La deuda eterna: las ventajas de Misiones y por qué no sufrirá como otras provincias

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Uno de los puntos más relevantes de la agenda económica del Gobierno nacional y de muchas provincias argentinas tiene que ver con la cuestión de la deuda pública: la inestabilidad de la macro, junto a un tipo de cambio que disparó los stocks de la deuda nominada en dólares, pusieron en jaque a muchas provincias con abultados niveles de deuda pública y, por ende, grandes vencimientos a afrontar, situación similar a la que vive el Estado nacional. 

En ese marco, la provincia de Misiones corre con ventaja: un stock de deuda bajo y con escasa participación de moneda extranjera hacen que la provincia de la tierra colorada no esté hoy comprometida de la manera que lo están otras provincias del país, incluso de la región, como Chaco. 

Los últimos datos disponibles en este sentido son al tercer trimestre de 2019 (los consolidados del año estarán disponibles para el mes de marzo), y allí se expresa que el stock de deuda pública de la provincia de Misiones asciende a un total de $8.141,7 millones, disminuyendo un 4,2% respecto a lo observado a diciembre 2018. Si se observa el período diciembre 2015 – septiembre 2019, el stock de deuda creció un 109,5%, muy por debajo de la inflación acumulada, para tomar una variable relevante de referencia. 

Del total del stock de deuda misionera, el 68,4% es con el gobierno nacional, a través de diferentes modalidades: la mayor parte de la deuda en este punto es con el Tesoro Nacional, a partir de los créditos otorgados por el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de Anses. 

Por su parte, el 28,5% de la deuda misionera es en Títulos Públicos Provinciales, el 2,8% con Entidades Bancarias y Financieras, y el 0,4% es deuda consolidada. 

Uno de los puntos más importantes no es solo el bajo stock de deuda misionera, sino también el bajo porcentaje de la misma expresada en dólares: para septiembre de 2019, apenas el 11,5% de la deuda misionera esta nominada en la moneda extranjera.

En contexto de inestabilidad macroeconómica, y habiendo pasadas series turbulencias cambiarias, ese dato es relevante de cara a mantener estable (o a la baja) el stock total y afrontar de mejor manera los vencimientos. 

Si se observa la evolución del 2015 a la fecha de corte mencionada, la deuda con el gobierno nacional tuvo una sostenida alza hasta el 2018, y experimentó una baja para los primeros nueve meses del 2019; no se ve lo mismo en lo relativo a los títulos públicos: tiene alza sostenida sin descensos, mientras que los dos últimos mantienen cierta estabilidad, con leves alzas. 

La deuda en el marco regional

Considerando el tamaño del presupuesto, Misiones tiene un bajo stock de deuda, siendo en el NEA la provincia con el segundo stock más bajo, solo detrás de Formosa. Chaco, por su parte, tiene un stock de deuda pública que es 3,5 veces más alta que la misionera, 5,7 veces más alta que la formoseña y 2,4 veces más alta que la correntina. 

La posición favorable misionera se ve también al analizar la deuda per cápita: tiene la más baja de la región con apenas $6.527,1 por misionero, bastante más lejos que los $9.068,7 por cada formoseño, los $9.628,2 por cada correntino, y exponencialmente más baja que los $30.542,7 por chaqueño. 

Esta situación ubica a Misiones en una posición muy favorable en torno al equilibrio financiero y a su capacidad para salir al mercado. En primer lugar, deberá poner el ojo a los vencimientos de la deuda con el Tesoro Nacional de modo tal que los mismos puedan ser cumplidos sin complicaciones, al igual que a los servicios de renta de los títulos públicos, cuyo pago se realizan mensuales con fecha de vencimiento el día 10 de cada mes. 

No existen, a priori, factores que complicarían el cumplimiento de las obligaciones de deuda, y allí radica en primer lugar la gran fortaleza de Misiones al respecto. Si logra sostener esa posición, tendrá grandes alivios financieros que no tienen otras provincias.

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En lo que va del 2020, Misiones lidera el gasto de capital del Gobierno nacional en el NEA

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El año 2020, en términos de ejecución del gasto, se inició con un fuerte direccionamiento al consumo interno, por lo que el gasto de capital en las provincias argentinas aún está en un segundo plano en la agenda política de Alberto Fernández. De hecho, las propias debilidades de las cuentas públicas nacionales, el enorme peso de la deuda, y la decisión política del Presidente de fomentar el consumo son las variables claves para este 2020 en la agenda económica, por lo cual, lo relativo al gasto de capital, léase, inversión real directa y transferencias de capital a las provincias no será, por lo menos en este semestre, una prioridad de gestión.

En ese marco, analizando la ejecución presupuestaria del Estado nacional, se observa que durante lo que va del 2020 (hasta el 12 de febrero inclusive) el gasto devengado en las provincias acumula un total $454.155,6 millones (13,7% sobre el presupuesto vigente). 

En ese contexto, en Misiones la ejecución presupuestaria del Estado nacional alcanza un total de $6.944 millones, con un 11,9% de grado de ejecución. De ese total, el 98,3% (equivalente a la suma de $6.823,6 millones) corresponden a gastos corrientes (prestaciones de la seguridad social, transferencias corrientes y gastos de consumo): mientras que el 1,7% corresponde a gastos de capital (unos $120,4 millones). 

En este caso, se puede observar con claridad lo anteriormente mencionado: el foco central del gasto está puesto en los gastos corrientes, no solo en lo referido a los gastos operativos del Estado (salarios, bienes de consumo, etc), sino también en las prestaciones de la seguridad social y transferencias (jubilaciones, pensiones, asignaciones familiares y la tarjeta alimentaria, entre otras). 

Sin embargo, debe resaltarse en este caso que Misiones cuenta con la mayor ejecución de capital de todo el NEA: los $120, 4 millones ejecutados superan por lejos a Chaco ($54,8 millones), a Corrientes ($12,1 millones) y Formosa (apenas $1,5 millones). A su vez, observando el grado de ejecución, Misiones por supuesto lidera en la región: 3,8%; Chaco no llega a 1,5% y las dos provincias restantes ni siquiera llegan al 1%. 

De los $120,4 millones totales en Misiones, $100,5 millones corresponden a inversión real directa, mientras que los $19,9 millones restantes, a transferencias de capital. 

Además de liderar en el NEA, Misiones se posiciona como la provincia con el sexto nivel de ejecución más alto del país, por encima de provincias como Mendoza y Córdoba. 

Pese a ello, se deben destacar dos cuestiones: por un lado, el presupuesto vigente para Misiones en lo relativo a gastos de capital es el segundo más alta del NEA por detrás de Chaco ($3.197,2 millones vs $4.103,9 millones); por otro lado, y aún más importante, el Presupuesto Nacional 2020 aún no ha sido aprobado, por lo cual esto se trata de una prórroga del correspondiente al 2019. 

En el mes de marzo se espera debatir y aprobar el Presupuesto General 2020 y allí se podrá observar si Misiones conserva ese nivel de crédito presupuestario para la ejecución de gastos de capital o si se verá beneficiado o perjudicado en su defecto.

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Cuentas públicas de Misiones: las fortalezas macro en un contexto de fragilidad y los desafíos para sostener el equilibrio

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En un contexto macroeconómico difícil y débil para la Argentina, las provincias no son ajenas a las dificultades y los desafíos que se plantean. El incremento del gasto a partir de una inflación descontrolada y el estancamiento de los ingresos a partir de menores recaudaciones ponen en jaque a las cajas provinciales que tienen un muy alto nivel de dependencia de los recursos coparticipables. 

En ese marco, 2018 fue paradigmático: la gran mayoría de las provincias argentinas cerró el año con superávit corrientes y financieros, algo que no se observaba hace una década. Sin embargo, mientras que por un lado se celebra el objetivo de mantener cierto equilibrio en las cuentas públicas, del otro lado está la discusión sobre cómo ajustar el gasto público: en muchos estados subnacionales, se realizó a partir de los salarios públicos. 

Misiones tiene fortalezas que la distinguen de sus hermanas del NEA. Por un lado, a lo largo de los últimos años, ha logrado mostrar superávits operativos (salvo 2016), una situación que se ve fortalecida además por el hecho de que tiene una relativamente sólida base de ingresos propios, que en 2018 representaron un 44,1% de los ingresos corrientes. En este punto, tiene una clara diferenciación en el marco regional, sacándole varios cuerpos de distancia a provincias como Chaco y Formosa que tienen una casi exclusiva dependencia de recursos de origen nacional y, por ende, una muy débil base de ingresos propios (inferior al 20% del total de sus recursos corrientes). 

En otro punto donde Misiones se diferencia del resto de las provincias del NEA tiene que ver con su alto nivel de gasto en capital. Pese a ser una variable positiva en términos de gestión (mayor inversión de capital implica, a priori, un mayor nivel de desarrollo de obra pública, entre otras cosas), este aspecto fue el que motivó que, entre 2011 y 2017, Misiones culmine sus ejercicios con déficit financiero. 

Ya en 2018, Misiones culminó su ejercicio con un superávit corriente de $8.393 millones (que equivalen al 13,8% de sus ingresos corrientes). Esto se logró a partir de una mayor expansión de sus ingresos corrientes (+35,2%) junto a menor crecimiento de los gastos corrientes (+23,6%), siendo este un escenario muy similar al observado en el gobierno nacional en los últimos dos años particularmente. 

En ese mismo año, añadiendo los ingresos y gastos de capital, la provincia reportó por primera vez siete años un superávit financiero de $723 millones (1,1% de los ingresos

totales), siendo esto una novedad positiva en términos de equilibrios fiscales, que también experimentaron casi la totalidad de las provincias argentinas, como se indicó anteriormente.

Al cierre del tercer trimestre de 2019, con los últimos datos oficiales disponibles, Misiones alcanzó un resultado operativo positivo en $10.132 millones (16,1% de los ingresos corrientes del período). A su vez, el resultado financiero también fue superavitario en $118,5 millones (0,2% de los ingresos totales), con marcado déficit en la administración central pero un abultado superávit en lo referido al instituto de seguridad social (por $1.023 millones). 

¿Qué se espera para el 2020? 

El presupuesto provincial (ya aprobado) proyecta un superávit corriente de $11.962 millones (13% de los ingresos corrientes presupuestados). Sin embargo, la necesidad de financiamiento proyectada para el año se ubica en el orden de los $19.111 millones, lo cual representa casi un 21% de los ingresos totales esperados. 

Pese a ello, la incertidumbre respecto a los supuestos macroeconómicos tomados como referencia, dado la inexistencia de un presupuesto nacional consistente, hacen que las estimaciones del presupuesto provincial se encuentran sujetas a futuras modificaciones, tanto en lo referido a los ingresos esperados como en la proyección del gasto, que están atados a variables como la inflación y el tipo de cambio. 

En este marco, Misiones tiene otra fortaleza: su nivel de endeudamiento tuvo una clara tendencia decreciente desde 2012. En 2011, el stock de la deuda pública provincial representaba casi el 44% de sus ingresos totales y logró descender al 13% a fines de 2018. Además, el peso de deuda en moneda extranjera se ubica en torno al 7,7% de la deuda total, niveles muy bajos y muy positivo en un marco de inestabilidad cambiaria. 

Para septiembre de 2019, el stock de deuda de la provincia ascendía a $8.141 millones (-4% respecto a diciembre 2018), mientras que el porcentaje de deuda en moneda extranjera se incrementó a un 11,9%, más alto que en a fines de 2018 pero manteniendo un nivel considerado bajo. 

Ante este escenario, Misiones tiene el desafío de consolidar sus fortalezas, es decir, continuar ampliando su base de ingresos propios, contener su stock de deuda para que continúe siendo baja, y consolidar el gasto de capital (que es importante en la provincia pero con tendencia decreciente en los últimos años). 

Si la Provincia sostiene y consolida dichas fortalezas, podrá contener con mayor eficacia los embates propios de un contexto macroeconómico que pegó duro a las provincias y lo seguirá haciendo por lo menos por un semestre más.

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En un contexto económico difícil, Misiones tiene la gran posibilidad de consolidar su perfil exportador

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Misiones, desde hace décadas, es la provincia del NEA con mayores exportaciones, salvo contadas excepciones en las que compitió palmo a palmo con El Chaco.

Observando la perfomance de las exportaciones de origen misionero, desde 1994, los mejores años se dieron entre 2010 y 2011, y en menor medida en 2013 y 2014. Recién en 2018 pudo volver a mostrar niveles similares, cuando terminó el año con 481 millones de dólares exportados.

Si bien la participación misionera en el total nacional es casi nula, si es destacable su participación dentro de la región del NEA y, sobre todo, su gran perfil manufacturero, tanto en las de origen agropecuario como industrial.

Ese valor agregado le da a Misiones una ventaja por sobre el resto de las provincias de la región: Chaco es la única que puede competirle analizando el total de exportaciones, pero cuentan con dos perfiles muy distintos: las exportaciones chaqueñas se centran en los productos primarios.

Ante ello, el avance (sobre todo industrial) que puede mostrar Misiones son fundamentales de cara al desafío que se viene, donde las exportaciones tomaran un nuevo protagonismo, ante la necesidad del país de hacerse de dólares, que hoy escasean.

Misiones y su perfil exportador en números

En el año 2018, que es el último año con información consolidada, las exportaciones misioneras totalizaron 481,5 millones de dólares, creciendo de ese modo un 13,9% respecto al año anterior, y representando el 41,8% de las exportaciones del NEA, sacando una cabeza de ventaja a Chaco que concentró el 33,1% del total de la región.

En el año 2019, los últimos datos disponibles corresponden al primer semestre del año, en donde se ve un retroceso en el caso misionero (totalizó exportaciones por USD 211 millones, frente a los USD 225 de Chaco).

Si bien el Instituto de Estadística y Censo de la provincia de Misiones emitió un informe con datos hasta septiembre de 2019 (es decir, al tercer trimestre inclusive), la falta de esos mismos datos para el resto de las provincias de la región no permite evaluar el desempeño misionero en un plano regional.

Observando las exportaciones misioneras por grandes rubros, se observan que desde el año 2003 lideran las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) por sobre las de Origen Industrial (MOI), mientras que los productos primarios siguen teniendo el menor peso.

En este marco, las exportaciones líderes en Misiones se observan en “café, té, yerba mate y especias”; “papel, cartón, impresos y publicaciones” y “tabaco sin elaborar”. Solo en estas tres, en el año 2018 se concentraron el 85,9% de las exportaciones misioneras.

Como ya se mencionó anteriormente, Misiones fue siempre protagonista dentro de la región del NEA en este sentido: entre 1998 y 2010, lideró con absoluta tranquilidad dentro de la región; al igual que en el período 2012- 2015. En el resto del período, disputó codo a codo con Chaco por el liderazgo regional, mientras que Corrientes y Formosa se ubican mucho más atrás, sobre todo esta última.

El perfil manufacturero de la provincia se evidencia en la comparación regional: en las MOA, concentró el 61,7% de las exportaciones regionales en el 2018, y para el primer semestre de 2019 concentraba el 61,5%, sacándole varios cuerpos de distancia al resto de las provincias.

En lo referido a las MOI, la brecha es mucha más amplia: en 2018, Misiones concentró el 90,5% de las exportaciones regionales en ese rubro; para el primer semestre de 2019, tenía el 88,8%.

Justamente aquí radica la principal virtud de la provincia: tiene todas las condiciones para posicionarse como líder indiscutido de la región en términos exportadores, pero para ello, debe contar con un fuerte programa de apoyo a sus economías regionales, regímenes impositivos que colaboren en la tarea y un gobierno provincial activo en el fomento de las mismas.

Si bien, como se mencionó anteriormente, la participación en el total nacional es casi nula (0,8% en 2018 y 0,7% en primer semestre 2019), su rol clave en la región pueden posicionar a la provincia en un escenario mucho más favorable para el desarrollo.

Una Argentina que busca crecer a partir del aprovechamiento de sus recursos no pueden dejar a Misiones afuera, y la provincia debe aprovechar al máximo sus recursos naturales, su producción y su posición geográfica estratégica para el comercio internacional.

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Radiografía: municipios misioneros enfrentan 2020 con recursos por coparticipación a la baja

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Durante el año 2019, la caída real de las transferencias automáticas de recursos nacional vía régimen de coparticipación en Misiones estuvo en el orden de los $4.290,6 millones, ajustado a una inflación anual para la región del NEA que culminó en 57,6% en 2019.

Esta caída, que implica solo las transferencias automáticas (coparticipación, leyes especiales, compensación por Consenso Fiscal y Cautelar CSJN), tuvo su correlato además en las transferencias de fondos de la Provincia a los municipios misioneros, que cerraron el 2019 con un incremento del 54%, resultando así en una caída real aproximada de $114 millones consolidado. 

Si bien el cálculo anual consolidado no se ubica tan detrás de la inflación anual, lo cierto es que hubo grandes disparidades en las transferencias a los municipios, provocando así la existencia de grandes extremos: por un lado, el municipio de Comandante Andresito tuvo un alza anual del 174,8% en sus recursos; pero en la otra punta, en el municipio de Cerro Azul crecieron apenas un 38,7%. 

Sobre un total de 75 municipios que se rigen por el esquema de distribución coparticipable de recursos establecidos por la Ley Provincial N° XV- N°10, y por la Ley XV- N°12, que establece el “Adicional Mensual de Coparticipación Transitorio y de Emergencia” (no se contempla al municipio de Pozo Azul, que cuenta con un régimen diferente), apenas siete de ellos han tenido incrementos reales en los fondos captados por coparticipación municipal, mientras que sesenta y ocho municipios tuvieron caídas, de diferentes magnitudes. 

Municipios “ganadores”.

Si se considera la inflación anual para la región del NEA durante 2019, que marcó el lamentable récord de 57,6%, apenas siete municipios (sobre un total de 76 en Misiones) han tenido incrementos reales. Sin embargo, también hay que destacar que seis de esos siete municipios han tenido ingresos extraordinarios por la modificación realizada en la Ley Provincial XV- N°12, en ocasión de la aprobación del Presupuesto provincial 2019, ampliándosele los montos fijos mensuales a recibir como adicionales de coparticipación, por lo cual el incremento no se da por mayor disponibilidad de recursos de la administración central misionera, sino por una mayor erogación en las sumas fijas. 

El municipio de Comandante Andresito lidera la suba de recursos en el año que finalizó con un incremento del 174,8%: en 2018 captó fondos por un total de $21,2 millones, mientras que en 2019 captó un total de $58,3 millones. Este crecimiento se ve explicado por el gran incremento en la suma fija establecida por la ley previamente mencionada, que llevó la suma fija a un total de $2,9 millones mensuales. 

En el caso de la capital misionera, Posadas, tuvo el sexto mayor crecimiento de recursos coparticipables, con una suba del 60%: también la ley citada previamente estableció un incremento en las sumas fijas, pasando a recibir ahora un total de $4 millones mensuales. El total de los recursos que captó por coparticipación, que ascendió a $1.193,7 millones en 2019, representa el 49% del total de sus ingresos, según Presupuesto municipal. 

Los municipios más comprometidos

La baja en términos reales de los recursos coparticipables tiene un impacto ya sea en términos proporcionales como reales. 

Si analizamos el primer caso, Cerro Azul ha tenido el menor incremento de recursos en 2019 con una suba de apenas el 38,7%: esto significa que quedó 18,9 puntos por debajo de la inflación, teniendo una caída en términos reales de $3,7 millones.

Ahora bien, si medimos sólo la caída real expresada en pesos, el municipio que tuvo la mayor caída fue Eldorado: la pérdida real fue de $13 millones, seguida por Oberá con una pérdida de $8,4 millones, y Aristóbulo del Valle, con $7,5 millones de pérdida. 

Junio y Diciembre, los meses claves: 

Siguiendo la evolución mes a mes durante el año 2019, y analizando las variaciones interanuales en cada una de ellos, se puede observar que los meses de junio y diciembre han sido los que tiraron a la baja las transferencias. Justamente, los meses donde la administración pública tiene más comprometida sus cuentas por el pago de los aguinaldos. 

Si bien el año se inició con buenos incrementos, en el mes de junio los mismos se desaceleraron notablemente para crecer solo un 25,7%: esto es, 33 puntos por debajo de la inflación, una caída que, traducida a términos reales, destrozan las cuentas municipales que tienen dos principales características: la alta dependencia de los recursos coparticipables en el total de sus ingresos, y el alto peso de gasto de personal. 

2020 no será el año de la reparación

De acuerdo al Presupuesto 2020 de la provincia de Misiones, las transferencias por coparticipación municipal estarían en torno a los $7.847,6 millones, lo que representaría un incremento del 60,7% respecto a 2019. Si bien en términos comparativos, cruzándolo con la posible inflación de 2020, que se estima será menor a la del año que pasó, dicho incremento es positivo y repercutiría en alzas reales, no podría compensar la pérdida de 2019 y 2018, y obligaría a los municipios misioneros a continuar ajustando el gasto público para poder atender a todas sus obligaciones, sin descuidar además la cuestión salarial, de fuerte peso en las administraciones municipales. 

Por otro lado, Misiones aún tiene pendiente un nuevo debate sobre la coparticipación municipal, algo ya manifestado por diferentes intendentes, que ponen de manifiesto la necesidad de actualizar el sistema de reparto ante el cambio de las condiciones (tanto demográficas como sociales) de los municipios misioneros. Ese mismo debate debe incluir también la formalización del reparto adicional que establece la Ley XV – Nº 12, algo que hoy se sostiene con sumas fijas, pero que podrían (y deberían) ser incluidas en el sistema de distribución secundaria para no generar asimetrías entre los municipios. 

Por último, este debate tiene otro de fondo, que es el referido a la Coparticipación a nivel nacional: Misiones tiene la asignación más baja de todo el NEA, pero tiene la mayor cantidad de población

En el año 2019, Misiones recibió por transferencias automáticas un total de $50.613,1 millones, que equivalen a $40.576 por misionero. En el caso correntino fue de $50.720 per cápita; en Chaco $62.405 por chaqueño, y en Formosa fue $89.588 per cápita. 


Misiones tiene la mayor población de la región (1.247.362 habitantes, según proyecciones de Indec para 2019) y las transferencias automáticas captadas fueron las más bajas a nivel nominal de toda la región. Bajo este esquema de distribución, hay que destacar que la administración misionera ha logrado sostener el equilibrio a partir de contar con un fuerte base de recaudación propia, pero está expuesta al desequilibrio, tanto en la administración provincial como en los municipios, al existir esta asimetría en la distribución de fondos nacionales.

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