“Debemos mantener la guardia en alto”, definió el gobernador Oscar Herrera Ahuad. Se refería al cuidado de las fronteras y al posible contacto con los contagios de los países vecinos, especialmente Brasil. El Gobernador misionero le explicaba a la ministra de Seguridad, Sabina Frederic la necesidad de contar con mayor respaldo para custodiar el territorio misionero o, mejor, conseguir más vacunas para el personal esencial y los habitantes de la frontera. 

Pero la frase bien puede ser aplicada al momento político. La Renovación se enfrenta a una nueva evaluación en un momento distinto a todos los demás, en medio de una pandemia, que condiciona y pone a prueba a las distintas expresiones. 

La sociedad evaluará cómo enfrentó la crisis cada gobierno, pero también cómo se comportaron las oposiciones. 

En Misiones el oficialismo tiene un concepto consolidado que se revela en el momento más necesario: un sistema de salud de primera línea que sigue en expansión es uno de los emergentes de esa idea primigenia de poner a la tierra colorada en el centro de las decisiones políticas. El sistema sanitario misionero nunca estuvo sometido a tanta exigencia y sin embargo, respondió con solvencia sin el estrés de otras latitudes. Las diferencias no deben buscarse muy lejos en la memoria. Hace no más de 20 años habría que rogar atención en Buenos Aires y pelear por una cama en algún sanatorio privado. Hoy hay camas en los hospitales públicos y en breve Oberá tendrá uno de primer nivel, que competirá en prestaciones con el Madariaga. 

La Renovación hizo de eso su bandera. Y ahora es uno de los lemas que sonarán en la campaña: “Primero Misiones”. 

La Renovación tiene el concepto que no cambia con los nombres de las listas. En la oposición comienzan a conocerse algunos nombres. Todavía no hay un concepto claro, porque las identidades tienen orígenes disímiles. 

El Frente de Todos está atado a los destinos del Gobierno nacional. Y la suerte de Alberto depende de los avatares de la pandemia y que las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional le den oxígeno a una economía que intenta despertar del letargo al que fue sometida durante la gestión de Cambiemos. La llegada de vacunas alimenta el optimismo. Con el FMI, la cosa viene más lenta. 

El Gobierno de Alberto no se muestra muy involucrado en lo que suceda con su tropa en Misiones. Pero lo cierto es que la tropa tampoco logró un despliegue territorial que justifique el esfuerzo. Y hay cierta desazón en ambos extremos. En Buenos Aires sienten que el trabajo territorial esperado nunca se concretó, lo que debilita al propio Gobierno nacional. Pese a contar con funcionarios en casi todas las áreas de gestión nacional, son escasos los que pueden mostrar algún resultado concreto en las acciones. El peronismo misionero juega donde siempre jugó en los últimos 20 años y prácticamente no tiene puentes con los delegados nacionales en funciones. Eso deja casi en soledad al resto de los socios políticos, que tienen que armarse con lo que tienen. 

Sobran nombres propios con aspiraciones. Pero a falta de consensos que aglutinen, los candidatos se presentan solos: Felipe Esper se promociona como candidato a concejal posadeño de un sublema que se llamará el Pays para la Victoria. Es el hermano menor de Mario “Pichi” Perié, hoy delegado de Anses.

En Cambiemos la situación no es distinta. Abundan nombres, escasean consignas. Se entiende. Más allá del convencimiento y el núcleo duro agarrado a la grieta, es difícil encontrar logros que destacar durante la gestión Macri. Hay más en el debe -y no es metáfora-, que en el haber. 

Hace pocos días hubo una “selección” de candidatos. En una reunión de poco más de 20 personas, se definió que Mikaela González Coria, quien ya había sido candidata a concejal en Posadas, será la segunda aspirante a diputada de Cambiemos, en la lista que será encabezada por el radical Ariel Pianesi, quien a su vez buscará su reelección. En el quinto lugar de la lista de Juntos por el Cambio irá el obereño Horacio Loreiro, productor forestal, fundador del PRO en Oberá y actual vicepresidente del partido en la provincia.

Uno de los debe de Cambiemos fue la pobreza. Macri quería ser juzgado por cómo había logrado disminuirla. No lo hizo. La pobreza durante el mandato de Macri creció 8,4 puntos porcentuales en cuatro años. Sin pandemia. 

Con el coronavirus de por medio, subió cinco puntos en un año y se ubicó en un doloroso 42 por ciento. 

La política tiene que ver. Sin los recursos del Estado durante el año de la pandemia, con emisión incluida, la pobreza hubiera sido mucho mayor. Los datos duros indican que más de la mitad de los chicos argentinos está en la pobreza, lo que es una tragedia en el presente que puede explotar en el futuro. Ese debe ser el meollo de cualquier proyección política, con o sin Fondo en el medio. Kristalina Georgieva es por eso una aliada circunstancial indispensable. La presidenta del Fondo sabe que el organismo es tan responsable como las políticas erradas por el brutal endeudamiento y la crisis socioeconómica de la Argentina. Es paradójico que el Fondo esté hoy a la izquierda de algunas corrientes políticas que insisten con el ajuste como única receta para enderezar la economía y proyectar, en un futuro indefinido, la inclusión de los que hoy están fuera de todo el sistema. 

El Fondo recomendó aumentar impuestos progresivos, para poder subir el gasto, y así achicar las brechas de ingresos, ampliadas durante la panandemia. El objetivo es proteger a los vulnerables, pero también preservar la estabilidad social, debido a que el aumento de la desigualdad podría derivar en un fuerte malestar social. 

Las reformas tributarias más progresivas podrían incluir impuestos sobre la propiedad y la herencia, aumentar la carga sobre los más ricos, eliminar “lagunas” impositivas, y “modernizar” impuestos sobre las ganancias de las empresas. En Argentina, la oposición y el establishment se oponen a cualquier regulación de este tipo. Pero con sus políticas, llevaron a la Argentina a un endeudamiento, inflación y pobreza por las nubes. 

Recién ahora hay indicadores económicos mejores a la prepandemia, especialmente en algunos sectores industriales y eso será fundamental para revertir indicadores de pobreza y desempleo. 

La capital misionera era una de las más golpeadas por el aumento de la pobreza durante el Gobierno de Cambiemos. Ahora Posadas es una de las diez provincias donde hubo una sensible caída de la pobreza, con una serie de indicadores que reflejan decisiones locales, como el Ahora Misiones, el impulso a la producción propia de productos que se consiguen más baratos en las ferias francas, de las ^{chacras a las mesas.} En el año de la pandemia, con las fronteras cerradas, Misiones fue una de las pocas provincias donde se creó empleo y mejoraron las condiciones sociales. Las fronteras cerradas despertaron todo lo que estaba latente y que debe cuidarse con políticas exclusivas que todavía esperan respuestas por parte de la Nación.

Eso también forma parte de no bajar la guardia. Herrera Ahuad lo recordó el miércoles en medio del río Paraná, donde se pusieron los primeros metros cúbicos de hormigón que le dará forma a la futura represa de Aña Cuá. La visita del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero y del ministro del Interior, Eduardo De Pedro, sirvió para recordarles que Misiones reclama medidas especiales, como una baja del costo de la energía eléctrica y los combustibles, además de aumentar los subsidios al transporte público. Todo eso mientras se espera por alguna decisión de fondo con el artículo 10 de la ley Pymes. Alberto iba a venir a la cita en Yacyretá, pero a último momento canceló el viaje. Hoy sabemos que posiblemente ya estaba contagiado de coronavirus por esas horas. 

Hay expectativa de que el 30 de abril, en la ciudad de las Cataratas, haya definiciones sobre los pedidos de Misiones en la nueva cumbre de los gobernadores del Norte Grande. Hasta ahora solo se produjo la rebaja de Aportes Patronales para los nuevos empleos. En materia de energía y subsidios, De Pedro eludió definiciones, pero destacó el papel de Misiones en la solidez de los planteos a la Nación. 

Esos planteos no son improvisados. Vienen de años de maduración. “Nacimos rebeldes del poder central. Pero no una rebeldía absurda y salvaje, sino una rebeldía arraigada en lo nuestro. Ahí nace la estirpe de rebeldía con causa, porque buscábamos simplemente lo que hoy seguimos buscando: ser entendidos, ser respetados, defender lo nuestro”, analizó el presidente de la Legislatura, Carlos Rovira en el encuentro que encabezó la semana pasada con los principales dirigentes de la Renovación, ahora conformada por más de 30 partidos políticos.

La dimensión que tomó la Renovación contrasta con otros espacios, repetitivos y desmembrados. En la reunión que puso en marcha la campaña de cara al 6 de junio, los dirigentes que estuvieron en el Centro del Conocimiento y los que escuchaban en modo remoto, quedó claro que, sin importar quienes sean los candidatos, el concepto está por encima de las individualidades. 

About The Author