Cerrar la brecha digital para impulsar la recuperación tras la COVID-19
Por Patrick Njoroge y Ceyla Pazarbasioglu.
En los últimos años la digitalización ha permitido que los países en desarrollo, en particular, den pasos agigantados en lo que se refiere a inclusión financiera. Países como Kenya, Ghana, Rwanda y Tanzanía han logrado dar pasos importantes para aprovechar la tecnología de la telefonía móvil a fin de conectar a sus ciudadanos con los sistemas financieros.
La digitalización ha llegado al rescate de un mundo que luchaba contra la pandemia de COVID-19 con cierres de fronteras, toques de queda, confinamientos y otras restricciones. Las compras y el entretenimiento en línea, los servicios financieros digitales y las reuniones y los eventos virtuales han pasado a desempeñar un papel protagónico en las vidas y los medios de vida de las personas en todo el mundo.
Soluciones digitales
Al comienzo de la pandemia las autoridades adoptaron medidas de emergencia para apoyar y facilitar las actividades digitales. El Banco Central de Kenya suspendió el cobro de cargos y comisiones y amplió el límite para las transacciones monetarias móviles de bajo valor. Esto produjo un aumento significativo del monto y el número de transacciones, en su mayoría de USD 10 o menos, lo cual ayudó a proteger a los hogares más vulnerables y atrajo a más de 1,6 millones de clientes nuevos. En Rwanda se suspendieron todos los cargos en marzo. Para finales de abril de 2020, el valor semanal de todos los tipos de transacciones monetarias móviles se incrementó un 450% con respecto a los niveles prepandémicos.
Las empresas tampoco tardaron en aprovechar el poder de la tecnología digital. En China, Ant Group se asoció con más de 100 bancos para lanzar la iniciativa Contactless Loans, para conceder préstamos sin contacto físico con el fin de ayudar a las pequeñas y medianas empresas a recuperarse de la COVID-19. En Brasil, el banco central está poniendo en marcha PIX, un sistema de pagos instantáneos que se prevé estará ampliamente disponible este mes. En India, Riskcovry, una empresa emergente de Bombay, introdujo una póliza de seguro contra el coronavirus para empresas que quieran ofrecer a sus empleados cobertura para hospitalizaciones y pérdida de salarios.
Casualmente, en los últimos 18 meses, en el marco del Equipo de Tareas del Secretario General de las Naciones Unidas sobre la Financiación Digital de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, estudiamos la forma en que la digitalización puede ayudar a abordar los retos de desarrollo más urgentes en el mundo. La COVID-19 no hizo sino amplificar el mandato del grupo. La pandemia ha complicado la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, sobre todo en materia de salud y educación. Para retomar la senda será imperativo lograr una recuperación mundial.
¿Cómo puede ayudar la digitalización?
Ofrecemos tres recomendaciones. La primera, hacer que el sistema financiero mundial gire en torno a la gente. La digitalización debe estar impulsada por las necesidades de las personas y ha de estar al servicio de la gente. Por ejemplo, en 2017 Kenya introdujo un bono digital basado en tecnología móvil denominado M‑Akiba, con el fin de movilizar microahorros, de sumas tan reducidas como USD 30, para financiar el gobierno. Sorprendentemente, 85% de los inversionistas estaban participando en el mercado de títulos públicos por primera vez.
La segunda, conectar a los ciudadanos para reducir la brecha digital. Más de 700 millones de personas no tienen conectividad de banda ancha, y más de mil millones carecen de un documento formal de identificación. Los países tienen que invertir en infraestructura digital e identidad digital para que sus ciudadanos puedan acceder a servicios en línea. A eso se deben sumar inversiones para inculcar nociones elementales de cálculo aritmético y finanzas. Y la cooperación internacional será necesaria para respaldar estos esfuerzos. El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y otras organizaciones internacionales están trabajando con los sectores privado y público para ayudar a los países.
La tercera, reforzar la gestión de gobierno de las plataformas financieras digitales a escala mundial. Los denominados gigantes tecnológicos de Internet están transformando el suministro de servicios en todo el mundo, incluidos los países en desarrollo. La COVID-19 ha acelerado esta tendencia al consolidar más la importancia de esos servicios en la vida de todos. No obstante, los países en desarrollo no han estado sentados en la mesa en la que se debate la gestión de gobierno de estas plataformas. Una de las principales iniciativas del grupo de tareas es el diálogo sobre la gestión de gobierno de las finanzas digitales a escala mundial, cuyo objeto es facilitar un diálogo equilibrado y más inclusivo, sobre todo con las naciones en desarrollo, sobre cómo compaginar mejor la gestión de gobierno de las grandes empresas tecnológicas con los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
El futuro
A medida que tendemos un puente digital hacia el futuro, no podemos desviar la atención de los riesgos concomitantes. La ciberseguridad y la confidencialidad y seguridad de los datos presentan las mayores amenazas para los ciudadanos vulnerables que usan servicios digitales por primera vez. Tenemos que mitigar estos riesgos y proteger su información y el dinero que han ganado a base de mucho esfuerzo.
La crisis provocada por la pandemia ofrece la mayor oportunidad para mejorar la vida y los medios de vida de los ciudadanos. Los gobiernos, el sector privado, las organizaciones internacionales y los ciudadanos tienen que asumir el reto de ampliar la digitalización y atreverse a marcar una diferencia. Es el momento de hacerlo.