El coronavirus representó un antes y después en la adopción de medidas de seguridad e higiene en empresas
Por Leonardo Carboni, Jefe de desarrollo de negocios de Libus, el especialista en elementos de protección personal. Sin dudas, la pandemia marcó un antes y un después, sobre todo en lo que respecta a la adopción de nuevos hábitos de higiene y cuidado en las empresas. Ante este panorama, varias medidas han sido adoptadas para evitar cualquier posible propagación del virus.
Las conductas más utilizadas fueron: implementación de termómetros al ingreso, dispensers de alcohol en gel, distanciamiento social, sanitización de todas las áreas, purificación de aire, burbujas de trabajo y uso obligatorio de mascarillas, protectores faciales, entre otros.
Desde nuestros comienzos, nos hemos dedicado a invertir en investigación y desarrollo para crear productos de calidad, diseño y confort. Este último año, ha sido de mucho desafío y aprendizaje.
Sin embargo, nos mantuvimos siempre comprometidos con nuestra misión de encontrar soluciones que nos permitan mejorar la calidad de vida y seguridad de la gente y de los trabajadores.
Eso nos lleva a poder brindarle a cada profesional un Elemento de Protección Personal (EPP) acorde al riesgo al que está expuesto, que esté homologado y certificado. Y, además, capacitarlo para su uso correcto.
Es de destacar que el uso de EPP está normado en nuestro país por la resolución 292/ 2011 de la Superintendencia de Riesgos de Trabajo que señala que es importante que estén certificados y homologados, y capacitar al trabajador para su uso correcto.
Si bien, los sectores esenciales fueron los primeros que se vieron obligados a implementar este tipo de medidas y desarrollar protocolos contra el COVID, rápidamente estas políticas se extendieron a todo tipo de empresas. Hoy, ninguna actividad se concibe sin un sistema de gestión de riesgo que contemple medidas de prevención de accidentes y enfermedades profesionales.
Para las medianas y pequeñas empresas, el desafío es mayor, tener un departamento de Higiene y Seguridad les resulta un poco costoso.
Un dato no menor es que por ley, toda empresa debe tener un servicio de seguridad e higiene laboral, que debe auditar y elaborar reglas que indiquen al trabajador cómo realizar las tareas de forma segura.
En este sentido, el desafío de un profesional de Higiene y Seguridad está asociado con preservar la salud psicofísica del empleado.
Un ingrediente no menor a tener en cuenta en toda estrategia. De hecho, de acuerdo con la UNTREF, la cantidad de egresados ha crecido exponencialmente en los últimos años.
Cuando una mesa o silla se rompe, se puede arreglar.
Pero cuando una persona se enferma o se accidenta es bastante difícil después llevar a la recuperación. Hay que tener presente que una incapacidad laboral definitiva, aunque sea mínima, incide en la esfera laboral, familiar y social del trabajador sin retorno a su vida normal.