Rocco, de 66 años, quien fue internada en un hospital de San Pablo el pasado 24 de enero tras sufrir un ACV, estuvo desde ese día en coma inducido.
Tras el minuto de silencio cumplido en el pleno de la Cámara Baja, en Brasilia, los parlamentarios interrumpieron temporalmente la sesión, que está destinada a la elección de un nuevo presidente de ese órgano legislativo, para expresar su solidaridad con Lula.
Rocco era la segunda esposa de Lula, con quien contrajo matrimonio en 1973 cuando ambos eran viudos, y participó junto a su marido en la fundación del PT, en 1980, junto a un centenar de sindicalistas e intelectuales de izquierdas.
El titular del Instituto Lula, Paulo Okamotto, atribuyó el derrame cerebral a la “injusticia que vive la familia” por las investigaciones hacia el ex presidente ordenadas por el juez Sergio Moro en la Operación Lava Jato.
“La familia Lula da Silva agradece todas las manifestaciones de cariño y solidaridad recibidas en los últimos diez días por la recuperación de la antigua primera dama”, afirmó Lula en un mensaje que publicó en su cuenta en Facebook.
“La familia autorizó los procedimientos preparatorios para la donación de sus órganos”, agregó el exmandatario en su escueto mensaje.
El Hospital Sirio Libanés informó hoy en un boletín médico que, tras el agravamiento del estado de salud de la ex primera dama, ya no hay flujo sanguíneo en su cerebro.
Pese a que los médicos no confirmaron la muerte cerebral, la diputada Benedita da Silva, correligionaria de Lula en el Partido de los Trabajadores (PT), dijo en el pleno de la Cámara Baja que el expresidente la autorizó a anunciar el fallecimiento de Rocco.
Pese a su discreción como esposa del dirigente político y como primera dama, nadie niega la fuerte influencia que tuvo en las decisiones de Lula durante los 43 años en que estuvieron casados y su participación como protagonista en hechos históricos, como la fundación del Partido de los Trabajadores (PT).
Rocco, que estaba hospitalizada y en coma desde el 24 de enero y cuya muerte cerebral fue anunciada este jueves en el Hospital Sirio Libanés de Sao Paulo, era la segunda esposa de Lula, con quien contrajo matrimonio en 1974 cuando ambos eran viudos, y fue primera dama de Brasil entre 2003 y 2010.
“Doña Marisa”, como el propio exmandatario la llamaba, no fue una primera dama activa, de las que lidera o participa en proyectos sociales, pero siempre fue una sombra y un soporte de Lula.
Además de haberse involucrado en articulaciones para la fundación del Partido de los Trabajadores (PT) en la década de 1980, fue quien confeccionó la primera bandera de la que se convertiría en la mayor formación de izquierda de América Latina y que gobernaría Brasil por 13 años.
Como “compañera” del entonces líder sindical, Rocco era la responsable por organizar las fichas de inscripción que fueron rellenadas por los fundadores del PT y hasta recorrió las calles de Sao Bernardo do Campo, ciudad del cinturón industrial de Sao Paulo en la que nació y fijó residencia con Lula, en busca de militantes.
Igualmente, como “compañera” del entonces popular líder obrero, la ex primera dama organizó protestas contra las prisiones políticas que ordenó la entonces dictadura brasileña para descalabrar el movimiento sindical, entre las cuales la de su propio marido.
Antes de conocer a Lula era una simple ama de casa que quedó prematuramente viuda del taxista con el que se casó a los 19 años, Marcos Claudio dos Santos, asesinado cuando ella estaba con cuatro meses de embarazo.
La ex primera dama, descendiente de inmigrantes italianos, nació el 7 de abril de 1950 en Sao Bernardo do Campo en una familia de escasos recursos que se dedicaba a la venta de verduras, lo que la obligó a dejar el colegio para comenzar a trabajar en una fábrica de chocolates cuando tenía 13 años.
Rocco conoció a Lula en 1973 cuando acudió a la sede del Sindicato de Metalúrgicos de Sao Bernardo do Campo para recoger documentos que le ayudaran a completar las exigencias para solicitar su pensión como viuda.