La nueva edición del Global Findex 2025 —la mayor base de datos mundial sobre acceso y uso de servicios financieros, elaborada por el Banco Mundial— confirma que entre 2021 y 2025 América Latina atravesó una de las transformaciones financieras más profundas de la última década. Y el motor central del cambio no fue la expansión bancaria tradicional, sino la digitalización impulsada por la telefonía móvil. Para Argentina, donde la penetración de smartphones es una de las más altas de la región, el informe refuerza una tendencia ya visible: la inclusión financiera dejó de ser una política exclusivamente bancaria para convertirse en un fenómeno digital.
La inclusión financiera creció con fuerza entre 2021 y 2025: la puerta de entrada fue el celular
El Global Findex 2025, basado en encuestas representativas a 148.000 adultos en 141 economías realizadas durante 2024, ofrece una fotografía actualizada del uso de pagos, ahorro, crédito y herramientas para gestionar riesgos financieros. La novedad de esta edición es que incorpora, por primera vez, indicadores comparables de propiedad de teléfonos móviles, acceso a internet y seguridad digital, elementos que hoy explican buena parte del avance de la inclusión financiera en países emergentes.
De acuerdo con el informe, la mayor parte de los nuevos usuarios de servicios financieros digitales en la región accedió por primera vez a través de un teléfono móvil, sin necesidad de una sucursal bancaria ni trámites presenciales. En Argentina, donde la digitalización financiera había crecido fuertemente tras la pandemia, este patrón se profundizó: las billeteras virtuales, los pagos por QR y las transferencias inmediatas se consolidaron como la vía dominante para incorporarse al sistema financiero.
Más cuentas, más uso activo y menos brechas: tendencias regionales y locales
La información publicada por el Banco Mundial muestra tres grandes transformaciones entre 2021 y 2025:
Creció la tenencia de cuentas y el uso cotidiano de servicios financieros digitales. No solo aumentó la cantidad de personas con acceso formal, sino que también creció la frecuencia de uso: pagos P2P, cobros comerciales digitales, pago de servicios públicos y operaciones cotidianas. El celular se transformó en una billetera de uso permanente, especialmente en economías con alta adopción tecnológica como Argentina.
Se redujeron brechas históricas, aunque persisten desafíos. La expansión de la telefonía móvil acotó diferencias de acceso entre zonas urbanas y rurales, y también entre sectores de menores ingresos. La brecha de género continúa presente, pero la disponibilidad de teléfonos móviles permitió a más mujeres incorporarse a esquemas de pagos digitales y microahorro.
La seguridad digital emergió como un nuevo factor crítico. El Findex 2025 introduce por primera vez indicadores globales sobre manejo de contraseñas, autenticación, percepción de fraude y capacidad para operar con plataformas digitales de manera segura. La masificación del uso exige ahora un salto en educación financiera y digital, un desafío que Argentina comparte con toda la región.
Alta digitalización y adopción acelerada
Si bien el informe global no proporciona aún todas las cifras por país en el documento disponible, la tendencia general es clara. Argentina continuó posicionándose entre los mercados con mayor adopción de servicios financieros digitales.
Esto se explica por varios factores. Elevada penetración de teléfonos móviles y conectividad 4G/5G. Billeteras virtuales interoperables, que facilitaron pagos por QR sin fricciones. Crecimiento de transferencias inmediatas, adoptadas de forma masiva por comercios, profesionales y consumidores. Digitalización de servicios estatales, incluidos subsidios, devoluciones impositivas y asistencias sociales.
En 2021, Argentina ya se ubicaba por encima del promedio regional en tenencia de cuentas; en 2025, según el Findex, consolidó su transición hacia el “uso activo” del sistema financiero, un indicador central para medir inclusión real.
De la eficiencia estatal al comercio de barrio
El avance de la inclusión financiera —sostenido por la tecnología móvil— tuvo efectos económicos visibles:
Mayor formalización en comercios y servicios. Miles de pequeños negocios adoptaron QR y billeteras digitales, reduciendo costos operativos y dependencia del efectivo.
Mejor respuesta ante shocks económicos. Hogares con acceso a herramientas digitales gestionaron con mayor resiliencia pérdidas de ingresos, gastos extraordinarios y emergencias.
Reducción de costos y filtraciones en programas sociales. El uso de transferencias digitales mejoró la eficiencia del gasto público y redujo intermediaciones.
La inclusión financiera ya es inclusión digital
La conclusión central del informe es contundente entre 2021 y 2025, la inclusión financiera en América Latina avanzó más por la conectividad móvil que por la bancarización tradicional.
La telefonía celular se consolidó como plataforma de acceso, uso y gestión de servicios financieros. Para Argentina, donde la infraestructura digital es relativamente sólida, el salto fue aún más acelerado. El desafío de cara a los próximos años será profundizar la educación digital y garantizar seguridad en un ecosistema donde millones de personas realizan operaciones financieras desde la palma de la mano.
Por Cade Metz, New York Times. No sería exagerado describir este periodo de crecimiento hiperactivo en la industria tecnológica como un momento histórico.
Nvidia, que fabrica chips informáticos esenciales para crear inteligencia artificial, dijo el miércoles de la semana pasada que su ganancia trimestral se había disparado a casi 32.000 millones de dólares, un 65 por ciento más que un año antes y un 245 por ciento más que el año anterior.
Hace apenas cuatro semanas, Nvidia se convirtió en la primera empresa que cotiza en bolsa con un valor de 5 billones de dólares. Microsoft, Google, Apple y Amazon ahora también están valoradas en billones. En sus trimestres más recientes, las cuatro empresas registraron más de 110.000 millones de dólares de ganancias combinadas.
“Se ha hablado mucho de una burbuja de la IA”, dijo Jensen Huang, director ejecutivo de Nvidia, después del espectacular informe trimestral de su empresa. “Desde nuestra perspectiva, vemos algo muy diferente”.
Pero algunos conocedores del sector afirman que hay algo inquietante detrás de todas estas noticias alegres. Observan el mismo crecimiento espectacular y la misma asombrosa creación de riqueza que Huang y ellos ven un castillo de naipes. Y dicen que es difícil saber cuál será el daño si se derrumba.
Incluso el crecimiento de Nvidia puede justificarse. La demanda de los chips de la empresa no significa que la gente quiera utilizar la inteligencia artificial, sino que las empresas construyen gigantescos sistemas de IA con la esperanza de que alguien pague para utilizarlos. Al fin y al cabo, la subida encabezada por Nvidia en Wall Street duró solo unas horas, y el precio de las acciones de la empresa bajó alrededor de un 3 por ciento al final de las operaciones del jueves de la semana pasada. El brusco retroceso de los valores tecnológicos arrastró a la baja a todo el mercado, y el S&P 500 cayó un 1,6 por ciento esa jornada.
Sin embargo, el núcleo del argumento de los pesimistas contra el auge de la inteligencia artificial es el dinero que está entrando en el mundo de las empresas emergentes y los miles y miles de millones que esas empresas están gastando en centros de datos.
OpenAI no es rentable y no espera serlo hasta 2030. Anthropic también está en números rojos. Thinking Machines acaba de sacar su primer producto.
Eso no les ha impedido gastar. Anthropic dijo recientemente que invertirá 50.000 millones de dólares en nuevos centros de datos. Sam Altman, el célebre director ejecutivo de OpenAI, dijo que su empresa se comprometía a gastar 1,4 billones de dólares en potencia informática para sus proyectos de IA.
“Lo que está haciendo OpenAI es el caso más dramático de ‘fíngelo hasta que lo consigas’ que hayamos visto nunca”, dijo Gil Luria, jefe de investigación tecnológica de DA Davidson. “Están asumiendo enormes compromisos que literalmente no pueden cubrir”.
OpenAI y sus socios están invirtiendo 500.000 millones de dólares en nuevos centros de datos en Estados Unidos, como parte de lo que llaman Proyecto Stargate. En dólares de hoy, eso es suficiente para financiar 15 veces el Proyecto Manhattan. Podría pagar todo el programa lunar Apolo. Dos veces.
“Stargate por sí solo —si realmente alcanza los 500.000 millones de dólares— sería el mayor proyecto de infraestructura del mundo, por varias veces”, dijo Evan Conrad, director ejecutivo de San Francisco Compute, una empresa emergente especializada en hardware para inteligencia artificial.
Un portavoz de OpenAI dijo en un comunicado que la empresa creía que su trayectoria iba en la dirección correcta, con 800 millones de usuarios semanales y más de un millón de usuarios empresariales.
“El progreso en los avances generacionales —como los ferrocarriles, la electricidad e internet— proviene de una inversión audaz y una convicción a largo plazo”, dijo el portavoz, Steve Sharpe. “En menos de tres años hemos construido la plataforma para consumidores y empresas de más rápido crecimiento de la historia”.
Las empresas tecnológicas, los gobiernos y sus socios de todo el mundo gastarán casi 3 billones de dólares en centros de datos para 2028, según los analistas de Morgan Stanley. Para conseguirlo, pedirán prestado casi un billón de dólares a bancos y otras instituciones financieras.
En los últimos 12 meses, Google, Microsoft, Amazon y Meta gastaron unos 360.000 millones de dólares en nuevos centros de datos. Con sus enormes ganancias, pueden permitírselo. Otras empresas tienen que endeudarse. Esto incluye a empresas consolidadas como el fabricante de software Oracle y otras más pequeñas con nombres como CoreWeave y Nebius.
Como esa deuda está en manos de un amplio abanico de instituciones financieras —incluidos prestamistas de crédito privados y bancos tradicionales—, los expertos están enfrentando dificultades para comprender cuánto riesgo hay en el sistema.
Además, según los críticos, algunos de los acuerdos que OpenAI ha hecho con fabricantes de chips, empresas de computación en la nube y otros son extrañamente circulares. OpenAI va a recibir miles de millones de las empresas tecnológicas, pero también devuelve miles de millones a las mismas empresas para pagar la potencia informática y otros servicios.
A algunos analistas financieros les preocupa que estos acuerdos hagan que el mercado parezca más fuerte de lo que realmente es. En última instancia, la salud del mercado dependerá de si empresas como OpenAI pueden obtener ganancias antes de que la deuda las abrume.
(The New York Times ha demandado a OpenAI y Microsoft, alegando infracciones de los derechos de autor del contenido de las noticias relacionadas con los sistemas de IA. Las dos empresas han negado los argumentos de la demanda).Nvidia también ha hecho algunos tratos que han suscitado dudas sobre si la empresa se está pagando a sí misma. Anunció que invertiría 100.000 millones de dólares en OpenAI. La empresa emergente recibe ese dinero al tiempo que compra o alquila los chips de Nvidia.
La semana pasada, Nvidia anunció un acuerdo similar de 10.000 millones de dólares con Anthropic, que comprará 30.000 millones de dólares en computación de inteligencia artificial respaldada por chips de Nvidia. En realidad, ese dinero se destinará a comprar potencia informática a Microsoft, que también invirtió 5000 millones de dólares en Anthropic.
Como esa deuda está en manos de un amplio abanico de instituciones financieras —incluidos prestamistas de crédito privados y bancos tradicionales—, los expertos están enfrentando dificultades para comprender cuánto riesgo hay en el sistema.
Además, según los críticos, algunos de los acuerdos que OpenAI ha hecho con fabricantes de chips, empresas de computación en la nube y otros son extrañamente circulares. OpenAI va a recibir miles de millones de las empresas tecnológicas, pero también devuelve miles de millones a las mismas empresas para pagar la potencia informática y otros servicios.
A algunos analistas financieros les preocupa que estos acuerdos hagan que el mercado parezca más fuerte de lo que realmente es. En última instancia, la salud del mercado dependerá de si empresas como OpenAI pueden obtener ganancias antes de que la deuda las abrume.
(The New York Times ha demandado a OpenAI y Microsoft, alegando infracciones de los derechos de autor del contenido de las noticias relacionadas con los sistemas de IA. Las dos empresas han negado los argumentos de la demanda).Nvidia también ha hecho algunos tratos que han suscitado dudas sobre si la empresa se está pagando a sí misma. Anunció que invertiría 100.000 millones de dólares en OpenAI. La empresa emergente recibe ese dinero al tiempo que compra o alquila los chips de Nvidia.
La semana pasada, Nvidia anunció un acuerdo similar de 10.000 millones de dólares con Anthropic, que comprará 30.000 millones de dólares en computación de inteligencia artificial respaldada por chips de Nvidia. En realidad, ese dinero se destinará a comprar potencia informática a Microsoft, que también invirtió 5000 millones de dólares en Anthropic.
No obstante, las empresas tecnológicas afirman que el interés empresarial está empezando a consolidarse. Microsoft, Google y Amazon dijeron que tenían más demanda de clientes que oferta disponible, y esperan verse limitados el año que viene.
Sin embargo, incluso entre algunos ejecutivos de las empresas más ricas de Silicon Valley, el dinero que va y viene es preocupante.
Sundar Pichai, director ejecutivo de Alphabet, la empresa matriz de Google, dijo en una entrevista con la BBC la semana pasada que el gasto y el aumento vertiginoso de las valuaciones estaban impulsados, al menos en parte, por la “irracionalidad”. Si el mercado se desploma, dijo, el daño será generalizado.
“Creo que ninguna empresa será inmune, ni siquiera nosotros”, dijo.
Los veteranos de la industria tecnológica suelen comparar el auge de la inteligencia artificial con la burbuja de las puntocom de la década de 1990. Cuando aquella burbuja estalló, desaparecieron cientos de empresas emergentes y las empresas establecidas que vendían tecnología a esas organizaciones jóvenes experimentaron enormes pérdidas. Pero otras empresas tuvieron un éxito duradero y, de hecho, cambiaron el mundo, sobre todo Amazon y Google.
“Cuando se producen burbujas, la gente inteligente se sobreexcita por una pizca de verdad”, dijo Altman a los periodistas este año. “¿Estamos en una fase en la que los inversores en su conjunto están sobreexcitados con la IA? Mi opinión es que sí. ¿Es la IA lo más importante que va a ocurrir en mucho tiempo? Mi opinión también es que sí”.
Si esto es una burbuja y estalla, ¿cuán grave sería?
La burbuja puntocom es una posible analogía. Lo que ocurrió en ese entonces fue que mucha gente perdió mucho dinero: gente que había invertido en la tecnología, gente que estaba construyendo la tecnología. Muchas empresas desaparecieron, ¿verdad? Y algunas grandes compañías quebraron. Así que no fue poca cosa.
Pero la economía en general no se vio afectada de la misma manera en que sí se vio afectada en la crisis financiera de 2008, que es otra analogía posible.
El Stargate de OpenAI, el mayor proyecto de centro de datos de Estados Unidos. Scott Ball para The New York Times
A algunas personas les preocupa lo que denominan riesgo sistémico potencial en la economía, algo que la asemejaría más a la crisis de 2008. Hay inversores muy apalancados que están contrayendo mucha deuda y es difícil saber cuánta deuda, quién la tiene, cuán extendida está.
Y para todas estas empresas que apuestan a lo grande por la IA, ¿cómo sería ganar en esta apuesta?
Por ejemplo, una empresa como OpenAI cree que en pocos años ganará decenas de miles de millones de dólares al año. Ya están obteniendo ingresos de miles de millones de dólares. Pero están perdiendo aún más porque es muy caro construir estas cosas. Creen que para 2030 darán la vuelta.
Puede que sí. Pero aunque la tecnología salga adelante, no todo el mundo puede ganar aquí. Es un campo con muchos jugadores. Habrá ganadores y perdedores.
Otra analogía que puede servir es el auge del ferrocarril en el siglo XIX. La invención de la máquina de vapor provocó un auge en la construcción de ferrocarriles. Se construyeron líneas de ferrocarril una al lado de la otra. Y eso es en gran parte lo que está ocurriendo aquí: tienes a todas estas empresas haciendo exactamente lo mismo: construyendo estos enormes centros de datos. Mucha gente cree que ahora mismo se está creando un exceso de capacidad. Lo que implica que habrá muchos perdedores a largo plazo.
Misiones refuerza los controles sobre proyectos forestales para preservar la selva misionera con un convenio entre Hacienda y el Tribunal de Cuentas
La Provincia avanzó en un convenio entre el Ministerio de Hacienda y el Tribunal de Cuentas para auditar el Programa de Apoyo para la Mejora de la Gestión y la Preservación de la Selva Misionera, financiado mediante un préstamo de la Corporación Andina de Fomento (CAF). La presidente del Tribunal de Cuentas, Fabiola Bianco, explicó que el acuerdo implica un hito institucional al incorporar por primera vez a ese organismo constitucional en el control directo de un crédito internacional ejecutado por la Unidad Ejecutora de Desarrollo Provincial.
Un control inédito sobre fondos internacionales para la protección de la selva
El convenio —firmado entre el Ministerio de Hacienda y el Tribunal de Cuentas, y ejecutado operativamente por la Unidad Ejecutora de Desarrollo Provincial, cuyo presidente es el contador Zafrano— establece un esquema específico de auditoría sobre el préstamo destinado a financiar el Programa de Apoyo para la Mejora de la Gestión y la Preservación de la Selva Misionera.
Bianco destacó que se trata de “la primera vez” que el Tribunal de Cuentas auditará directamente un préstamo internacional. “Es parte de nuestra labor, pero en este caso es la primera vez que el Tribunal de Cuentas se va a encargar de auditar un préstamo que adquiere la provincia”, señaló.
El control abarcará la trazabilidad completa de los fondos, desde su ingreso como crédito hasta su inversión final en territorio provincial. Esta exigencia responde también a los requerimientos de la CAF, que demanda instancias de auditoría externa e independiente para garantizar transparencia y eficiencia administrativa.
La titular del organismo recordó que Misiones tiene “más de cien leyes vinculadas a la ecología”, un Ministerio de Ecología y un tercio de su superficie conservada, lo cual convierte a este programa en una pieza clave dentro de una política ambiental sostenida durante décadas.
Beneficiarios directos y alcances de la primera etapa
Según explicó Bianco, el programa prevé beneficiar de manera directa a 25.000 personas, entre las que se encuentran: pequeños y medianos productores, poblaciones campesinas, comunidades indígenas que viven en o cerca de parques, reservas y áreas protegidas.
Si bien el Tribunal de Cuentas comenzará a auditar el contenido específico del programa a partir de la implementación formal, Bianco detalló que la finalidad central es que la preservación de la selva “derrame en acciones que mejoren la vida de quienes habitan esas zonas”.
Esta primera etapa del financiamiento se focaliza en la preservación de bosques, un objetivo que la funcionaria calificó como “muy sentido” para la provincia. “Para todos los misioneros esto es muy caro a nuestros sentimientos”, afirmó.
Proyección institucional y fortalecimiento de la gestión pública
El acuerdo formaliza un proceso de articulación que se venía trabajando entre la Unidad Ejecutora de Desarrollo Provincial y el Tribunal de Cuentas, y se integra a las herramientas de gestión con las que Misiones busca consolidar políticas de sustentabilidad.
Bianco señaló que el convenio “fortalece los mecanismos de control, eficiencia administrativa y transparencia”, y anticipó que se trata solo del inicio del proceso con la CAF. “Es una primera parte de lo que se va a desarrollar con la CAF; después seguramente tendremos otras novedades”.
La auditoría del préstamo permitirá: asegurar la correcta implementación del programa, dar garantías institucionales ante organismos internacionales, ordenar la ejecución financiera, y aportar información estratégica sobre el uso de los recursos destinados a la conservación ambiental.
En una acción conjunta liderada por el Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de Misiones y el Centro de Rescate, Rehabilitación y Recría de Fauna Silvestre Güirá Oga, gestionado por la Fundación de Historia Natural Félix de Azara, se concretó la liberación de siete pecaríes de collar en un entorno natural de la provincia, como parte de las políticas de conservación de la fauna autóctona.
Los ejemplares liberados integran un grupo de individuos que fueron rescatados de distintas situaciones de riesgo y, en algunos casos, nacieron durante el proceso de recuperación. Luego de atravesar las etapas de rehabilitación en las instalaciones de Güirá Oga, donde recibieron cuidados veterinarios y alimentación adecuada, los animales fueron preparados para su reinserción en la naturaleza. Desde el equipo técnico explicaron que la conformación de una piara es un aspecto clave para asegurar su adaptación y supervivencia, ya que los pecaríes son animales sociales que dependen del grupo para protegerse y alimentarse.
De la jornada de liberación participaron el ministro de Ecología y Recursos Naturales Renovables de Misiones, Arq. Martín Recamán; el subsecretario de Ecología, Facundo Ringa; representantes de Güirá Oga, integrantes del Cuerpo de Guardaparques y efectivos de la Dirección de Medio Ambiente y Delitos Rurales de la Policía de Misiones, quienes acompañaron el operativo en un trabajo articulado entre instituciones para preservar la biodiversidad provincial.
La liberación de estos ejemplares representa un nuevo paso en la recuperación de especies afectadas por el avance de la urbanización, la caza furtiva y los atropellamientos, y refuerza el compromiso de Misiones con la protección de su patrimonio natural.
Aunque noviembre posicionó a Buenos Aires como epicentro del ecosistema cripto global, con conferencias, hackatones y más de 300 side events distribuidos por toda la ciudad, los datos muestran que la transformación en la manera de cobrar de los argentinos ya venía gestándose: el peso prácticamente dejó de ser una opción de pago para quienes exportan servicios.
El desembarco de figuras globales como Vitalik Buterin creador de Ethereum, Gavin Woods de Polkadot, builders de Arbitrum y decenas de empresas de infraestructura, no sólo convirtió a Buenos Aires en una vidriera tecnológica: también confirmó que el talento argentino está integrado a las conversaciones que definirán los próximos años de la industria Web3.
Según información de Bitwage —una de las plataformas más utilizadas por profesionales exportadores de servicios para recibir honorarios del exterior—, solo el 2% decide cobrar en moneda local, incluso desde que la opción fue habilitada hace algunos meses. El resto prefiere dólares digitales o stablecoins, que funcionan como resguardo frente a la incertidumbre local. El último relevamiento indica que el 30% cobra en USDC, el 22% en USDT, y otro 10% directamente en dólares a través de aplicaciones financieras. Las redes de Tron y Polygon también avanzan con fuerza —esta última con un crecimiento sostenido durante el último año—, impulsadas por sus costos más bajos y la velocidad de sus transacciones.
En ese marco, las stablecoins empiezan a dar un paso más: pasar del uso individual al corporativo. “El uso de stablecoins está creciendo a un ritmo exponencial, pero la infraestructura de pagos empresariales sigue anclada en sistemas lentos y bancos que no hablan entre sí”, afirma Jonathan Chester (JC), CEO de Bitwage. “Nuestra reciente integración con Paystand abre la posibilidad de que, por primera vez, los pagos corporativos puedan efectuarse directamente en stablecoins, y creemos que Argentina no está lejos de ser uno de los primeros países de la región en adoptarlo masivamente. Siempre existió la necesidad de ahorrar y operar en dólares, pero lo que hicieron las stablecoins fue volver cotidiano ese acceso: no solo para grandes operaciones, sino también para freelancers, empleados y empresas con transacciones internacionales. En definitiva, aceleraron una dolarización digital del ecosistema financiero global.”
De EE. UU. a Europa: nuevos clientes, nuevos destinos
Hasta hace poco, el mapa de pagos era casi monopólico: hasta 2024, el 94% de los cobros provenía de Estados Unidos y apenas un 5% desde Europa. Pero este año esa proporción cambió: el 88% de los pagos llega desde EE. UU. y el 12% desde el viejo continente.
La tendencia refleja una diversificación geográfica del talento argentino, cada vez más demandado por empresas europeas que buscan profesionales calificados, facturación flexible y eficiencia en los pagos transfronterizos.
“El argentino tiene algo que es difícil de explicar pero fácil de ver en los datos: una enorme capacidad de adaptación. Esa elasticidad cultural es parte del motivo por el cual los profesionales argentinos hoy son muy codiciados fuera del país”, sostiene Guillermo Escudero, director de Argentina de CryptoMarket, uno de los exchanges líderes y pioneros de Latam.
“Tampoco hay que perder de vista un dato estructural: según estimaciones del Tesoro de EE. UU. (TIC Report), los argentinos tienen entre 200.000 y 250.000 millones de dólares fuera del sistema bancario local”, añade Escudero. “Es una cultura económica arraigada: el argentino piensa, ahorra y opera en dólares. Con la llegada del dólar digital, era natural que una parte de ese volumen migrara hacia stablecoins, y eso explica en parte el crecimiento de los pagos internacionales. Incluso la cuenta capital de la Balanza de Pagos mostró una leve recuperación”.
Menos chiquitaje, más profesionalismo
Los datos de Bitwage también muestran un cambio cualitativo en el tipo de trabajador. El monto promedio por persona en los últimos 12 meses fue de USD 1.475, pero si se observan solo los últimos tres meses, ese promedio salta a USD 2.586.
La lectura es clara: el perfil de usuario se depuró. Hoy predominan profesionales consolidados —desarrolladores, programadores, tecnólogos, consultores, diseñadores senior—, mientras los freelancers que hacían tareas menores migraron hacia otras plataformas de cobro.
En síntesis, el trabajo remoto argentino dejó de ser un mercado atomizado de tareas pequeñas y se transformó en un ecosistema profesional que opera con estándares globales.
Mientras el peso se estanca, Argentina acelera como hub cripto regional
Aunque la macro empezó a mostrar señales de moderación y el tipo de cambio luce más predecible que en años anteriores, el profesional argentino que exporta servicios ya incorporó una lógica que trasciende la coyuntura local: pensar en dólares y cobrar por fuera del sistema financiero tradicional. La búsqueda de estabilidad, previsibilidad y libertad económica se volvió parte de su ADN laboral. Por eso, cobrar en cripto dejó de ser una excepción y pasó a ser una decisión práctica, especialmente entre quienes trabajan para el exterior y necesitan evitar los vaivenes del sistema local.
Cada vez más argentinos convierten su talento en una exportación directa de servicios, sin intermediarios, ni fronteras. El salario cripto se consolidó como un refugio de autonomía y confianza: global, digital y ajeno al peso.
Noviembre terminó de confirmarlo. Con miles de desarrolladores, fundadores y referentes globales recorriendo la ciudad en más de 300 encuentros y actividades, Buenos Aires se consolidó como un nodo clave del ecosistema cripto regional. Un recordatorio de que el talento argentino no solo se adapta: empuja, diseña y lidera el futuro del trabajo digital.