, para suplir sus necesidades de Potencia Eléctrica De Base. En esas usinas se utilizan hidrocarburos (petróleo, gas o carbón), o eventualmente biocombustibles. Pese a la parafernalia de presiones y de falsas “verdades” del ecologismo cavernario, que siguió insistiendo en montar más eólicas y solares para suplir la carencia de Energías De Base (lo cual es una incoherencia total, por las conocidas limitaciones técnicas de las “renovables”), Alemania debió centrarse en lo técnicamente factible, aumentando muy acentuadamente su generación, consumiendo más hidrocarburos (opción mucho menos “ecológica” que la limpia generación nuclear). Más allá de importar energía nuclear, producida por Francia, y de comprar carbón de Polonia, y otras alternativas menores de importaciones, lo concreto fue que Alemania se volcó a utilizar el enorme potencial de Rusia, de proveer gigantescos volúmenes de gas natural y petróleo, a precios muy económicos, alternativa que creció mucho facilitada por varios gasoductos.
Para evitar el paso por territorios potencial o realmente hostiles en las trazas de los gasoductos, se construyeron dos grandes gasoductos en el Mar Báltico, los Nord Stream I y II, conectando directamente a Rusia con Alemania.
Era una solución, beneficiosa para ambas partes, no solo en lo económico, sino también podría haber facilitado mejores niveles de entendimiento entre ambas poderosas naciones, con proyecciones potencialmente muy positivas.
Ambos gasoductos fueron inutilizados por explosiones con características de atentados intencionales, de los que, si bien no se pudieron precisar los responsables directos, resultarían muy claras las motivaciones geopolíticas…pero este ya es otro tema.
La voladura de ambos grandes gasoductos, obligó a Alemania en particular, y a la Unión Europea en general, a buscar con premura nuevos abastecimientos del vital insumo energético.
Si bien existen otros proveedores, como Argelia y Noruega, el gran abastecedor de gas sería EEUU, pero sus precios excederían en mucho los que tenía el gas natural ruso. Es lógico, pues el gas de EEUU llega a Alemania en particular y Europa en general, en barcos, en procesos de carga, transporte y descarga mucho más complejos y costosos que los de gasoductos.
Esos costos mucho mayores del vital insumo de generación, se trasladan a los precios de la energía, los cuales a su vez elevan los costos de las producciones industriales. Eso afecta a Alemania en particular, a la Unión Europea en general; facilita las ventas del más costoso gas provisto por EEUU, y en lo económico parece no afectar a Rusia, que vende enormes volúmenes de sus hidrocarburos (gas natural y petróleo) a China.
En lo geopolítico, afectó potenciales acercamientos e iniciativas en común, que hubiesen facilitado contextos de paz en la deteriorada relación de la UE con el gigante euroasíático ruso. Por el contrario, el cuadro de tensiones políticas y militares in crescendo o al menos sin solución a corto plazo, parece ser el objetivo de los anglosajones, además de facilitar el acceso masivo de gas de EEUU al energéticamente sediento mercado consumidor de Europa, y en particular, de Alemania.
Mientras tanto, en Argentina, las abiertas presiones de EEUU contra nuestro plan nuclear, cuentan con el beneplácito destructivo y desguazador de libertarios y neoliberales; eso en el contexto de la pasividad casi total del arco político supuestamente opositor.
A eso se agregan las profundas confusiones conceptuales y doctrinarias, que afectan muy negativamente a la mayoría de los uniformados, practicantes activos del mero patrioterismo de bandera, hueco de real patriotismo, incluso siendo fervorosos adherentes a postulados de la antipatria, como la destrucción del Estado que pregonan y perpetran los libertarios y sus cómplices políticos.