La Policía secuestró 38 millones de pesos en contrabando en un operativo desplegado en Jardín América.
Luego de que la Policía interditara un camión, el Juzgado Federal de Oberá ordenó la apertura de 60 bultos que contenían neumáticos, ropas, perfumes y electrodomésticos con un valor aproximado de 38 millones de pesos.
El pasado 14 de marzo, la División de Drogas Peligrosas de Jardín América llevó a cabo un importante procedimiento en el marco de la “Operación Policial de Control de Cargas”. Por ello, 60 bultos que eran trasladados por un transporte quedaron a resguardo de la Unidad Regional IX.
Es así que hoy, autorizados por la Justicia, se realizó la apertura de los mismos, hallándose en su interior 112 neumáticos, 184 camperas, 240 pantalones, 28 chalecos abrigo, 139 perfumes árabes de distintas marcas, dos consolas PlayStation 5, un televisor S-Mart TV de 50 pulgadas y una bicicleta rodado 26.
Finalmente, todos los elementos de contrabando fueron incautados bajo acta y puestos a disposición del magistrado interviniente.
Según el panorama monetario y cambiario de la consultora Ecolatina, las novedades del frente externo, de los aranceles aplicados por Donald Trump han pateado el tablero económico mundial, afectando directamente a Argentina.
La semana se desenvolvió con relativa calma en el plano cambiario. Por un lado, los dólares financieros se mantuvieron levemente al alza, deslizándose en promedio 1% hasta situar la cotización cerca de los $1.330. Por otro lado, los contratos de dólar futuro, que habían empezado la semana a la baja, retomaron el sendero alcista con el correr de los días, aunque lejos de lo ocurrido desde mediados de marzo.
Las novedades esta vez llegaron del frente externo debido la volatilidad internacional producida por la suba de aranceles que interrumpió la leve mejoría registrada durante la semana. Para dimensionar, el nuevo esquema de aranceles impuesto por Trump colocaría a los derechos de importación norteamericanos en su nivel más alto desde la reorganización global que implicó la salida del Bretton Woods en la segunda posguerra, e incluso se situarían en niveles comparables a los del crac del 30’, según estimaciones de diversas entidades privadas especializadas en la materia. Como consecuencia, el mercado espera un menor crecimiento global y una caída de la actividad económica, repercutiendo negativamente en el precio de las commodities, devaluaciones en monedas emergentes y un mayor sendero de recortes de tasas por parte de la FED.
Para saber cómo quedará parado Argentina habrá que esperar. No es claro cual será el efecto neto en un mundo con menores precios de commodities, pero con potenciales ventanas de oportunidad para conseguir nuevos mercados. Por otro lado, se abre una oportunidad y un desafío para el programa cambiario-financiero del Gobierno. Si el golpe a la actividad norteamericana se materializa, nos conduciría eventualmente a un 2026 con menores tasas de interés que las previstas, algo clave para el acceso al financiamiento. Asimismo, en el corto plazo el equipo económico cuenta con una carta extra ante el FMI para defender el esquema cambiario actual y no introducir modificaciones en la previa electoral bajo un contexto internacional hostil.
La semana se desenvolvió con relativa calma en el plano cambiario. Por un lado, los dólares financieros se mantuvieron levemente al alza, deslizándose en promedio 1% hasta situar la cotización cerca de los $1.330. Por otro lado, los contratos de dólar futuro, que habían empezado la semana a la baja, retomaron el sendero alcista con el correr de los días, aunque lejos de lo ocurrido desde mediados de marzo. Asimismo, en medio de una mayor incertidumbre global, el riesgo país finalizó en 923 puntos básicos, el valor más alto desde octubre del año pasado.
Justamente, la calma en la plaza de futuros permitió que el BCRA reduzca la posición vendedora en el MULC. Incluso, durante la jornada del martes la autoridad monetaria compró USD 53 M y cortó una racha de once jornadas consecutiva de ventas, donde se desprendió de más de USD 1.700 M. No obstante, las compras no fueron suficiente para compensar y el Central redondeó ventas netas por USD 131 M durante las últimas cuatro ruedas (-USD 33 M promedio diario), contrastando con los más de USD 600 M de la semana previa (-USD 125 M promedio diario).
Detrás de este resultado, dos fueron los canales que permitieron mejorar la performance del Central en el MULC. Por un lado, la directora del FMI, Kristalina Georgieva, dijo en una entrevista el lunes por la tarde con Reuters que le parecía razonable la solicitud de Argentina de recibir un desembolso inicial por el 40% del total del nuevo programa (USD 8.000 M), porcentaje poco usual para los programas de los últimos años del organismo. Las declaraciones apaciguaron los ánimos en los mercados, permitiendo comprimir las tasas implícitas de los dólares futuros.
Por otro lado, el sector agropecuario aceleró la liquidación. Durante la semana, el agro liquidó cerca de USD 395 M (3/4 último dato disponible), acentuando la aceleración registrada durante la semana previa. En este sentido, la liquidación promedio diaria se situó en USD 132 M, por encima de la semana previa (USD 102 M), alcanzando el registro más elevado desde finales de febrero.
Las novedades esta vez llegaron del frente externo debido la volatilidad internacional producida por la suba de aranceles que interrumpió la leve mejoría registrada durante la semana. El 2 de abril, en la jornada bautizada como “Liberation Day”, la administración Trump cumplió con su promesa de suba de aranceles. Se establecieron aranceles recíprocos para varios países, entre los que destacan la Unión Europea (20%), Vietnam (46%), Taiwán (32%), Japón (23%), Corea del Sur (25%), y especialmente China, a la cual se le adicionó un 32% a la suba previa (20%), posicionando el arancel en cerca de un 54%. Argentina, al igual que la región, salió relativamente favorecida al recibir un arancel del 10%, el mínimo nuevo derecho de importación del país norteamericano.
Para dimensionar, el nuevo esquema de aranceles impuesto por Trump colocaría a los derechos de importación norteamericanos en su nivel más alto desde la reorganización global que implicó la salida del Bretton Woods en la segunda posguerra, e incluso se situarían en niveles comparables a los del crac del 30’, según estimaciones de diversas entidades privadas especializadas en la materia.
Esto implica un cambio inédito de las reglas de juego a escala mundial. Lo que era una disputa “quirúrgica” por la carrera tecnológica entre los principales actores de la economía internacional, y especialmente entre Estados Unidos y China, mediante diferentes medidas para reconfigurar las relaciones comerciales, se esfumó en pocas horas.
En pocas palabras, el mundo pre-Trump se dirigía cada vez más a un escenario de reshoring (producción local) y friendshoring (relocalización en países “amigos”), con el objeto de contener fronteras adentro producciones de bienes y servicios clave para la seguridad nacional y la carrera tecnológica, y localizar procesos productivos en países confiables y lejos de conflictos bélicos. Testigo de esto son las CHIPS Act y la Inflation Reduction Act impulsadas bajo la administración Biden (que busca impulsar actores locales en sectores estratégicos).
Trump barrió con todo esto y de ahí el estupor a nivel global. Tal es el nivel de arbitrariedad en la medida, que los aranceles a las exportaciones norteamericanas (que “incluyen” barreras comerciales y manipulaciones de divisas) comunicadas por Trump para el cálculo de los aranceles recíprocos, no son otra cosa que las exportaciones de Estados Unidos divididas por el déficit comercial para cada uno de los países.
En este marco, ante la incertidumbre y el temor a una recesión, los mercados financieros se desplomaron. Por un lado, la renta variable norteamericana se desplomó desde el anuncio: el NASDAQ lideró las bajas (-11,4%), seguido por el S&P 500 (-10,5%) y finalmente el Dow Jones (-9,3%). En sintonía, el índice VIX, proxy de volatilidad del mercado, se acercó a los valores más elevados desde abril del 2020 y valores similares de la crisis financiera del 2007-08. En paralelo, el resto de las bolsas internacionales acompañaron el movimiento: el Nikkei japonés cayó 5,4%, el DAX alemán un 8%, el FTSE 100 de Londres 6,4% y el Euro Stoxx 500 un 8,3%.
Por otro lado, la expectativa de una contracción en el comercio internacional asociada al menor crecimiento global afectó a las commodities, con el barril de petróleo promediando una baja del 12,5%, y el contrato de precio de la Soja a mayo en Chicago perforando los 360 USD/tn (-5,1%).
Esto se da en un contexto donde el dólar adoptó un comportamiento zigzagueante. Mientras la primera rueda tras los anuncios se depreció al calor de una mayor ponderación por parte del mercado de que la economía norteamericana ingrese a una recesión en el corto plazo, durante la jornada de hoy revirtió la tendencia, recuperando parte del terreno perdido respecto a las principales monedas (Euro, Yen, etc.), y más que compensando respecto a las divisas de mercados emergentes. Puntualmente, la cotización de la moneda brasileña, nuestro principal socio comercial, finalizó en 5,84 reales por dólar (+3,9%) y retornó a los valores de principios de año, previo a las subas de tasa de interés instrumentadas por el Banco Central del país vecino.
Bajo este estrés, el mercado espera mayores recortes por parte de la FED. A pesar de las presiones inflacionarias que introducirán los aranceles, prima por ahora una lectura de mayores consecuencias en materia de actividad, lo que derivaría en una FED con menor margen de maniobra. Sostener la tasa o, peor aún, subirla para contener el shock de precios que implicarán la suba de derechos de importación lesionaría aún más la actividad económica. Por ende, el mercado espera ahora cuatro recortes para el resto del año (100 puntos básicos). Justamente, durante hoy Trump instó vía X a Jerome Powell, Presidente del organismo, a que reduzca la tasa de interés.
Ahora bien, ¿qué esperar de todo esto? En pocas palabras, no existe una respuesta inmediata y habrá que ver hasta qué punto esto implica un cambio permanente o transitorio de las reglas de juego. Esto es, si la política arancelaría será respaldada por un plan económico de largo plazo estableciéndose como el nuevo modelo de comercio internacional, desatando represalias por parte de los países perjudicados (China respondió hoy con aranceles del 34% para todos los productos de origen estadounidenses); o si Trump busca en realidad traer a la mesa de negociación a los diferentes socios comerciales, con asuntos de por medio que van más allá de cuestiones económicas (inmigración, seguridad, tráfico de drogas, etc.).
En todo caso, la pregunta del millón es ¿cómo quedamos parados ante todo esto? Nuevamente, la respuesta tendrá que esperar dado que aún no queda claro cuál será el efecto neto para la economía local. Por un lado, la caída de los precios de las commodities perjudica nuestros principales productos de exportación (maíz, soja, energía), al tiempo que un dólar a futuro más fortalecido promete condiciones menos favorables para una recuperación de los precios. Además, una menor demanda global seguramente afectará las cantidades que el país podrá colocar en el resto del mundo.
Por otro lado, un comercio internacional más debilitado, replegado y sujeto a una proliferación de aranceles descansará en mayor medida de las habilidades políticas del Gobierno y los actores privados para ingresar eventualmente a nuevos mercados, aprovechando ventanas de oportunidad que se produzcan ante la reconfiguración del comercio internacional. De todos modos, estos procesos requieren tiempo y, en todo caso el efecto final dependerá de que tan duradero es este evento.
Hacia adelante, se abre una oportunidad y un desafío para el programa cambiario-financiero del Gobierno. Si el golpe a la actividad norteamericana se materializa, nos conduciría eventualmente a un 2026 con menores tasas de interés que las previstas, algo clave para el acceso al financiamiento. No obstante, en un mundo más fragmentado, la política tendrá que hacer su juego para seducir a los mercados internacionales y logrear rollear los abultados vencimientos en dólares que tenemos hacia adelante.
Por último, en el corto plazo el equipo económico cuenta ahora con una carta extra ante el Fondo para defender el esquema cambiario actual. Introducir modificaciones en un contexto internacional hostil puede imprimir mayor volatilidad al tipo de cambio (máxime si muchas monedas comienzan a depreciarse para ganar competitividad), interrumpir el proceso desinflacionario y/o generar un mayor drenaje de reservas internacionales, algo que no resulta atractivo en las puertas de las elecciones legislativas de octubre.
El BCRA vende divisas en el MULC
Durante las últimas cuatro ruedas, BCRA vendió USD 103 M en el MULC, desacelerando las ventas respecto a la semana previa. El resultado se vio influido por una buena liquidación del sector agropecuario y las declaraciones de la directora del FMI, aunque en medio de un clima global desfavorable. Con todo, las Reservas Netas se habrían ubicado hoy en USD 10.800 M (-USD 8.100 M si no se descuentan los depósitos del Tesoro).
La brecha cambiaria cierra al alza
Durante la semana, los dólares paralelos finalizaron levemente por encima de la semana previa. En números, el dólar MEP escaló 2,2% respecto al viernes anterior ($1.332), el dólar blue subió 0,8% ($1.310) y el dólar CCL medido en CEDEARs aumentó 2,1% ($1.337). Como resultado, la brecha cambiaria promedió finalizó en la zona del 20%.
Se despiertan los futuros del dólar
Los contratos a futro del dólar terminaron la semana casi neutros, aunque acelerando desde mediados de semana. En detalle, los contratos de abril a junio (los más relevantes en cuanto a volumen) bajaron 0,8%, y aquellos con vencimiento de junio en adelante subieron 0,5%. Respecto a las devaluaciones implícitas, promedian un 3,7% entre abril y junio, y un 2,6% en adelante.
El directorio del FMI no logró llegar a un acuerdo sobre el primer desembolso del préstamo para la Argentina
El directorio del Fondo Monetario Internacional (FMI) se reunió esta semana para evaluar el programa económico de Argentina, sin lograr un consenso sobre la liberación de fondos inicial que el país aguarda con urgencia. Según trascendidos, las discrepancias surgidas entre los representantes europeos en el organismo han impedido avanzar en la entrega de los recursos, en un contexto donde las reservas internacionales argentinas se encuentran bajo presión y el gobierno de Javier Milei busca oxigenar su plan económico. El dato fue confirmado a Ámbito por fuentes cercanas al organismo.
Este impasse se produce mientras Donald Trump, principal accionista del FMI tras su retorno a la presidencia de Estados Unidos, reconfigura el escenario global con la imposición de aranceles generalizados, afectando las dinámicas internas del organismo multilateral.
El encuentro en Washington tenía como objetivo destrabar la primera liberación de fondos de un programa financiero estimado en u$s20.000 millones, un monto que el Ejecutivo argentino considera esencial para fortalecer las arcas del Banco Central. No obstante, las objeciones planteadas por los directores europeos, centradas en la necesidad de mayores precisiones sobre el ajuste fiscal y la política cambiaria, han frustrado las expectativas del equipo liderado por el ministro de Economía, Luis Caputo. Desde el FMI, las declaraciones oficiales se limitaron a señalar que “las negociaciones continúan”, una fórmula diplomática que no disimula las dificultades para alinear intereses en un directorio marcado por tensiones geopolíticas.
A este cuadro se suma la influencia de Trump, quien, según trascendió en declaraciones de su enviado para América latina Mauricio Claver-Carone, estaría dispuesto a facilitar el respaldo del FMI a Argentina, pero bajo una condición estratégica: que el Gobierno de Milei revise sus vínculos económicos con China y adopte una postura más alineada con los intereses de Washington. Este planteo, que remite a las lógicas de la competencia global entre potencias, se entrelaza con la reciente decisión del mandatario estadounidense de imponer aranceles a gran escala, una medida que tensiona las relaciones comerciales con Europa y Asia. En este sentido, la Casa Blanca parece utilizar su peso en el FMI como herramienta de negociación, complicando aún más las aspiraciones argentinas de obtener recursos de libre disponibilidad.
La demora en la liberación de fondos agrava la situación económica local
Con vencimientos de deuda que se acumulan a partir de 2026 y una dependencia crítica de los ingresos por exportaciones agrícolas, el Gobierno requiere con urgencia un flujo de divisas que apuntale la estabilidad financiera. Sin embargo, las exigencias técnicas del Fondo y las presiones geopolíticas de Estados Unidos configuran un escenario adverso. En los mercados, la incertidumbre ya se refleja: el tipo de cambio paralelo registra alzas sostenidas y los bonos soberanos, que habían mostrado una recuperación ante la expectativa de un acuerdo, enfrentan ahora renovadas dudas sobre su desempeño, con un riesgo país muy cerca de los 950 puntos básicos.
“El FMI no opera según los plazos que demanda nuestra economía, y Trump condiciona su apoyo a un realineamiento estratégico”, señaló un analista financiero consultado, que prefirió mantener su identidad en reserva. Las señales provenientes de Washington, con ecos en Bruselas y Beijing, delinean un juego de intereses donde Argentina aparece relegada a un rol secundario. En este contexto, la postergación de la liberación de fondos no sólo pone a prueba la capacidad de negociación del Gobierno, sino que subraya las limitaciones de un país que, una vez más, espera resolución en los pasillos de la economía internacional.
El panel de los papeles líderes regresó a niveles de noviembre, en un marco de agresivas pérdidas en los mercados globales. La Bolsa porteña cayó un 7,4% y los bonos cedieron 2%. Los dólares financieros superaron los $1.330
A diferencia de otros momentos, cuando tras una gran baja se produjo un reflejo comprador, en provecho de mejores precios de las acciones, en esta ocasión la tendencia fue la contraria. Por segundo día los mercados internacionales acusaron profundas bajas, que se replicaron con mayor magnitud en las pérdidas observadas en los activos argentinos.
Al cierre el S&P Merval de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires se desplomó 7,4%, a 2.107.815 puntos, mientras que las acciones argentinas en Wall Street cayeron hasta 12%, con los papeles bancarios a la cabeza. Estas pérdidas se dieron en el marco de un descenso de hasta 6% en los índices de Nueva York.
Al mediodía los ADR bancarios llegaron a perder 15%, y el panel líder de la Bolsa argentina cedió más de 10 por ciento. En pesos, el panel de acciones líderes anotó su nivel más bajo desde el 11 de noviembre. Y medido en dólares, descendió a su punto más bajo desde el 23 de octubre.
Mientras que los bonos Globales de Argentina se hundieron un 2% en promedio, el riesgo país saltó 67 unidades, a 925 puntos básicos, en medio de una nueva jornada negativa para los mercados de todo el mundo.
Una marcada aversión global al riesgo golpeó jueves y viernes a los activos domésticos tras los aranceles a las importaciones anunciados por Estados Unidos y la derrota política del presidente Javier Milei en el Congreso por el nombramiento de dos jueces para la Corte Suprema de Justicia.
El malhumor inversor se incrementó luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el miércoles una subida en los aranceles a las importaciones y de que China respondiera que impondría tasas adicionales del 34% a todos los productos estadounidenses, lo que disparó temores a una guerra comercial global.
El presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, advirtió que los aranceles podrían generar un aumento de la inflación y reducir el margen de maniobra del banco central para estimular la economía. Mientras tanto, Donald Trump restó importancia a la caída bursátil, declarando en redes sociales: “Este es un gran momento para hacerse rico”.
Entre los valores más golpeados de la jornada en Wall Street se encontraron empresas con fuerte presencia internacional y dependencia de cadenas de suministro globalizadas, como Boeing (-9,1%), Tesla (-9%), Nvidia (-6,8%), Apple (-6%).
“Las consecuencias de los anuncios de Trump a nivel arancelario tendrán un impacto no sólo a nivel mundial sino también sobre la propia economía estadounidense. Los analistas descartan que a nivel global dependerá del nivel de exposición de cada economía a Estados Unidos”, reportó Wise Capital.
El Gobierno argentino estimó que la aplicación de los nuevos aranceles no tendrá demasiado impacto a nivel local, ya que implican una tasa básica del 10 por ciento.
“Los bonos soberanos argentinos reflejaron una reacción alineada con la de otros mercados emergentes y de frontera, afectados por el incremento en los riesgos de una escalada en la guerra comercial”, indicó Portfolio Personal Inversiones.
La turbulencia internacional desplazó del foco de atención inversora eventual especulación sobre el cierre de un acuerdo crediticio del país austral con el FMI (Fondo Monetario Internacional) por USD 20.000 millones, que le daría una mayor solvencia al Banco Central.
“En un contexto global más incierto y con desafíos locales para acumular reservas, este escenario complica la recuperación de la deuda en dólares y aleja el acceso a los mercados”, estimó el agente de compensación y liquidación Cohen.
El monto operado en el segmento de contado se recuperó en unos USD 140 millones respecto del jueves, a USD 329,9 millones, aunque nuevamente la oferta requirió del aporte del BCRA, que finalizó con ventas por 31 millones en la plaza mayorista. En abril el BCRA conserva un resultado comprador de apenas USD 12 millones en el mercado.
Además, las reservas brutas del BCRA cedieron este viernes USD 193 millones, a USD 25.119 millones. Fuentes del BCRA indicaron a Infobae que esta caída obedeció a las ventas del jueves (USD 10 millones), la caída diaria de cotización de activos relevantes, como el oro (-2,5%) y “pagos varios” de deuda pública.
En un intento por mantener la estabilidad cambiaria y dar tranquilidad al mercado, el BCRA volvió a vender reservas en las últimas dos sesiones para abastecer la demanda genuina de divisas.
“El plano cambiario y las cuentas externas se llevan así la atención del mercado, con la escalada en la incertidumbre implicando para el BCRA ventas en el mercado”, indicó el Grupo SBS.
Tras un inicio alcista de cinco pesos, la cotización del dólar libre cerró en $1.310 para la venta, el mismo precio de cierre del jueves. Con un dólar mayorista que subió un peso, a $1.076, la brecha cambiaria alcanzó el 21,7 por ciento.
“La novela del tipo de cambio sigue atrapando a la mayoría de los inversores. El Gobierno ahora participa activamente de la narrativa, pero el mercado aún no esta convencido de lo que viene”, estimó el analista Salvador di Stefano.
“Desde nuestro punto de vista lo más importante no pasa por el desembolso del FMI, mientras el Gobierno sostenga el superávit fiscal y la inflación siga cayendo, es altamente probable que esta tasa de interés y el precio del dólar este muy por encima del precio real que debería tener en el mercado”, estimó Di Stefano.
*Cristian Stanganelli va por el Concejo de Posadas con el respaldo de cinco ex candidatos a intendente: Balán, Recamán, Rodríguez, Urízar y Santacruz*
Con la mirada puesta al 8 de junio, se pone en marcha la carrera electoral y los distintos esquemas políticos inician su armado. Este viernes -en un encuentro que convocó a unir esfuerzos- trascendió que Stanganelli representaría hoy a un gran sector de la renovación que incluye a candidatos que compitieron por la alcaldía de la ciudad en las últimas elecciones ejecutivas.
Soledad Balán y Martín Recamán como anfitriones del encuentro fueron los encargados de recibir a Fernando Urizar, Héctor “Negrito” Rodríguez y a Fernando Santa Cruz, confirmado como integrante de la lista oficialista a diputado provincial. Asimismo, Facundo López Sartori y Viviana Rovira fueron parte del encuentro que convocó a un reducido grupo de confianza de cada espacio.
Cristian Stanganelli es un joven de 39 años reconocido por su trayectoria deportiva y su gestión en el ámbito privado. El mismo ya habría acompañado a Soledad Balán en su candidatura a intendente de Posadas y hoy representa al espacio Podemos Misiones en esta lista conjunta con otras agrupaciones y espacios de trabajo, que buscará ganar representatividad en el Concejo Deliberante posadeño.
Según trascendió, también será parte de la lista el Dr. Augusto Abdulhadi, actual coordinador del Programa Créditos de Carbono del Ministerio de Ecología de la Provincia.