Vanguardia: Posadas pone en marcha el Parlamento de la Innovación y la Tecnología
La vida de un paradigma tiene una secuencia circular donde va superando etapas de construcción y posicionamiento. Cuando funciona un paradigma, comúnmente, pasan varios años hasta que otro pueda instalarse y reconvertirse en un nuevo parámetro del saber. En el ámbito del conocimiento, un paradigma no es más ni menos que un saber convertido en verdad, y siempre funcional a un espacio temporal determinado.
Estos tiempos posmodernos nos han demostrado que la velocidad en que cambian o mutan los paradigmas es cada vez más fugaz. Hay distintos hechos que marcaron el trazo del siglo XXI, los cuales no podemos ocultar o mirar de costado sin hacernos cargo de una realidad que no se va a detener. La era del conocimiento involucra la revolución científica – tecnológica, la comunicación 5.0, la revolución digital (también denominada la Tercera Revolución Industrial); todo esto genera el nuevo escenario para la innovación permanente.
Claramente no alcanza con saber usar las nuevas tecnologías, también hay que aprender a integrarlas en la vida diaria. Hay que convivir con estos avances, comprender los procesos históricos y aggionarlos a una vida más eficiente.
Utilizar las nuevas tecnologías como un servicio social supone un cambio de paradigma en nuestras interacciones. La posibilidad de mantener vías de contacto indefinidamente abiertas mediante las redes sociales o estar a un click de las “últimas noticias” en cualquier parte del mundo, supone unos cambios a nivel cultural y comercial que, nos guste o no, están ahí. Y como todo gran cambio, este implica un proceso gradual de adaptación, comprensión y de aprendizaje, especialmente en el caso de las generaciones más jóvenes, muy expuestas a estos recursos.
¿Por qué educar en el uso de las nuevas tecnologías?
Cada vez existe una conciencia más arraigada sobre la importancia de formar a las nuevas generaciones (nativos digitales) que han conocido el mundo con toda esta tecnología que están creciendo en plena revolución científico – tecnológica.
El principal objetivo es desarrollar la economía del conocimiento, estimulando las condiciones y ventajas para que la generación de emprendedores TIC de la provincia encauce sus iniciativas, sin necesidad de trasladarse a otras plazas. Hay que darle las condiciones necesarias para que puedan lograr sus propias metas, acompañado de una visión de futuro compartida y que las ideas no mueran en el intento.
Las capacitaciones en diferentes campos de conocimiento como las finanzas, la Internet de las cosas (IoT), Inteligencia Artificial (IA), Big Data, Ciudades Inteligentes, transparencia en las gestiones de gobierno, la robótica, el diseño, entre otras; son las herramientas para que los emprendedores misioneros puedan adquirir mayores posibilidades de mercado.
No ocuparnos de mejorar nuestras capacidades de gestión y la cultura organizativa de las personas es condenar a nuestra ciudadanía a sufrir una transformación sin control con servicios públicos deficitarios y rezagados. Debemos asumir el desafío de terminar con la práctica de tener a los ciudadanos y las ciudadanas como mensajeros y mensajeras de las distintas reparticiones públicas para que puedan completar un trámite que podrían realizar de manera virtual. Queremos brindar un marco para el desarrollo de iniciativas que simplifiquen los trámites de la ciudadanía, que reduzcan el tiempo que se dedica a cumplir obligaciones y así mejorar la calidad de vida de los posadeños y posadeñas. Ese marco para que prosperen iniciativas de mejora lo dará el Parlamento de la Innovación y la Tecnología, que atraerá personas entusiastas que busquen transformar la manera en que operamos y vivimos en dirección a una mejor calidad de vida. Posadas dará otro paso hacia el futuro.