Reforma tributaria: los impuestos que quiere bajar Caputo
Durante su participación en la Conferencia Anual 2025 de la Fundación FIEL, el ministro de Economía, Luis Caputo dio indicios de por donde empezaría la demorada “reforma tributaria”. “Argentina tiene, a pesar del ajuste que hemos hecho, siete u ocho puntos de impuestos que no pueden estar”, enfatizó.
En ese marco, citó tres gravámenes por dónde empezar: las retenciones, Débitos y Créditos (impuesto al cheque) y a nivel provincial Ingresos Brutos. “Estos son los tres peores impuestos. En la medida que tengamos superávit (fiscal), no tengan dudas, de que los vamos a ir eliminando”, enfatizó.
Quien tiene a cargo de esta tarea, según confirmaron fuentes oficiales, es el secretario de Hacienda, Carlos Guberman. Lo que deriva de la falta de asesores tributarios en la mesa chica del ministro, pero también de la continuidad de funcionarios de gestiones anteriores como Claudia Balestrini en la subsecretaria de Ingresos Públicos.
Aunque a de esperarse que continúe colaborando el asesor externo y no declarado del Gobierno, el socio del Departamento de Impuestos de Bruchou & Funes de Rioja, Liban Kusa. Como ya lo hizo durante el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 70/2023, la Ley Bases y el capítulo fiscal.
Pese a las intenciones y el trabajo que lleva a cabo Guberman, quienes del oficialismo conocen los tiempos del Congreso son menos optimistas respecto a su tratamiento durante este primer año de mandato de La Libertad Avanza (LLA).
“Puede llegar a presentarse antes de diciembre en la mesa de entrada de la Cámara de Diputados, pero no tratarse“, comentó a este medio una fuente interna de la Casa Rosada en estricto off. Lo que no va en línea con lo que prometieron durante la presentación del proyecto para la creación del impuesto a los Ingresos Personales (conocido como Ganancias).
“Se deja plasmado en estos fundamentos y se comunica al Honorable Congreso de la Nación que durante el transcurso del año 2024 el Poder Ejecutivo Nacional presentará una reforma integral del sistema tributario a fin de simplificarlo, lograr un aumento de la base de contribuyentes registrados e ir reduciendo la presión fiscal a partir del 1º de enero de 2025 en adelante”, anunciaron.
Promesa de campaña y ante el FMI
“Eliminación y baja de impuestos para potenciar el desarrollo de los procesos productivos que lleva adelante la actividad privada y potenciar la exportación de bienes y servicios”, fue la promesa de campaña del presidente Javier Milei y que plasmó en su plataforma electoral. A la par de la eliminación de derechos de exportación o retenciones.
Aunque no fue la única que hizo. Una vez en el poder, y tras la finalización de la octava revisión con el FMI y el desembolso de u$s 800 millones, el Gobierno se comprometió a presentarle un borrador de la reforma en septiembre pasado. La cual frente a la consulta de si sucedió o no a fuentes oficiales del Ministerio de Economía no existió una respuesta.
En ese entonces, el Gobierno se encontraba en plena negociación del capítulo fiscal en el Congreso y con ello, de la reversión a la reforma de Ganancias. Un cambio que la gerenta del organismo, Gita Gopinath avalaba con declaraciones tales como la necesidad de “ampliar los impuestos coparticipados”.
A la par, pregonaban por la reducción de los gastos tributarios. Los cuales, según las estimaciones que se plasmaron en el presupuesto que se presentó en septiembre pasado, alcanzarían en 2024, 2,08% del Producto Bruto Interno (PBI). Allí entran los regímenes especiales con exenciones, como el de Tierra del Fuego.
“Ayudaría a evitar recortes en el gasto esencial a nivel provincial y mitigar el riesgo de financiamiento disruptivo (es decir, atrasos o cuasi monedas)”, remarcaron. Siendo un punto que el oficialismo esquivo tratar recientemente.