Terremoto en Myanmar: ¿Por qué se sintió tan lejos?

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Información sobre la situación humanitaria y las necesidades de la población afectada.

Un potente terremoto de magnitud 7,7 azotó Myanmar el pasado viernes, dejando un rastro de destrucción y un número aún incierto de víctimas. Si bien, las autoridades locales han reportado al menos 1.700 fallecidos, cifra que aún no ha podido ser verificada de manera independiente. Sin embargo, el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) advierte que la cifra podría superar las 10.000 personas, dada la magnitud del sismo y la vulnerabilidad de la región.

Myanmar se encuentra en una de las zonas geológicamente más activas del planeta, ubicada en la convergencia de cuatro placas tectónicas: la Euroasiática, la India, la de Sunda y la microplaca de Burma. Esta compleja interacción de placas, marcada por la presencia de la falla de Sagaing, una fractura de 1.200 km de longitud, genera una alta propensión a terremotos. El sismo del viernes, originado por un deslizamiento lateral de estas placas a solo 10 km de profundidad, liberó una energía comparable a la de la bomba atómica de Hiroshima, según el USGS.

Ondas Sísmicas que Viajaron a Gran Distancia

La superficialidad del epicentro y la magnitud del sismo provocaron que las ondas sísmicas se propagaran a gran distancia, sintiéndose incluso en Bangkok, a más de 1.000 km de distancia. La geología de la capital tailandesa, con suelos blandos que amplifican las ondas sísmicas, intensificó el impacto del temblor.

El Colapso de un Rascacielos en Bangkok: Un Problema de Normativa y Construcción

A pesar de la distancia, un rascacielos en construcción en Bangkok colapsó, evidenciando la vulnerabilidad de ciertas estructuras ante los sismos. Antes de 2009, la normativa de construcción en Tailandia no contemplaba medidas antisísmicas, lo que hace que los edificios más antiguos sean especialmente vulnerables. El edificio colapsado, sin embargo, era de reciente construcción, lo que sugiere posibles fallos en la calidad de los materiales o en el diseño estructural.

El profesor Amorn Pimarnmas, presidente de la Asociación de Ingenieros Estructurales de Tailandia, afirmó que, aunque existen regulaciones sobre construcciones sismo-resistentes en 43 provincias, se estima que menos del 10% de los edificios son realmente resistentes a terremotos.

Ante el edificio en construcción, el profesional reflexionó: “Sin embargo, hay otras variables a considerar, como la calidad de los materiales (concreto y refuerzos) y alguna posible irregularidad en el sistema estructural. Todo esto aún debe investigarse en detalle”, agregó.

Tras analizar el video del colapso del edificio, Málaga-Chuquitaype señaló que aparentemente se estaba utilizando un sistema de construcción con “losa plana”, un método que ya no se recomienda en zonas propensas a terremotos.

“Un sistema de losa plana consiste en construir edificios donde los pisos descansan directamente sobre columnas, sin utilizar vigas”, explicó.

“Es como imaginar una mesa sostenida solo por sus patas, sin apoyos horizontales adicionales debajo”. “Aunque este diseño tiene ventajas económicas y arquitectónicas, su desempeño durante los terremotos es deficiente y suele fallar de manera quebradiza y repentina.

Myanmar: Vulnerabilidad y Desafíos en la Construcción

En Myanmar, la situación es aún más crítica. La pobreza, la inestabilidad política y la recurrencia de desastres naturales han dificultado la implementación de normativas de construcción antisísmicas. Muchas edificaciones se encuentran en zonas de alto riesgo, como llanuras aluviales, propensas a la licuefacción del suelo durante los sismos.

Réplicas y el Riesgo de Nuevos Daños

La posibilidad de réplicas, sacudidas posteriores al sismo principal, representa un riesgo adicional para las estructuras dañadas. Estas réplicas, aunque generalmente de menor magnitud, pueden provocar nuevos colapsos y deslizamientos de tierra.

Aunque Myanmar experimenta terremotos con regularidad, Ian Watkinson, profesor de ciencias de la Tierra en la Universidad Royal Holloway, considera poco probable que muchos edificios estén construidos con criterios resistentes a los sismos.

“La pobreza general, las grandes convulsiones políticas y otros desastres -por ejemplo el tsunami del Océano Índico en 2004- han desviado la atención del país de los riesgos impredecibles asociados a los terremotos”, explicó.

“Esto significa que, en muchos casos, los códigos de diseño estructural no se aplican y las construcciones se realizan en zonas que podrían tener un riesgo sísmico agravado, como llanuras aluviales o pendientes pronunciadas”.

Algunas partes de Mandalay y sus edificaciones se encuentran también en la llanura de inundación del río Ayerwaddy, lo que las hace muy vulnerables a un fenómeno llamado licuefacción.

Este ocurre cuando el suelo tiene un alto contenido de agua y la sacudida hace que los sedimentos pierdan su firmeza y se comporten como un líquido. Esto aumenta el riesgo de deslizamientos de tierra y colapsos de edificios, ya que el suelo ya no puede sostenerlos.

Emily So advirtió que “siempre existe la posibilidad” de nuevos daños en edificios cercanos a una falla debido a las réplicas, sacudidas posteriores al sismo principal, las que pueden ser causadas por la transferencia repentina de energía hacia rocas cercanas.

“La mayoría de las veces, las réplicas son más pequeñas que el sismo principal y tienden a disminuir en tamaño y frecuencia con el tiempo”, 

Fuente: BBC

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