En Misiones hay apenas seis puntos de acceso a servicios bancarios por cada 10 mil adultos

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La pandemia que estamos atravesando generó una inédita asistencia económica del Estado nacional no solo a las empresas sino también a personas físicas que requieren de un apoyo estatal para conservar mínimamente su nivel de ingresos. Programas aplicados como el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) generaron que en Misiones se inyecten más de $2.600 millones a particulares, lo que se agrega a los bonos extraordinarios a jubilados, como partidas extra.

A la par de esto, la importancia de respetar la cuarentena y el distanciamiento social se vio rota en las últimas semanas a partir de la apertura de los bancos para el pago por ventanilla de jubilaciones y programas sociales nacionales, que generó en esos primeros días una alta concentración de personas en la calle que disparó todo tipo de críticas no solo a las entidades bancarias, sino, sobre todo, al Anses y al Gobierno nacional. 

Ello permitió poner en la lupa la cuestión de la bancarización: la necesidad de ir a hacer horas de fila en un banco ponía en riesgo todo tipo de cuidado sanitario. Pero al mismo tiempo, abrió el debate acerca de la oferta de dispositivos para extraer dinero para aquellos que sí disponen de una tarjeta de débito y que, aún así, deben hacer fila en los cajeros automáticos con todo el peligro que ello acarrea.

En ese marco, viene un dato importante: los denominados “puntos de acceso” (PDA) a servicios bancarios, entiéndase estos como los lugares donde una persona puede hacer depósitos y extracción de dinero en efectivo, que incluye sucursales bancarias y cajeros automáticos, es notablemente baja en proporción con la cantidad de gente que la usa: en toda la Argentina, el promedio de PDA cada diez mil adultos es de apenas 8,6. Si lo comparamos con otros país, Brasil tiene 23,2 y México 12,3. 

Observando por provincias, nueve de las diez con menores PDA cada 10 mil adultos son del norte argentino. Del otro lado, la que tiene la mayor proporción es la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Mientras la CABA tiene 21,9 c/10 mil adultos, Formosa, que se ubica última, tiene apenas 4,8. Todas las provincias del NEA y de NOA están por debajo del promedio nacional.

En este marco, la provincia de Misiones tiene la cuarta proporción más baja del país y la segunda del NEA, con 6 PDA cada 10 mil adultos. Chaco y Corrientes no están muy lejos (6,3 y 6,2 respectivamente).

Hay que considerar que los PDA no consideran las nuevas modalidades de retiro de efectivo que se dan en farmacias o supermercados previa compra de productos. Sin embargo, la necesidad de aumentar los PDA en todo el país es notable, principalmente en las provincias de mayor retraso.

Si bien hay una tendencia mundial de ir hacia la plena bancarización de las transacciones, disminuyendo el uso del dinero en efectivo para pasar a operar cada vez con modalidades virtuales, lo cierto es que, en la Argentina, y sobre todo en el norte, estamos aún lejos de eso, tanto en el comportamiento individual de querer tener y disponer de efectivo, sino también porque aún se debe seguir avance en la disponibilidad de pago online por parte de comercios. 

La pandemia mostró el lado mas grave de este problema en un contexto muy especial, pero el problema existe desde hace mucho tiempo. Quizás este sea el momento ideal para repensar el sistema. 

Por ALEJANDRO PEGORARO.
Director de Consultora Politikon Chaco.
Exclusivo para ECONOMIS.

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