El impacto del COVID-19 en la economía brasileña: la irrupción del cisne negro frustra las esperanzas de crecimiento
La llegada de la recesión, al menos durante el primer semestre del presente año, ya es prevista por el Ministerio de Economía brasileño. El impacto de la llegada del COVID-19 en la economía brasileña, ha dejado en evidencia la imposibilidad de alcanzar la anhelada meta del 2% de crecimiento fijada por la Administración Bolsonaro.
¿El sistema de salud de Brasil está preparado para el COVID-19?
Como se puede ver a continuación, Brasil lidera la región como la nación que está mejor preparada en términos de salud para enfrentar esta pandemia:
Sin embargo, el mundo ha demostrado no estar preparado en términos generales para una pandemia de esta índole con altos niveles de transmisión y de mortalidad relativa (con relación a otras enfermedades respiratorias del mismo tipo). Asimismo, se ha observado en países europeos como en Italia y España, la fragilidad de los sistemas de salud ante la situación actual. Dicho esto, se espera que las medidas de mitigación del virus se agraven en Brasil debido al creciente número de casos confirmados por las autoridades. Lo que seguirá generando recortes de las proyecciones sobre la actividad económica para 2020 por parte de los mercados financieros durante las próximas semanas.
Caracas. La irrupción del COVID-19, al mejor estilo de “cisne negro”, ha llevado a las autoridades a ajustar las proyecciones de crecimiento a la baja de Brasil para este año, dando paso a un primer semestre que puede significar la peor contracción económica en décadas.
La realidad del PIB es otra
Desde Torino Economics, estimamos como escenario base una contracción de 1.61% en el PIB para 2020. En caso de que el mercado de trabajo se vea devastado por la crisis y las medidas de mitigación o supresión de la transmisión del virus continúen durante el transcurso del tercer o cuarto trimestre, se estima un escenario pesimista de – 3.91% para finales de año. Asimismo, creemos que la economía brasilera se verá impactada significativamente en los 2 primeros trimestres, con una notable recuperación (QoQ) en el tercer trimestre, y una aceleración baja por motivos estacionales en el último trimestre
del presente año. Sin dejar atrás que, nuestras proyecciones de crecimiento están basadas en escenarios de control en la transmisión del virus durante el segundo trimestre del año.
El Ministerio de Economía fijó como nueva meta de crecimiento, 0,02% para el año 2020. Asimismo, comunicó que la actividad económica se contraerá 0.2% en el primer trimestre y 2.13% en el segundo trimestre de 2020. A pesar de la recesión en el primer semestre, el Ministerio de Economía proyectó una recuperación a partir del tercer trimestre, con un crecimiento de 1.17% con relación a los tres meses inmediatamente anteriores. En el cuarto trimestre, la expectativa es de crecimiento de 2.03% (con relación al trimestre pasado).
Asimismo, recortes generalizados de proyecciones están ocurriendo aun cuando solo es el comienzo de los incrementos significativos en el número de casos del COVID-19 en Brasil. No obstante, se espera que en los próximos dos meses (al menos), continúe el incremento significativo del número de casos confirmados de la pandemia en Brasil y las proyecciones de recesión sigan cayendo.
Una luz detrás de la recesión
¿Cuáles son los principales retos de Brasil para su recuperación económica post-COVID-19?
En 2018, debido a un fenómeno poblacional de envejecimiento, el bono demográfico brasilero se terminó. Por lo que, si se requiere aumentar los niveles de renta per cápita en el país sudamericano, se debe recurrir a incrementos en la productividad laboral. Es por ello que, hoy ante los posibles escenarios de crisis anteriormente descritos, Brasil debe aumentar sus esfuerzos en el crecimiento de la productividad.
Desde Torino Economics se ha desarrollado un ejercicio de contabilidad de desarrollo para observar cómo se ha venido comportando el nivel de renta per cápita de Brasil con relación a Estados Unidos (país ejemplo) desde 1999 hasta 2017, periodo en el cual se consiguieron datos en
paridad de poder adquisitivo (PPP en dólares de 2011). Se concluyó que las mayores diferencias en la renta per cápita entre Estados Unidos y Brasil se deben a la creciente brecha de productividad que poseen.
Entre los principales hallazgos, obtuvimos que la brecha de productividad entre los dos países fue, en promedio, del 74% durante el período estudiado. Los resultados nos muestran que, en promedio, la brecha per cápita del PIB entre los dos países disminuiría del 78% al 32%, si Brasil alcanzara los mismos niveles de productividad que los Estados Unidos en cada período. Esto generaría un nivel de bienestar económico per cápita del 68% de los estándares norteamericanos para Brasil.
Nuestro enfoque
Tomando en cuenta que los sectores más afectados por la pandemia serán comercio y servicios (muchas de ellas pequeñas y medianas empresas), el consumo de los hogares también se verá profundamente afectado.
Sin embargo, creemos que las reformas administrativas y fiscales estructurales, así como la relajación de los objetivos fiscales y la mejora de la productividad agregada, serán las medidas clave para la recuperación del crecimiento económico en Brasil después de contener el virus. Para lograr esto, el gobierno debe mejorar su relación con los parlamentarios y el Senado para llevar a cabo conjuntamente las medidas necesarias para mitigar la recesión.
En resumen, creemos que los poderes ejecutivo y legislativo tienen la posibilidad de reanudar el crecimiento económico brasileño posterior a la crisis mediante la aprobación de reformas administrativas y fiscales en sus manos. Con la aceptación de las reformas de Bolsonaro y un
plan nacional para aumentar la productividad, sería posible atraer un mayor flujo de inversión extranjera directa a Brasil, lo que se traduciría en una gran posibilidad de crecimiento económico después de frenar la transmisión del virus.