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Prosigo hacia la meta

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Estamos por comenzar un nuevo año ¿Tenés metas para el 2018? Debemos poner los ojos en Jesús, perdonar y olvidar el pasado, esforzarnos por lo que está delante y seguir, aunque nos digan “no vas a poder”, podemos ganar el premio que Dios nos ofrece, confiando en nuestro Padre celestial y poniendo lo mejor de nosotros. Veamos lo que nos dice la Palabra de Dios.

 

 

Filipenses 3:12 “No es que ya lo haya conseguido todo, o que ya sea perfecto. Sin embargo, sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me alcanzó a mí.

Filipenses 3:13  Hermanos, no pienso que yo mismo lo haya logrado ya. Más bien, una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por alcanzar lo que está delante,

Filipenses 3:14  sigo avanzando hacia la meta para ganar el premio que Dios ofrece mediante su llamamiento celestial en Cristo Jesús”.

“La Historia demuestra que el éxito se debe menos a la capacidad y más al entusiasmo. El ganador es aquel que se entrega a su trabajo, en cuerpo y alma”.

 

La palabra meta (skopos) significa “una marca sobre la que fijar la mirada”, se usa metafóricamente en Filipenses 3:14, de un objetivo o una meta, ‘blanco’.  

 

Jesús expresa su meta, el propósito principal de su vida, en Juan 4:34  y también en Juan 9:4. El no vino al mundo  para ser servido (Mateo 20:28) ni para agradarse a sí mismo (Romanos 15:3), sino para servir a otros y para dar su vida para la salvación del mundo, y para agradar al Padre.

La meta de Pablo también se conoce en Filipenses 3:9‑11. Pablo compartió el espíritu resuelto de Jesús; él dice, “una cosa hago” (versículo 13) Lo compartimos nosotros? Hemos afirmado nuestro rostro para cumplir con nuestro propósito en esta vida? ¿Estamos igualmente resueltos a hacer la obra que el Señor nos ha encomendado?

Como Oseas en su deseo de conocer a Dios, podemos verlo en Oseas 6:3  Es continuar una cosa ya iniciada.

Cuando Nehemías tenía la gran META de levantar el muro de Jerusalén, fueron muchas las veces que sus enemigos intentaron frenarlo, intentaron distraerlo, liarlo con otros asuntos, pero él tenía una META, se ESFORZÓ en cumplirla, y AVANZÓ sin detenerse. Veamos Nehemías 6:3-4.

– Cuando venga el desánimo: Avanza hacia le meta, no te detengas.

– Cuando cometas un error: Avanza hacia le meta, no te detengas.

– Cuando se levante oposición: Avanza hacia le meta, no te detengas.

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Pablo nos explica cómo lograr este propósito en tres puntos:

I “Olvidando lo que queda atrás”.

 

Contaba lo que había sido ganancia como pérdida, no tenía confianza en la carne. Todo aquello que él pudiera haber sido y hecho en el judaísmo fue contado como pérdida y basura. No buscaba la justicia según la ley, sino la verdadera justicia que se encuentra en Cristo Jesús (Filipenses. 3:4‑11).

 

1.Los que miran hacia atrás vuelven atrás.  Jesús nos recuerda la vieja historia en Lucas 17:32, “Acordaos de la mujer de Lot”. ¿Qué hizo la mujer de Lot? Miró hacia atrás y se convirtió en una estatua de sal.

¡También Israel cometió el mismo error que desagradó tanto a Dios! Números 11:1-5. Aunque Dios había sacado al pueblo de Israel de la esclavitud en Egipto, se quejaron contra Él. Habían dejado su corazón en Egipto como muchos hermanos dejan su corazón en el mundo.

También en la carta a los Hebreos fue escrita para prevenir el volver atrás de los hermanos hebreos. La ley de Moisés se había cumplido y quitado, y ¡había fracasado! , pero ellos anhelaban estar otra vez bajo la esclavitud de la ley, como sus antepasados querían estar otra vez en el fracaso y la frustración de la esclavitud en Egipto.

 

2. Es necesario también olvidar los pecados propios que ya fueron perdonados por Dios. Hebreos 8:12. Debe haber remordimiento y tristeza por los pecados hasta que sean perdonados, pero ya perdonados deben olvidarse. Desde luego, es necesario hacer la corrección y la restitución hasta donde sea posible, pero entonces hecho esto es necesario olvidar los pecados perdonados.

 

3. También debemos perdonar a otros. Si no perdonamos a otros, Dios no nos perdonará. (Mateo 6:14-15)

 

4. Hay demonios que trabajan en el subconsciente¡Retrotrayendo a la persona al pasado de manera que no se proyecte en el presente ni hacia el futuro!

SIGO AVANZANDO HACIA LA META.

– He fijado la meta.

– He cometido fallas, no lo he conseguido hasta ahora, pero olvido lo queda atrás.

– Me esfuerzo hacia lo que está delante.

– Sigo avanzando hacia le meta, no me detengo, no me distraigo, no me quedo a medias.

 

Filipenses 3:13-14. ¿Para qué olvidaba Pablo el pasado? ¿Para qué se esforzaba por alcanzar lo que estaba delante? ¿Para qué seguir avanzando hacia la meta? ¡PARA GANAR EL PREMIO QUE DIOS OFRECE!    

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II)                  Fijar los ojos en Jesús, la verdadera meta.

 

Filipenses 3:13 “y extendiéndome a lo que está delante”.

Hebreos 12:1-2. Lo que se enseña en este texto es que debemos poner los ojos en Jesús y solamente en Jesús. Si ponemos los ojos en los hombres para buscar su aprobación y gloria, o si tememos su desaprobación, no llegaremos a la meta. ¡Será imposible! Es indispensable que los deportistas profesionales se concentren en lo que hacen sin ser afectados por los espectadores.

 

Colosenses 3:1‑4 “poner la mira en las cosas de arriba”.

Es necesario que los que participan en los deportes pongan sus ojos en la meta, el premio. No deben dejar que nadie ni nada les distraiga. El atleta examina bien lo que ha hecho, busca lo que debe corregirse y luego con aun más intenso entrenamiento se esfuerza por corregir su deficiencia. (Ver 1 Corintios 9:24).

Santiago 4:8  “Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”.

La expresión doble ánimo significa que el corazón no es singular, que no hay concentración en un solo propósito.

 

III)                 Es necesario proseguir hacia la meta con deseo fuerte.

 

Mateo 5:6  “Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados”.

Los únicos que llegarán a la meta son los que tienen un anhelo ardiente (“hambre y sed”) de lograr su propósito. Debemos correr con la misma intensidad de los deportistas, y tener el mismo deseo de ganar el premio.

Mucho depende del deseo. En Mateo 20:30-32 Jesús sana a dos ciegos. Eso era lo que ellos querían más que nada. Era la única cosa importante en sus vidas: poder ver. De esta manera debemos anhelar la vista espiritual y la salvación: como un ciego desea su vista.

Salmos 27:4-6. Con anhelo intenso esperamos al Salvador. ¿Qué tanto afecta nuestra fe a nuestra conducta diaria? ¿Qué tan intenso es nuestro deseo de la salvación?

 

¿Tenés una meta? Olvida el pasado, los errores. Esforzate por lo que está por delante. Y avanza, seguí, continúa corriendo, no te detengas por nada. ¿Tenés una meta? Poné lo mejor de tu parte, que si confiás en Dios, Él pone el resto, esforzate y alcanzala.

 

Pastor Guillermo Decena Centro Familiar Cristiano Eldorado.

Prédicas en vivo los miércoles y domingos 20 horas, a través de http://cfceldorado.org/

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