¿Cuáles son los retos de la banca en la era Covid-19?
| La llegada del COVID-19 al mundo dejo de ser solo una crisis sanitaria y humanitaria, para convertirse también en una pandemia de crisis económica. Y es en este escenario donde los bancos tienen un papel fundamental que desempeñar, tomando las amenazas y las oportunidades para seguir en pie en un escenario de incertidumbre financiera Un contexto de amenazas El sector financiero ha conseguido mantener cierta actividad a través de canales digitales ya que sigue siendo esencial para la estabilidad de la economía, proporcionando los fondos necesarios para seguir funcionando a corporaciones e individuos, sin embargo, no ha salido inmune de los golpes que esta crisis conlleva y el cese de la actividad económica está impactando sin duda en este sector. Precisamente los bancos lidian con varios frentes al mismo tiempo como las acciones en valores mínimos, pérdidas iniciales directas por la prórroga del pago de préstamos e hipotecas decretada por los gobiernos, tipos de interés bajos durante más tiempo o falta de calidad crediticia derivada de un posible escenario de recesión y desempleo. Asimismo, el distanciamiento social y el auge de las gestiones online están provocando una caída en las visitas a las oficinas bancarias, lo que puede conllevar a una disminución mayor de estos espacios. Por otro lado, el aumento de conexiones entre clientes y empleados (no siempre acostumbrados a las operativas digitales o al teletrabajo) aumentan las oportunidades a los ciberdelincuentes y añade la dificultad en la identificación de riesgos de seguridad y prevención del fraude. La seguridad es algo que se debe trabajar fuertemente. Oportunidades en la crisis Sin embargo, no son todas negativas. El auge de las transacciones digitales, y una mayor demanda de financiación a empresas y autónomos también ofrecerán nuevas oportunidades de potenciar la adopción de servicios de gestión remota en clientes finales menos propensos al cambio. Este el momento para poner en práctica nuevos modelos de relación con los clientes, incluso incorporar asistentes virtuales y encuentros en realidad virtual que llegarán de la mano de la evolución de tecnologías como las Voice Tech y el 5G. Dinero digital: Las circunstancias actuales también abren camino a la evolución del uso de billeteras digitales. El confinamiento disparó un aumento de servicios online e incluso en comercios físicos crecieron los pagos a través de celulares o el uso de mecanismos contactless, para evitar el intercambio de dinero físico. Si bien, los especialistas aseguran que el dinero físico no desaparecerá en su totalidad, es probable que se haya dado un impulso definitivo a las transacciones digitales disminuyendo de forma considerable el uso de efectivo en pagos cotidiano. Mayor seguridad Ante la amenaza al sistema de seguridad, surge la oportunidad de mejorar estos servicios. En este sentido los sistemas de autenticación multifactor (apoyados en biometría facial y de voz) y soluciones capaces de crear modelos de comportamiento para detectar fraude y analizar el riesgo de cada transacción, acabaran siendo vitales para el buen funcionamiento de las organizaciones.A su vez, la necesidad de mantener esquemas de seguridad homogéneos en todos los servicios y favorecer el teletrabajo empujará a las entidades financieras a la adopción de soluciones cloud, más flexibles y escalables que evitan la dependencia de infraestructuras físicas.La crisis del COVID-19 tiene preparado muchos más desafíos para la banca en este 2020, lo único claro es que, cualquiera que sea el resultado final, aprenderán muchas sobre sus clientes, sus propias capacidades y el mercado en su conjunto. Dándole valor agregado a cada acción que pongan en práctica los próximos años. |
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