Tolosa Paz: “El gobierno de Macri dejó un universo de desprotección”
El gobierno saldrá a buscar y sumará al Plan Argentina contra el Hambre a los eslabones más débiles de los 4.416 villas y asentamientos del país, que en el último año perdieron la Asignación Universal por Hijo (AUH) porque la agudización de la crisis y el consecuente deterioro de sus condiciones de vida los llevó a incumplir los requisitos que impone el beneficio para cobrarlo.
Así lo aseguró en una entrevista con Télam, la presidenta del Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, Victoria Tolosa Paz, quien definió como un “objetivo urgente, claro y concreto” de la gestión de Alberto Fernández “salir a recuperar a los caídos de la AUH”.
“Niños de 8 años, por ejemplo, que parecen de 4”, graficó Tolosa Paz, de acuerdo a un informe que entrecruzó datos del 2016 al 2019 del Registro Nacional de Barrios Populares, del Programa Sumar, de las carteras de Desarrollo Social, Ciencia y Tecnología, Salud y Educación, de las universidades y de la Federación Argentina de Graduados en Nutrición.
Un detallado mapeo oficial detectó, por ejemplo, que entre el 35 y 55% de los más de 100 mil niños atendidos en 190 centros de salud de barrios populares están mal nutridos y se encuadran en el patrón de “baja talla”.
La matriz del programa está en “entender el hambre desde el ingreso, la oferta de alimentos, la educación nutricional y el hábitat”, explicó la funcionaria y remarcó que la Tarjeta Alimentaria debe ser parte de un esquema, que necesita resolver también la falta de agua potable y los basurales a cielo abierto para las poblaciones con malnutrición grave.
Télam: ¿La implementación del plan Argentina contra el Hambre tiene como punto de partida la entrega de las tarjetas Alimentar. ¿Cuál es el objetivo de fondo que tiene el gobierno PARA una segunda etapa?
Victoria Tolosa Paz: En los últimos meses, el 10% del total de los beneficiarios de la AUH se excluyó del sistema. No tienen más ingreso familiar, no porque hayan conseguido trabajo, sino por el ajuste del macrismo hizo que no pudieran cumplir con un plan de vacunación o llevar a sus hijos al colegio. Por eso vamos a trabajar muy fuerte en ir a buscarlos: porque sabemos que esos niños no tienen más sistema de salud, educación y por ende tampoco ahora tienen la tarjeta Alimentar. Hubo una enorme deserción escolares de niños de entre 6 y 12 años, que ahora tampoco acceden a tres de las cuatro comidas diarias que les da la escuela. Tenemos que mejorar la vara en todo, pero estas cuestiones urgen. Este es un objetivo urgente, claro y concreto. Recuperarlos para devolverles el ingreso familiar como derecho universal a garantizar una niñez como tiene el resto de los niños con asignación familiar.
Télam: ¿Cómo se hace la búsqueda de esas mamás y esos niños?
VTP: Estamos terminando el cruce de estos más de 100 mil niños en Argentina, que se atendieron en los últimos años en 190 centros de salud para saber si su mamá está en el sistema. Y está en marcha el diseño de un programa especial porque si a estos niños, que ya tienen un problema de malnutrición grave, me acerco sólo desde el lado del ingreso (Tarjeta Alimentar) y sus mamás puedan comprar una fruta rica o leche de mejor calidad, si no tienen acceso a agua potable o viven al lado de un basural, no van a estar exentos de padecer parasitosis crónica, que es uno de los principales problemas ligados a la mala nutrición. Por eso la idea es mirar el hambre desde el ingreso, desde la oferta, la educación nutricional y desde el hábitat. Se trata de construir una política pública integral que resuelva el hambre, pero pensando la multiplicidad de factores que afectan a las familias. Requiere del aporte de muchas políticas, de todos los ministerios y organizaciones.
Télam: ¿El Plan tiene un plazo de tiempo o se va a mantener para siempre?
VTP: El plan vino para quedarse hasta que Argentina se desarrolle y construya un país con pleno empleo. Vamos a salir del hambre, pero vamos a seguir teniendo inseguridad alimentaria porque tenemos que construir una Argentina que genere trabajo, que se industrialice y que vaya modificando su matriz productiva de alimentos. Mientras todo eso no ocurra siempre vamos a tener que atender a una población que no logra incluirse en el sistema formal del trabajo. En diciembre del 2015 una mamá cobraba el equivalente a 90 dólares por hijo; en diciembre del 2019 la AUH equivalía, en cambio, a 42 dólares. El macrismo nos dejó una canasta básica de alimentos que trepó hasta la asfixia de esas familias porque no hubo una política efectiva de control de precios en 4 años. Se dio un combo explosivo: el único ingreso se desplomó, se perdió el subsidio a la electricidad y la garrafa, los beneficios del transporte subsidiado dejaron de existir y entonces esa AUH no alcanzó más para comer…
Télam: ¿Es posible cambiar la matriz productiva del país y acercarla a las políticas que intentan combatir la pobreza?
VTP: La raíz de fondo del hambre está asociada a una matriz productiva que se empieza a mover. El Foro Agrario construye conciencia para que el pueblo no pase hambre y busque producir más alimentos. Por ejemplo, el 80 por ciento de las bananas que se consumen en Argentina son importadas de Ecuador. Para importarlas se necesitan dólares. Si crecemos y producimos bananas, ya no vamos a necesitar los dólares, vamos a generar trabajo y la posibilidad de una mejor nutrición va a llegar a más gente. Esto también es el plan contra el hambre y queremos y necesitamos que el sector privado participe, porque incluso les garantiza ganancias. Creo en una Argentina solidaria de verdad y la virtud de Alberto Fernández es haber sentado a todos en una misma mesa: a la Cámara de la Alimentación (Copal) y a la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT). Esta Argentina que soñamos seguro le va a generar más rentabilidad a esa Argentina empresarial, que tal vez hoy no ve que ese es el camino. Necesitamos demostrar que este es el modelo que va a permitir sacar a 4 millones de indigentes de esa situación, y no el modelo al que apostaron siempre las grandes industrias. Pero necesitamos demostrarlo yendo juntos con ellos, no siguiendo por dos caminos diferentes.