Por primera vez, una mujer llegó a jefa en la Prefectura
Leticia Díaz es licenciada en Psicología, especialista en inteligencia criminal y está haciendo historia al convertirse en la primera oficial jefa de Prefectura que, con el grado de prefecto, asumió la jefatura de Dique Luján, adonde llegó fruto “de todas la vivencias que me hicieron lo que soy”, dice en diálogo en Télam.
¿Prefecto o prefecta?, es la primera consulta de la entrevista.
“El cargo es prefecto”, afirma esta mujer de 39 años que a los 8 ya soñaba con ingresar a la Fuerza.
Nació y vive en Zárate, localidad bonaerense a orilla del río Paraná, donde Prefectura tiene uno de sus centros de formación y obvia presencia por ser zona costera.
“Hacía deportes náuticos. Veía a los prefectos, las ceremonias, la presencia en el agua. Me identifiqué desde chica. Creo que ya a los 8 años, cuando me preguntaban en la escuela qué iba a ser de grande, ya decía que iba a ser prefecto. Y me miraban raro”, cuenta con una simpatía que acompaña toda la entrevista telefónica.
Su hijo de 8 años repite el deseo infantil de su mamá.
Su papá también es prefecto, y tal como lo disponen los reglamentos de la Fuerza, quienes son pareja no pueden estar en el mismo destino laboral.
-Télam: ¿Alguna vez le preguntaron quién cuida de su hijo?, es una pregunta que muchas profesionales dicen escuchar.
-Leticia Díaz: Dentro de la institución nunca me lo preguntaron. Es mi experiencia personal. No represento a todas. Con mi marido nos organizamos. No es fácil. Contamos con la familia.
-T: Parece que van bien, el niño quiere seguir la misma carrera.
-LD: Sí, ¡parece que si! (Ríe).
-T: Usted es de la primera promoción de mujeres oficiales de Prefectura. ¿Cómo ve a esa joven Leticia ahora que es jefa?
-LD: Me anoté en Prefectura apenas se abrió la posibilidad para las mujeres en el 2000. Hice la escuela de oficiales y me especialicé en la escuela superior de la Fuerza. Egresamos 10 mujeres y la institución se tuvo que adecuar. Fue difícil, había cuestiones a reglamentar con nosotras. La institución fue acompañando, analizando, evolucionando. Fuimos abriendo caminos para las generaciones que siguieron. La institución siempre fue comandada por hombres, ellos tuvieron que adecuarse en dependencias, en guardacostas. Son cambios que se fueron logrando con el tiempo.
Su trabajo lo desarrolló en dependencias de Posadas (MIsiones), en el Alto Paraná donde se centró en delitos relacionados con el narcotráfico. También realizó investigaciones e inteligencia en casos de trata de personas, donde hizo atención primaria de las victimas y participó en rescates. Eso fue en Buenos Aires.
Otro destino fue Puerto Madryn (Chubut) y además ejerció la docencia en institutos de formación.
–T: Su primer destino, recién recibida, fue Tigre y ahora vuelve a sus orígenes en la zona Delta, como jefa. ¿Cúal es el balance?
-LD: Cada lugar fue siempre de aprendizajes interesante, se aprende de cada situación. Nuestro trabajo no es sencillo, no es fácil, se complica, pero al final es satisfactorio. Una es producto de todas las vivencias: desde ejercer la docencia, la instrucción de cadetes, de oficiales. Enseñar pone en situación de aprender de otros. Se aprende de observar superiores. Y del rescate de victimas de trata aprendí mucho, fue una de las épocas que mas aprendí.
Díaz se enteró a fines de octubre del año pasado que sería la jefa de la Prefectura Dique Luján, una noticia que, reconoce, la sorprendió y la alegró, asumió su cargo en un acto realizado en el Ministerio de Seguridad de Nación.