El plan de Misiones para frenar la sangría de 120 millones de dólares en la compra de carne

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En 2016 comenzó a caminar al lado del entonces vicegobernador Oscar Herrera Ahuad, encargado por mandato constitucional de dedicar preferente atención a los problemas agrarios y a los que, en general, afecten al interior de la Provincia. Desde entonces, junto a su predecesor, José Luis Garay, comenzó a diseñar algunos ejes de trabajo que ahora como ministro del Agro, Sebastián Oriozabala promete poner en práctica. 

Se definieron dos o tres ejes. Y uno que puede convertirse en un nuevo polo de desarrollo de Misiones: explotar toda la cadena ganadera, desde la cría hasta el engorde y la faena, con lo que se podría frenar la sangría de unos 120 millones de dólares anuales, por la compra de carne de otras provincias. Oriozabala hace hincapié en la asociatividad y es así como podría desarrollarse este nuevo eje productivo: hace más de diez años, Ramón “Nene” Hreñuk puso en marcha un desarrollo ganadero completo en su tierra de Apóstoles, con la cría, feedlot y frigorífico, además de la propia planta de alimentos balanceados. Llegó a faenar casi 20 mil cabezas al año. Sin embargo, el negocio no llegó a explotar. Pero ahora puede recuperarse con la participación del Estado y una empresa privada. 

Mencionaste durante la campaña que se van de la provincia 120 millones en la compra de carne ¿cómo vamos a evitar que esa plata se siga fugando?

Con una política pública que nos permita retener el stock animal, cuando hablamos de animales que están en el proceso de cría o recría, tenemos que generar una política pública concreta, en la que podamos comprar esos animales al pequeño productor, los engordemos, hagamos la recría completa, el engorde y la faena. Y nosotros desde la Provincia podamos vender esos productos internamente.

¿Se va a hacer un mercado consignatario ganadero?

No. Hay una empresa, que se está haciendo cargo del feedlot de Rosamonte, con un alquiler y lo mismo con el frigorífico. Va a ser la empresa que va a estar reteniendo esa producción.

¿Una empresa del Estado?

Una empresa con participación del Estado, con fondos estatales. Eso lo vamos a estar anunciando en los próximos días con Oscar. La empresa ya está funcionando, ya está operativa.

¿Tenemos las vacas suficientes?

No, en la Provincia no hay stock suficiente, pero es una política que va a incentivar fuentes de trabajo. Ya hay cien empleos en la empresa. El sector ganadero es un sector difícil en algunas cuestiones, sobre todo en la compra, en la regularidad de los pagos, entonces tenemos una política en conversación con las asociaciones de retomar los remates y mantenerlos, con apoyo del Estado. Es bueno porque nos fija precios, siempre Misiones tuvo un desfase con los precios de otras provincias. Siempre fueron más baratos los precios de los remates acá que en Corrientes, en Entre Ríos o en otros lugares. Eso nos permite equilibrar esa balanza, los remates se socializan, entonces es el espacio donde más o menos el precio se estabiliza, que ya empiezan a conocer los productores de la zona, así que vamos a intentar esa política positiva. Lo que tenemos que tratar de hacer con esos remates, con lo que se remata, es que no se vaya a otras provincias, sino de retener ese stock, que el remate sea un proceso interno. La Provincia hoy no tiene la capacidad de autoabastecerse de animales para engorde, pero lo que tenemos que hacer es de última comprar los animales, terminarlos en Misiones, engordarlos y faenarlos, entonces el valor agregado es acá, el desarrollo de empleo es en Misiones, que repercute en impuestos, en políticas alimentarias, en soberanía alimentaria.

¿La idea es generar medio millón de cabezas?

Nosotros tenemos la idea de ir incrementando, hay niveles de incremento que no podemos acelerar por cuestiones naturales de nacimiento, de cría, de pariciones, no podemos pensar en una ampliación de más del 4, o 5% del stock anual. Tenemos que hacer una proyección de mediano y largo plazo, una política que exceda a los funcionarios. Tiene que ser sectorial y tenemos que hablar entre todos.

¿Cuántas cabezas tenes hoy?

Estamos hablando de 400 mil cabezas. Para redondear, pero ha caído, ha venido cayendo. También tenemos un problema de marcación, que se hace después de parir el animal, después de un determinado kilaje, cuando se lo incorpora al circuito productivo, sino por lo general sale sin marca, se venden afuera, entonces no tenemos la registración de esos animales. Tenemos problemas de marcación y para esas acciones necesitamos a todos los sectores. Necesitamos de todos para definir las políticas, porque después tenemos que pensar en todo lo que implica la ganadería.

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Ahí pasamos al otro tema que tiene que ver con la ganadería, estamos en una situación compleja, porque hay que darles de comer y no alcanza con el maíz que hay. Herrera dijo que no van a ser permisivos con el transgénico, quiero tu opinión.

Yo creo que él habló de algo más amplio, porque habló de la semilla transgénica, el se refiere a la soja, no sé si se refiere sólo al maíz. Lo que quiere hacer Oscar, es planificar una provincia, una línea política y ambiental, en un eje de trabajo a futuro, que lo van a exceder de su gestión como gobernador. Cuando empezamos a trabajar, en el caso de maíz específicamente, trabajamos sobre pruebas a campo de maíz criollo, en variedades distintas, en lugares distintos de la provincia, con campos experimentales, con distintas variedades recuperando. Ahora… eso requiere no de una prueba de una cosecha, requiere de varias pruebas, para ver la productividad de esos maíces, porque algunos producen más materia verde que otro, otro produce más kilaje en grano, todo eso varía, algunos son más útiles para algunas cosas que otros. Después eso lo llevamos a la Biofábrica, para hacer un análisis, ya no fenotípico, que se toma con la productividad y el crecimiento de la planta, sino genético, para ver la caracterización y tener un registro sistematizado de cada una de esas semillas y como eso lo escalamos y cómo se lo lleva a los productores. Entonces, me parece que lo que está marcando Oscar es qué es lo que quiero como política pública estratégica. Porque tenemos una provincia diversa, donde tenemos una zona boscosa protegida muy grande, porque todo eso repercute en el turismo. ¿Queremos una provincia que produzca soja? No, no lo queremos. Por qué no una producción de soja, porque se produce en otro lado, porque ni siquiera es importante para Misiones, porque para alimento balanceado, que es para lo que más se utiliza en ganadería, podés comprar expeller, que es como mucho el 10% del alimento balanceado, traigámoslo de afuera.

¿Y supongamos que plantamos al maíz nuestro, cuántas hectáreas? Porque el plan Maizar presentado por Nación decía 250 mil hectáreas…

Ese fue un número insostenible. Incluso hay que hacer un trabajo sobre la sistematización de los suelos, porque eso implica la erosión de los suelos. El último censo, aunque considero que hay un error, habla de solo tres mil hectáreas sistematizadas. Acá se sacaron números muy gruesos y eso no lo podemos plasmar en políticas agropecuarias así a la marchanta.

Otro de los ejes plasmados en un documento de trabajo, eje fue la necesidad de contar con técnicos vinculados y conocedores de las particularidades de las chacras misioneras, con conocimientos en extensión y desarrollo rural. “El técnico tiene que tener una mirada extremadamente amplia holística, hacia todas las aristas que implica una familia de productores. Oscar lo pone en lo político, pero lo tenemos que incorporar desde la base de la formación, porque cuando hablamos de la parte agropecuaria, yo hablo de la parte de la ruralidad con una mirada integral. Vamos a desarrollar de fondo el arraigo rural, no sólo si al productor le va bien y tiene un nivel de rentabilidad alto, sino también si el productor tiene agua, luz, servicios de salud cercanos, si su hijo puede ir a la escuela”, explica Oriozabala. 

Otro eje fue un plan de acción agroalimentario, diseñado con los ministerios y organismos vinculados a la ruralidad, en el que se delinearon las acciones de trabajo necesarias para llegar a 2030. El documento culminó en la división de la provincia en seis microrregiones que tendrán una perspectiva particular. 

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¿Y qué es lo que queremos como el agro, cuál es el rumbo?

Cada una de esas cadenas tienen sus variables, no tienen prioridades, tenemos que trabajar y atender la demanda de todas. Recién hablaba con los representantes del Aglomerado Productivo Forestal, que en los últimos años están teniendo el problema de la desaparición de los pequeños aserraderos, del achicamiento de los medianos, nos pasó un poco en todos los sectores, porque es una cuestión macroeconómica que excede a la provincia. Hablamos de cómo atender la concentración, que es un eje transversal. 

Pero más allá de lo individual hay cuestiones transversales, fortalecer los equipos técnicos en territorio específicamente, con los subsecretarios, los ministerios, etc, armar equipos interdisciplinarios con ingenieros agrónomos, con veterinarios, con ingenieros forestales con ramas sociales, dentro de esas microrregiones. Es decir, que vayamos incorporando espacios dentro de esas microrregiones, que nos permitan tener un trabajo más territorial. Que estemos cerca de los productores, cerca de las organizaciones, que estén en territorio acompañando. Ese es un eje que tenemos que fortalecer sí o sí. Seguir trabajando el cooperativismo, el asociativismo.

La yerba es uno de los sectores que está bien, si uno mira los balances, pero está mal si uno mira al que está abajo en la cadena. ¿Cómo equilibrar? 

Volvemos… el cooperativismo es una herramienta espectacular, el sector de los grandes molineros, lo que tiene es la posibilidad de enfrentar pagos, tienen el tema financiero prácticamente solucionado. Por eso hace unos meses en mayo, lanzamos la línea de créditos blandos para el sector cooperativo, en un sector donde no había créditos, para que ellos puedan pagarle al productor, al día, competir en el buen sentido. Con esa pequeña herramienta, hemos recuperado cooperativas que estaban cerradas. Kilómetro 16, es una cooperativa que estaba cerrada en febrero del año pasado y en mayo comenzaba a operar con ese pequeño crédito de tres millones de pesos y termina el año con una facturación de 60 millones. Esos pequeños ejemplos, te llevan a ir equilibrando la balanza porque a la Pyme, o la empresa más grande, no les queda otra que pagar en las mismas condiciones.

¿Por qué el tarefero no recibe ese beneficio?

Fueron cuatro años en el que el sector tareferos fue bastardeado por muchas cuestiones. La desaparición del Renatea, que llevó a que no haya un resguardo del Gobierno nacional que es el responsable del trabajo rural y del empleo. Trabajo pasó a ser una secretaría, se retiraron con el inter zafra, se retiraron con los controles en territorio. Los tareferos empezaron a entrar en un circuito de planes sociales, de programas sociales, que obviamente ante la incompatibilidad, en muchos casos eran aprovechados por los trabajadores para no darlos de alta. Hay un sistema que no fue funcional.

Hubo una ruptura…

Y sí, el Estado nacional dejó de pagar el subsidio interzafra, que terminó pagando la provincia de Misiones en una escala más pequeña por la disponibilidad, pero igual fueron varios millones de pesos.

¿Se puede resolver esto?

Se tiene que resolver. Hay que recuperar la presencia del Estado, hay que resolverlo y hay que hacer una política desde el gobierno nacional de resolver la situación de los trabajadores rurales. El empleado rural necesita un espacio de control y condiciones: Nosotros no podemos exigir a la industria que tenga todo en blanco y en condiciones, si no auditamos en la producción primaria que está en las peores condiciones, hasta situaciones de esclavitud, casos que conocemos todos. Tampoco podemos hacer una persecución, tenemos que ir encontrando una solución, pero el Estado no se puede retirar de esos casos, el Estado es el garantista de los trabajadores, tenemos que ser responsables en ese aspecto. No es responsabilidad del ministerio del Agro, pero estamos hablando de políticas laborales, ya lo estamos charlando con Silvana Gimenez (la nueva ministra de Trabajo), yo planteé que tenemos que atender especialmente esto. 

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