Sturzenegger admitió que estimó mal la baja de la inflación pero insistió en que será de entre 12 y 17%
El presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, reapareció esta tarde en medio de las críticas que generó la suba de tasas de interés que decidió la semana pasada y que pueden impactar negativamente en la actividad económica en momentos en que la reactivación y los brotes verdes no se sienten “en la calle”.
Sturzenegger eligió el escenario. El propio Banco Central. Con la excusa de presentar el Informe Monetario (un reporte mensual que normalmente se distribuye via mail sin necesidad de presentaciones), el titular del BCRA ofreció una conferencia de prensa en la que obviamente, el tema principal, fue el endurecimiento de la política monetaria.
El funcionario admitió que sobreestimó el proceso de desaceleración de la inflación, al cual en la jerga técnica del Central denominan “desinflación”.
En ese sentido, admitió que la inflación “no estaba bajando” en aquellos rubros que no son regulados.
“En febrero dijimos que íbamos a enfrentar tres meses con números más altos por la suba de precios regulados, quizá no lo esperábamos tanto en los estacionales”, señaló, reconociendo lo que en tenis llamarían un error no forzado.
No es poco lo que dijo y admitió. Para un banquero central, anticiparse a la evolución de los ciclos económicos es crucial. Para eso tienen equipos de economistas, matemáticos y hasta físicos analizando cada variable económica y dato que les pueda servir para decidir tomar una u otra dirección. Además, típicamente, un banquero central tiende a ser conservador en la toma de decisiones, a pisar sobre seguro.
Sturzenegger calculó mal y dio por sentado un proceso de baja de la inflación sostenido que por ahora no es, al menos, lo suficientemente consistente como el y su equipo esperaban.
Para subir la apuesta, el titular del BCRA aseguró que la meta de inflación que fijó la autoridad monetaria de entre el 12% y el 17% a principios de año es “cumplible”. Con esa afirmación sorprendió a mucha gente en el mercado financiero, que preveía un corrimiento de las metas.
Algunos analistas dicen que -para no perder tanta credibilidad-, el BCRA debería pagar un pequeño costo (en términos de credibilidad, también) al mover la meta y no uno mayor, en el caso de que la inflación luego se sitúe por encima.
Sturzenegger también se refirió a las críticas que recibió la gestión de la entidad monetaria por la suba de tasas la semana pasada (y que continuó hoy en la licitación mensual de Lebacs).
“Pensábamos que no íbamos a tener que discutir los beneficios de bajar la inflación pero parece que hay volver a hacerlo”, indicó, desafiante.
También descartó que la suba de tasas de interés tenga algún costo “en términos de actividad” económica.
La semana pasada el directorio del Central subió la tasa de interés de referencia que y quedó en 26,25%. Esta decisión, explicó Sturzenegger, fue debido a que “la inflación núcleo se mantiene, y viene estable desde hace varios meses, así que eso nos convenció de que había que endurecer la política monetaria. Lo veníamos esperando en febrero y marzo y como no bajaba la núcleo subimos la tasa”.
Bicicleta financiera
La suba de tasas de interés afectará la débil recuperación económica, advirtieron desde distintos sectores dirigentes empresarios y economistas. Pero además, fomenta la llamada “bicicleta financiera” ya que ingresan al país capitales especulativos para posicionarse en instrumentos como las Lebacs, con tasas de 26% anual (también subieron en la licitación de hoy). Como el tipo de cambio está estable y tiende a bajar, estos capitales luego dolarizan esa diferencia y se van del país, llevándose divisas.
El resultado es un costo financiero para las arcas del Banco Central que se conoce como déficit cuasifiscal. La entidad monetaria prefiere no informar al detalle cuánto lleva pagado en intereses de Lebacs, pero cálculos privados estiman que la cifra está muy por encima de los 15.000 millones de dólares.
La suba de tasas podrá beneficiar también a los ahorristas, que por estos días reciben uno o dos puntos más por sus colocaciones a plazo fijo (rondan el 20% a 30 días). Por otra parte, se encarecerá el financiamiento de todo tipo de préstamos, incluyendo los créditos al consumo (personales, tarjetas, etc) en un momento donde el propio Gobierno nacional necesita imperiosamente que la gente vuelva a gastar.
Martin Boerr