Damian Zena

El té se sienta a la mesa: la Coproté y una negociación en tiempos difíciles

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Con el calendario marcando el tramo final de julio, los referentes del sector tealero de Misiones ya se preparan para una nueva ronda de discusiones en el ámbito de la Comisión Provincial del Té (COPROTE). La producción tealera es una de las más importantes de la provincia y, al igual que los otros pilares económicos misioneros, atraviesa un presente más que complejo, agravado por un contexto macroeconómico que no acompaña.

No obstante, el presidente de la Federación Agraria y director también del COPROTE, Fabián Labán, propuso convocar para el viernes 1 de agosto a las 9 de la mañana la primera reunión de la comisión para empezar a tratar el precio del kilo de hoja verde de té de cara a la próxima zafra. Sin embargo, más allá de la fecha, las condiciones que rodean al cultivo son, para muchos, de las más difíciles de los últimos años.

La raíz de esa complejidad está en múltiples factores que convergen sobre una actividad históricamente frágil: costos de producción en alza constante, precio de la materia prima sin recomposición real y mercados internacionales cada vez más retraídos.

Cristian Klingbeil, un histórico productor referente de la zona centro de Misiones, advirtió, en diálogo con Economis, que la próxima discusión de precios será un encuentro complejo y que “la zafra va a ser muy difícil si no hay un dólar realmente competitivo para el sector”.

Cubrir costos

Klingbeil explicó que el valor de referencia fijado para la última campaña fue de 80 pesos por kilo de hoja verde, pero muchos secaderos “pagaron solamente 60 pesos durante toda la zafra”, lo que implicó una pérdida directa para el productor en un contexto de fuerte inflación.

“El productor hizo un esfuerzo gigantesco para mantener la actividad, para que el secadero siga teniendo materia prima, pero hoy ya no se puede más. Se puede tener toda la voluntad, pero sin bolsillo que respalde, se hace imposible”, afirmó. Esta situación lo alejó a él de la actividad que tuvo que incurrir en otros rubros, aunque nunca terminó distanciándose demasiado. “Yo pude realizar otras actividades para alimentar a mi familia, pero no todos los pequeños productores tienen esa suerte”, confesó.

La situación del té no es nueva, en los últimos años se habló mucho de una caída creciente de los mercados internacionales, donde actores asiáticos empezaron a competir con el té local que, del total que se produce, más de un 90% se destina a mercados internacionales.

“Hace mucho tiempo viene mal, pero de los últimos diez años, ocho sacamos de la yerba para mantener el té”, confesó Klingbeil. “Ahora ya no se puede sacar nada de la yerba, así que si el té no se mantiene por sí solo, está mal”. Ese traspaso de recursos entre actividades agrícolas hoy ya no es viable, y la cadena de valor comienza a mostrar signos de fractura.

El sector tampoco recibió medidas de alivio por parte del Gobierno nacional. A diferencia de otras economías regionales, el té y la yerba mate “no tenían retenciones”, por lo que no fueron alcanzadas por las últimas quitas anunciadas tiempo atrás. A eso se suma la eliminación de subsidios que se mantenían en años anteriores, como el apoyo con fertilizantes o abono, y un contexto de incrementos sostenidos en combustibles, que en julio volvieron a subir antes de fin de mes.

“El combustible tiene una alta incidencia en los costos, nunca afectaba tanto como ahora. Si un productor tiene que trasladar una carga a más de 40 kilómetros, el 15% se le va solo en combustible”, detalló Klingbeil.

Mano de obra en fuga

Los insumos no son el único dolor de cabeza de los pequeños productores tealeros. La mano de obra se encarece y el margen de ganancia se achica a puntos insostenibles, por lo que varios trabajadores opten por buscar otras alternativas fuera de la provincia. De esta manera se profundiza el éxodo de trabajadores rurales hacia Brasil, donde encuentran mejores condiciones laborales y salariales.

“La gente que mejor trabaja se está yendo a Brasil. Se están yendo al ‘comunismo’, porque en ‘libertad’ se cagan de hambre. Allá pueden tener un ingreso digno y acá la gente pasa hambre”, ironizó el productor con sorna, apuntando al discurso del oficialismo nacional.

En este punto, Labán coincidió en ese diagnóstico, aunque también señaló las regulaciones laborales que limitan la cantidad de horas por jornal. “Si me pagan 2.000 pesos la hora en Brasil y trabajo 14 horas, gano 28 mil pesos por día. Acá, con suerte, trabajando todo el mes llegás a la mitad de lo que podés juntar allá, porque se trabaja menos horas. Entonces se van a Brasil”.

Pero no solamente los peones desertan de la actividad agrícola, también sucede con las nuevas generaciones de productores, dueños de las tierras que buscan un futuro lejos de la ganadería. En ese punto, Labán señaló que los jóvenes ya no quieren continuar con la producción familiar, al ver el esfuerzo desmedido de sus padres sin una retribución acorde. “Muchos productores vendieron la chacra y se fueron al pueblo. Siempre pasó eso, pero no como ahora, con esta magnitud”, denunció.

Lo más grave, apuntó el dirigente, es que estas tierras terminan siendo adquiridas por grandes empresas, que concentran la producción y desplazan al productor familiar. “Compran las chacras de quienes no pueden sostener los costos, muchas veces por una monedita a gente mayor que ya no puede trabajar. Así, pierden los que hicieron grande al sector”, lamentó.

Sin margen para ajustes

A diferencia de otros cultivos, donde todavía es posible aplicar tecnología para mejorar la eficiencia, en el caso del té “todo lo que sea avances tecnológicos y bajar costos ya se hizo”, según remarcó Klingbeil. La fertilización, la pasada de herbicidas y otras prácticas ya están mecanizadas. “No hay mucho más margen para ajustar. La industria también pasa por lo mismo. Eso de reducir costos es un eufemismo para decir que se reduce mano de obra”.

En ese sentido, resaltó los avances que se lograron en eficiencia energética, especialmente en la quema de chip, pero aclaró que esos esfuerzos no alcanzan sin políticas públicas que acompañen. “Hoy se necesita un dólar competitivo y un valor de combustible coherente, porque el actual no resiste análisis. Tenemos el combustible más caro que Uruguay, que no produce un litro de petróleo”.

La situación de la industria tampoco es alentadora. En el primer semestre, se exportaron cinco millones de kilos menos que en años anteriores, según reportaron exportadores. Varios industriales admitieron tener los galpones llenos y embarques reprogramados, lo que refleja una ralentización preocupante en las ventas externas. “Todo lo que estaba previsto enviar en junio lo harán recién en agosto”, indicaron.

Enrique Urrutia, empresario tealero, graficó con claridad esa retracción. “Un cliente de Estados Unidos compró un 20% menos que en años anteriores. Eso afectó muchísimo a los que exportamos. En nuestro caso, y en el de otras empresas grandes, vendimos menos porque le vendemos a ese cliente que compró menos”.

En su estimación, las exportaciones cayeron entre un 10 y 12 por ciento respecto a años “normales”, que ya venían siendo apenas regulares. “El último año fue peor aún”.

Expectativas acotadas

Arnoldo Schmidt, integrante del directorio de la COPROTE, reconoció que las expectativas para el encuentro de agosto no son buenas. “Las industrias todos los años se quejan”, señaló. De todos modos, están trabajando en una grilla de costos para intentar fundamentar un nuevo valor para el kilo de hoja verde. “Estamos haciendo números finos, para que le sirva al productor”, dijo Labán, aunque advirtió que el contexto económico es muy adverso, con subas mensuales del combustible y un dólar que ya roza los 1.300 pesos.

Para muchos, la única posibilidad de recuperación está atada a una reactivación del mercado internacional. “Todo lo que se diga de la siguiente zafra son solo especulaciones. Hasta noviembre no sabremos cómo estarán las cosas”, explicó Urrutia. Según el empresario, recién entre octubre y noviembre los compradores internacionales empiezan a moverse o consultar por producto, por lo que las expectativas están en pausa.

Mientras tanto, los productores ven cómo la tierra se vacía, las chacras cambian de manos y el trabajo digno se busca del otro lado de la frontera. “No se sabe cómo se hará para salvar todas las actividades regionales. En esto caen tanto el productor chico como el grande”, advirtió Klingbeil. “Lamentablemente hoy, el que invierte en producción agraria termina fundiéndose”.

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Bertotto, metal pesado en la forestación

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La empresa familiar Oscar Bertotto, radicada en Misiones y especializada en la fabricación de maquinaria forestal, encontró la manera de mejorar su rentabilidad y ofrecer un producto de calidad. La clave: reducir costos a través de una apertura estratégica a proveedores internacionales, incorporar más tecnología y adecuar su línea de productos a las nuevas necesidades del mercado.

“Entendimos que si no mejorábamos nuestros precios, quedábamos fuera del mercado. En un momento estábamos más caros que la industria de afuera, y con un producto de menor calidad porque no hay industria en Argentina. Entonces tuvimos que cambiar la cabeza”, sostuvo Raúl Bertotto, actual titular de la firma, en una entrevista donde repasó los principales movimientos que está haciendo la empresa para mantener la competitividad.

La fábrica trabaja actualmente en tres grandes ramas de productos: los forwarders 8×8 y 4×4 (equipos para el movimiento forestal), una línea de implementos desmontables para pequeños productores y, aunque está momentáneamente pausado, un proyecto de vehículo para bomberos forestales.

El equipo insignia de la empresa es el forwarder 8×8, una máquina pesada, de 16 toneladas, diseñada para competir con gigantes del mercado como John Deere y Komatsu. “Es un equipo muy tecnológico, relativamente caro, pero queríamos ofrecer una alternativa nacional de calidad internacional. Pensamos en contratistas grandes como los de Arauco o Placa Rivadavia, que ahora tienen una opción más cercana y a menor costo”, explicó Bertotto.

En paralelo, avanzan con una versión más accesible y versátil: el forwarder 4×4. El gran cambio en este modelo llegó con la incorporación de componentes importados, como los diferenciales alemanes. “Compramos el primer juego para el 8×8 antes del cierre de importaciones. Ahora, con la reapertura, adquirimos otro juego para el 4×4. Eso nos bajó los costos a la mitad y aumentó la calidad del producto”, detalló.

La apertura comercial permitió a la empresa acceder a insumos que antes eran inaccesibles o mucho más costosos. “Las llantas, por ejemplo, nos salen un tercio en Brasil de lo que valen en Argentina. Y así con muchos otros insumos. Estamos aumentando la tecnología y bajando los precios, que es lo que esperábamos que pasara”.

Adaptarse o morir

Una de las innovaciones más significativas de Oscar Bertotto es el desarrollo de implementos forestales que se adaptan a tractores agrícolas convencionales, pensados para productores medianos y pequeños que buscan reducir la dependencia de contratistas y ganar rentabilidad sobre sus propias plantaciones.

“Antes, el productor primario plantaba y esperaba. Hoy, si no se mete en los otros eslabones de la cadena, pierde plata, aunque haya esperado 15 o 20 años para cosechar. Los contratistas, los que comercializan y los aserraderos se llevan una tajada, y al final el que plantó no gana”, señaló Bertotto.

Esta demanda impulsó a la fábrica a rediseñar su línea de productos más livianos, como grúas, acoplados autocargables o mini-skidders, que ahora son desmontables. “La idea es que un productor pueda acoplar el equipo a su tractor cuando lo necesita, por ejemplo, para hacer raleo durante dos meses, y luego volver a usar ese mismo tractor para otras tareas. No tiene que dedicarse exclusivamente al forestal para aprovechar estos equipos”.

Este nuevo modelo apunta a productores de zonas como Corrientes, Entre Ríos o Ituzaingó, donde es común encontrar personas que tienen varias hectáreas forestadas como complemento de otras actividades: ganadería, citrus o apicultura. “La gente comienza a darse cuenta de que le conviene hacer su propia explotación, porque si no pierde. Entonces se equipan con herramientas más básicas, pero que les permiten hacer el trabajo y conservar la rentabilidad”, dijo Bertotto.

El camino para mejorar la rentabilidad no fue sencillo. Bertotto explicó que tuvieron que revisar toda su estructura de costos, buscar nuevos proveedores, incorporar mejores tecnologías y reducir los márgenes de ganancia.

“Estamos bajando los precios, y ya lo hicimos en un 25%, seguramente seguiremos en esa línea. Incorporamos tecnología de punta, como diferenciales que usan todas las grandes máquinas forestales del mundo. Eso nos permite ofrecer el mismo producto, pero mejor y más barato”.

Además, la empresa trabaja en conjunto con sus proveedores para que también ellos se vuelvan más competitivos. “Fui a visitar fábricas de diferenciales y les dije: ‘Muchachos, si no se acomodan, se quedan fuera del mercado’. Todos tenemos que cambiar la cabeza, analizar bien los costos y mejorar la estructura. Si no, lo importado nos saca”, remarcó.

El empresario insistió en que **la falta de industria nacional** en áreas clave, como la producción de motores o diferenciales, obliga a recurrir al exterior. “En Argentina no tenemos fábrica de motores, de diferenciales… En Brasil sí hay, en Europa ni hablar. Entonces, para ser competitivos, tuvimos que sacar la cabeza del charco y empezar a mirar afuera”.

El panorama, sin embargo, no está exento de dificultades. “No es un momento de inversión. La gente no está invirtiendo. Pero comienzan a averiguar, a preguntar, a prepararse. Hay perspectivas”, explicó Bertotto.

La reactivación del sector forestal está atada a otros sectores, particularmente el de la construcción. “Nosotros siempre tenemos crisis, pero sabemos que cuando se activa la construcción, se empieza a mover la madera. Primero los corralones se vacían, luego compran los aserraderos y así se genera un efecto derrame hasta el que corta y carga la madera, que somos nosotros”.

Actualmente, los contratistas forestales no están comprando nuevas máquinas, aunque sí trabajan y comienzan a planificar. “Hay expectativa. Se están preparando para la segunda mitad del año, que es cuando generalmente se concretan más ventas de maquinaria forestal”.

Para Bertotto, la experiencia reciente deja una enseñanza clara: la industria nacional debe adaptarse o queda atrás. “Antes nos alcanzaba con hacer una sola cosa. Ahora tenemos que hacer varias, cambiar la cabeza, trabajar con otras lógicas. Bajamos rentabilidad, mejoramos procesos y seguimos en el mercado. De otra forma, no podríamos”.

En un sector donde los ciclos de inversión son largos y los márgenes muchas veces ajustados, la apuesta de esta fábrica misionera por innovar, diversificarse y ofrecer calidad a menor costo marca un camino posible para muchas otras pymes industriales del país.

“Estamos convencidos de que la única manera de seguir adelante es mejorando cada parte del proceso productivo. No podemos competir con máquinas de afuera si no cambiamos cómo pensamos y trabajamos. Y nosotros ya empezamos ese camino”, concluyó.

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Akatsuki: el arte del ramen en Posadas, inspirado en Naruto

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En el corazón de Posadas, como si fuera una aldea oculta entre las calles misioneras, emerge un emprendimiento que lleva el espíritu de Naruto Uzumaki y su pasión por el ramen. Akatsuki, un proyecto gastronómico inspirado en la icónica serie de anime, no solo rinde homenaje a la cultura japonesa, sino que también trae los sabores de las giozas, yakisobas, bao y, por supuesto, el emblemático ramen a los paladares locales.
Al igual que Naruto persiguiendo su sueño de convertirse en Hokage, Jezabel Giménez, la mente detrás de este negocio, ha canalizado su amor por el anime y la cocina para crear algo único. Con una chispa de creatividad y un toque de esfuerzo familiar, Akatsuki se ha convertido en un refugio para los amantes de la comida japonesa y los fanáticos de la serie creada por Masashi Kishimoto.
El nombre Akatsuki no es casualidad. “Surge de la serie Naruto, donde Akatsuki es una organización criminal y Naruto era quien comía ramen todo el tiempo”, explicó a Economis, Jezabel, con entusiasmo, mientras rememora cómo nació la idea.
“Cuando creé el Instagram, la gente nos seguía cuando todavía no habíamos decidido el nombre”. En ese momento creó una encuesta donde el nombre Akatsuki se impuso por sobre el de Ichiraku, la tienda ficticia de la animación, donde el protagonista busca ir cada vez que tiene oportunidad.
La elección final, votada por sus primeros seguidores en la cuenta de Instagram @Akatsuki.Posadas, refleja no solo el cariño por la serie, sino también la conexión con una comunidad que comparte esa pasión.

Akatsuki comenzó a fines de 2021, casi como un experimento familiar. “Más que nada fue una iniciativa familiar, porque en mi familia se mira mucho anime y siempre se quiso probar. Fui yo quien se animó a probar”, cuenta Jezabel.
Lo que empezó como una aventura personal pronto se convirtió en un furor. “Al principio mucha gente hizo pedidos, yo estaba sola en ese momento, porque no sabíamos cómo funcionaría y yo me mandé. Fue furor en su momento”, recuerda.
Sin embargo, el camino no estuvo exento de desafíos. La joven emprendedora, que combina su pasión por la cocina con sus estudios y trabajo, tuvo que cerrar temporalmente el negocio durante un año para reorganizar sus tiempos. “Actualmente tiene momentos que se venden muchos, otros que se venden menos, pero más que nada por mis tiempos”, admitió.

La preparación del ramen
El proceso detrás de cada plato es tan meticuloso como el entrenamiento de un ninja. Preparar un buen ramen no es tarea sencilla; requiere paciencia y dedicación. “La receta se encuentra en internet, pero hay que tener paciencia con la cocción de la comida, porque nosotros llevamos entre cinco a seis horas de cocción de sopa. Mientras más se cocine, más rica es la sopa”, explicó Jezabel, desvelando el secreto detrás del sabor que ha conquistado a sus clientes.
La búsqueda de ingredientes también es un arte en sí mismo. “Se trata de buscar precios, más que nada. También tenemos una distribuidora una vez por semana que nos trae los productos y nos tratamos de asegurar de bajar bien los productos y que no nos quedemos sin stock”, detalló. Este esfuerzo logístico asegura que cada plato mantenga la calidad que los distingue.

11 de julio: Día del Ramen
El Día del Ramen, una celebración tradicional en Japón, fue una oportunidad para que Akatsuki brillara con luz propia. Inspirados por su conexión con Naruto, lanzaron una promoción especial que capturó la atención de los fans: “Hicimos una promoción que fue bien recibida por los clientes, que es la de dos ramen con una taza a elección de personajes de Naruto”.
La respuesta, aseguró Jezabel, fue abrumadora, demostrando que el emprendimiento no solo ofrece comida, sino también una experiencia que conecta con las emociones de sus clientes, muchos de ellos seguidores de la serie.

Un futuro local
Aunque Akatsuki opera actualmente bajo el modelo de pedidos, el sueño de Jezabel va más allá. “Por el momento todavía solo estamos a pedido, trabajando los días que podamos y tengamos tiempo. Pero la idea es buscar un local físico de acá a un año o año y medio para Akatsuki”, proyectó con optimismo.
Desde una cocina familiar en Posadas hasta un emprendimiento que ha capturado el corazón de los amantes del ramen, Jezabel y su familia han demostrado que, con esfuerzo y un toque de creatividad, es posible traer un pedazo de Japón a Misiones.

Cada plato servido es una muestra de su compromiso, no solo con la gastronomía, sino también con una comunidad que encuentra en Akatsuki un lugar donde la cultura pop y los sabores auténticos se encuentran.

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Investigadores del CONICET desarrollan en Misiones un biopesticida para combatir el HLB

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La empresa RNAgro, surgida a partir de un proyecto científico en la provincia, se encuentra en proceso de desarrollo de un biopesticida innovador que utiliza tecnología de RNA de interferencia. La propuesta apunta al control de *Diaphorina citri*, también conocida como “chicharrita”, un insecto vector de la bacteria que causa el Huanglongbing (HLB), una enfermedad letal para los cítricos.

Esta iniciativa busca brindar una alternativa sustentable a los pesticidas tradicionales, con el respaldo de investigaciones científicas y validaciones institucionales.

“ Estamos desarrollando un biopesticida basado en una tecnología que es RNA de interferencia”, explicó la doctora María José Blariza, investigadora del CONICET y titular de RNAgro a Economis. “A diferencia de los pesticidas químicos convencionales que se utilizan actualmente en el agro, son biodegradables, así que no persisten y no contaminan los suelos, el ambiente, la flora y forma en general la salud humana”, detalló.

Según Blariza, una de las principales ventajas del producto radica en su especificidad, debido a que no dañan a organismos que son polinizadores, los beneficios, debido a que es altamente específico contra el vector del HLB, más específicamente contra la chicharrita que transporta la bacteria”.

El método de aplicación del principio activo fue diseñado para ser compatible con las prácticas actuales en las chacras. “Tratamos de simular la forma de aplicación. El principio activo se aplica de manera muy similar y es bastante amigable la tecnología con lo que el productor está acostumbrado a rociar los pesticidas, sería por aspersión”, explicó. “Entra en contacto con el insecto, que es sumamente específico, entonces lo que hace es inhibir el proceso reproductivo y como consecuencia la sobrevida de este insecto vector”, agregó.

El objetivo del biopesticida es lograr un control poblacional del insecto. “Nosotros lo que hacemos es más bien un control poblacional, no dejamos que el insecto vector se reproduzca y de esta manera controlamos la población del vector”, dijo Blariza.

A diferencia de los productos químicos de amplio espectro, que afectan indiscriminadamente a diferentes especies, la investigadora señaló que esta solución “genera de alguna manera la disminución de la sobrevida” del vector, sin provocar desequilibrios en el ecosistema.

Una propuesta que perdura

Uno de los problemas recurrentes con el uso de pesticidas tradicionales es la resistencia que desarrollan los insectos a medida que son expuestos reiteradamente. “Mientras más pesticidas, el insecto se va adaptando y de esta manera el insecticida químico no le hace efecto”, señaló.

En cambio, “este biopesticida, además de ser biodegradable y no contaminar, evita la generación de esta resistencia. Entonces siempre es efectivo contra esta plaga de manera puntual y específica”.

La tecnología está en una fase avanzada de desarrollo en laboratorio. “En este momento tenemos resultados in vitro dentro del laboratorio, positivos, testógenos”, afirmó Blariza. Además, indicó que se han realizado validaciones independientes. “Tenemos validaciones hechas por terceros, que es del INTA Bella Vista de Corrientes, que tiene un área que es específica y especializada en cítricos. Llevé adelante también experimentos sobre plantas, no en campo, pero en condiciones controladas sobre plantas y se validaron los resultados que habíamos tenido nosotros”.

El siguiente paso en el proceso es desarrollar la formulación final del producto. “El siguiente paso es comenzar a desarrollar la envoltura, lo que va a proteger a este material genético, que es el que es sumamente específico para este vector, y hacer las pruebas e iniciar el marco regulatorio todo a campo: las pruebas de regulación en SENASA y hacer todas las pruebas directamente en el campo”, indicó.

Una vez finalizada esta etapa, la estrategia de RNAgro contempla licenciar la tecnología. “Lo que vamos a hacer es licenciar, es decir, vender nuestro principio activo a las grandes empresas de pesticidas, porque ellos ya tienen las carteras de clientes, canales de venta, toda la infraestructura para la producción del biopesticida”, explicó Blariza.

“ A nosotros nos sirve para posicionarnos rápidamente en el mercado ya ellos les sirve para generar un valor agregado de comercializar un producto que es de línea verde, que es a donde se está apuntando a nivel mundial”.

Producción en serie y comercialización

En cuanto a los plazos estimados para la comercialización, la doctora Blariza calculó que “aproximadamente entre 18 y 24 meses”, siempre que se cumplan todas las etapas regulatorias.

“Necesitamos hacer las pruebas regulatorias que nos van a indicar estos organismos, estos entes reguladores nos indican toda la serie de pruebas que son bastantes, se hacen a otras escalas, mucho más grandes, y bien tengamos estas pruebas se va a poder comercializar”.

El especialista destacó una ventaja adicional del enfoque que se desarrolla desde RNAgro: no requiere la modificación genética de organismos. “A diferencia de otras tecnologías que por ahí actualmente se utilizan, que son las plantas transgénicas o insectos transgénicos, en este caso se trata de una sustancia que se dispersa por aspersión y no modifica genéticamente, no necesita la modificación ni de la planta, ni del insecto, ni del fruto, de nada”.

Esto, según explicó, permite “procesos mucho más rápidos”, siempre bajo normas de evaluación que garantizan su inocuidad.

El origen de la propuesta

El proyecto de RNAgro tiene origen en un trabajo de investigación aplicado a una problemática regional. “Esto comienza en el año 2016, 2017, vengo en el marco de un proyecto de biotecnología, donde nos encontramos con esta problemática regional porque el HLB entra a la Argentina por Misiones”, relató Blariza.

“En 2012 se detecta el primer caso. En América es una enfermedad emergente, entra al continente americano en el año 2004. En realidad es una enfermedad que está esparcida por todo el mundo, las grandes potencias lo tienen: China, Brasil, Estados Unidos”.

Blariza recordó que, cuando se encontraba trabajando en la región, el HLB comenzó a avanzar por el litoral argentino. “Yo me encontré aquí en un proyecto de investigación donde hacemos el diagnóstico del HLB porque una vez que ingresó a Misiones comenzó a esparcirse al resto del NEA. Comenzó a tener Corrientes, Entre Ríos y hay que proteger justamente el NOA, que son los principales productores de limones”.

En ese contexto, su experiencia en enfermedades transmitidas por vectores resultó clave. “Yo venía con una formación donde me especializaba en atacar de alguna manera a vectores causantes de enfermedad. En ese momento estaba trabajando con el vector de la enfermedad de Chagas. Justo me encuentro con esta problemática local y surge este proyecto”.

El desarrollo logró captar la atención de inversores especializados en biotecnología. “Con ese proyecto ingreso como investigadora científica del CONICET y una vez que empezamos a ver los buenos resultados que teníamos, decimos: esto es altamente aplicable, podemos brindar una solución concreta a la sociedad, al productor que sabemos el dolor y las pérdidas que le trae, estas pérdidas millonarias que le trae esta enfermedad a la producción citrícola”.

La iniciativa tomó forma de startup tras presentarse en convocatorias de inversión. “Aplicamos a un comité de inversor, a unos fondos, fuimos seleccionados, viajamos a Santa Fe, a Buenos Aires y finalmente fuimos invertidos para iniciar este startup. Así que es todo un camino desde la mesada, la ciencia básica, a generar una empresa de base tecnológica”.

Proyectos a futuro

Actualmente, el equipo de RNAgro se encuentra focalizado en finalizar este primer producto. “Por ahora nos estamos enfocando en este primer producto”, aclaró Blariza. Sin embargo, existen planes de expansión: “Tenemos propuestas para expandirnos a otras plagas, que es la chicharrita del maíz, que provocó numerosas pérdidas que fueron noticias estos años anteriores”.

El enfoque de la empresa se mantiene firme: actuar sobre los vectores, no sobre las especies afectadas directamente. “Nosotros pretendemos enfocarnos en este único producto por ahora, ni bien estemos posicionados, ni bien ha salido este primer principio activo, sí está planteado el RNAgro como una plataforma en la cual nos vamos a ir a otras plagas agronómicas emergentes, pero así como otros insectos vectores causales de enfermedades en la salud humana, por ejemplo el dengue o chagas. No necesariamente a la persona, pero siempre atacando al vector, al medio por el cual se transportan los virus o las bacterias. Siempre plagas, insectos plagas”.

El horizonte de planificación de RNAgro se extiende a largo plazo. “Tenemos de aquí una proyección como de 10 años, es un montón”, concluyó Blariza.

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El té verde misionero conquistó a catadores del mundo

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El té misionero volvió a hacer historia y se consolida como una propuesta fuerte para la producción gourmet en la región. Es que, un té verde elaborado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en su estación experimental de Cerro Azul volvió a posicionar a Misiones en lo más alto de la calidad internacional, consiguiendo el primer premio en la Cuarta Competencia de Tés Artesanales de Sudamérica, organizada por la Academia Pei Chen Tea Palace, una institución con sede en Taiwán que reúne catadores y productores de todo el mundo.

Aunque el foco del reconocimiento esté puesto en la calidad del producto, desde el INTA remarcan que el verdadero objetivo de estas participaciones no es competir por premios, sino mostrar el potencial productivo de Misiones y generar interés en una línea que viene creciendo: el té gourmet.

“No nos presentamos a estas competencias para ganarlas y que el INTA brille”, sostuvo el ingeniero agrónomo Guillermo Arndt, técnico del INTA y responsable del proyecto. “Lo hacemos para que se pueda visualizar el trabajo que realizamos y que se dé a conocer el potencial de los materiales genéticos que tenemos, que están disponibles para los productores”, explicó a Economis.

La estrategia es clara: poner a disposición del sector privado una base genética de calidad para que pequeños y medianos productores puedan diversificarse y apostar por tés de mayor valor agregado. Actualmente, el INTA cuenta con 24 cultivares inscriptos en el INASE. “Los interesados pueden acercarse a nuestras oficinas, llamar o consultar para acceder a estos materiales”, invitó el técnico.

Este modelo de transferencia tecnológica y acompañamiento ya empieza a mostrar resultados. Productores que antes se dedicaban exclusivamente al té convencional para exportación, hoy están explorando nuevas líneas de elaboración artesanal, que incluyen desde tés verdes, blancos y rojos, hasta blends con ingredientes de la selva misionera.

El auge del té gourmet responde, en parte, a un cambio de tendencia en el consumo global. Al igual que ocurrió con el café y el vino, los consumidores de té -especialmente en mercados como el europeo y el asiático- valoran cada vez más las características sensoriales, el origen y los métodos de elaboración.

En este contexto, Misiones tiene una ventaja comparativa: una diversidad genética desarrollada localmente, un clima subtropical que favorece la producción durante todo el año y una tradición cultural ligada a la infusión. “La clave está en combinar ese saber tradicional con procesos cuidados, cosechas selectivas y técnicas artesanales. Eso es lo que buscamos mostrar con este tipo de elaboraciones”, enfatizó Arndt.

Un té verde de carácter único

La muestra premiada fue un té verde en hebras, elaborado con una técnica de inspiración china, con corte enzimático y enrulado en wok de chapa, un método tradicional que aporta características únicas al producto. “Es un clon desarrollado por nosotros, uno de los 24 materiales genéticos que tenemos inscriptos en el INASE”, precisó Arndt.

El jurado internacional, compuesto por más de 40 catadores profesionales -incluidos expertos de Alemania, Taiwán, Estados Unidos, Brasil, Colombia y Perú-, destacó el color “totalmente verde” del producto, que denota una correcta aplicación del calor durante el proceso. Pero lo que realmente capturó la atención fue su “intenso aroma vegetal, equilibrado con bajo amargor, alto contenido de aminoácidos, buen enrulado, cosecha pareja y un retrogusto prolongado”.

Estas cualidades sensoriales fueron evaluadas con una planilla de puntuación que va de 0 a 100. Según la escala internacional de la competencia, un té que supera los 70 puntos es considerado gourmet, mientras que los que alcanzan entre 80 y 90 puntos ingresan a la categoría de “especialidad”. “Y si se pasa la barrera de los 90 puntos, estamos hablando ya de un té de excelencia, lo que es muy difícil de lograr”, explicó el especialista.

“El año pasado también obtuvimos el primer lugar en té verde, pero esta vez no solo revalidamos el título, sino que nos superamos a nosotros mismos. Esta es la primera vez que un té verde de Sudamérica alcanza este nivel”, subrayó Arndt con orgullo.

Mirada hacia el futuro

Aunque el reconocimiento internacional lleva su nombre, Arndt no pierde oportunidad para remarcar que detrás del logro hay un equipo técnico comprometido. “Este trabajo lo realiza el equipo de Yerba y Té del INTA. Aunque figure mi nombre ahí, todos plantamos, cosechamos, analizamos datos. Es un equipo grande y que colabora en todo el proceso”, aseguró.

El proceso de participación en competencias internacionales también es colectivo: cada muestra enviada representa semanas de trabajo entre la cosecha, la elaboración y el análisis previo. Luego, los 200 gramos de muestra son fraccionados y enviados a los evaluadores de todo el mundo, que catan las infusiones sin saber su procedencia para garantizar objetividad.

“La idea es tener una opinión técnica, externa, objetiva. No se trata de que nosotros mismos digamos que el producto es bueno. Por eso es tan importante que un jurado internacional lo evalúe y lo ubique en una categoría de especialidad”, explicó el técnico.

Mirando hacia adelante, el equipo del INTA ya evalúa nuevas muestras y líneas de trabajo. “En el transcurso del año, si vemos algún material prometedor para otro tipo de elaboración, lo trabajamos y lo enviamos. Siempre con esa idea: que los catadores del mundo nos digan cómo estamos y qué podemos mejorar”, concluyó.

El premio

Con una puntuación de 81,2, el producto desarrollado por el equipo técnico del INTA logró superar los 80 puntos, lo que lo convierte oficialmente en un “té de especialidad”, una categoría reservada a las infusiones de altísima calidad.

Este nuevo reconocimiento es el tercero que recibe el organismo en competencias internacionales y el segundo consecutivo en esta categoría. Sin embargo, lo que convierte a este logro en un hito es que, además de imponerse ante sus competidores, superaron su anterior puntaje y, por primera vez, un té verde sudamericano supera esa barrera de excelencia y lo hace con una identidad productiva local.

Arndt explicó que esta premiación representa “mucho más que un galardón individual”, ya que para él es una oportunidad de mostrar “el potencial de los materiales genéticos que desarrollamos en el INTA y que están disponibles para los productores que quieran incursionar en el té artesanal y de calidad”.

Convertir este tipo de distinciones en motor de desarrollo económico para Misiones es el próximo paso. Para ello, se requiere seguir articulando entre el sector público y privado, generando espacios de formación, asistencia técnica y acceso a mercados especializados.

En los últimos años, Misiones viene dando señales de avance en ese sentido. Se multiplicaron los cursos de catado, las ferias de té artesanal y las experiencias turísticas ligadas a la infusión. Incluso, hay pequeños emprendimientos que ya exportan té gourmet en cantidades limitadas, apuntando a nichos exigentes.

El galardón obtenido por el té verde de INTA Cerro Azul es, en este contexto, mucho más que un premio. Es una señal de que la provincia tiene las condiciones para jugar en las grandes ligas del té internacional y que, con estrategia y acompañamiento, ese potencial puede traducirse en valor agregado, empleo rural y desarrollo sostenible.

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