Aumento del consumo interno y buenos precios internacionales, las proyecciones del sector forestal para el 2022

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El sector forestal cierra un año con inversiones importantes y proyectos que se convirtieron en realidad, como la planta de M&M de generación de energía por biomasa, que comenzó a funcionar en Cerro Azul o la de energía solar que instaló Laharrague Chodorge, la firma que más incrementó porcentualmente su plantilla de obreros entre las grandes de Misiones. 

El empleo de 2021 cerró por encima de los diez mil puestos registrados y con las inversiones proyectadas, se anticipa que este año el número crecerá. La principal es la anunciada por Arcor, 20 millones de dólares para una nueva planta de bolsas en Papel Misionero que comenzará a operar en marzo. También se suma en el norte misionero, el aserradero Isischu, que destinó 400 millones de dólares en modernizar la planta en Colonia Victoria para industrializar maderas, con maquinarias importadas y sistemas de mecanización diseñados en la provincia con metalúrgicas locales y empleando a más de 100 personas para la construcción.  

El balance fue positivo y mucho más si se tiene en cuenta que el 2020 fue un boom para el sector forestal, cuando en plena pandemia y a diferencia de otros tantos sectores, los niveles de consumo de madera fueron inéditos. 

Es por eso que Economis entrevistó a los principales referentes forestales para esbozar los panoramas con los que el sector concluyó el 2.021 y las proyecciones y desafíos para el 2022.

Cifras del sector. Desde el Consejo Foresto Industrial Argentina (ConFIAr), Mercedes Omeñuka, explicó durante las Jornadas de Empleo Verde, que Argentina tiene actualmente 53 millones de hectáreas de bosque nativo y un patrimonio de 1.300.000 hectáreas de plantaciones forestales

Alrededor de un 50% de ellas están certificadas con sellos por gestión sostenible, reconocidos internacionalmente. La foresto industria se provee en un 95% de la madera proveniente de esas plantaciones. El valor agregado incluye la producción de celulosa, papel, madera y tableros para vivienda y muebles; energía eléctrica y térmica y diversos productos químicos. Todos con baja huella de carbono y necesarios para la descarbonización de la economía. 

Con 13.000 productores forestales y más de 6.000 empresas, la foresto industria emplea directa y formalmente a unas 100 mil personas y exporta alrededor de 700 millones de dólares anuales. 

El Consejo de Profesionales del Agro, Alimentos y Agroindustria detalla que el sector forestal es un recurso estratégico como creador de empleo y un medio para el desarrollo regional: hasta 2020, la industria maderera registró una facturación anual mayor a U$S 4.900 millones, 3,8 % del valor agregado industrial argentino. Cerca de 6.000 empresas del sector foresto-industrial estaban registradas hasta 2020, de las cuales el 98,7 % son Pymes. Del total, el 95 % de la producción se vuelca en el consumo interno. 

También indica que sólo en 2019 cerca del 70% de las empresas tuvieron una merma tanto de producción como de ventas. A posteriori, se incrementó un 50% la exportación de madera en rollo, aserrada, tableros y manufactura con un aumento de facturación en dólares del 30%. En muebles aumentó un 25% la exportación.

Un año sin precedentes en la historia forestal de Misiones. Hay quienes piensan que las comparaciones no siempre son significativas si se realizan períodos interanuales, pero sí cuando son históricas. El presidente del Instituto Forestal Provincial (INFOPRO), Hugo Escalada, explicó a Economis que “lo que está sucediendo en este último año y medio en materia forestal no tiene precedentes en la historia forestal de Misiones… El período que más se le puede llegar a aproximar es aquel de las exportaciones a Estados Unidos, allá por el 2.006, cuando Misiones exportó muchísima madera para la construcción de casas en Estados Unidos”. 

Escalada sostiene que el balance es 100% positivo ya que crecieron tanto el mercado interno como las exportaciones. En cuanto al mercado interno, destacó que Argentina no se autoabastece y que, por consiguiente, aún sin pensar en las exportaciones, hay muchísimo para crecer y vastos mercados para abrir dentro del país.

“Tanto el que piensa en vender dentro del país como el que piensa exportar, tiene un año y medio de absoluta bonanza y por delante, tiene una proyección tanto interna como externa muy buena”. A partir de ello, se avizoran 2 panoramas venideros: aumento del consumo interno y buenos precios internacionales. Frente a esos panoramas, Escalada remarcó la importancia de sostener las plantaciones al mismo ritmo con el cual se está cortando la madera de los bosques implantados ya que la demanda es altísima

“No se estaba plantando al mismo ritmo que se estaba cortando, el pequeño y mediano dejó de plantar porque no compensaba los gastos que había tenido” sostuvo. Si los pequeños y medianos plantadores -que son quienes abastecen a los pequeños y medianos industriales- empiezan a migrar hacia otros sectores como el de la yerba o el maíz, se generará un desabastecimiento en pequeños y medianos industriales, que están empezando a comprar madera en Corrientes. “Cuando el productor ve que el precio es justo, no necesita otra cosa para empezar a plantar. A partir de ahí, debe tener la previsibilidad de que los precios seguirán siendo justos”, ultimó. 

Visibilizar la mirada del empresario. Silvina Oliva, la mujer que lidera la empresa fundada por su abuelo, aseveró que cierran un buen año ya que la compañía logró la primera certificación grupal del país de PEFC, que garantiza la sostenibilidad forestal. “Logramos el sello para la cadena de custodia en lo que es la industria”, explica.

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A nivel general, tuvieron muchos desafíos y complicaciones por todo el contexto. La exportación se vió un poco complicada por la inflación y el cambio constante de precios. Por otro lado, con respecto a la compra de materia prima, “para nosotros fue un inconveniente por la intervención del Gobierno en la fijación de precios”. 

No creemos en la intervención del Estado en la fijación de precios entre privados y para nosotros generó un problema más que una solución”, expresó la mujer al frente de Valerio Oliva Forestal. 

Además, destacó que fue un año más complicado que el año de la pandemia, ya que la alta suba de fletes internacionales también generó su efecto. “Al tener un bajo nivel de importación, muchos buques no recalaban directamente en Argentina, con lo cual perdimos muchas fechas y lugares en los barcos para poder enviar nuestra mercadería”. Esto a su vez, generó problemas logísticos, más allá del incumplimiento con el cliente y la necesidad de utilizar depósitos para guardar maderas que están listas para despacho. 

Nuestra mirada es optimista hacia el futuro. Creemos que el 2.022 puede ser un buen año y tiene mucho que ver con decisiones que van por el plano político”, expresó la empresaria. Espera que para 2.022 la demanda de exportación se mantenga y que mejoren las condiciones locales. “Misiones puede ser potencia. Si bien se han hecho cosas buenas, falta visibilizar y considerar la mirada del empresario”.

 En la misma línea, Abel Gauto Fechner, presidente de la Asociación Maderera de Aserraderos y Afines del Alto Paraná (AMAYADAP), contó a Economis que siguen trabajando con muchas expectativas pero que hay preocupación en el sector, ya que a lo largo del 2.021 se fue notando un endurecimiento y la actividad forestal disminuyó.  

Gauto Fechner explicó que los costos de logística subieron, y afectó mucho el hecho de que el dólar oficial sea distinto a los demás dólares circulantes. Por otro lado, sostuvo que los sectores que producen sostienen el costo de los impuestos, lo cual genera pérdida de rentabilidad. 

En ese sentido, una reforma laboral “favorecería en términos de tomar mano de obra y aportar al sector”. 

Incentivar la plantación y aprovechar el sobre stock de madera.  En representación de los pequeños productores, Rubén Costas, explicó que “para el sector forestal fue un año muy positivo porque a nivel de cosecha desde agosto de 2020 se ha repuntado 70 y 80% arriba de un año normal como 2.019. Eso tracciona positivamente todo el sector forestal y principalmente la cuenca principal forestal que va desde San Ignacio hasta Wanda”.

En paralelo, indicó que, como sucede con todo crecimiento importante, hay problemas colaterales. Uno de ellos es la falta de inversión, algo que el sector acarrea hace muchos años. “Desde la década del 80´ no se invierte en un destino celulósico para la madera triturable, como sí se invirtió para otros destinos”. 

El docente e ingeniero forestal radicado en Misiones desde hace muchos años, indicó que existe entre un 10 y 15 % de madera del árbol que se pierde. “Cerca del 10% de los fustes son los despuntes finos que irían a trituración, para producir pasta celulósica o como leña para secar yerba o té o una usina térmica de biomasa. Aproximadamente, llega a 15 o 20% del volumen total si se hacen raleos juveniles para favorecer el crecimiento de los árboles que se destinan al turno de corta final”.

Lograr inversiones externas o generar asociaciones internas es el gran desafío para mitigar esa pérdida por ejemplo, permitiendo espacios para que los aserraderos entreguen los sobrantes para el destino comercial y económico. Además, opinó que “una celulósica en el sur de la provincia, tranquilamente Misiones podría tener una o bien otra más entre Papel Misionero y Arauco”, opinó. 

Indicó que las tendencias a futuro son favorables e interesantes, para seguir aprovechando el sobre stock de madera que existe hoy en día. Pero también resaltó que la falta de rentabilidad lleva a que los productores no quieran replantar y migren hacia otros rubros como la yerba mate. “Eso generará consecuencias en el largo plazo. Hoy la única industria que podría autoabastecerse es Arauco, las demás como Papel Misionero, requieren las maderas de terceros”, detalló. 

Tampoco existen los subsidios bajo la ley 25.080 ya que desde Nación están reducidos los fondos para Misiones en un 10 o 20% respecto de las presentaciones realizadas por empresas de la provincia: “Si te lo pagan, lo pagan con el valor nominal al año de plantación”, aseveró. 

Incentivar la plantación y realizar un inventario forestal provincial actualizado son materias pendientes y urgentes para el sector, desde la perspectiva de Costas. 

Inversión como sinónimo de competitividad. El presidente de la Federación Argentina de la Industria de la Madera y Afines (FAIMA), Román Queiroz, explicó que “las exportaciones en 2020 subieron en volúmenes muy importantes. Este año manejamos volúmenes interesantes pero con una merma y el mercado interno no está tan activo como fue el año de la pandemia. Incluso en 2020 tuvimos un problema de abastecimiento en el mercado interno. Miramos con mucha preocupación lo que puede pasar en 2022 y atentos a lo que se va a desarrollar en cuanto a las situaciones macro que afectará mucho a la industria maderera”

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En vistas al próximo año, Queiroz explicó a Economis que están trabajando mucho con las cámaras, como AMAYADAP y APICOFOM, así como también con FAIMA están trabajando fuertemente con el gobierno nacional  en generar la eliminación de las retenciones que tiene el sector de la foresto industria y que actualmente ronda el 4,5%. “Hoy por hoy estamos fuera de algunos mercados de exportación justamente por ese impuesto que nos están cobrando”, remarcó. 

Además, aúnan esfuerzos para trabajar sobre el tema de las inversiones: “actualmente el sector está destecnificado y hace más de 15 o 20 años no se instala un aserradero nuevo en la provincia”. Además, agregó que “la provincia necesita créditos grandes para poder invertirSin inversión será muy difícil ser competitivos”. 

El presidente del Colegio de Ingenieros Forestales de Misiones (COIFORM), Jaime Ledesma, es otro de los que insiste constantemente con el hecho de que las mejoras de las fuentes de financiamiento es un tema estratégico. “Los productos y servicios forestales contribuyen con las economías regionales y la economía nacional con su desarrollo sostenible”, ultimó. 

Investigar a pesar de los recortes y asesorar en formatos renovados, sin perder el contacto con los productores. Para nuestra provincia el sector forestal sigue siendo una importante fuente de trabajo, y en ese marco, la investigación que se lleva adelante en INTA, es de gran importancia” expresó en conversación con Economis Alejandra Von Wallis, jefa del grupo forestal de la Estación Experimental INTA Montecarlo. 

“Pero a la situación actual del país no escapan las actividades de investigación y extensión. Los fondos destinados a realizar dichas actividades son reducidos, la planta de personal se ve disminuida ante las jubilaciones, traslados y la no incorporación de jóvenes investigadores. Se suman a ello, una flota de vehículos envejecidos que muchas veces hace más difícil la realización de las tareas de campo y la llegada al productor”. 

Frente a la situación antes descrita, la búsqueda de alternativas y fuentes de financiamiento es moneda corriente, como por ejemplo concursar fondos externos para investigación. En relación a esto, la ingeniera forestal dijo que “la tecnología actual y la situación de pandemia obliga a la realización de actividades virtuales,  lo que abre las puertas para futuros temas de investigación vigentes a nivel mundial como los relacionados a la mitigación del efecto de los gases de efecto invernadero (GEI), pero no se debe perder el contacto con los productores, son ellos los destinatarios de las tecnologías y conocimientos generados y muchos de ellos también participan de esa generación de conocimiento”.

En charla con Economis, Fabio Wyss, reciente director del Centro Regional INTA Misiones, expresó que el área forestal es un sector que genera un importante ingreso a la provincia y que muchas personas dependen del sector. Precisamente señaló que actualmente existen más de 600 aserraderos, más la fábrica de pasta celulósica. 

El INTA está trabajando en lograr mejoras en la madera resistencia al frío, articulando con empresas privadas con el pino híbrido ya está en el mercado especies de puño con mayor cantidad de reciba. Hay acciones que ya se están desarrollando y con empresas privadas”, contó. 

Por último, expresó que, desde la institución trabajan con los técnicos para delinear ejes en situaciones sanitarias y buscando formas de cosecha más adecuadas de acorde a la realidad de cada sector. Todo esto, desde la innovación y el desarrollo de procesos productivos que generen más ingresos al productor. 

Fuente de crecimiento para el país. “Las oportunidades en la cadena foresto industrial se encuentran en la gestión sostenible de los bosques nativos, la posibilidad de crecer en superficie forestada preservando ecosistemas de alto valor de conservación, avanzar en la industrialización e innovación, y el aprovechamiento integral de todos los productos y subproductos, siendo fundamental la concreción de las inversiones necesarias para agregar valor a la producción forestal”, destaca el Plan Estratégico Forestal y Foresto Industrial Argentina 2030, que concentra las políticas de estado, producto de la articulación alcanzada entre el sector público nacional, la sociedad civil y el sector privado en el contexto de la Mesa de Competitividad Foresto Industrial y la plataforma ForestAr 2030.

El sector foresto industrial en Argentina y, particularmente en Misiones, se consolida como una fuente de crecimiento para el país y la provincia sobre bases renovables, con grandes posibilidades para impulsar y sostener el desarrollo regional en forma sostenible, generando mano de obra no sólo en zonas rurales sino también, urbanas. 

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