“La Casa Redonda”, porque un mundo sustentable aún es posible

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En el Tomo I de “La Casa Redonda”, el pensador Raúl Aramendy repasa los orígenes y la praxis de la agroecología, la permacultura, la salud holística e integrativa, y la educación y comunicación popular, e identifica nuevos desafíos para afianzar el camino hacia un mundo más humanizado y sustentable.  Se trata de una obra en tres tomos que invita a “repensarnos y repensar nuestras prácticas productivas, sociales, culturales, y comunicacionales – educativas”.

El libro fue presentado por el Instituto Superior Multiversidad Popular el miércoles 16 de abril, en Posadas, por su autor, junto al rector y al representante legal de la casa de estudios, profesor Darío Esteche y licenciado en Trabajo Social, Jorge González; el doctor en Filosofía, Carlos Francisco Bauer, y la Dra. en Ciencias sociales, Mercedes Escalada.

Aramendy tiene una extensa trayectoria en las temáticas señaladas. Impulsor de la agroecología y la comunicación popular, y militante de los Derechos Humanos, es licenciado en Ciencias de la Educación; miembro del Servicio de Paz y Justicia, fundado por Adolfo Pérez Esquivel;  miembro del Comité Directivo del Consejo de Educación de Adultos de América Latina, fundado por Paulo Freire; promotor de la ONG Cemep – Adis y del Instituto Superior Multiversidad Popular, donde ejerce como rector emérito; miembro de la CTA Misiones; integrante e impulsor de organizaciones agrarias y ambientales, como el Movimiento Agrario de Misiones, el Frente Ciudadano Ambiental Kaapuera, la Mesa Provincial por el No a las Represas, entre muchas otras; autor de libros como Ceremonia de las Almas; Glosario de la Agroecología, diversos artículos y trabajos publicados.

Su nuevo libro “La Casa Redonda”, de editorial Mate, es una obra de este tiempo para este tiempo de multicrisis planetaria, útil para optimizar los modos de vincularnos y producir cuidando la naturaleza y cuidándonos.

En las siguientes líneas, nos acercamos a sus páginas con las reflexiones del pesador:

Multiversidad   Popular. ¿Cómo, por qué surgió el libro?
R. Aramendy. El libro plantea, después de una investigación de muchos años, las emergencias paradigmáticas que hay en los cuatro trayectos que se toman en cuenta:  agroecología, permacultura, educación y comunicación popular, y la salud holística e integrativa. 

En esos cuatro trayectos vienen emergiendo paradigmas que comienzan a surgir, con potencia, fuertemente con la cuántica, o sea en la física, a partir del siglo pasado, y ahí se van expandiendo en distintas disciplinas. En el libro cuento sobre cómo eso aparece en los trayectos citados, cómo se relacionan entre sí y cómo invitan a reflexionar fuertemente sobre una nueva manera de abordar la realidad.

Este trabajo surgió después de diez años de investigación sobre estas emergencias   paradigmáticas, y viendo la necesidad de volcarlo en una herramienta que pueda ser de utilidad.  Tengo la certeza que va a entusiasmar para hacer, en cada uno  de los cuatro trayectos, una praxis profunda. 

M.P. Es un libro de vanguardia, de este tiempo.
R.A.  El libro es material útil para cualquier persona -estudiantes, profesores, investigadores, público en general- que esté vinculada con esos cuatro trayectos. Invita tener una mirada más amplia y profunda. Invita a observar algunas de las situaciones en las que se encuentran estos trayectos.  Aborda una temática profunda que es la de las emergencias de nuevos paradigmas y cómo esto influye en nuestras vidas.

M.P. ¿Por qué el nombre La Casa Redonda?
R.A.  Porque somos parte de un todo.
Elegí ese título porque en esta investigación sobre las emergencias paradigmáticas en esos cuatro trayectos -que hay también en otros trayectos; yo tomé estos cuatro por conocimiento- hay un entre cruzamiento como en un árbol, y hay una interacción donde todo tiene que ver con todo, y donde el todo no es solamente la suma de sus partes -lo cual ya es importante- sino que en cada parte del todo está el todo. O sea que es una casa redonda, es una casa interrelacionada donde todo tiene que ver con todo, que es además un concepto fuerte, importante, de la teoría de la complejidad.

M.P. Nos dice que su libro invita a profundizar y ampliar la agroecología, la permacultura, la salud holística e integrativa, la educación y la comunicación popular. Teniendo en cuenta las prácticas actuales de esos ejes, ¿cómo sería la profundización, por ejemplo, en agroecología?
R.A.  Poder avanzar en la idea de que la agricultura orgánica, si bien forma parte de la agroecología, no la agota.

Agroecología es mucho más que agricultura orgánica.

Hay en este momento una disputa muy seria acerca de qué ponemos dentro de agroecología y que ponemos que no está en otro lado y a veces se confunde con producción de alimentos sanos, sin agrotóxicos, por ejemplo.

Agroecología es una propuesta integral. Es una propuesta que pone en funcionamiento muchos factores que intervienen en agricultura, ganadería, forestería, y que desarrolla un cuestionamiento de lo que la sociedad, como tal, concibe en la relación entre los seres humanos con la naturaleza y de los seres humanos entre sí.  Es una visión más compleja.  Por eso la importancia de incorporar la teoría de la complejidad. Eso aborda el libro: la agroecología y la permacultura, dos procesos que se van fusionando cada vez más entre ellos.

Se plantea entender a la agroecología con una visión integrativa, holística, como una propuesta transformadora del conjunto de la sociedad y del conjunto de la visión de la realidad que tenemos en la sociedad; una profundización a lo que fue el inicio de la agricultura orgánica.

El libro cuenta cómo se inicia la agricultura orgánica y cómo va incorporando mayor complejidad a su propuesta, que va a derivar en la agroecología, por un lado, la permacultura por otro, y que en este momento, el avance en la fusión de ambas propuestas, nos está mostrando un camino de integralidad mayor.

El libro “La Revolución Agroecológica en Latinoamérica:  Rescatar la naturaleza, asegurar la soberanía alimentaria y empoderar al campesino”, de Miguel Altiere y Victor Manuel Toledo, pone en evidencia que la agroecología es mucho más que producir alimentos sanos.

La agroecología es una visión del ser humano con la naturaleza. Por ejemplo: un elemento de esta visión tan importante que tiene la agroecología y que crece dentro de ella es de que nosotros somos parte integrante de la naturaleza; por naturaleza nosotros somos naturaleza. Es decir, una visión que supera el utilitarismo, que supera la visión sesgada que tiene la propuesta orgánica.

La agroecología es una propuesta de vida, de cómo vivir para que el planeta y nosotros dentro de él, podamos vivir.

La agroecología profunda, de la cual se habla bastante en el libro, supera completamente el aggiornamento que algunas sociedades intentan hacer para parecer sustentables, porque en realidad la raíz de la propuesta social, económica, política, cultural, ética, de la sociedad, sigue siendo una propuesta devastadora de la naturaleza y de la vida social.

Trabajar solamente aspectos técnicos no nos conlleva a una agroecología de carácter profundo sino de carácter superficial y limitado. No hay agroecología sin justicia social; y   sin una democracia participativa y protagónica en vigencia.

M.P. Durante la investigación que realizó, ¿Usted identificó esos paradigmas emergentes?
R.A.  En la praxis de los cuatros trayectos, en la unidad de teoría y práctica -es decir en su práctica y en su teoría, la práctica permanente y la teoría cada vez más fuerte-, van surgiendo emergencias paradigmáticas.
Los cuatro trayectos son generadoras de emergencias paradigmáticas, y si: ya tengo fijados más de 100 paradigmas emergentes que se pueden detectar en esos cuatro trayectos, y están volcados en el libro.


M.P. -Como ciudadano activo en defensa de la naturaleza y los derechos humanos, e impulsor de iniciativas que vinculan a la educación y el uso sustentable de los bienes naturales, ¿qué es lo urgente, alcanzable, en la actualidad para esta región de Selva Paranaense, ríos y diversidad de etnias?
R.A.  Estamos en una coyuntura tremenda, donde el cambio climático está desatado y fuera de control, donde la disputa inter imperialista desencadena guerras, con crisis en Estados Unidos y Europa; un mundo que ya no acepta un solo patrón de estancia y busca en cambio una sociedad multi diversa   y   gobiernos   más accesibles al diálogo con los pueblos. 

Hay   una crisis profunda. Por un lado, tiene una base en una crisis climática – ecológica de   gran magnitud, desbocada, donde todavía no se   visualizan ni los caminos que va a continuar en lo   inmediato ni el final.  En ese marco, como decía Antonio Gramsci: “el viejo mundo se muere, el nuevo tarda en aparecer y en ese claroscuro surgen los monstruos».  Por eso tenemos hoy al fascismo, el colonialismo.

Hay un crecimiento de la tensión mundial por solucionar las crisis política, económica, social, cultural, ética, ecológica. Hablamos de un conflicto de envergadura con componentes muy serios, destructivos, como los militares.

Es un momento donde lo importante es ganar la paz basada en la justicia y hacer que nuestros pueblos defiendan la necesidad de ser sociedades independientes, países soberanos. 

Ante esa multi crisis y ante la situación de empoderamiento de los sectores más   poderosos del mundo a través del fascismo -como en la época de la segunda guerra mundial-,   hay una cuestión que nos obliga a repensarnos y repensar nuestra práctica social, cultural, educativa, comunicacional…

Hay    que cambiar casi todo lo existente. Es un desafío único, sin precedentes en la historia   de la humanidad, y ante la posibilidad de que podamos terminar con la propia   existencia.  Fidel Castro, en la Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo celebrada en Río de Janeiro, en junio de 1992, dijo: “Una importante especie biológica está en riesgo de desaparecer por la rápida y progresiva liquidación de sus condiciones naturales de vida: el hombre”.

Es decir:    estamos   auto   destruyéndonos como especie mientras destruimos la naturaleza de la  que formamos parte y de la que nos negamos   a formar parte.

Ante ese mundo que ya no quiere ser bipolar sino multipolar para dar paso a un mundo  más  humano, más   justo, desde las ciencias y desde la sociedad, sobre todo  de  la rebelión de la gente más pobre y sufrida, crecen prácticas contra ofensivas. Hablamos de la agroecología, la permacultura, la sanidad   holística e integrativa, la educación y la comunicación popular, que son sustanciales.

M. P. Esta obra está compuesta de tres tomos. Ya contamos con el Tomo I. ¿Podría adelantarnos de qué tratan el Tomo II y el Tomo III?
A grandes rasgos, podría nombrar algunos capítulos ya en marcha para los próximos Tomos: “El aprendizaje y la masividad”, con la cuestión de la educación en todos los poros de nuestra piel; “Moviendo el gran tema de los movimientos”;  “Del desarrollo sustentable a la vida sustentable”.  ¿Una nueva civilización? ¿Un nuevo vivir? ¿Qué nos preanuncian los paradigmas emergentes?

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Al Planeta se le ha muerto su Santo defensor

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Al Planeta se le ha muerto su Santo defensor, el Papa que instó a cuidar la Casa Común y levantó en lo más alto al Mate argentino

El Frente Ciudadano Ambiental Kaapuera lamenta profundamente la muerte del Papa Francisco, y a la par, en su homenaje, reivindica la encíclica Laudato Si publicada en mayo de 2015, sintiendo como propio y dando continuidad a su legado de inclusión social, de cuidado de la naturaleza, “la Casa Común”; de espiritualidad, de tolerancia, de paz. Ejerciendo su rol de líder mundial de la Iglesia Católica, el Papa Francisco visibilizó como pocos, con claridad, la contaminación, el cambio climático, la escasez de agua, la pérdida de biodiversidad y la desigualdad socio económica a nivel global, identificando como parte de las causas el uso irreflexivo de la tecnología, el impulso de manipular y controlar la naturaleza, la visión de los seres humanos como algo separado del ambiente, y las teorías y prácticas económicas de enfoque estrecho, invitando a preguntarnos si “estamos trabajando por una cultura de destrucción total del planeta que representa una ofensa a Dios”, o “si se trabaja por una cultura de la vida, atentos al clamor de la tierra y la súplica de los pobres”. En esa línea, planteó la igualdad de género, destacando la dignidad intrínseca de hombres y mujeres, y la necesidad de una “ecología integral a la vida política”, con acuerdos internacionales para proteger a la naturaleza y ayuda a los países de bajos ingresos, con el desarrollo de «una nueva arquitectura financiera que responda a las necesidades del Sur del mundo y de los Estados insulares gravemente afectados por los desastres climáticos», procediendo también a la «reestructuración y reducción de la deuda, junto con el desarrollo de una nueva carta financiera mundial para 2025»,

Reconociendo la «deuda ecológica». El Papa Francisco instó a multiplicar la educación ambiental, la alegría por el entorno, el amor cívico, y la “espiritualidad ecológica”; recomendó un estilo de vida centrado menos en el consumismo y más en los valores intemporales y duraderos; una comunión más profunda con Dios, con los demás y con la naturaleza. Pero, además, el Papa Francisco, argentino, sacerdote de formación jesuita, levantó en lo más alto al Mate, lo llevaba a donde fuera y lo compartía, posicionándolo a nivel global. Esto representó siempre un símbolo inestimable para quienes vivimos en la tierra de la Yerba Mate, cultivo que es identidad, sustento del Pueblo Guaraní (origen del alimento) y de miles de familias de agricultores, tareferos y cooperativas yerbateras de Misiones, quienes atraviesan en la actualidad una crisis sin precedentes desatada con las políticas neoliberales implementadas por el gobierno de Javier Milei, y que precisamente hace apenas algunos días le enviaron una carta para hacer conocer la situación que viven. Al Planeta se le ha muerto su Santo defensor. Pero cada una de sus palabras, líneas y gestos han sido y seguirán siendo trascendentales; son un mandato para la Humanidad entera. Su gestión humanista, profunda e integral; su humildad y su valentía al plantear temas dentro y fuera de la Iglesia aun cuando implicaron enfrentarse al poder político – económico, superaron fronteras culturales, políticas, ideológicas, religiosas. Su legado es enorme, constructivo, algo que agradecemos infinitamente, y como ciudadanos comprometidos con el entorno, lo abrazamos, reivindicamos y deseamos estar a la altura para honrarlo, para hacer que su voz se siga multiplicando.

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Laudato si’, mi’ Signore 

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El cuidado de la casa común, es la manda eclesiástica más relevante de los últimos tiempos, tanto es así que la misma ha sido acogida por acuerdos internacionales en el marco de la Organización de las  Naciones Unidas, la misma fue emitida en el 2015 previa a la resolución que establece como aspiración  global el cumplimiento de los Objetivos del Desarrollo Sostenible (17 objetivos) y establece la hoja de  ruta para que los estados lo puedan cumplir mediante el instrumento denominado “Agenda 2030”. 

En esta carta el Papa Francisco manifiesta claramente la necesidad y el urgente desafío de proteger  nuestra casa común (el planeta tierra) mediante la unidad de toda la comunidad internacional en la  búsqueda de un desarrollo sostenible e integral. 

El Sumo Pontífice hace en primer lugar, una descripción sobre la crisis ecológica actual basado en las  investigaciones científicas, relacionándola con la razón judeo-cristiana para llegar luego a las raíces de la  situación existente, finalmente propone una ecología que incorpore al ser humano y sus relaciones con  la realidad que lo rodea, proponiendo líneas de diálogo y de acción que involucren tanto al ciudadano  común como a los líderes de la política internacional, inspirados en la espiritualidad cristiana. 

En segundo lugar, hace un diagnóstico agudo sobre las diferentes problemáticas ambientales presentes agrupándolas en las siguientes temáticas: la Contaminación y el cambio climático (Objetivo 13 de los ODS); la cuestión del agua (Objetivo 6 de los ODS); la pérdida de biodiversidad (Objetivo 14 y 15 de los  ODS); el deterioro de la calidad de la vida humana y degradación social (Objetivo 2 y 11 del ODS); la  inequidad planetaria (Objetivos 10 y 12 de los ODS); la debilidad de las reacciones (Objetivos 16 y 17 de los ODS) y la diversidad de opiniones. 

En este marco y a los fines de fundamentar la posición de la Iglesia Católica sobre el tema, inicia un  análisis doctrinario sobre el evangelio de la creación, la fe, la sabiduría de los relatos Bíblicos, el misterio  de la creación, la comunión universal y la mirada de Jesús, adentrándose en una descripción  pormenorizada de la relación entre la creación y su creador, la naturaleza y su vínculo con Dios.  

Asegura que la crisis ecológica tiene por origen a la actividad humana, identificando las siguientes  causales: el poder de la tecnología, el hombre se ha beneficiado con los avances tecnológicos en todas la  áreas del desarrollo humano y con ello le ha concedido el poder del conocimiento y el poderío  económico que implica, transformándolo en un ser egocéntrico e insensible con escasa percepción 

sobre los desafíos que se presentan y cómo resolverlos; la globalización del paradigma tecnológico, la  intervención humana en la naturaleza tiene carácter netamente extractivista supone la falsedad de la  disponibilidad infinita de los bienes del planeta y eso lo pone en una encrucijada difícil de sortear, la  economía valora el desarrollo tecnológico en función del rédito que le otorga, sin prestar atención en las  consecuencias negativas para el ser humano, nos hemos transformado en una sociedad  superdesarrollada, derrochadora y consumista que contrasta de modo inaceptable con situaciones de  miseria deshumanizada, por lo que es indispensable mirar la realidad de otra manera, recoger los 

avances positivos y sostenibles y a la vez recuperar los valores y los fines de la vida; el antropocentrismo  moderno, ha colocado a la razón técnica sobre la realidad, este hombre ya no siente a la naturaleza ni la  ve como refugio, sino como objeto, siéndole indiferente lo que con ella suceda. De este modo, se  debilita el valor que tiene el mundo en sí mismo si el hombre no redescubre su verdadero lugar, termina  contradiciendo su propia realidad, no solo la tierra ha sido dada por Dios al hombre, el cual debe usarla  respetando la intención originaria de que es un bien, según el cual le ha sido dada, incluso el hombre es  para sí mismo un don de Dios, con lo cual debe respetar la estructura natural y moral de la que ha sido  dotado. Esta crítica se hace extensiva a las relaciones entre las personas, si la crisis ecológica es una  eclosión o manifestación externa de la crisis ética, cultural y espiritual de la actualidad, no podemos  sanar nuestra relación con la naturaleza y el ambiente sin sanar las relaciones básicas del ser humano. 

Finalmente hace una propuesta superadora a la comunidad internacional en general, sumando lo  humano a lo social denominándose ecología integral, señalando distintos aspectos que la conforman: 

a.- ecología ambiental, económica y social 

En la naturaleza todo está conectado, así como todos los componentes del planeta (físicos, químicos y  biológicos) se relacionan también lo hacen las especies vivas y el hombre no está ajeno a este vÍnculo,  somos parte del medio ambiente, estamos incluidos e interpenetrados por lo que todo lo que hagamos  impacta en el medio y las soluciones a las crisis deben ser analizadas en forma integral que consideren  las interrelaciones de los sistemas naturales entre sí y con los sistemas sociales. No hay dos crisis  separadas, una ambiental y otra social, sino una sola y compleja crisis socio-ambiental dice Francisco,  por lo que las soluciones requieren esta mirada integradora para combatir la pobreza, devolver la  dignidad a los excluidos y a la vez para cuidar a la naturaleza, todo en forma simultánea. 

A su vez el crecimiento económico tiende a producir automatismos y a homogeneizar en post de la  reducción de costos y simplificación de procedimientos, por lo que hay que repensar en una ecología  económica que obligue a analizar la realidad de manera más amplia, por lo que la protección del medio  ambiente deberá considerarse en los procesos de desarrollo y no de forma aislada. 

Por otro lado también es inseparable que junto con el análisis de los problemas ambientales se sume al derivado del contexto humano, familiar, laboral, urbano y la sinergia entre estos y el hombre consigo  mismo. También las instituciones no están ajenas a este continuo cambio dado que son el reflejo de las  relaciones que genera el hombre, en este sentido la ecología social es necesariamente institucional y  alcanza progresivamente las distintas dimensiones que van desde el grupo social primario, la familia,  pasando por la comunidad local, la nación y la internacional. 

b.- ecología cultural 

Sostiene que hay que considerar junto con el patrimonio natural el patrimonio histórico, artístico y  cultural como identidad de un pueblo, con lo cual hay que incorporarlos en la protección integral, para  lograr conservar la identidad original de un pueblo. En este sentido hay que incorporar en el cuidado del  ambiente la perspectiva de los derechos de los pueblos y las culturas (tradiciones y prácticas), 

entendiendo que el desarrollo de un grupo social supone un proceso histórico y dinámico en el tiempo,  y requiere el continuo protagonismo de los actores sociales.  

c.- ecología de la vida cotidiana 

“Para un auténtico desarrollo hay que asegurar que se produzca una mejora integral en la calidad de  vida humana y esto implica analizar el espacio donde transcurre la existencia de las personas. Los  escenarios que nos rodean influyen en nuestro modo de ver la vida, de sentir y actuar”, dice Francisco. En la vida cotidiana, en el lugar de trabajo, en el barrio, usamos el ambiente para expresar la identidad,  cuando el ambiente se encuentra contaminado, desordenado, caótico nos lleva a una relación hostil con  el ambiente. Dada la relación entre el espacio y la conducta humana, el diseño de edificios, barrios,  espacios públicos y ciudades requieren del aporte de disciplinas que permitan entender el simbolismo y  el comportamiento de las personas. Hay que velar los lugares comunes, los marcos visuales y los hitos  urbanos que acrecientan nuestro sentido de pertenencia dentro de la ciudad que nos une y contiene. Es  importante integrar a las ciudades para que todos los habitantes tengan una visión de conjunto, en este  sentido el ordenamiento territorial, la planificación en el crecimiento de las áreas rurales como urbanas,  el diseño de las viviendas y las vías de comunicación, en especial el transporte juegan un papel  preponderante.  

d.- el principio del bien común 

La ecología integral es inseparable de la noción del bien común, como rol central y unificador,  presupone el respeto de la persona humana con derechos básicos e inalienables. También proclama el  bienestar social y el desarrollo de diversos grupos intermedios como la familia, de interés o afectados,  requiere de la paz social, la estabilidad y la seguridad de un cierto orden. Hoy en día con tantas  inequidades y con cada vez más personas excluidas del sistema, el bien común se convierte en un  llamado a la solidaridad y en una opción urgente por los más pobres. 

e.- justicia entre las generaciones 

No puede hablarse de desarrollo sostenible sin una solidaridad intergeneracional, de modo tal que la  noción de bien común incorpora a la generaciones futuras, debemos considerar cómo dejaremos el  planeta a las generaciones que vendrán, esto redirecciona las políticas públicas que se deben tomar en  consecuencia, inyectando otra lógica y otra perspectiva de la problemática actual. El don gratuito que  recibimos por la gracia del creador no puede ser considerado desde la perspectiva netamente utilitarista  de eficiencia y productividad para el beneficio individual y temporal, debemos incorporar la variable de  justicia, dado que lo que heredamos también les pertenece a las generaciones venideras. ¿Qué ambiente? qué mundo queremos dejar a quienes nos sucedan? y con qué valores? El ritmo del  consumo, del desperdicio y la alteración del medio ambiente ha superado las posibilidades del planeta,  de manera que el estilo de vida actual es insostenible y terminará en catástrofe como de hecho ya está  ocurriendo en varias regiones. Tenemos el compromiso de actuar ahora mismo, sobre todo si pensamos  en la responsabilidad que nos atribuyen los que deberán soportar consecuencias aún peores.

Finalmente pone a disposición líneas de orientación y acción, en función de las propuestas de trabajo y a  la luz de la evolución de la política internacional, poniendo énfasis en los siguientes instrumentos: 

1.- Diálogo sobre el medio ambiente  

2.- Diálogo hacia nuevas políticas nacionales y locales 

3.- Diálogo y transparencia en los procesos decisorios  

4.- Política y economía en diálogo para la plenitud humana 

5.- las religiones en el diálogo con las ciencias 

“Muchas cosas tienen que reorientar su rumbo, pero ante todo la humanidad necesita cambiar. Hace  falta la conciencia de un origen común, de una pertenencia mutua y de un futuro compartido por  todos”, dice el papa Francisco, para lo cual se necesita el desarrollo de nuevas convicciones, actitudes y  formas de vida, propone apostar por otro estilo de vida, educación para la alianza entre la humanidad y  el ambiente, la conversión ecológica, el gozo y paz, amor civil y político, signos sacramentales y descanso  celebrativo, la trinidad y la relación entre las criaturas.” 

En conclusión pareciera que todo se resume paradójicamente en un volver, volver a los principios, a los  valores, a la esencia del hombre, a creer en el ser superior que nos espera y observa, sin antes claro,  doblar las rodillas …. 

2 Crónicas 7:14 si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi  rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados,  y sanaré su tierra. 

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La carta que se quedó sin respuesta: el grito de los yerbateros de Misiones al Papa Francisco

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Hace pocos días pequeños productores de yerba mate de la Zona Centro de Misiones, organizados en la Asamblea Permanente de Productores, enviaron una emotiva carta al Papa Francisco desde el cruce Karaben, en Oberá, donde llevaban semanas acampando en protesta por la situación del sector. La misiva, firmada por decenas de referentes y acompañada por el sello de la Diócesis de Oberá, nunca recibió una respuesta oficial del Vaticano que ahora se quedó sin su receptor con la muerte del Papa Francisco.

“Le escribimos con la esperanza de que escuche nuestro reclamo, sabiendo de su sensibilidad hacia los sectores más humildes y su amor por el mate, que también es parte de nuestra vida cotidiana”, inicia la carta dirigida a “Su Santidad”. En el texto, los productores explicaron el conflicto generado por el Decreto de Necesidad y Urgencia 70/2023, impulsado por el presidente Javier Milei, que desreguló el Instituto Nacional de la Yerba Mate (INYM), dejando al sector sin una entidad que garantice un precio justo.

“Hoy, con el INYM sin herramientas para intervenir, las grandes industrias —pocas y muy concentradas— imponen un precio que ni siquiera cubre nuestros costos de producción”, denunciaron. Según la carta, el monto ofrecido de 300 pesos por kilo de hoja verde no alcanza a cubrir los 505 pesos que los productores necesitan para sostener su actividad. A su vez, advirtieron que el precio del paquete de yerba sigue aumentando en góndolas, sin que esa mejora llegue al eslabón primario de la cadena.

El documento también destaca el impacto ambiental y social que implica la continuidad de las más de 13.000 familias que viven de la yerba mate. “El monte, el agua y la biodiversidad de Misiones dependen de que estas familias sigan cuidando sus tierras”, argumentan, y exigen la restitución plena del INYM en el marco de la Ley Yerbatera N° 25.564, sancionada en 2002 tras una lucha similar a la actual.

En un tono cargado de fe, los productores le pidieron al Papa que rece por ellos y que ayude a visibilizar su causa. “Sabemos que usted conoce el valor del trabajo rural y el sufrimiento de quienes son ignorados por los poderosos. Por eso acudimos a usted”, concluye la carta.

La carta que buscaba una bendición se convirtió, con la muerte del Papa Francisco, en símbolo de un reclamo aún latente.

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Como es el proceso de sucesión del papa Francisco y los posibles candidatos

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Con el fallecimiento de Jorge Bergoglio, se abre un período de liturgia funeraria, pero también de lucha por el poder de una de las instituciones más antiguas y vigentes de la Tierra.

La muerte del Papa Francisco encendió la carrera por la sucesión del trono de San Pedro y revivió una frase muy recordada durante las disputas por la conducción de la Iglesia católica: “El que entra al cónclave como papa, sale como cardenal”.

En primer lugar, el Vaticano activó de forma automática el protocolo conocido como “Sede Vacante”, que inicia el proceso de transición hasta la elección de un nuevo Pontífice. Mientras tanto, la Iglesia queda bajo custodia del camarlengo, una figura cuyo gobierno “de transición” es encabezado por el Cardenal Irlandes Kevin Farrell. 

Cuando un Papa fallece o renuncia, el gobierno provisional de la Iglesia católica pasa a manos del cardenal camarlengo, que debe administrar los bienes de la Santa Sede, ayudado por tres purpurados asistentes. Como definición, el camarlengo es el cardenal que preside la Cámara Apostólica.

Cónclave: cómo es el procedimiento para elegir al nuevo Papa

La Iglesia Católica utiliza un método que ha permanecido prácticamente inalterado durante los últimos 800 años en la misión de elegir a su líder. Dicho sistema es conocido como Cónclave papal y volverá a ser utilizado tras la muerte de Francisco.

La elección ocurre de forma democrática y se hace especial hincapié en la necesidad de realizar varias rondas de votación hasta que surja un consenso claro. Según las normas actuales, sólo los cardenales menores de 80 años pueden emitir su voto.

Cuál es el requisito para ser elegido Papa

En cuanto a los requisitos, oficialmente los candidatos deben ser varones y católicos, aunque en realidad, desde hace siglos, los pontífices sólo han sido elegidos entre las filas de los cardenales.

Asimismo, no hay un límite de edad para quién puede convertirse en Papa, pero Francisco tenía 76 años cuando asumió el cargo, el cual dejó a sus 88. Su antecesor, Benedicto XVI, fue elegido a sus 78 años y se retiró a los 85.

Cónclave papal: cómo es el paso a paso

Para comenzar el proceso, hay una misa especial por la mañana, después de la cual los 138 cardenales en edad de votar se reunirán dentro de la exquisitamente decorada Capilla Sixtina, sede de todos los cónclaves papales desde 1858.

Posteriormente, se escuchará el grito de “extra omnes” (todos fuera) y los cardenales, que han prestado juramento de secreto, serán encerrados en el Cónclave hasta que puedan elegir un sucesor.

Cabe destacar, que no hay garantía de que la primera ronda de votación se revele el mismo día. Mediante una combinación de discursos, oración, reflexión y un intenso forcejeo político, los cardenales van seleccionando candidatos en sucesivas rondas de votación.

Los cardenales permanecen sentados a ambos lados de la Capilla Sixtina, y se eligen al azar los nombres de nueve cardenales para oficiar y organizar la votación, de los cuales tres se convierten en escrutadores, cuya tarea es supervisar la votación. Por su parte, tres más recogen los votos y otros tres los revisan.

Cómo se vota a los Papas

En cuanto a la elección, sólo ocurre cuando un candidato único obtiene una mayoría de dos tercios. A veces, los Papas son elegidos rápidamente cuando surge un candidato fuerte. Sin embargo, a partir de la 34° votación, el Cónclave sólo vota entre los dos candidatos que más votos obtuvieron en la ronda anterior.

Cabe destacar que, a finales del siglo XIII se dio el cónclave papal más extenso, el cual duró casi tres años gracias a luchas políticas masivas. En medio de la incertidumbre, tres cardenales murieron.

El voto en sí es secreto y fue introducido en 1621 por Gregorio XV para intentar evitar la politiquería abierta, pero el Cónclave es inevitablemente un semillero de facciones rivales que desean ver a su candidato triunfar. Durante cada votación, los cardenales escriben el nombre de su elección, idealmente con una letra distorsionada para ocultar su identidad.

Las papeletas electorales se queman en una pequeña hoguera dentro de la Capilla Sixtina. El humo negro que se produce por el fuego indica a la multitud que espera afuera que todavía no se ha elegido un nuevo Papa.

Cuántos cardenales votan

Hoy, el Colegio Cardenalicio está compuesto por 252 miembros, de los cuales 138 son electores con derecho a voto en el próximo cónclave. Su composición refleja la diversidad geográfica y cultural de la Iglesia, con una notable presencia de cardenales creados por el propio Francisco, quien en vida nombró a 149, marcando una diferencia significativa con sus predecesores Benedicto XVI (62) y Juan Pablo II (41).

Papables: ¿Cuáles son los candidatos a papa?

Con divisiones teológicas profundas y una Iglesia católica cada vez más global, el próximo cónclave podría marcar el cambio de poder más dramático en la historia moderna de la Iglesia.

Tal como indica la frase “el que entra al Cónclave como papa, sale como cardenal”, ofrecer un listado de candidatos al trono de San Pedro es más un juego de azar, que de posibilidades ciertas de elección.

Sin embargo, en los últimos años tres corrientes internas de la Iglesia fueron perfilando líderes, posibles sucesores del papa Francisco.

  • El establishment: son candidatos profundamente arraigados en la Curia, redes romanas y con habilidad para mantener la estabilidad. En este lote los que más posibilidades tienen son los italianos Pietro Parolin y Matteo Zuppi, dos cardenales con verdadero poder en la Iglesia, aunque también aparecen Péter Erdö y Mario Grech.
  • Los reformadores: son cardenales progresistas con visión franciscana. Están alineados con las reformas de Francisco: descentralización, justicia social y cercanía pastoral. En este grupo figuran Luis Antonio Tagle, Jean-Marc Aveline, Wilton D. Gregory y Fridolin Ambongo.

Los tradicionalistas: son cardenales anti-Francisco y conservadores. Son los bendecidos por Benedicto XVI, enemigos del progresismo, ultraconservadores y defensores de la “Iglesia antigua”. Aquí aparecen Roberto Sarah, Raymond Leo Burke, Willem Jacobus Eijk, Carlo Maria Polvani.

Cuando un candidato obtiene dos tercios de los votos, se elige un nuevo Papa. El Cardenal Decano llama entonces al candidato al frente de la capilla y le pregunta si está dispuesto a aceptar. Si la respuesta es sí, se le pide al nuevo Papa que elija su nuevo nombre papal.

Entonces, las papeletas electorales se queman una vez más con un aditivo colocado en el fuego que vuelve blanco el humo informando al mundo que se ha elegido un nuevo Pontífice.

Así, el nuevo Papa es conducido a la Sala de las Lágrimas, adyacente a la Capilla Sixtina, donde se pone su nueva túnica blanca y sus zapatillas rojas.

El Papa es presentado entonces a la multitud reunida en el Vaticano desde el balcón principal de la Basílica de San Pedro con las famosas palabras: “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam!” (Les anuncio con gran alegría que tenemos un Papa).

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