Créditos UVA, en jaque por inflación y dólar: hipotecados reclaman que se congele el capital adeudado
Cada vez más bancos privados se están sumando al convenio de congelamiento de la cuota hipotecaria UVA, por el cual se mantendrá el mismo valor pagado en agosto durante los meses de septiembre, octubre, noviembre y diciembre.
Pero para las agrupaciones que reúnen a los hipotecados en unidades de valor adquisitivo (UVA), esa medida no es suficiente y piden que, al mismo tiempo, se congele el capital adeudado para que la cuota y el saldo total no se tornen impagables ni “confiscatorios” del salario.
El reciente salto del tipo de cambio, posterior a las PASO, causó aún mayor preocupación en los deudores, ya que un nuevo pico inflacionario a partir del próximo año aumentará los montos de los pagos.
Es que consideran que, al momento de cancelar la cuota, el interés va a ser muy alto, lo que se transformará en “una bomba de tiempo”.
Además, solicitan que se amplíe el campo de beneficiados por la medida, ya que solo se aplicará a aquellos que compraron una única vivienda con valor de compra inferior a las 140.000 UVA al momento del otorgamiento del crédito.
Según registros oficiales, el último beneficio otorgado por el Poder Ejecutivo alcanzará a alrededor de 90.000 deudores, incluyendo a los 33.000 que accedieron a través del Procrear. A nivel nacional, el beneficio lo tendrá casi el 90% de las hipotecas.
El aporte del Gobierno nacional para la cobertura o compensación extraordinaria para que se mantengan las cuotas ascendería a entre $600 millones y $800 millones, y surgirá de de fondos de la Secretaría de Vivienda.
A partir de enero, la oposición y parte del oficialismo impulsa la utilización del índice de salarios (CVS), sin cambiar los contratos actuales. En cambio, proponen un fondo compensador que se haga cargo de las diferencias.
Para el colectivo Hipotecados UVA, la única solución viable es que sean cuotas fijas porque, en la actualidad, no solo se dispararía la cuota sino el capital adeudado. “Tampoco hay contemplación para quienes están desocupados porque si deben tres cuotas pueden ejecutar la hipoteca y solicitan un período mayor”, agregaron.
En diálogo con Perfil, el secretario de la Vivienda Iván Kerr explicó que “si se modifica la ley, los bancos no van a prestar más” y que a pesar de todos los problemas que hubo, el sistema resistió porque “la relación cuota/ingreso arrancó en un 25% y hoy, según las estimaciones del Central, está en el 28%”.
“Quizás los monotributistas, que representaban el 15% de los tomadores, pueden ser los más afectados. Y la mora es del 0,28% del total. Si hubiera una situación drástica estaría todo el mundo en mora. Si no hay mora hoy ¿qué efecto tiene suspender los remates?”, agregó.
Por último, se pronunció en contra de modificar la ley y sostuvo que no hay tanta la diferencia entre ajustar por salario o por inflación.
“Si nosotros hacemos eso, modificar la ley de UVA, rompemos todos los contratos, sembramos inseguridad jurídica y los bancos no van a prestar nunca más. Ante situaciones extremas, el Estado tiene que salir a atender esos individuos con coberturas o compensaciones”, señaló Kerr al mencionado matutino.
Además, el senador Julio Cobos acaba de presentar un proyecto que propone el congelamiento de las cuotas por seis meses y cambiar el mecanismo de ajuste a UVI. Si bien surgieron con el mismo valor en el 2016, hoy la UVA (atada a la inflación) está en 40,05 y la UVI (atada al índice de la construcción) en 36,28 pesos.
Por otro lado, suspende los desalojos por un año y crea un fondo compensador para créditos vigentes y futuros para dar flexibilidad a las hipotecas frente a las situaciones desfavorables. “Creamos un fondo propio anticíclico de cada nuevo deudor hipotecario, cuya tenencia será nominal y bien remunerada”, indicó el legislador.
“Ante despido o enfermedad habrá un fondo que reduzca la angustia que genera esa situación. El fideicomiso busca una solución de fondo y la atenuación de las cuotas en los ciclos económicos recesivos, con fondos de los bancos, del Estado Nacional y los deudores hipotecarios”, señala.
También propuso una baja de los intereses bancarios, la actualización de desembolsos en pesos al valor vigente de la UVA/UVI en el momento de efectivizarse, además de aumento y actualización del monto a deducir en Ganancias en los intereses correspondientes a créditos hipotecarios.
“En toda relación contractual a largo plazo se busca mantener la equidad constante para no afectar a ninguna de las partes y lograr el cumplimiento de las obligaciones. En los créditos UVA y debido a la inflación, se ve muy clara la ruptura del equilibrio contractual”, agregó Cobos al justificar su propuesta.
Pero para hipotecados UVA, la iniciativa no será útil porque “el equilibrio no se va a restablecer cambiando el índice de indexación”.
“Pasar de UVA a UVI es pasar de una deuda que aumentó desde abril de 2016 un 185% a una que aumentó “sólo” un 158%. Esto no ataca el sobre-endeudamiento de los hipotecados”, agregaron.
“Necesitamos previsibilidad. No podemos vivir con la incertidumbre de no saber cuánto vamos a pagar de cuota y cuánto vamos a deber de acá en adelante. Migrar al UVI o al CVS (como propone hacer el oficialismo desde enero) es maquillar un sistema que fracasó”, remarcan.
E insistieron con que “se congele la cuota y la deuda hasta tanto se logre una salida de fondo que haga pagable la cuota y saldable la deuda. Que resista las crisis económicas. Y que reparta el riesgo con los bancos, no que el Estado los subsidie”.