Dejar el mundo atrás

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Nos quedamos fuera del mundo”, despotricaban hace algunos años quienes hoy asienten silenciosos a las decisiones unipersonales del presidente Javier Milei de retirar a la Argentina de la Organización Mundial de la Salud, con la acusación de “delitos de lesa humanidad” por la gestión de la pandemia y las cuarentenas. 

En enero la OMS contaba con 194 estados miembros, con todos los países que integran la Organización de Naciones Unidas, excepto Liechtenstein. Ahora se sumaron a ese selecto grupo, Estados Unidos y Argentina. 

Argentina también se dispone a abandonar el acuerdo de París que busca mitigar las consecuencias del cambio climático, con el sólido argumento presidencial de imponer “una agenda inspirada en el marxismo cultural”. 

Ajeno a la abundante evidencia científica, el Presidente le dijo al diario francés Le Point:“No estoy de acuerdo con la agenda ambientalista, que me parece un completo fraude”.

El Acuerdo de París es un tratado internacional sobre el cambio climático jurídicamente vinculante. Su objetivo es limitar el calentamiento global a muy por debajo de 2, preferiblemente a 1,5 grados centígrados, en comparación con los niveles preindustriales. Bajo el mandato de Mauricio Macri, la Argentina ratificó el convenio en 2016 y forma parte desde entonces. Si abandonara el foro -aunque hay pasos legales inevitables- Argentina perdería credibilidad en foros internacionales y podría ser vista como un actor irresponsable en materia ambiental. También podría afectar las relaciones comerciales: muchos países priorizan acuerdos comerciales con naciones comprometidas con la sostenibilidad ambiental y podría generar críticas de la sociedad civil, organizaciones ambientales y sectores económicos interesados en la transición hacia una economía baja en carbono.

De retirarse, el país se unirá a Estados Unidos, Irán, Libia y Yemen, los únicos integrantes de las Naciones Unidas que no forman parte. Podría sumarse Brasil, si es que Jair Bolsonaro elude sus condenas y vuelve al poder. El ex presidente de Brasil también prometió permitir la instalación de una base militar de Estados Unidos en la Triple Frontera y salirse de los BRICS -acrónimo de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, los países que conforman el bloque. Se trata de cinco de las economías emergentes más poderosas del mundo, un espacio internacional alternativo al G7, manejado por Estados Unidos. Milei ya desdeñó la invitación para sumarse al Brics, para alinearse con Donald Trump. Seguirá la Argentina, eso sí, como socia activa del Fondo Monetario Internacional al que ya se le pagaron 12.500 millones de dólares solo en intereses, a cambio de fondos frescos que se hacen rogar. 

Bienvenidos al mundo nuevo. 

La andanada de anuncios presidenciales sirvió para aplacar los efectos no deseados del discurso de Milei en el foro de Davos. El discurso antiderechos y minorías generó revuelo y la imagen presidencial sintió el golpe en las encuestas e incluso en redes sociales, donde suele dominar el escenario. La valoración de la gestión perdió fuerza y según una encuesta, de la consultora M&F, el 41,2% de los consultados considera que la situación económica del país es “mala” o “muy mala”, aunque un 53,3% cree que mejorará en el futuro. La inflación se mantiene como el problema más mencionado, con un 22,2% de las respuestas, seguida por la corrupción (16,9%) y la pobreza (16,3%). En paralelo, Analogías dio a conocer un punto de vista preocupante para el oficialismo: hay un “apoyo distante al Gobierno”, en el que sólo la mitad de los que acuerdan con sus políticas se consideran oficialistas. 

Un adelanto de la encuesta de Zuban & Córdoba que se conocerá este domingo, marca un fuerte rechazo de la población a las principales medidas de la reforma laboral que impulsa el gobierno de Javier Milei. La encuesta también indagó en la percepción sobre quiénes serían los principales beneficiarios de la administración Milei. Un 53,3% de los consultados consideró que gobierna para los multimillonarios. Apenas 1,4% opinó que su gestión está enfocada en la clase media, mientras que solo un 1% sostuvo que su gobierno favorece a los sectores de bajos ingresos. 

Ajeno a la percepción, el Presidente ratificó su modelo económico y descartó la posibilidad de una devaluación como sugiere el FMI para liberar fondos. “Econochantas”, disparó en una columna publicada en La Nación, sobre el supuesto atraso cambiario y la fragilidad del modelo. Sin embargo, en las últimas horas arreciaron los rumores de renuncia del ministro de Economía, Luis Caputo, tanto que el vocero Manuel Adorni, en chiste, posteó en la red de Elon Musk hasta el nombre de su sucesor.

Pero la evidencia parece coincidir con la percepción de que los problemas económicos son más agudos de lo que el Presidente admite. Se bajaron los impuestos a los autos de alta gama, pero se mantiene a los de media y baja. Se perdieron 120 mil empleos registrados en el primer año de la gestión y la contención de la inflación se hace inconsistente ante la constante suba de servicios regulados por el Estado, como energía, peajes o combustible. La construcción cerró el año con una caída del 27,4 por ciento y la industria cayó 9,4 por ciento. Los corredores inmobiliarios, que celebraron la eliminación de la ley de Alquileres, ahora están en alerta por una amenaza de desregulación de la actividad, diseñada por Federico Sturzenegger. En la yerba mate sintieron de lleno los efectos de la desregulación: derrumbe del precio de la materia prima y un mercado interno que tuvo su peor año desde 2017. El inicio formal de la cosecha, en marzo, está a la vuelta de la esquina y los productores esperan algún salvavidas. La Provincia está trabajando contrarreloj en un sistema de trazabilidad que permita conocer costos de producción, establecer un precio de referencia y estimular a las industrias a respetarlo, con un mecanismo de premios, como créditos baratos o aportes directos para cooperativas. Batalla con desiguales contendientes. Salvo la Renovación, el resto de los espacios políticos miran para el costado, con la idea de que si hay un nuevo tractorazo, las pérdidas políticas serán del otro. En realidad, hay coherencia: durante la gestión Cambiemos, Macri intentó desregular el mercado y sus referentes locales impulsaron una ley en el Congreso. En el radicalismo, partido que mucho tuvo que ver con la génesis del Instituto Nacional de la Yerba Mate, ahora recomiendan a los productores una “cosecha por goteo” que haga faltar materia prima en secaderos e industrias. Pero nada dicen de los efectos de la desregulación impuesta por Milei. “El camino correcto”, según el ex presidente de la UCR. 

Es muy fácil sugerir “soluciones alternativas” a los productores sin advertir que se trata de un modelo económico de un Gobierno al que el radicalismo no cuestiona, sino que busca desesperadamente pertenecer. Rodrigo De Arrechea lo dejó claro en su carta de renuncia como presidente de la UCR. Con “la convicción de que este es el camino correcto“, dijo el nuevo radical con peluca, quien despreció la conducción partidaria que asumió hace menos de un año para asumir como nuevo consejero de Yacyretá, designado por decreto de Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo.

En el paquete Caputo, también nombró a Diego Luis Adúriz y a Facundo Palma como consejeros del organismo encargado del aprovechamiento hidroeléctrico conjunto con Paraguay. Adúriz es primo y socio de Caputo, con quien en otros tiempos operaba una mesa de dinero. 

El precio de la lealtad, reprochó una joven dirigente radical en una carta abierta. No fue la única enojada con el bueno de De Arrechea, quien admitió que desde noviembre sabía de su designación. La diputada Rosi Kurtz exigió que los que quieran pasarse a la Libertad Avanza, lo hagan “sin seguir usando a la UCR”. El ex presidente del partido, Gustavo González, también cuestionó a De Arrechea: “El presidente de la UCR no puede ser funcionario del gobierno nacional que el partido no integra. Renunciá y ponete la peluca del todo”, le exigió apenas se conoció el nombramiento. 

Con convicciones a la carta, González pidió que la oposición, incluída la Libertad Avanza y el puertismo residual, arme una alianza electoral en Misiones para enfrentar a la Renovación. Todo un proyecto de provincia. 

Para que quede clara su firme posición política, el ex diputado eldoradense también cuestionó la suspensión de las PASO y que Argentina se retire de la OMS, ambas decisiones exclusivísimas del Presidente. 

Anita Minder, con la experiencia a cuestas, advirtió que el radicalismo debe decidir si es oficialista u oposición, pero, dijo, “eso no lo deciden las personas individualmente”, sino que “lo debe resolver y tratar el plenario de la Convención”, remarcó. De todos modos, las fugas -o premios- son varias: la licenciada en Letras Claudia Burg asumió hace poco como delegada regional del NEA en la lucha contra la Trata y Explotación de Personas y para la Protección y Asistencia a las Víctimas. “Hay cuestiones que son completamente nuevas para mí, y esto requiere formación continua”, admitió.

Martín Arjol fue pionero en abandonar el barco para sumarse a las fuerzas del cielo. También despreció el partido que lo premió como candidato a gobernador. Ahora busca colarse en una lista del oficialismo nacional para seguir perteneciendo. Arjol acaba de ser acusado de pretender frenar una denuncia de corrupción en la Aduana de Iguazú, que involucra a funcionarios vinculados al Gobierno nacional. Para silenciarlo, al denunciante -un concejal radical- hasta le ofrecieron quedarse al frente de las obras de ampliación del Centro de Frontera. Hay presupuesto para algunas cosas. 

Para otras, muchas demoras. Varios gobernadores se reunieron con el ministro de Economía, Luis Caputo, para intentar recuperar inversión nacional ya acordada en muchos casos y con obras en marcha. Por Misiones estuvo el ministro de Hacienda, Adolfo Safrán, quien reclamó reactivación de obras y compensaciones previsionales. 

Entre las obras prioritarias para Misiones, Safrán mencionó la autovía de la ruta 105 entre Posadas y San José, que se ha reactivado, pero señaló demoras en la travesía urbana de Posadas y Gobernador Roca, así como en obras hídricas en Corpus. También advirtió sobre retrasos en los programas de vivienda financiados por el Gobierno nacional. Uno de los planteos realizados en la reunión fue la posibilidad de que algunas obras sean ejecutadas por la provincia con fondos nacionales, lo que podría agilizar los procesos. “Se propuso que, para ganar tiempo, algunas obras sean transferidas a la provincia y que la Nación solo gire los fondos”, explicó.

La relación de Misiones con el Gobierno nacional es de cordialidad mutua. En definitiva, las metas de Milei son muy parecidas a las conquistadas en la tierra colorada, como el equilibrio fiscal y la autonomía financiera. De hecho, los datos económicos de Misiones son los mejores de la región, con el mayor volumen de empleo -particularmente en el segmento joven- y una rápida recuperación de sectores golpeados, como la construcción, con Posadas a la cabeza. En medio de un año malo para la construcción, Misiones se ubicó tercera en el crecimiento porcentual y sexta en el país con mayor cantidad de permisos de construcción, con un crecimiento del 13,4%. En cantidad de permisos, en Misiones fueron 314 -en alza-, en Corrientes 155, en Chaco 199 y Formosa 234, pero todas con caídas. Misiones cerró noviembre con un crecimiento de la superficie aprobada para la construcción del 5,3 por ciento. Según las cifras recopiladas, Posadas experimentó un aumento del 44,4% interanual en la cantidad de permisos de construcción, consolidándose como una de las ciudades con mayor dinamismo en el rubro. En términos absolutos, los permisos pasaron de 141.897 en 2023 a 204.931 metros cuadrados en 2024, lo que refuerza la expansión del sector en la capital misionera.En el plano político también hay coincidencias. La suspensión de las elecciones primarias contó con el respaldo decidido de los diputados de la Renovación. El oficialismo misionero siempre sostuvo que las internas de los partidos, las tienen que resolver los partidos y no trasladar a la sociedad temas que, a la gran mayoría, no les interesa. Por eso, pese a que en su momento se puso “de moda” modificar en igual sentido los sistemas electorales provinciales, en Misiones nunca se avanzó.

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Operativo Guazaratí

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Ahora vamos a ir al plan Guazaratí”, prometió convencida la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. 

No busque la palabra en el diccionario ni en el traductor. No existe ese vocablo en guaraní. La ministra confundió Guazaratí con Guazurarí o Guaçurarí, el apellido del indio misionero, ascendido a general del Ejército Argentino por decreto nacional del 1 de abril de 2014. No fue el único desliz. La ministra estaba anunciando un “nuevo plan” de seguridad, apuntado a militarizar Bernardo de Irigoyen, que comparte frontera con Brasil y por donde circulan diariamente miles de personas en un tráfico vecinal comercial, turístico y familiar.

La ministra equiparó a la frontera misionera con Piedras Blancas, el municipio de Salta que comenzará a construir un alambrado de 200 metros para “evitar” el ingreso de migrantes y de cocaína boliviana, en una frontera que se extiende por 742 kilómetros. Como en el municipio salteño, donde hasta los concejales libertarios salieron a protestar por no haber sido consultados y a advertir que el alambrado tendrá un impacto comercial, pero nulo en la seguridad, en Misiones también los comerciantes de Bernardo de Irigoyen señalaron que el tráfico vecinal en esa ciudad es cultural y ajeno a grandes problemas de seguridad. Cuando les conviene, vienen los brasileños y cuando no, cruzan los argentinos, como sucede ahora. No es una zona de grandes conflictos y, a pesar de los anuncios, ya tiene una fuerte presencia militar, con el Ejército y de seguridad, con Gendarmería y Policías, que trabajan en forma coordinada. 

¿Cuál es el trasfondo de la confusión y la descoordinación? Hace unos días vino a Misiones una funcionaria de la cartera de Seguridad a “conocer el terreno”. Estuvo en Iguazú y se quedó sorprendida cuando la llevaron a conocer la frontera seca de Bernardo de Irigoyen y Dionisio Cerqueira. Con un poco de sentido común, en la Provincia le hicieron notar que la frontera noreste no es la más problemática, sino la frontera oeste, desde Puerto Libertad hacia abajo, por donde ingresa la marihuana de Paraguay y donde las fuerzas federales compiten entre sí con escasa eficiencia. No hubo forma de convencerla de que lo que había visto no era ciudad de Juarez. Así se pergeñó el “plan” que inicialmente iba a ser bautizado simplemente Bernardo de Irigoyen, pero que, nuevamente la Provincia, sugirió que sea denominado Guaçurarí, para al menos equipararlo con el héroe salteño Juan Manuel de Güemes. La ministra lo rebautizó Guazaratí

¿Sabés qué va a pasar?”, preguntó un veterano oficial de una fuerza de seguridad que opera en la Triple Frontera -zona estigmatizada si las hay-. “Nada”, se respondió. Para el especialista el “plan” Güemes, Guazaratí o Guaçurarí, no son más que un poco de ruido para tapar una realidad que está a la vista en el Conurbano bonaerense, que en algunas zonas parece tierra de nadie, y particularmente en Rosario, donde la propia Bullrich desembarcó con toda la pompa con la promesa de bajar la inseguridad, pero los muertos se siguen contando de a varios por día. Claramente, tanto en Buenos Aires como en Santa Fe, la seguridad es un problema mal atendido y que no ha mejorado con la militarización, como sucedió en Rosario. Los funcionarios nacionales, como en otras gestiones -Bullrich no es siquiera original-, pretenden imponer recetas, muchas veces parecidas o iguales, para zonas con problemáticas distintas y sin escuchar a los actores locales. Un problema del unitarismo histórico de la Argentina, que cíclicamente parece agigantarse. 

Para el presidente Javier Milei, los gobernadores son unos “gastadores compulsivos” y administradores ineficientes que “despilfarran” los recursos que generosamente les gira “la Nación”. 

Sin entrar en discusiones abstractas sobre el concepto ni sobre la preexistencia de las provincias, lo cierto es que no todas las situaciones son iguales ni todas las provincias están administradas de la misma manera. 

Ahora la discusión es sobre la carga fiscal de las provincias en la economía. Misiones desde hace décadas tiene a la producción primaria libre de impuestos, pero es rigurosa con los demás eslabones de la cadena, lo que generó una inédita autonomía económica y recursos propios para sostener políticas aún en tiempos de contracción como los actuales. 

Los unicornios como Mercado Libre y los pooles sojeros, claman por baja de impuestos para aumentar ganancias, pero se desentienden de las demandas que deben ser atendidas localmente. 

En Santa Fe, Marcos Galperín se quejó por una suba de Ingresos Brutos a las operaciones de Mercado Libre, pero se llamó a silencio cuando el gobierno de esa provincia reveló que sólo en diciembre del año pasado hubo más de 40 mil operaciones en negro a través de la aplicación. Doble moral que le dicen. 

Los números oficiales también revelan una profunda asimetría en el reparto de los recursos federales, que, una vez más, no pertenecen a “la Nación”, sino que son generados por las provincias. En 2024 Misiones nuevamente fue la que más aportó al Tesoro Nacional, en el NEA, en materia de recaudación de impuestos nacionales, pero fue la que menos recibió por esos conceptos. Si se suma la recaudación de IVA, impuesto a las Ganancias, Bienes Personales, Impuestos Internos y Monotributo impositivo (todos coparticipables) el NEA recaudó, 762.828 millones. De ese total, Misiones aportó el 35,4%, un valor superior a Corrientes, que  sumó el 26,6%, Chaco el 25,3% y Formosa el 12,7%. 

Pero Misiones apenas recibió apenas el 21,3% de los fondos que llegaron al NEA, el valor más bajo en la región, ya que Chaco captó el 31,8%, Corrientes el 23,9% y Formosa el 23%.

En el Gobierno señalan que la asimetría es incluso más profunda, ya que los datos de la Afip contemplan las empresas por jurisdicción y muchas compañías que operan en Misiones tienen domicilio fiscal en Capital Federal y por ende tributan allí. Si se evaluara por lugar de operación, el municipio ahora gobernado por Jorge Macri no sería el más productivo, como se jacta con desdén el primo del ex presidente.

Sin embargo, esa idea de “Nación responsable” y provincias nadando en la abundancia del despilfarro, se impone en la discusión política y alimenta la centralidad del discurso presidencial. Pocos se animan a contradecirlo en tiempos en que las encuestas le son favorables. 

El gobernador Hugo Passalacqua marcó distancia al señalar que Misiones no sube alícuotas y desde hace años tiene a toda la producción primaria exenta del impuesto a los Ingresos Brutos. Ese modelo se mantiene firme, mientras que el alivio fiscal llega a través de la suba del piso, como en el caso de los sujetos obligados a la percepción y retención de Ingresos Brutos o los beneficios anunciados para el pago del Impuesto al Parque Automotor, un tributo que aumentó por debajo de la inflación. La economía se puede incentivar por distintas vías. Bajar impuestos no es el único camino. Durante los 90 Misiones tenía impuestos cero para la industria. El resultado no fue positivo: Estado desfinanciado y endeudado, IETE, desempleo en alza y pobreza récord. No pasó hace tanto, aunque algunos parezcan tener memoria de corto plazo. 

El intendente de Concepción de la Sierra, Hugo Humeniuk, un miembro del partido Activar, que lidera Pedro Puerta, el hijo del ex gobernador de los 90, aplicó una inédita suba de las tasas por Carnaval. Para aprovechar los días de celebración popular, el alcalde decidió cobrarles -por anticipado- hasta 185 mil pesos por día a los comercios locales que abran en los lugares de desfile. Puerta, quien por estas horas intenta eludir los coletazos del escándalo de su amigo y socio político Germán Kiczka, en sus discursos suele prometer una rebaja de impuestos para “impulsar una provincia productiva”. Haz lo que digo…

Los impuestos no definen resultados económicos. La producción yerbatera, que tiene impuestos cero, atraviesa ahora una profunda crisis con un desplome de los precios de la materia prima producto de la desregulación que impuso el presidente Javier Milei en diciembre de 2023. En paralelo, el consumo interno cayó durante el año pasado 9,33 por ciento, en lo que fue el peor año desde 2017. La industria cerró un año en rojo, con costos operativos que se dispararon y ventas en baja. Apenas las exportadoras “salvaron el año” con un récord de envíos al exterior. 

Paradójicamente, el radicalismo que tuvo mucho que ver con el diseño del Instituto Nacional de la Yerba Mate, se dedicó en los últimos años a minar la confianza en esa institución -salvo durante la gestión Cambiemos- ahora insta a los productores a “autorregular” la cosecha para presionar por mejores precios. “Cosecha por goteo”, sugirió un veterano boina blanca. 

Pero con la cosecha del año pasado, que llegó a los 986.737.613 kilos, con un alza de 27,35 por ciento en relación con 2023, la industria tiene suficiente stock para también “autorregular” los precios. El factor externo que significó la desregulación, golpeó de lleno a todo el sector. Habrá que ver quienes sobreviven en el mediano plazo. 

En el sector forestal también se siente pleno el cambio de época económica. Por la caída del mercado interno y externo, en Corrientes y Entre Ríos los aserraderos están de remate. Acon Timber, el aserradero más grande del país, recién instalado en la vecina provincia vecina, dejó de exportar por el dólar bajo y la escasa rentabilidad. En Misiones, donde desde hace unos años se regula el precio de la materia prima, las empresas se mantienen en funcionamiento, aunque también sufren por las bajas ventas. Las quejas empresariales por los impuestos aquí no encuentran eco: en Corrientes no hay precio mínimo de la materia prima. El factor externo, el plan “guazaratí” económico, influye mucho más de lo esperado, aunque la economía de Misiones se mantiene por encima de las demás provincias de la región, con algunas señales claras de reactivación. En enero se patentaron 861 cero kilómetro, lo que significa un aumento del 92,6% en comparación con el mismo mes del año pasado. En términos mensuales, el crecimiento fue del 209,7% respecto a diciembre de 2024. 

De todos modos, el presidente Javier Milei goza de una imagen positiva que se mantiene -la última encuesta de CEOP arroja quizás una luz amarilla, con un empate técnico entre quienes lo desaprueban (48,7 contra 48 de imagen positiva) y una proyección negativa- y que le permite tallar en las negociaciones políticas de cara a las elecciones. El Cambiemos residual se debate entre encolumnarse en silencio o jugar en soledad y mantener identidad. De cualquier modo, el partido encabezado por Macri ha perdido centralidad y ya no es una “opción ganadora” ante un mileísmo que tiene una base electoral similar. El desbande en la alianza es inevitable: los dirigentes quieren salvar la ropa, aunque en las fuerzas del cielo no son del todo bienvenidos. En Misiones, la relación con la Renovación es más fiable que cualquier acuerdo con lo que queda de Cambiemos. En definitiva, el modelo de gestión económica exhibe resultados que se parecen mucho a los objetivos trazados por Milei.

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Los debates que imponen las nuevas agendas

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El sobreactuado desprecio del presidente Javier Milei por la agenda “woke” forma parte de una estrategia deliberada de consolidar referencias. Su puesta en escena en el foro de Davos apuntó a magnificar un mensaje en medio de una corriente política que excede largamente a la Argentina y que tiene a Donald Trump como máximo referente. 

La asunción del presidente de Estados Unidos fue un decálogo de anuncios y medidas antiinmigrantes, de ajuste económico y proteccionismo industrial, en una épica individualista cuyos gestos y símbolos no tienen nada de inocentes. El multimillonario tecnológico Elon Musk protagonizó uno de los momentos más polémicos al cerrar su discurso con un saludo con reminiscencias nazi-fascistas. No fueron las únicas. Los discursos, tanto de Trump como de sus seguidores más relevantes, coincidieron en tópicos con el yo-supremo y el peligro de la otredad. Aunque parezca una contradicción, es un metamensaje que domina la nueva agenda global. 

El término woke («despierto» en inglés)  nació en los Estados Unidos para referirse a quienes se enfrentan o se mantienen alerta frente al racismo. Posteriormente, llegó a abarcar una conciencia de otras cuestiones de desigualdad social, de género y orientación sexual.

Desde finales de la década de 2010, también se ha utilizado como un término general para los movimientos políticos progresistas o de izquierda y perspectivas que alegan enfatizar la política identitaria de las personas LGBT, de las personas negras y de las mujeres. Como todo movimiento, generó su propia contracorriente. 

Un contrapeso que ahora está en auge, en la cresta de la ola, nada menos que con Donald Trump al frente de los Estados Unidos y escuderos como Elon Musk y otros magnates tecnológicos. 

En la Argentina el movimiento “woke” puede identificarse con las políticas sociales creadas y expandidas durante el kirchnerismo y particularmente los mandatos de Cristina Fernández. Bases sociales que atendían necesidades y carencias específicas. Pero que se volvieron un fin en sí mismo, sin producir transformaciones sólidas y sin atender demandas de otros sectores sociales supuestamente mejor parados en la escala social. La Asignación Universal por Hijo, el matrimonio igualitario y los subsidios energéticos fueron buenas herramientas y respuestas para un momento particular, pero con el tiempo perdieron efectividad. Y peor, dejaron a una enorme franja de la sociedad, la clase media, soportando una enorme carga casi sin red de contención. Brasil, que sacó a millones de la pobreza durante el primer mandato de Lula, sufrió el desplante de millones de trabajadores en una protesta histórica contra Dilma Rousseff por el aumento del boleto del transporte público. Fue la simiente de su propia caída y el ascenso de Jair Bolsonaro. 

Los beneficios eran para los de abajo y hasta para los de arriba. Esa clase media es ahora la base política anti woke, de la que se nutren Milei y Trump. Unidos por el espanto, no esperan reivindicaciones.  

Milei goza por eso de una enorme aceptación social. Cumplió con su palabra al contener la inflación y por ahora esa es su única arma. No hay promesa de contención social ni plan de crecimiento económico. La relativa estabilidad en los precios alcanza -habrá que ver por cuánto tiempo- para comience a palpitar una elección de medio término en la que no tendrá rivales sólidos: “Si las elecciones fueran hoy sacaríamos el 50% de los votos”, dijo el Presidente en una entrevista con la agencia Bloomberg

En la misma entrevista, Milei aseguró que bajó la pobreza 21 puntos -algo difícil de sostener- y cuestionó -sin pruebas que lo validen- que la homosexualidad “en sus versiones más extremas, la ideología de género constituye lisa y llanamente abuso infantil”.

También dijo que “el salario básico promedio creció de US$ 300 a US$ 1.100”, como prueba suficiente de su “éxito económico”. Nada dijo del poder de compra de esos dólares. La Argentina contradice el discurso oficial: está más cara que hace un año a pesar de la inflación a la baja. 

El lamento del campo tenía que ver con eso: los costos de producción se dispararon con un dólar planchado. Por eso se anunció la rebaja de retenciones para la soja y otros productos, por lo menos hasta junio de este año y una eliminación permanente para las economías regionales. En el caso de Misiones, la forestoindustria y el tabaco son los productos beneficiados, ya que la yerba y el té ya tenían retenciones cero, aunque sus industrias -y producciones- atraviesan crisis particulares. 

El ex presidente de Amayadap recordó que la eliminación de las retenciones fue un pedido sostenido durante años tanto por los empresarios del sector como por el Gobierno de Misiones. “En algunos casos, llegamos a solicitarlo casi por favor. Seguramente el Estado Nacional necesitaba esos ingresos en su momento. Ahora, con un equilibrio fiscal, se pudo tomar esta decisión que consideramos muy positiva”, comentó Abel Gauto Fechner.

No obstante, el empresario advirtió que la medida, aunque relevante, no es suficiente para resolver las dificultades estructurales que enfrenta el sector. Según explicó, la principal preocupación radica en el tipo de cambio, que permanece rezagado frente a la inflación. “Hoy la crisis de la forestoindustria no está vinculada tanto a las retenciones, sino al atraso cambiario. La inflación corre a un ritmo mucho más alto que el tipo de cambio, lo que genera una pérdida de rentabilidad”, detalló.

El ex presidente de Amayadap también destacó el papel del Gobierno de Misiones en las gestiones para la eliminación de las retenciones. “No solo el sector privado insistió en este reclamo, sino también el Gobierno provincial. Es un logro que se haya concretado esta medida y que beneficie a las economías regionales”, concluyó. La insistencia de la Provincia fue fundamental. En cada reunión, el tema estaba en agenda. 

Tiene razón Milei al proyectar un triunfo de medio término. No hay oposición en el peronismo y lo que queda en pie, lo quiere enfrentar con consignas que no se ajustan al presente. No parecen entender el proceso. Lo que queda de la alianza Cambiemos se conformará con integrar alguna lista. Por eso, el libro de pases está abierto. Del macrismo duro ya no queda nada. El radicalismo ensaya una tímida  reconstrucción, pero muchos de sus dirigentes se conformarán con algún cargo o puesto en una lista. Ya algunos se prueban el traje de candidatos en Misiones.  

Las verdaderas elecciones se darán en las provincias. No en todas hay referencias competitivas de la Libertad Avanza. En Misiones, el Presidente se encuentra más cómodo en una convivencia pacífica con la Renovación, que garantiza gobernabilidad y es ejemplo de muchos de los objetivos del propio gobierno nacional. El déficit fiscal Misiones hace años que lo tiene a raya y ni los momentos de contracción económica modifican ese rumbo: entre enero y septiembre del 2024, Misiones registró ingresos totales por $1.818.657 millones y gastos totales por $1.749.712 millones. De ese modo, la Provincia cerró el tercer trimestre del año con un superávit primario de $ 72.400 millones y un superávit financiero por $ 68.945 millones, mejorando fuertemente sus resultados fiscales respecto a igual período de 2023. 

En relación con los ingresos totales, Misiones vio una merma interanual del 14,6% en términos reales. Hacia dentro de estos, se observan bajas en la mayoría de sus componentes como ser tributos de origen nacional (-12,4%), tributarios de origen provincial (-9,9%), seguridad social (-5,6%), transferencias corrientes (-52,3%) y  transferencias de capital (-96,6%).

Por el lado de las erogaciones, el gasto total sufrió una caída del 17,7%. Aquí se destacan  componentes con importantes bajas como el Gasto de Consumo (-25,0%), Seguridad Social (-23,1%) y Gasto de Capital (-67,5%), mientras que las transferencias corrientes crecieron 17,6% impulsadas por envíos a organismos del sector público y a municipios.  

La deuda pública es otro ítem que Misiones tiene controlado desde hace dos décadas, cuando se inició el proceso de desendeudamiento de la mano del entonces gobernador Carlos Rovira. Al tercer trimestre del 2024, de acuerdo con los datos del Ministerio de Hacienda de Misiones, el stock de deuda pública totalizó $ 80.330 millones, cifra que al medirla en moneda constante, equivale a una reducción del 32,2% respecto a igual período  del año anterior. De este modo, Misiones lleva ya 27 trimestres consecutivos con bajas de su deuda pública, un proceso inverso al de la Nación y otras provincias vecinas.

La reducción real de la deuda pública misionera se evidencia, también, en su impacto en la estructura de ingresos de la provincia. El stock de deuda pública al tercer trimestre 2024 equivale apenas al 4,4% de los ingresos totales que tuvo la provincia en el período, el valor más bajo para un tercer trimestre en, por lo menos, una década. 

Al tercer trimestre del 2014, la deuda representó el 25,3% de los ingresos de ese período, descendió sistemáticamente hasta perforar el piso del 10% en 2021 y continúo  descendiendo hasta tocar el punto más bajo en este 2024. 

Por otro lado, el stock de deuda pública per cápita de Misiones equivale a unos 62.813 pesos por habitante, el quinto más bajo de todo el país y muy por debajo de la media del consolidado de provincias y CABA que marcó un stock per cápita de $ 480.752 millones por habitante.  

Esos sólidos resultados tienen como base a una política tributaria que garantiza autonomía y recursos propios. Esa autonomía permite tomar decisiones que estimulen la actividad económica: la Agencia Tributaria Misiones emitió una resolución que introduce modificaciones significativas al Régimen de Retención y Percepción del Impuesto sobre los Ingresos Brutos. Esta resolución, ratificada por el Ministerio de Hacienda, actualiza los montos y requisitos para los agentes de retención y percepción, adaptándolos a la realidad económica actual. Se trata de un beneficio fiscal para unas dos mil empresas de Misiones.

El beneficio alcanzará a los contribuyentes de alto interés fiscal y los contribuyentes cuya sumatoria de bases imponibles, declaradas o determinadas por la Dirección en el último ejercicio fiscal anterior, atribuibles a la totalidad de actividades desarrolladas -incluidas las que corresponderían a las exentas y/o no gravadas-, cualquiera sea la jurisdicción en que se lleven a cabo las mismas, superen la suma de 1.300 millones anuales de facturación bruta. Una vez superado ese límite, deberán actuar como Agentes de Retención del Impuesto sobre los Ingresos Brutos por toda adquisición de bienes o servicios que realicen. Se elevó el límite de facturación anual para ser considerado agente de retención y/o percepción de $650.000.000 a $1.300.000.000, lo que representa un aumento del 100% y el monto mínimo de Retención/Percepción de $4.500 a $10.000, un aumento del 122%. También hubo beneficios por el impuesto inmobiliario y se espera uno sobre el Parque Automotor.

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De la aldea global al interés local

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El regreso de Donald Trump al poder en Estados Unidos resetea el entramado geopolítico global. Su eslogan redefine el escenario: “Make America great again”. Recuperar el terreno perdido en el concierto internacional, sobre todo en los últimos tiempos, con el tambaleante Joe Biden en el poder. 

El sorpresivo alto al fuego entre Israel y Hamas es un anticipo de la influencia de Trump. Su antecesor no logró acercarse a un acuerdo sino hasta que el nuevo presidente se involucró directamente en las negociaciones. Una señal que también debe leerse en clave. El de Trump no es un simple gesto de humanidad, sino una decisión estratégica en defensa de Estados Unidos, país que gasta miles de millones de dólares en guerras ajenas, tanto en Israel como en Ucrania. Volodímir Zelenski debería tomar nota. 

Para bien o para mal, el líder republicano tendrá alineada a la Argentina gobernada por Javier Milei, en una reedición de las relaciones carnales, que supieron interpretar Carlos Menem en los 90 y Mauricio Macri entre 2015 y 2019. Sin embargo, ese alineamiento no garantiza reciprocidad, como puede dar fe Benjamín Netanyahu, el primer ministro de Israel, cuya posición intransigente recibió un desaire que incluso lo dejó fuera de la ceremonia de asunción de Trump. 

Milei espera el respaldo de Estados Unidos en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional y formar parte de un eventual nuevo círculo rojo internacional. Convendría ser más cauteloso: Trump, al menos en la primera etapa de su gestión, parece estar enfocado en la recuperación económica y la protección de su industria nacional. Esa visión tendrá implicancias en el comercio internacional y en el dólar. De la aldea global al interés local.  

El FMI parece ser más indulgente. Elogia el plan económico de Milei, aunque le reprocha su escaso interés por las consecuencias del ajuste. No es conciencia social, sino un mecanismo de autodefensa y el temor a que haya un rechazo electoral al programa de ajuste que haga peligrar el plan de pago de las cuotas con el organismo. 

Para el Gobierno, en cambio, el fin justifica los medios y por eso celebra los resultados: la inflación de diciembre fue de 2,7% y el año terminó con una suba del 117,8%, con una drástica caída desde el 211,4% de 2023. 

Los ingresos de la mayoría de los argentinos no estuvieron ni cerca de esa épica. Se perdió poder adquisitivo y empeoraron las condiciones de vida. Una familia de cuatro integrantes (dos adultos y dos niños) en diciembre de 2024 necesitó $1.024.435 para no ser pobre. En diciembre de 2023 necesitaba $495.798. Un simple cálculo matemático permite ver la otra consecuencia que no se quiere mostrar: 

$1.024.435 dividido 1.102,85 (valor del dólar promedio)= u$s 928,90

$495.798/973,88= u$s 509,10.

La Argentina se puso cara en dólares. 

Llegaron los tarifazos eléctricos pero siguen los cortes de luz. Aumentaron los peajes y el combustible, pero las rutas están llenas de cráteres y ahora serán entregadas a empresas privadas para que instalen nuevos peajes y se hagan cargo. 

La baja tan marcada de la inflación fue producto de que el Gobierno llevó adelante un ajuste fiscal más fuerte de lo que se creía, de más de 4% del PBI. Esto permitió que se terminara con la emisión monetaria del Banco Central, ya que no hubo necesidad de financiar el gasto del Estado. Para eso se paralizaron inversiones -sociales y de infraestructura- y se cortó drásticamente el envío de fondos a las provincias. Entre noviembre de 2023 y octubre de 2024, se perdieron 123.957 empleos registrados en el sector privado, marcando una caída del 1,9%. Este escenario contrasta con el crecimiento sostenido experimentado entre 2020 y 2023, en el que se lograron recuperar los puestos de trabajo perdidos durante la gestión de Cambiemos y la pandemia. Los sectores más afectados incluyen la construcción, con 69.738 empleos menos (56,3% del total de pérdidas), y la industria, que perdió 25.186 puestos en el período. En términos proporcionales, estos sectores son clave para el empleo privado, representando el 5,9% y el 18,7% respectivamente.

El consumo masivo cerró el 2024 con una fuerte caída de las ventas y los analistas estiman una lenta recuperación para este año

Aunque diciembre mostró una mejora respecto de la tendencia que acumulaba, hubo una baja interanual importante. Así, el año habría cerrado 15 puntos abajo que en 2023.

El consumo de leche cayó 10,7% en volumen de productos y del 10,3% en litros de leche equivalentes (-10,6% en el promedio diario). El consumo aparente de carne vacuna por habitante se ubicó en 47,7 kilos/año en 2024. La estimación fue 9% inferior al de 2023 y se convirtió en el segundo registro más bajo desde que se inició la medición en 1914. Sólo en 1920 se verificó un nivel inferior al de 2024 (46,9 kilos).

Sin embargo, es poco probable que los temores del FMI se concreten en las elecciones de medio término. 

De acuerdo a la última encuesta de Poliarquía, el sector de la dirigencia política y los periodistas son los segmentos más críticos de la situación general del país mientras que el sector empresario y financiero es el más entusiasta. La evaluación del primer año de gobierno de Javier Milei es ampliamente positiva. El 72% de los líderes aprueba su gestión y apuesta a la capacidad del gobierno para resolver los problemas del país.

El Banco Mundial alimenta esa esperanza: en su último informe asegura que la economía argentina crecerá en 2025 el doble que el promedio del resto de América Latina y también proyectó un 2026 próspero para el gobierno de Milei.

Tras una caída del 2,8% en 2024, el organismo multilateral proyectó un crecimiento del 5% para Argentina en el nuevo año, y una suba del 4,7% para 2026, en línea con las estimaciones del FMI. Además, el reporte destaca el crecimiento de la confianza del sector privado para hacer negocios en la Argentina.

En esa línea, el estudio de Poliarquía es contundente: la imagen positiva de Milei aumenta ocho puntos respecto a 2023, situándose en un 67%. Entre los dirigentes con mejor imagen personal se encuentran: Federico Sturzenegger (72%), Luis Caputo (72%) y Patricia Bullrich (63%).

La preocupación respecto a la conflictividad social se invierte en comparación con los últimos tres años: mientras que una amplia mayoría (88%) consideraba probable que en 2024 se produjeran episodios de severa conflictividad social, solo un 20% cree que esto ocurrirá durante 2025.

Asimismo, las expectativas electorales son positivas para el Presidente. El 92% cree que LLA ganará las elecciones de medio término. Un 40% piensa que lo ganará ampliamente, mientras que el 52% restante cree que será por un margen acotado.

Un 72% considera que Cristina Fernández será candidata en PBA. Un 43% de los líderes cree que se producirá un acuerdo electoral entre el PRO y LLA, mientras que un 46% considera que no ocurrirá.

Con acuerdo o sin él, está claro que el protagonismo político será de Milei y no del Cambiemos residual que encabeza Mauricio Macri. El electorado al que representan es prácticamente el mismo, aunque el Presidente está cumpliendo lo que el otro no supo ni pudo. Por eso, más allá de las cúpulas, hay una fuga de Cambiemos hacia el oficialismo. Los que queden con el sello intentarán colarse en alguna lista para no perder el tren. Pero ¿para qué pagar un costo alto por Macri si se puede tener a la tropa sin él y sin grandes concesiones?

En Misiones se aprecia esa situación. Los dirigentes que todavía quedan en Cambiemos, se esmeran por ser vistos como potenciales mileístas, aunque no tienen mucho para mostrar. Es oposición por oposición misma, sin construcción territorial ni aportes relevantes. En el radicalismo hay casi desesperación. Saben que si no se someten a las fuerzas del cielo, podrían quedar aún más relegados y perder los espacios parlamentarios, donde se sostiene el partido. 

Por eso no aparecen en el radar nacional. Los enviados de Milei a la provincia están convencidos de que es mucho más segura una coexistencia pacífica con la Renovación que financiar aventuras personales. Es que la Provincia muestra una gestión autónoma que, sin embargo, no deja de acompañar las condiciones necesarias de gobernabilidad, a pesar de que al mismo tiempo debe resolver las consecuencias del ajuste. Sin elevar la voz, mantiene los reclamos y los resultados son mucho más óptimos que en provincias vecinas. La gestión no se detuvo, las inversiones en infraestructura y sociales siguieron firmes. Gracias a políticas puestas en marcha hace dos décadas, el impacto de la crisis fue mucho más tenue. La sostenida inversión energética evitó apagones como los que está sufriendo ahora Buenos Aires y la matriz cambió: el 30 por ciento de la demanda se alimenta con energías renovables. En la temporada alta de incendios, producto de la feroz sequía, la Provincia se muestra equipada y anunció inversiones propias para enfrentar el fuego. Corrientes se quema y no tiene con qué apagar las llamas. 

Las diferencias no terminan allí. El empleo privado en Misiones se mantuvo y hubo una red de contención social que aplacó el embate. Misiones es la única del NEA en superar los cien mil puestos de trabajo registrados en el sector privado. Corrientes tiene solo 78.596, Chaco 73.592 y Formosa sólo 38.886 empleos en el sector privado. En el Norte Grande, Misiones está tercera, detrás de Tucumán, con 160.214 empleos y Salta, con 127.110. En el ranking nacional, Misiones se ubica en el puesto once entre las provincias con más empleo por debajo del big five -Buenos Aires, CABA, Santa Fe, Córdoba y Mendoza-, Salta, Tucumán, Entre Ríos y Neuquén, apalancada sobre el atractivo de inversiones que es Vaca Muerta.

La temporada turística marca un crecimiento en comparación con el año anterior y un derrame en temporada alta que alcanza a todos los destinos. 

Recién ahora, la Confederación Económica de Misiones -cuyos principales dirigentes se mostraron siempre complacientes con las políticas nacionales- admitió un aumento del 4% en los despidos, con mayor incidencia en los sectores industrial, forestal y yerbatero. Además del aumento en los despidos, se registró una caída en las contrataciones, pasando del 7,66% en noviembre al 4,9% en diciembre. Respecto a las problemáticas que afectan al sector pyme, la carga tributaria, el costo laboral y la recesión continúan siendo los principales factores nacionales que dificultan la actividad. Además, persiste la falta de financiamiento como una de las mayores preocupaciones. 

Esas condiciones estuvieron durante todo el año. El respaldo provincial a las economías locales aplacó las consecuencias. Los programas Ahora y los incentivos directos a las industrias a través de créditos subsidiados, permitieron sostener el consumo y la actividad, incluso al sector exportador, que sufre los efectos del dólar planchado, que seguirá así por largo tiempo. 

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Los números que hay que mirar

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Los datos económicos marcan que Misiones cerró el año 2024 con una proyección positiva, después de un primer semestre con pérdida de empleo y parálisis de inversiones. El dato más fuerte es el de la construcción, que tiene a la provincia como protagonista: Posadas es la quinta capital del país donde más crecieron los permisos de construcción.  Hasta octubre, la capital misionera otorgó se 282 permisos de construcción, con una variación interanual de de 12,8 por ciento, por debajo de Neuquén, que lidera con 68,7 por ciento -atado al desarrollo de Vaca Muerta-, San Miguel de Tucumán, con 41, pero solo 55 permisos nuevos, San Juan, con 28,4 por ciento y 86 permisos y Ushuaia, con el mismo porcentaje y 344 permisos otorgados. Posadas está por encima de Capital Federal, que sólo registró un crecimiento de 12,5 por ciento. 

En Posadas el 12,8 por ciento de crecimiento interanual de permisos de edificación, fue acompañado por una expansión en superficie del 36,1 por ciento. En Corrientes los permisos cayeron 9,5 por ciento y la superficie 8,8 por ciento. En Resistencia los permisos bajaron 48,6 por ciento y la superficie 47,2 por ciento. En Formosa la caída fue de 30,8 y 8,4 por ciento, respectivamente.

Posadas es también, por lejos, la capital con crecimiento acumulado mayor en la región. Registra 282 permisos de construcción hasta octubre, con 173.691 metros cuadrados de superficie a construir. Corrientes tiene solo 143, con 70.592 metros cuadrados, Resistencia 188 y 43.610 metros cuadrados y Formosa 213, con 51.815 metros cuadrados. El último dato disponible también marca que hay 6.316 empleos registrados en la construcción. 

Esa recuperación va de la mano del otro dato, también de octubre, que marca un crecimiento del empleo registrado en el sector privado. Aunque el acumulado del año sigue en rojo, Misiones registra 103.646 asalariados formales en el sector privado, cifra que representa una suba en el orden mensual del 0,2%. Ese incremento generó la recuperación de 169 empleos en octubre. De este modo, en los últimos dos meses Misiones logró recuperar 734 empleos. 

Misiones es la única del NEA en superar los cien mil puestos de trabajo registrados en el sector privado. Corrientes tiene solo 78.596, Chaco 73.592 y Formosa sólo 38.886 empleos en el sector privado. En el Norte Grande, Misiones está tercera, detrás de Tucumán, con 160.214 empleos y Salta, con 127.110. En el ranking nacional, Misiones se ubica en el puesto once entre las provincias con más empleo por debajo del big five -Buenos Aires, CABA, Santa Fe, Córdoba y Mendoza-, Salta, Tucumán, Entre Ríos y Neuquén, apalancada sobre el atractivo de inversiones que es Vaca Muerta.

El saldo cobra mayor dimensión si se tienen en cuenta los factores externos que enfrentó Misiones durante todo 2024. La devaluación de diciembre de 2023 con la que se presentó en sociedad el presidente Javier Milei, trajo nuevamente consigo las asimetrías externas y agigantó las internas -los combustibles están, en promedio, cien pesos más caros que en Buenos Aires-. El desbalance económico convivió con la parálisis de la inversión pública nacional en infraestructura y un ajuste inédito en transferencias a las provincias, además de recortes en programas sociales y en áreas críticas como salud y educación. Misiones absorbió el impacto mucho mejor que otras provincias y pudo pasar la etapa crítica sin demasiados sobresaltos. 

De todos modos, hay situaciones que no dependen de lo que pueda hacer la Provincia. El desfinanciamiento en infraestructura comienza a hacerse insoportable. Tanto que la Confederación Económica de Misiones, complaciente hasta aquí con las políticas de ajuste, tuvo que salir a reclamar que Nación parche los baches que surgieron en las rutas nacionales 12 y 14 tras un año de desinversión, pese a que en diez meses los peajes aumentaron un acumulado de 379,8 por ciento. El mismo año en el que los combustibles aumentaron 262 por ciento y con ello la recaudación del impuesto destinado a financiar el mantenimiento de caminos, rutas y obras de infraestructura como accesos y puentes. El altar del déficit cero devoró todos los recursos. En Misiones, en cambio, la Provincia asiste a los municipios para la compra de maquinaria pesada para mejorar caminos, accesos y rutas productivas. El viernes el ministro de Hacienda, Adolfo Safrán, entregó máquinas a estrenar a diez municipios. Desde julio de 2024, 23 municipios han sido beneficiados por este programa, que movilizó más de 5 millones de dólares. En diciembre se entregaron 12 máquinas con una inversión de 2.208.065.591 de pesos, y se prevé sumar otros 6 créditos equivalentes a 1.264.885.201. Los créditos del programa tienen condiciones diferenciadas. Los municipios de primera categoría disponen de 24 meses para la devolución con una bonificación del 38% de la tasa Badlar, mientras que los de segunda categoría cuentan con 36 meses y una bonificación del 69%.

El otro sector que sintió de lleno el cambio de época fue el yerbatero, con un sector productivo hundido en la desregulación y una industria que enfrentó una inesperada caída en la demanda interna. Aunque parezca un detalle menor, los paquetes de medio kilo ganan paulatinamente terreno ante los de un kilo, lo que evidencia que no se perdió la costumbre del mate, sino que flaquea el bolsillo. Los precios en las góndolas, mal que le pese a Federico Sturzenegger, el ministro desregulador, no bajaron: aumentaron 91,9 por ciento desde diciembre pasado. La rentabilidad yerbatera no se quedó en Misiones. 

La producción se plantó en un precio mínimo de 450 pesos para iniciar la cosecha gruesa y se recuesta en el acompañamiento del Gobierno provincial. Es un valor que respalda la administración de Hugo Passalacqua, aunque legalmente no tenga cómo hacerlo tangible tras la pérdida de facultades del Instituto Nacional de la Yerba Mate, con el DNU de la desregulación de la economía. La apuesta es la trazabilidad, para monitorear costos de producción, stocks y premiar a las industrias y cooperativas que paguen precios acorde. 

La Provincia también atiende el frente del consumo, pilar clave del empleo y la actividad. Los Ahora tienen garantía asegurada en los primeros meses del año y fueron pilar del consumo durante todo 2024 en un contexto de caída del consumo en el país y asimetrías cambiarias con Brasil y Paraguay. 

Según la Cámara de Comercio de Posadas, estos programas permitieron sostener e incluso aumentar el nivel de ventas en diversos rubros, evitando así una caída más pronunciada.

Desde el Gobierno provincial se trabaja en la incorporación de nuevos medios de pago, promociones y beneficios. También se analizan posibles ajustes en las condiciones de los programas para mejorar la competitividad del comercio misionero frente a las ofertas en países vecinos. Entre las opciones evaluadas se encuentran cambios en la estructura de cuotas y reintegros, teniendo en cuenta el impacto financiero que cada alternativa conlleva.

El respaldo financiero de la Provincia a través de esos programas sirvió sin dudas para soportar el vendaval. Y la confianza del sector empresario en una pronta recuperación se refleja no sólo en las palabras de los muchos entrevistados por Economis, sino por los datos duros: el número de empleadores en Misiones creció 1,6% mensual en octubre, aunque todavía está 3,8% debajo de los niveles previos al cambio del gobierno nacional. 

¿Por qué todo este escenario cobra relevancia? Porque sirve para evaluar la situación en el contexto nacional. El contraste es fuerte y marca que como nunca, la estabilidad y recuperación económica dependerán mucho más de las gestiones locales que de la “macro”.

Entre noviembre de 2023 y septiembre de 2024, en la Argentina se perdieron 11.931 empleadores, señala el último estudio del Centro de Economía Política Argentina. En términos absolutos, “Comercio al por mayor y al por menor; reparación de vehículos automotores y motocicletas” es el sector más afectado, con una pérdida de 2.515 empleadores. En términos relativos, el sector más afectado es la construcción, que ha registrado una pérdida del 6,5% en el total de empleadores. En el mismo período, se perdieron 215.981 puestos de trabajo registrados en unidades productivas (-2,19%).

El sector de la Construcción es el más afectado en términos de pérdida de puestos de trabajo, con una disminución de 85.233 trabajadores. También es el más afectado en términos relativos (-17,9%).

Si se analiza la reducción de casos de empleadores, se observa que los principales afectados, en estos primeros diez meses de la gestión de Milei, son las empresas de hasta 500 trabajadores/as: 99,5% del total de los casos (11.870 empresas menos). Por el contrario, la cantidad de empleadores de más de 500 trabajadores/as explican sólo el 0,5% (61 casos). En un año marcado por la recesión, el empleo registrado experimentó un fuerte retroceso, en una economía donde más del 30% de la actividad está en negro.

Pese a que en octubre último mejoró el empleo asalariado privado en 5.600 personas, la cantidad de personas con trabajo registrado retrocedió 0,2%, con unos 25.600 trabajadores menos. Durante el año, el trabajo independiente creció 3% (+90,800 trabajadores) impulsado por el monotributo social (+11,7%). 

Esa es la radiografía económica del año de Milei en el poder. La política es otra. El Presidente sigue gozando de buena imagen con números mucho más positivos en las encuestas. 

Con esos datos en mano, se envalentona para armar una nueva alianza con el Cambiemos residual, encabezado por un Mauricio Macri obligado a ir al pie. ¿El objetivo conjunto? “Derrotar al kirchnerismo”. Pobre plan de Gobierno, sobre todo si se tiene en cuenta que del kirchnerismo queda poco y nada, con un partido Justicialista atontado bajo la conducción de la Jefa que como nunca encuentra resistencias internas. ¿Derrotar al kirchnerismo y después qué? No hay una hoja de ruta clara aún en la incipiente nueva alianza, aunque los modelos económicos y los protagonistas se repiten. En definitiva, el programa económico está condicionado por el impagable préstamo que la Argentina gobernada por Macri tomó del FMI. El organismo ahora elogia las reformas de Milei y desliza críticas -no autocríticas- al acuerdo con el ex presidente: un estudio reciente señala que Argentina no logró recuperar la sostenibilidad financiera tras el fallido acuerdo Stand-By de 2018 y se vio forzada a pagar vencimientos por USD 35.000 millones entre 2022 y 2023, con una inflación elevada, déficit fiscal, escasez de reservas y una deuda pública considerable.

El informe concluyó que el programa no contempló un ajuste proporcional a la magnitud de los desequilibrios fiscales y de balanza de pagos del país. La estrategia gradual de reformas, sumada a los shocks económicos y a una ejecución deficiente, derivó en resultados muy inferiores a los previstos. El ministro que acordó ese plan era Luis Caputo. El mismo de ahora. 

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