La cumbre de los compromisos y las negociaciones climáticas
Esta semana comenzó la COP o Conferencia de las Partes, es decir el órgano supremo de toma de decisiones de la Convención Marco de Naciones Unidas en Cambio Climático (CMNUCC) y desde Economis presentamos una breve síntesis semanal con foco en los temas que impactan en la región.
Fuera de los discursos presidenciales, que fueron el foco de la mayoría de los medios de comunicación a nivel mundial, las negociaciones climáticas fueron las verdaderas protagonistas ya que ellas justamente establecen compromisos concretos que definen hacia dónde se orienta la gestión ambiental durante los próximos años, así como también determinan los pasos a seguir y las modalidades de monitoreo y control.
Argentina no quedó afuera y, mucho menos Misiones, la provincia que alberga uno de los únicos pulmones verdes y representa de las ecorregiones más biodiversas del planeta pero que, además, no viajó para escuchar sino para participar activamente de mesas de discusión, exposición y debate.
Discursos y ¿compromisos? La mayoría de los mandatarios realizaron repasos de las legislaciones vigentes y reiteraron los compromisos asumidos por sus países. En el caso de Argentina, el presidente Alberto Fernández, tuvo como premisas el financiamiento y el canje de deuda por acción climática.
El pedido se enmarcó en lo que Argentina viene planteando y que permitiría enmarcar un financiamiento climático trabado y comprometido por los países desarrollados. “Proponemos la creación de un Comité Político y Técnico sobre financiamiento climático, con representación equitativa de países desarrollados y países en desarrollo, que trabaje en la definición de una hoja de ruta sobre cómo movilizar los fondos necesarios, que reconozca el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas y que tenga en cuenta el endeudamiento y las limitaciones estructurales, así como las necesidades de bienestar social“, señaló Fernández.
Para Misiones, la posibilidad de canjear deuda por servicios ecosistémicos no es un detalle menor, ya que el hecho de albergar más del 50% de biodiversidad de Argentina, la posiciona en un lugar protagónico.
El anuncio de Fernández generó opiniones encontradas en Argentina y sirvió incluso para potenciar aún más los discursos políticos provinciales de cara al 14 de noviembre, cosa que no sorprende ya que el accionar nacional continúa indicando que no hay un tratamiento equitativo y justo desde la Nación para con Misiones, así como tampoco un reconocimiento del aporte de la provincia en el plano nacional ambiental.
Misiones y la agenda setting. Como oportunamente lo adelantó Economis, el ministro de Cambio Climático de Misiones, Patricio Lombardi, mantuvo una agenda cargada de reuniones y espacios de exposición y discusión en Glasgow.
“Con la discusión en agenda a nivel global, está quedando claro que nuestras políticas estratégicas son un vector importante de desarrollo no solo de conservación sino también de desarrollo. Ese vector de desarrollo es el que no tenemos que perder y es el que nos guía”, expresó a Economis Martín Ibarguren, subsecretario de Planificación y Programas de Financiamiento Rural, del ministerio del Agro de la provincia.
La firma de la Declaración para la Equidad en los Mercados de Carbono junto a Colombia, países de América Latina y África Occtidental, que busca lograr un precio justo por el carbono, es uno de los resultados de dicha agenda. Otro, la reunión con Mauricio Claver-Carone, el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que es el principal banco del mundo en otorgar fondos no reembolsables para desarrollo, infraestructura o cuidado del medioambiente.
Misiones cerró en la cumbre de Cambio Climático en Glasgow, Escocia, el acuerdo con la firma Mercuria para empezar a emitir bonos de carbono y generar recursos para custodiar la selva misionera.
Un día antes, el presidente de la Cámara de Representantes, Carlos Rovira, expresó que “en menos de una década el principal recurso que va a venir a la provincia van a ser recursos de los bonos verdes. Misiones puede ser un green bank y puede vivir de eso“.
El tema de los bonos verdes también yace bajo la lupa de las jóvenes argentinas que viajaron representando a la militancia ambiental. Entre ellas, Delfina Godfrid, coordinadora de investigación de Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) quien expresó que busca “ver qué sucede con el tema de los mercados de carbono y, a partir de eso, entender nuestro rol en ese mercado. Ese famoso Artículo 6 que parece que nunca va a salir.”, según publicó el portal Red/acción.
Hidrógeno verde. Por su parte, el ministro de Desarrollo Productivo Argentino, Matías Kulfas, anunció el cierre de un acuerdo con una empresa australiana que invertirá 8 millones de dólares en Argentina para producir hidrógeno verde en Río Negro.
La noticia no sorprende ya que los rionegrinos avanzan hace tiempo en estudios de factibilidad para la producción de combustibles limpios. Un informe elaborado por el Instituto Fraunhofer de Alemania señaló que el territorio ríonegrino cuenta con “recursos naturales excepcionales y que la provincia podría posicionarse como pionera en la materia tanto en Argentina como en sudamérica“.
La demanda a nivel mundial es y será enorme, por lo que sin dudas esto sería un golpazo de media cancha para Argentina en cuanto a las divisas y exportaciones. Ahora bien, teniendo el hidrógeno verde un papel clave hacia la descarbonización y la transición hacia las energías renovables, representa así una gran oportunidad de empezar a pensar en la diversificación de la matriz productiva argentina siempre y cuando, algo de lo producido se quede en el país.
Acá nomás, en el Parque Industrial de Posadas opera una planta piloto que busca desarrollar un vector energético nuevo dentro de la matriz provincial, que permitiría pasar a la primera planta de producción industrial de hidrógeno, logrando un combustible alternativo para el transporte, la industria, energía y sector residencial. El proyecto despierta grandes expectativas e incluso para algunos podría ser una especie de reivindicación frente al históricamente postergado gasoducto del NEA.
¿Catedrales de la naturaleza o herramientas para transformar la economía?. Detener y revertir la deforestación y la degradación de la tierra y la restauración de más de 13 millones de millas cuadradas de bosques para 2030 fue el compromiso asumido esta semana.
Argentina y los más de 100 países comprometidos en el pacto albergan el 85% de los bosques del mundo. Entre ellos se encuentran además: Estados Unidos, Reino Unido, la Unión Europea, China, Rusia, Colombia, Perú, Uruguay, Costa Rica, Honduras o Guatemala, Brasil, Indonesia y República Democrática del Congo.
El acuerdo establece que “los países trabajarán para detener la deforestación hasta finales de la década mediante iniciativas gubernamentales y privadas, que incluyen el aporte de miles de millones de dólares en ayuda para los pueblos indígenas y para la agricultura sostenible”. Boris Johnson, primer ministro británico, catalogó como histórico al acuerdo ya que “los bosques apoyan a las comunidades, los medios de vida y el suministro de alimentos, y absorben el carbono que bombeamos en la atmósfera. Son esenciales para nuestra propia supervivencia“.
El presidente del Colegio de Ingenieros Forestales (CoIForM), Jaime Ledesma, comentó a Economis que el acuerdo representa “un hecho auspicioso, relevante y trascendente”. Expresó que “tenemos que trabajar mucho sobre los bosques nativos argentinos, necesitamos acción sobre el territorio, y que se garanticen los presupuestos necesarios”. En ese contexto, postuló a los ingenieros forestales como protagonistas de estos tiempos, “ya que los datos sobre deforestación de bosques en algunos ecosistemas forestales nativos del país son preocupantes”.
Ledesma postula que el paradigma forestal del decenio, debería ser “ver nuestros bosques, no como una herramienta para compensar nuestro sistema roto, sino como una herramienta para transformar nuestro sistema económico”, en coincidencia con la reflexión de Marc Palahí, el director del Instituto Forestal Europeo.
¿Mujeres al frente?. La falta de representación femenina y legitimidad en los espacios de decisión y poder fueron evidentes en las fotografías que recorrieron los portales y las redes a nivel mundial. Entre los más de 22.000 jefes de estado, activistas, representantes de organizaciones del tercer sector y diplomáticos que recorren Glasgow, se vieron pocas mujeres.
La presidenta de la Cop 25 fue la cara visible en la apertura del evento, y expresó en torno a la necesidad de entender que los procesos multilaterales requieren de tiempo y trabajo articulado y colaborativo, por lo que sumar voluntades es el gran desafío en una transformación multisectorial, involucrando actores estatales, del sector privado y la sociedad civil.
Las mesas de exposiciones y de negociaciones conformadas principalmente por hombres son contradictorias en sí mismas ya que las mujeres, junto con los grupos disidentes, son agentes de cambio y actores centrales en el avance sobre la agenda climática internacional.
Según datos recolectados por ONU Mujeres, 26 mujeres son Jefas de Estado/Gobierno y el 25% de las parlamentarias locales y el 36% de los miembros de gobiernos locales son mujeres (UN Women, s.f), incluso son menos quienes se identifican como parte del colectivo LGTBIQ+.
Puertas afuera de la COP 26, la joven Greta Thunberg dió la nota: su discurso fue contundente y sumamente duro contra las autoridades. Desde el activismo en redes sociales y también manifestaciones en Glasgow, expresó entre otras cosas que la COP 26 es un evento consiste en un “espacio de ensalzamiento del statu quo respecto a la acción climática y del “bla, bla, bla” por parte de los políticos”.
En línea de los colectivos de menor representación, la participación de organizaciones del tercer sector fue relativamente baja pero asistieron activistas de distintos puntos del planeta generando protestas callejeras y unas cuantas situaciones incómodas para las autoridades.
Transición energética. Uno de los temas cruciales de este encuentro mundial indicaría que cada vez más debería contemplarse en las agendas estatales la transición de combustibles fósiles hacia otros que minimicen las emanaciones que dañan el planeta.
Diversas posturas tuvieron en vilo a los mandatarios de China y Rusia, los mayores emisores de gases de efecto invernadero a nivel mundial. Desde Estados Unidos, Joe Biden señaló que la ausencia de el líder chino Xi Jinping, habla por sí misma. Las acusaciones, directas y apelativas, tuvieron eco y desde Pekín un portavoz de la diplomacia china fustigó las “palabras vacías” del presidente estadounidense.
“El 80% del mundo se mueve a partir de la quema de combustibles fósiles. La descarbonización tendrá un costo que nadie quiere pagar” aseveró Ruth Ortellado, especialista en Derecho Ambiental y consultora ambiental de la Cámara de Consultores Ambientales de la Provincia de Misiones (CaMCA).
Agregó además que “mientras China -que cuenta con una matriz energética con base en las quema del carbón, siendo uno de los principales generadores de gases de efecto invernadero- no aparece; los países del tercer mundo buscan financiamiento y analizan de dónde sacan el dinero…. El Financial Times publica un informe que da cuenta de que las más importantes inversiones financieras migraron la inversión petrolera hacia la descarbonización”.
Es utópico pensar en un 2.050 con energías limpias, mientras los acuerdos firmados por el gobierno nacional continúan destinando hoy el 100% de inversiones millonarias a la explotación petrolera en el país y continúan postergando la posibilidad de desarrollar planes alternativos orientados a la generación de energías limpias.
En materia ambiental y desarrollo sostenible, mientras la opinión pública es cada vez más el límite que pocos se animan a cruzar, el gran desafío sigue siendo en pleno siglo XXI lograr que la diplomacia exceda las palabras y pase a la acción.
“Se nos juzgará por lo que hacemos, no por lo que firmamos”, afirmó días atrás al cierre del G20 el primer ministro de Italia.