Frances Lowe, la señora de los autos
Qué lejos ha quedado en el tiempo aquel día de marzo 1934 en el que Roberto William Lowe trabajaba con un tractor en sus yerbatales en un lugar en Misiones hasta que, de repente, apareció un señor de apellido Bradford para entrecruzar algunas palabras. Este hombre era el Gerente Zonal de Ventas de Ford Motors Argentina, quien lo convenció para abrir una representación de esa marca en la localidad de Eldorado. Es fue el comienzo.
Cuántas cosas pasaron y cuánto prosperó esta empresa familiar fundada por aquel visionario neozelandés -precursor en la zona al reemplazar la tracción a sangre por la tracción a motor- en la cual hoy trabaja la cuarta generación de descendientes, y que tiene como “alma mater” a Frances o “Paquita” Lowe, como a ella le gusta que la llamen. Ella cuenta cómo Lowe y Cía. S.A. ha logrado esta permanencia en el tiempo, creciendo y transformándose en una firma respetable, reconocida solvente, y una de las más antiguas del país en el negocio de los autos. Habla desde su rol de mujer, desde su óptica de dama emprendedora, tenaz, y con una capacidad de liderazgo asombrosa.
¿Cuándo y cómo comienza a trabajar en la empresa?
Me incorporé el 10 de junio de 1977. Llegué por un pedido de mi padre, él se dedicaba más al campo y el concesionario estaba dirigido por gerentes ajenos a la familia. Por aquel entonces yo estaba radicada en Buenos Aires desde hacía 15 años, tenía dos hijos y trabajaba en una importante multinacional, con lo cual volverme a Eldorado no me resultó para nada sencillo. Regresé por la insistencia de papá y por una necesidad de nuestra empresa familiar, ya que el concesionario había entrado en una profunda crisis. Me costó volver, pero hoy estoy muy agradecida de haber tomado esa decisión, pues el negocio de los autos me apasiona.
En 1985 fui nombrada Gerente General, y en 1994 ante el fallecimiento de mi padre pasé a ocupar el cargo de Presidenta.
¿Fue difícil por el hecho de ser mujer?
No, al contrario, tal vez haya sido una ventaja, pues los hombres son instintivamente caballeros y protectores, y me dieron una gran mano en mi aprendizaje. Me sentí valorada y aceptada permanentemente en este mundo de los “fierros”, que parecía ser exclusivo de los hombres.
Cuando comencé había muy pocas mujeres liderando concesionarias o en cargos ejecutivos dentro de las terminales. Tuve que aprender mucho, pero con el tiempo me gané el respeto de todos.
La única contra que podemos tener las mujeres en este mundo de los autos es que tenemos que trabajar el doble: nuestra tarea laboral en sí y la contención y cuidado de nuestras familias. Pero se puede, este negocio es muy exigente, pero también es fascinante, no hay dos días iguales, la adrenalina golpea a cada instante.
¿Qué virtudes se reconoce como mujer?
Creo que como mujer tengo grandes ventajas en el liderazgo de mi equipo de trabajo, pues con el instinto de madraza, los cobijo sin dejar de exigirles, es algo que sale en forma intuitiva. Soy una convencida de que el amor mueve montañas, este concepto lo he aplicado en todos los ámbitos de mi trabajo y nunca me ha defraudado. Siempre confío en la gente y son muy pocas las veces que me han decepcionado. No soy ingenua, tengo una gran intuición y sé que la valorización extrae lo mejor de las personas. Valoro mucho a mi personal y a la gente que me rodea. Sé que hemos pasado de la Era Industrial a la Era Virtual y mi gran esperanza es que ahora ingresamos nuevamente a la Era de los Sentimientos. La humanidad, nuestros clientes y nuestras familias necesitan cada vez más contención y amor en esta era globalizada.
¿Qué le siguió al originario concesionario Ford?
El concesionario Ford fundado por mi padre en sociedad con mi abuelo en 1934 –Roberto W. Lowe y Cia S.R.L- es el mismo que hoy tiene sus puertas abiertas en Eldorado. En 1962 la compañía incorpora socios ajenos a la familia constituyendo una sociedad bajo la denominación Roberto W. Lowe Sociedad Anónima Industrial, Comercial, Financiera e Inmobiliaria. Esto se sumaba a los negocios de la firma anterior dedicada a la comercialización de vehículos, repuestos y accesorios de la marca Ford, talleres mecánicos y una estación de servicio Shell.
En el 75 toma la denominación actual: Lowe y Cia. S.A. Luego la familia incursiona también en la actividad forestal. En 1991 con la fusión de Ford y Volkswagen en Autolatina Argentina S.A., pasamos a ser concesionarios de ambas marcas, siempre en Eldorado. Cuando la fusión se disuelve, igualmente continuamos representando a Volkswagen, automotriz que luego nos nombró Concesionario Exclusivo de la Provincia de Misiones, por lo cual también abrimos otra concesionaria integral en Posadas.
¿Cuál es la premisa de la empresa?
Nuestra misión es desarrollar el capital familiar, generando crecimiento, trabajo y satisfacción. Somos una empresa muy abocada a la satisfacción del cliente y al bienestar de nuestro personal.
¿En qué radica la permanencia durante tanto tiempo?
Creo que el éxito de nuestra empresa para perdurar en el tiempo se sintetiza en los siguientes conceptos: Valores, Unión, Compromiso, Honestidad, Integridad y mucho, mucho Trabajo. Hoy ya está participando en nuestra empresa la cuarta generación, es decir dos de mis hijos, Carlos y Alexandra (Nicolás, el menor, estudia medicina en Córdoba), con los mismos valores que nos inculcó papá.
Paquita realiza varias actividades a parte del concesionario.
Paralelamente ocupa el cargo de Presidenta de ACARA Regional Misiones y Consejera del Consejo Consultivo Ford –la primera mujer en ambas instituciones- y de la Comisión de Concesionarios Volkswagen. Fuera del rubro de los autos es presidenta de un Foro Ciudadano que creó para afrontar la crisis del 2001.
¿Por qué tanta actividad?
Pues porque soy una convencida de que para poder crecer tenemos que participar.
Un balance de su vida
“Yo hoy observo mi vida y miro alrededor, y me considero muy exitosa. Tengo mis empresas en franco crecimiento, tres hijos cariñosos, realizados y exitosos, cuatro nietas que me adoran, compañeros de trabajo y amigos que me han apuntalado cada paso de mi vida y un marido extraordinario -Constantino Zaderenko- que me ha dado todos los espacios para crecer”, relata.
En diciembre de 1989 Paquita fue elegida como una de las diez mujeres destacadas de la Argentina, por su gran labor como empresaria.
Así de activa es la vida Paquita Lowe. Una empresaria exitosa, sí, pero fundamentalmente una esposa y una madre ejemplar. Una dama que enaltece al maravilloso género femenino y su rol cada vez más protagónico en la sociedad actual.
Logros de familia
• Roberto Lowe fue un precursor en todo sentido de Eldorado: Instaló el primer teléfono de larga distancia; abrió la primera estación de servicio (YPF); fue director fundador del Banco de la Provincia de Misiones y del Banco Martenz de Eldorado; construyó la primera balsa que permitió el cruce del río Piray Guazú (para acceder a Monte Carlo y Caraguatay) y donó tierras y edificios que forman parte de la ciudad de Eldorado.
• En 2006, cuando Ford presenta la nueva generación F-100, Lowe recibe una placa de reconocimiento por ser uno de los cinco concesionarios de todo el país que acompañó toda la trayectoria de la pick-up desde el año 1945.
• En 2007 Volkswagen le entrega el Pin de Oro, por su labor.
Por Pablo Epifanio, Asociación de Concesionarios de la República Argentina