El mito de los corredores bioceánicos en Sudamérica

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Desde hace varias décadas en la región se utiliza el término corredores bioceánicos, aunque surgen dudas sobre si es correcto usar este concepto en Sudamérica o está siendo mal utilizado y deberíamos hablar de ejes de Integración y Desarrollo.

Es conveniente comenzar por definir claramente la expresión “Corredores Bioceánicos”, que es un puente terrestre que une mercados de continentes distantes, separados por océanos, donde la mercadería corre de un océano a otro. Un claro ejemplo son los Corredores Bioceánicos Norteamericanos, los cuales permiten que la carga proveniente desde Oriente vía Pacífico transite por el corredor terrestre continental y retome la vía marítima (Atlántico) para arribar a las costas de Europa, con un tráfico que se da en ambos sentidos y donde la distancia es menor que usando el Canal de Panamá.

Hagamos un ejercicio simple y práctico, tomemos algunos de los 22 países de África que tienen costa sobre el océano Atlántico, ¿podrimos decir que Angola, Nigeria, Namibia, Camerún, Congo o Sudáfrica tiene cargas que sean enviadas con destino a Asia que requieran usar a Sudamérica como puente, o que Asia tenga carga que envié a estas regiones?  la respuesta claramente, es no. Con la sola observación utilizando una herramienta, como el Google Earth, podemos ver que la distancia para dichos países es más corta bajando en barco por Sudáfrica cruzando por ciudad del Cabo y dirigiéndose directamente a Asia. El trayecto vía Sudamérica como CORREDOR BIOCEÁNICO será de 28.375 Km, contra 15.432 Km si el viaje se hiciera directamente en barco bajando por Ciudad del Cabo.

Sumado a esto en 2000, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) realizó un estudio con el objetivo de saber cuáles eran las ventajas competitivas al mover el comercio entre América del Sur y Asia vía Pacífico, y concluyó que no existían ventajas para la salida por allí de carga contenerizada desde la Argentina.

Todo lo expuesto nos indica que deberíamos hablar de Ejes de Integración y Desarrollo (EIDs), tal como lo define el COSIPLAN (Consejo Suramericano de Infraestructura y Planificación) son franjas multinacionales de territorio en donde se concentran espacios naturales, asentamientos humanos, zonas productivas y flujos comerciales. Para cada EID se identifican los requerimientos de infraestructura física, a fin de articular el territorio con el resto de la región, planificar las inversiones y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. Los EIDs organizan el territorio sudamericano y ordenan la Cartera de Proyectos. En IIRSA (Iniciativa de integración regional Sudamericana) se han identificado diez EIDs: Andino, Andino del Sur, Capricornio, Hidrovía Paraguay-Paraná, Amazonas, Escudo Guayanés, Del Sur, Interoceánico Central, MERCOSUR-Chile, Perú-Brasil-Bolivia.

Por lo antes mencionado, sostengo que no existen corredores Bioceánicos en Sudamérica, sería mas apropiado hablar de ejes de integración y desarrollo como lo expresa IIRSA-COSIPLAN en sus ejes estratégicos de infraestructura para Sudamérica. 

En el caso de los productos argentinos que tienen como destino Asia, si se usaran los puertos de Chile, la distancia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) a Valparaíso es de 1.461 kilómetros y de éste al puerto a Shanghái, uno de los puertos asiáticos más importantes, es 19.500 kilómetros. Ese mismo viaje desde el Puerto de CABA por el océano Atlántico e Indico a Shanghái es de 19.000 kilómetros, lo que representa menos kilómetros, sumado a esto la historia demuestra que la cordillera de los Andes es un obstáculo muy difícil para toda forma de transporte, requiriendo altas inversiones en infraestructura  y elevados costos operativos logísticos en relación al valor de la mercadería transportada.

Como misionero sostengo que es más importante que impulsemos a que la Argentina oriente su estrategia a fortalecer sus ejes de integración y desarrollo como ser la Hidrovía Paraguay-Paraná, que potencie la logística  a través de los trenes y su conexión con los puertos  fluviales y marítimos nacionales para sacar la producción exportable de las diferentes regiones de nuestro país a optar por la salida por el Pacífico.

Un claro ejemplo a consolidar es lo que vivíamos hace pocos días, la partida de un puerto Misionero de dos barcazas cargadas con 80 contenedores con productos locales con destino al mundo. De esta forma podremos fortalecer el rol estratégico  del puerto de la ciudad de Posadas como un Hub regional para lograr esa máxima del comercio exterior de “llegar justo a tiempo, con el mejor precio posible y la máxima calidad”.

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Otoño demográfico: Argentina tendrá una revolución de la población adulta a partir del 2040

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En los últimos 120 años la población del planeta tierra sufrió una explosión demográfica, un crecimiento desmedido producto de los avances científicos, tecnológicos, la mejor alimentación, los avances de la genética y los sistemas de salud,  y los procesos migratorios de las zonas rurales a las urbanas.

Históricamente, la estructura poblacional mundial se ha caracterizado por tener muchos jóvenes (0 a 20 años), esa situación ha empezado a cambiar.  Europa y Japón marcan tendencia en este aspecto, con un fuerte envejecimiento de su población, cada vez más las personas en esos países superan la barrera de los 90 o 100 años. Michel Schooyans, Filósofoprofesor universitario, teólogo y sacerdote católico ha acuñado el término “Invierno Demográfico”, hipótesis según la cual la tasa de natalidad, lejos de igualarse a la tasa de mortalidad al final de la transición demográfica, seguiría descendiendo de manera rápida incidiendo en el envejecimiento de las poblaciones y el decrecimiento demográfico

En los próximos 17 años, la situación de Argentina también se encaminará a lo que podríamos denominar nuestro “otoño demográfico”, ya que según las proyecciones del INDEC hacia el 2040 nuestro país seguirá los pasos de Europa aunque en una forma más moderada. La población menor a 20 tendrá una reducción del 5%; los de 50 a 79 años crecerán en un 38,3%; los de 80 hasta los 89 años marcarán un cambio importante, crecerán un 72%; y el dato llamativo los de 90 y mayores de 100 años crecerán 115%, aumentando la población de este grupo con respecto al presente año en 290.854 personas.

Esta nueva estructura poblacional de Argentina nos obligará a un cambio de paradigma en la planificación en los más diversos sentidos y en la lucha contra una estigmatización que hoy sigue socialmente inalterable, la discriminación etaria conocida como edadismo, que según la OMS tiene consecuencias graves y amplias para la salud y el bienestar de las personas.

Un claro ejemplo sobre lo que está pasando en otras naciones se puede observar en Japón, donde los mayores de 65 años representarán en el 2040 el 38% de la población, lo que está modificando las prioridades de un sector tradicional de la industria, al punto que empresas automotrices, como Toyota y Honda se encuentran embarcadas en una fuerte competencia para desarrollar robots para acompañar a los adultos de la parte superior de la pirámide, los mayores de 80.

Con este incremento de la población de mayores de 50 años en nuestro país, se generará una revolución senior como lo titula en su libro, Sebastián Campanario. La longevidad de la población provocará importantes cambios en el empleo y en los hábitos de consumo de productos y servicios. También deberemos debatir si  la Población Económicamente Activa (PEA) seguirá siendo de los 16 a los 60 años  o el techo será a los 70/75 años.

Debemos pensar en áreas de fomento de empleos y  emprendedurismo con muchos programas orientados a gente de 50 a 70 años que buscarán estar muy activas. El sector de los servicios como ser el de los seguros también deberá cambiar sus previsiones y productos para adaptarse a esta nueva realidad. El turismo vinculado a estos grupos mayoritarios, deberá tener un nuevo modelo de negocio. Los centros deportivos y de recreación, la planificación de las ciudades, edificios, casas tendrán que ser pensadas para parejas de dos con los requerimientos para atender a estos grupos que serán mayoritarios.

Pero sin lugar a dudas la batalla más grande, estará en el campo social y cultural, por la discriminación que existe en relación al edadismo o viejismo. Las políticas públicas tendrán un titánico desafío, del cual hoy se habla muy poco, y será como aprovechar la fuerza laboral adulta, la que representará la mayor parte de la población.

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El mito de los Corredores Bioceánicos en Sudamérica

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Desde hace varias décadas en la región se utiliza el término corredores bioceánicos, aunque surgen dudas sobre si es correcto usar este concepto en Sudamérica o está siendo mal utilizado y deberíamos hablar de ejes de Integración y Desarrollo.

Es conveniente comenzar por definir claramente la expresión “Corredores Bioceánicos”, que es un puente terrestre que une mercados de continentes distantes, separados por océanos, donde la mercadería corre de un océano a otro. Un claro ejemplo son los Corredores Bioceánicos norteamericanos, los cuales permiten que la carga proveniente desde Oriente vía Pacífico transite por el corredor terrestre continental y retome la vía marítima (Atlántico) para arribar a las costas de Europa, con un tráfico que se da en ambos sentidos y donde la distancia es menor que usando el Canal de Panamá.

Hagamos un ejercicio simple y práctico, tomemos algunos de los 22 países de África que tienen costa sobre el océano Atlántico, ¿podríamos decir que Angola, Nigeria, Namibia, Camerún, Congo o Sudáfrica tienen cargas que sean enviadas con destino a Asia que requieran usar a Sudamérica como puente, o que Asia tenga carga que envíe a estas regiones?  La respuesta claramente, es no. Con la sola observación utilizando una herramienta, como el Google Earth, podemos ver que la distancia es más corta bajando en barco por Sudáfrica, cruzando por Ciudad del Cabo y dirigiéndose directamente a Asia. 

El trayecto vía Sudamérica como corredor bioceánico será de 28.375 kilómetros, contra 15.432 kilómetros si el viaje se hiciera directamente en barco bajando por Ciudad del Cabo.

Sumado a esto en 2000, la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) realizó un estudio con el objetivo de saber cuáles eran las ventajas competitivas al mover el comercio entre América del Sur y Asia vía Pacífico, y concluyó que no existían ventajas para la salida por allí de carga contenerizada desde la Argentina.

Todo lo expuesto nos indica que deberíamos hablar de Ejes de Integración y Desarrollo (EIDs), tal como lo define el COSIPLAN (Consejo Suramericano de Infraestructura y Planificación) que son franjas multinacionales de territorio en donde se concentran espacios naturales, asentamientos humanos, zonas productivas y flujos comerciales. Para cada EID se identifican los requerimientos de infraestructura física, a fin de articular el territorio con el resto de la región, planificar las inversiones y mejorar la calidad de vida de sus habitantes. 

Los EIDs organizan el territorio sudamericano y ordenan la Cartera de Proyectos. En IIRSA (Iniciativa de Integración Regional Sudamericana) se han identificado diez EIDs: Andino, Andino del Sur, Capricornio, Hidrovía Paraguay-Paraná, Amazonas, Escudo Guayanés, del Sur, Interoceánico Central, MERCOSUR-Chile, Perú-Brasil-Bolivia.

Por lo antes mencionado, considero que no existen corredores Bioceánicos en Sudamérica, sería más apropiado hablar de ejes de integración y desarrollo como lo expresa IIRSA-COSIPLAN en sus ejes estratégicos de infraestructura para Sudamérica. 

En el caso de los productos argentinos que tienen como destino Asia, si se usaran los puertos de Chile, la distancia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) a Valparaíso es de 1.461 kilómetros y de éste al puerto a Shanghái, uno de los puertos asiáticos más importantes, es 18.900 kilómetros. Ese mismo viaje desde el puerto de CABA por el océano Atlántico e Indico a Shangai es de 20.140 km, lo que representa menos kilómetros, sumado a esto la historia demuestra que la cordillera de los Andes es un obstáculo muy difícil para toda forma de transporte, requiriendo altas inversiones en infraestructura  y elevados costos operativos logísticos en relación al valor de la mercadería transportada.Como misioneros es importante que impulsemos a que la Argentina oriente su estrategia a fortalecer sus ejes de integración y desarrollo como ser la Hidrovía Paraguay-Paraná, que potencie la logística  a través de los trenes y su conexión con los puertos  fluviales y marítimos nacionales para sacar la producción exportable de las diferentes regiones de nuestro país. De esta forma podremos fortalecer en el futuro el puerto de la ciudad de Posadas como un Hub regional para lograr esa máxima del comercio exterior de “llegar justo a tiempo, con el mejor precio posible y la máxima calidad”.

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La evolución de las manufacturas a las mentefacturas e infofabricantes

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En las últimas décadas se han producido en el mundo grandes avances científicos, tecnológicos, en el campo de la medicina y en los procesos de producción, pero sin lugar a dudas hay un invento que producirá una ruptura de paradigmas en el modelo de producción actual: las impresoras 3D. Estos equipos fueron desarrollados en los 80 por Chuck Hull, un inventor de EEUU destacado en el campo de la óptica iónica, que ideó el primer método de impresión 3D (la estereolitografía), y creó en el año 1986 la empresa 3D System que se dedica a la producción de estas impresoras y software para las mismas.
Esta nueva tecnología ha saltado a la fama en el 2013, luego de un discurso de Barack Obama sobre los nuevos desafíos de la industria norteamericana, en el que expresó: “Hay cosas que podemos hacer, justo ahora, para acelerar esta tendencia. El año pasado creamos nuestro primer Instituto de Innovación en Youngston, Ohio. Lo que una vez fue una bodega de almacenamiento es un laboratorio donde nuevos trabajadores están profesionalizando la impresión 3D que tiene el potencial para revolucionar la forma como hacemos casi todo”.
En la segunda revolución industrial, que tuvo sus inicios a principios del siglo XX, la producción se desplazó desde los grandes centros urbanos a las áreas o Parques Industriales situados a las afueras de las ciudades dotados de una buena conectividad, que permitían sacar cargas en grandes volúmenes y que los empleados puedan llegar fácilmente en sus automóviles, motos o bien el servicio público de pasajeros. Mientras que en la nueva revolución industrial, conocida por mucho como la tercera, las impresoras 3D tendrán un rol protagónico ya que cambiarán el paradigma de las manufacturas por las infofacturas, que irán mejorando a ritmos nunca antes visto gracias a nuestras mentefacturas.
Muchas industrias están en un proceso de cambios irreversibles, entre ellas y solo para dar un ejemplo, está el sector de la indumentaria, que fue protagonista en la segunda revolución industrial con sus telares.  En el siglo pasado, fue y sigue siendo un fuerte generador de empleo pero que ahora transita  un cambio de paradigma. En el año 2015 la cadena Euro News publicaba  una noticia sobre La diseñadora Israeli, Dani Peleg, quien presento su colección de ropa Fashion In 3D, hecha en impresoras 3d con equipos que costaban alrededor de 2000 euros. Con el paso de los años se seguirá innovando en materiales y tecnología y el precio se irá reduciendo ¿te imaginas estar en tu casa y poder imprimir una camisa limpia cuando te haga falta? Cabe preguntarse qué le enseñamos a los jóvenes que le interesa la moda, a manejar una maquina recta o es tiempo que también aprendan en forma paralela a usar impresoras 3D.
Si bien actualmente en nuestro país no se encuentra muy difundida esta nueva herramienta tecnológica, no hay dudas de que en un futuro cercano estarán disponibles y cambiarán rotundamente las formas de producción. Muchos son los informes y economistas que vaticinan que estas impresoras generarán una nueva revolución industrial comparable a la máquina a vapor, que va a cambiar toda la forma de producción y los métodos que inventamos y producimos.
Los nuevos modelos de educación como el flipped learning, los cambios tecnológicos, internet de las cosas y las impresoras 3D, dieron origen en los últimos años a los infofabricantes, una nueva clase, o conocidos también como la comunidad Maker, que están impulsando la democratización  de la fabricación digital a través de los Fab Lab.
Los Fab Lab surgieron de la iniciativa de Neil Gershenfeld, profesor del MIT en USA, quien creó un curso muy popular en esa universidad conocido por el nombre de “Como hacer (casi) cualquier cosa”. Así surgió el primero de estos centros en el Center for Bit and Atoms del MIT.
La producción personalizada en impresoras 3D va a sustituir a la producción manufacturera, la gente podrá producir su ropa y diferentes elementos de uso personal, las clínicas podrán producir sus prótesis a medida, podremos producir los repuestos que necesitemos para nuestros vehículos y equipos del hogar. Lo que impactará fuertemente también en los comercios, la logística y transporte regional e internacional.
Estamos frente a un verdadero cambio disruptivo, lo que hasta hoy se daba por sentado como una realidad absoluta va a cambiar en pocos años. Las áreas industriales o parques Industriales se convertirán en parques tecnológicos que agruparan a infofabricantes medianos que producirán productos más complejos. En los centros urbanos irán naciendo una nueva casta, los Maker, que irán creando FAB LAB, el negocio pasará por comprar y vender diseños por internet y materiales para las impresoras 3D, y las personas podrán producir muchas de las cosas que consumen en estos laboratorios donde se democratizará la producción. Jeremy Rifkin, un referente global en temas tecnológicos seguido por muchos de los dirigente de las naciones más poderosas  denomina a estos Fab Lab como “el Laboratorio popular de I+D para la tercer revolución industrial”.
En la zona centro de Misiones alrededor de la Facultad de Artes e Ingeniería empiezan aparecer como pequeñas semillas los FAB LAB que se van incorporando a la Nueva Economía Naranja. Las universidades son el semillero indiscutible de producción y de dinamización de nuestras Mentefacturas. Oberá es vanguardia en este tema, Tacuru Fab Lab es el primero en Misiones y se encuentra a 200 metros de la facultad de Ingeniería, creado e impulsado por 3 jóvenes, Gisel Kleiven, Facundo Argañaras Machon, egresados de la carrera de Diseño Industrial y Mario Villalba egresado de una escuela técnica misionera.
El ascenso de los territorios en la sociedad del siglo XXI se dará por las clases creativas, en las cuales las universidades y escuelas técnicas tienen un rol preponderante, pero esto requiere de una visión compartida y de un acompañamiento de todos los habitantes y actores del desarrollo local. Impulsar ecosistemas que promuevan en las ciudades esta nueva clase, los infofabricantes, brindarán la oportunidad a Misiones de generar  riquezas genuinas para dejar de depender exclusivamente de los recursos naturales que yacen en su suelo y  comenzar a aprovechar  cada vez más los recursos que existen en la mente  y el talento de su gente.

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El desafío de crear PYMES Tecno-Misioneras con talento femenino

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Misiones presenta  particularidades geográficas y poblacionales  que la  hacen única en Argentina, por un lado alberga recursos naturales que representan el 52% de la biodiversidad de la nación, y por otra parte posee la población más  joven del país, esto último debe ser el gran recurso estratégico de las próximas décadas. Cerca del 42% de los Misioneros tienen menos de 20 años, y 51% son mujeres, este dato puede ser poderosamente positivo ya que en los próximos años estos jóvenes se incorporarán a la PEA y nos darán un importante bono demográfico. El desafío estará enfocado en  pensar cómo formamos a nuestro gran software,  los jóvenes misioneros.
La provincia tiene 74 escuelas técnicas y esto la posiciona como la de mayor cantidad  respecto a las restantes provincias del norte Argentino, las matriculas de las mismas se han incrementado un 158% promedio en los últimos 10 años, siendo el 37,3%de sus alumnos mujeres. Las EPET, IEA, EFA son parte del hardware del desarrollo local que se encuentra distribuido a lo largo del territorio para preparar a nuestro Software. El objetivo debe estar orientado en formarlos técnicamente para los trabajos del futuro y empezar a cambiar el viejo paradigma del trabajo en relación de dependencia, al de generar sus propias empresas o emprendimientos. Se debe analizar detalladamente qué equipos  y tecnologías  serán obsoleto en los próximos años, e ir gradualmente cambiando los programas. Por citar un ejemplo, hoy se enseña a reparar motores nafteros o diesel  en un mundo que en algunos años irá mutando hacia los autos con motores eléctricos y los cuales demandarán desarrollo de software y diferentes aplicaciones tecnológicas. En los próximos 20 años desaparecerán cientos de puestos técnicos y modelos empresariales, los cuales serán sustituidos por otros perfiles técnicos, la automatización, robotización, la nube y el internet de las cosas.
Cuando se habla de acceso a nuevas tecnologías, la realidad de Sudamérica y Argentina es que no todos los jóvenes tienen las mismas oportunidades. Hay grupos que, por distintas razones (geográficas, socioeconómicas, de género, etc.), tienen dificultad en el acceso, uso y/o apropiación de las tecnologías. Esta brecha digital produce desigualdad en las oportunidades de desarrollo un claro ejemplo es la menor participación de las mujeres en actividades tecnológicas e innovación, lo que constituye un desperdicio de recursos intelectuales y creativos. Según el último informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que mide la brecha de género en ciencia y tecnología, en Argentina el porcentaje de mujeres que se titulan dentro de STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática) es significativamente más alto en ciencias naturales, matemáticas y estadística que en las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) o en ingeniería, industria y construcción.
El programa de conectividad escolar de Misiones que busca llevar fibra óptica y acceso a internet a  1961 escuelas, impulsado por el gobierno de la provincia a través de Marandu Comunicaciones junto al programa denominado EFA 4.0 anunciado hace unas semanas por el presidente de la legislatura misionera, Carlos Rovira, constituyen un importante paso para reducir la brecha digital. Nuestros jóvenes, en especial  las mujeres, tendrán la posibilidad interactuar con las nuevas tecnologías y acceder a las tres “v” del big data: velocidad, variedad y volumen. Un estudio del BID realizado por García Zaballos y López-Rivas en el 2012 estimó que un aumento promedio del 10% en la penetración de la banda ancha en los países de América Latina y el Caribe (ALC) provocó una subida de 3,19% del PIB y de 2,61% de la productividad, a la vez que generó más de 67.000 empleos directos.
Brindar acceso de calidad a las redes  permitirá que muchos jóvenes puedan interactuar con las nuevas tecnologías y posibilitará generar cursos diversos, como por ejemplo,  desarrolladores front-end. Estas estrategias de disminución de la brecha digital, deben tener un fuerte enfoque de género, el impacto de esto se puede verificar en iniciativas como la impulsada por Laboratoria, una ONG Peruana, hoy reconocida en todo Latinoamerica por su trabajo en el desarrollo del talento joven femenino  de las zonas pobres y relegadas de ese país, dictando cursos intensivos con el lenguaje de futuro y posibilitando en tan solo 6 meses formar Desarrolladoras Web o Diseñadoras UX. Laboratoria ha logrado que muchas de esas jóvenes mujeres se inserten en empresas tecnológicas de renombre internacional,  y que  su tasa de empleabilidad sea superior al 80%, logrando triplicar sus ingresos promedio, constituyendo esto un verdadero cambio de paradigma en las expectativas de futuro de estas mujeres.
Otro gran desafío es incentivar a los jóvenes a crear sus propios emprendimientos, según el Registro Nacional PYME existen hoy en  Argentina  853.886 PYMES inscriptas en IVA, de las cuales 14.390 están en Misiones, esto  la posiciona  como la  provincia con más PYMES respecto a las vecinas provincias de Corrientes, Chaco, Formosa, Jujuy. Es imperante dimensionar cuantas  de las empresas son tecnológicas, según información suministrada por la presidente del Cluster de Servicios Basados en el Conocimiento (SBC) de Misiones, Gladys Neuendorf, en la actualidad existen cerca de 90 emprendimientos y PYMES  vinculadas al sector pero solo el 10% son lideradas por mujeres. Estas empresas generan hoy alrededor de 325 puestos de trabajo, un número que se podría incrementar en forma exponencial en los próximos años gracias a los programas impulsados por la provincia.
Los jóvenes y las nuevas tecnologías le pueden dar la oportunidad a Misiones de dejar de depender exclusivamente de los recursos naturales que yacen en su suelo y empezar  cada vez más a depender de los recursos que existen en la mente, la creatividad,  y el talento aprovechando ese importante porcentaje de mujeres misioneras.

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