Recomendaciones para superar un bache emocional
Ojalá pudiésemos pasar toda la vida felices y contentos, pero vivir no es tan sencillo como se empeñan en mostrarnos las películas de Disney y las tazas de Mr. Wonderful. Es por eso que nadie escapa a, en algún momento de su vida, atravesar por algún bache emocional, algo que puede derivar en depresión.
Aquí van unos cuantos consejos para combatir esos malos momentos anímicos.
Buscar ayuda profesional
A pesar de que las amistades siempre están dispuestas a escucharnos, acudir a un profesional puede ayudarnos a salir del mal trago mucho antes. Los psicólogos analizan nuestros problemas y proponen soluciones efectivas.
Hay que empezar a desterrar el estigma de que acudir al psicólogo es deshonroso. No hay nada de malo en querer solventar nuestros problemas o en querer progresar y mejoras ciertos aspectos de nuestra vida.
Salir a la calle
Cuando nos encontramos mal anímicamente las paredes de casa pueden pesar mucho. Si nos encerramos en casa corremos el peligro de entrar en bucle. La calle tiene otro ritmo, otro aire, tiene la capacidad de distraernos, de ofrecernos nuevas experiencias.
Reunirse con amigos
Se dice que los mejores amigos siempre están en las buenas y en las malas. Son los primeros con los que nos apetece compartir los momentos de alegría, pero también a los que recurrimos cuando necesitamos hablar, contar las cosas que nos preocupan. Los amigos son el paño de lágrimas perfecto. Además, son los primeros que quieren vernos levantar el vuelo y no cejan en su empeño hasta conseguirlo, proponiendo planes, preocupándose por nuestro estado.
Hacer ejercicio
Practicar deporte es una maravilla para el cuerpo humano. El deporte nos aporta una gran cantidad de beneficios. El principal de todos es que, durante su práctica, el organismo libera endorfinas, que hacen que nos sintamos más felices. Por si fuera poco, permite que tonifiquemos nuestro cuerpo y que luzcamos más atractivos en nuestra vida diaria, lo que nos permite ganar confianza.
Viajar
Viajar es como salir a la calle, pero a lo grande. Cuando salimos a la calle nos movemos por nuestra localidad, la que conocemos a la perfección. Estamos, en cierto modo, en nuestra zona de confort. Cuando viajamos, salimos de la zona de seguridad y nos enfrentamos a la sensación de tener que desplazarnos por un lugar del que poco o nada sabemos. Hacemos frente a nuevos retos, vemos nuevos lugares, interactuamos con personas con las que jamás nos habíamos cruzado en nuestra vida, probamos comidas diferentes. Al viajar, ampliamos nuestro mundo y nos preocupamos más por los nuevos desafíos que por seguir dándole vueltas a nuestros problemas.
Buscar actividades
Mantener la cabeza ocupada es la mejor opción para dejar atrás un bache emocional. Mientras estamos realizando las actividades nos concentraremos en ellas y estaremos dejando de lado, aunque sea momentáneamente, nuestras preocupaciones.
Ponte a hacer aquello que siempre te haya llamado la atención, lo que te apasione. Si tanto te gusta no te costará ningún trabajo hacerlo. También, haciendo y haciendo, puedes llegar a descubrir nuevos hobbies y aficiones.
Descansar y alimentarse bien
Dormir menos horas de las recomendables y comer de manera indebida puede generar cambios en nuestro cuerpo y puede afectar a nuestra cabeza. Es por eso que hay que dormir, al menos, 7 horas diarias y llevar una dieta equilibrada.