Ahogado en un vaso retornable

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Harto estoy y harto estará usted de las malas noticias. Pareciera ser nuestro cotidiano un interminable sinfín de tormentos; Psicológicos, físicos y sociales que no terminan sino por corromper nuestra fe en la humanidad. Lo expresa quien les habla porque pertenece a la generación a la que no se le dio más consuelo que el que se encuentra en tiktok; chistes, motivación y humanidad, todos buscamos eso en la pantallita. Es tan profunda la dependencia emocional para con esta alegría “fastfood” que afrontar su abstinencia se asemeja al mismísimo fin absoluto.

Me vi absorto por la cómoda cama de algoritmos, la diversión a un click y el desahogo en un tweet. Me vine a enterar que, en realidad, mi existencia se veía reducida a una suma de datos, cuyo único propósito era entrenar una “Inteligencia Artificial” la cual, dicen, sabe más que yo. Dije entonces “¡¡¡Jaque mate!!! Fin del juego”.

Mi experiencia de vida reafirma, creo, mi más profunda certeza: Después de la muerte solo hay más vida. Tuve la suerte de crecer en un entorno natural, rodeado de gallinas y chanchos, y tuve más suerte aún de conocer el valor de aquello que poseo. Hoy soy quien en este portal escribe y quien enseña robótica en un pueblito, pero, ante todo, sigo siendo un campesino. Luego de abandonar el establecimiento educativo al que asistía decidí que el rumbo que decidiese tomar debería tomar por raíces la chacra. Sobre esta certeza decidí levantar cimientos materiales sobre la tierra que me vio crecer, tarea en la que aun hoy me avoco a tiempo completo. Estas decisiones me representaron un salto de fe ante aquello que parecía un abismo sin fondo, solo para, después de lanzarme, darme cuenta que el abismo estaba pintado en el suelo.

En mi humilde pero acogedora morada no hay internet, sino tan solo una cama, un foco y un cachorrito que alimentar. La hipersimplificación vital que me representó haberme “independizado” trasformó no solo mi percepción del entorno, sino también la matriz misma de mi sentido existencial. Fui feliz… y me enorgullecí de aquella proeza. 

Pero sigo siendo uno más, uno del montón que, también por ser humano, siente empatía. Y vi a mis congéneres luchando por mantenerse en pie, tal y como yo supe estarlo, y me golpeó verlos privados de experimentar lo que donde vivo abunda; paz. Puede que estas líneas suenen egoístas, no faltará quien así lo señale, pero ello no intercederá en el mensaje que aquí intento comunicar.

Vi desde mi ventana a millones, a los que no se les privó solo de poseer algún día su propia vivienda, sino también de propósito. Los vi estudiar, trabajar, luchar e inmolarse sin saber decirme por qué. 

Siempre lucho por encontrar una explicación para estos fenómenos, y me desvelo en esa tarea. El día de hoy, un par de ojos rojos se rinden ante este monitor, solo para expresar mi perseverancia. Tengo mucha no, demasiada teoría y cosas que contar, pero creo que es más importante trascribir el motor que me mueve a escribir estos párrafos. 

Argumento la gravedad de la situación generacional con el siguiente ejemplo: Si voy hoy y le pregunto a mi amigo Mauricio; “Mauricio, ¿Qué estas haciendo para evitar el colapso social y ambiental que acabará determinando el futuro de tus nietos?” Mauricio me dirá “disculpá Camilo, estoy llegando tarde a trabajar”. Entonces yo le pregunto a los lectores: ¿Cuántos Mauricios conocen?

¿Ven lo complejo del problema? 

Me ocupa trasmitir esperanza, pero, sobre todo, desde la certeza de su mera existencia. No vas a salvar al planeta comprando paneles solares, no lo harás reciclando, no lo harás comiendo solo vegetales, no lo harás levantándote todos los días un poco más temprano, no lo harás haciendo ejercicios, no lo harás meditando, pero, ante todo, no lo harás resignando aquello que te hace feliz. 

Mientras sigas haciendo tu rutina de abdominales, mientras sigas juntando tapitas reciclables, mientras publicas memes sobre cuidar el medioambiente, mientras, el capitalismo se encargará de acabar con todo…

Lo único que realmente representa un cambio mínimamente trascendente es que seas consciente de la decadencia que hoy mal llamamos normalidad. Y en consecuencia te construyas a ti mismo como un modelo de sociedad resiliente.

No es fácil enfrentarse al modelo económico más poderoso de toda la historia de la humanidad, pero doy fe que el muro se cae sin sus ladrillos.

Sin más que acotar, ya que el tamaño del artículo me lo impide, espero no sea este intento de desahogarme un aporte más a la confusión colectiva.

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Capitalismo de datos ¿Pensamos o nos piensan?

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¿Cambio climático? ¿Terrorismo? ¿El auge de la extrema derecha? ¿Qué te provoca más?

Seria poco probable que no se haya topado una publicación sobre un tema que le provoque. Quizás un día decidió entrar a Facebook solamente para postear algo o para buscar una cuenta, momento en el que una publicación en el principio del feed le grita “COLAPSO Y CAMBIO CLIMÁTICO…” o “LOS ZURDOS SON EL PROBLEMA”. Es en ese momento donde decide comentar; “TOTALMENTE DE ACUERDO” o “NO, NO ES ASI…”. A partir de ese instante, el algoritmo seguirá provocándole hasta tener una idea de cuál es su postura ideológica, con el único fin de obtener “datos”. 

Un dato puede parecerte intrascendente por sí solo, pero la suma de ellos los vuelve importantes. Por ejemplo: Si tuviéramos todas las estaturas de los alumnos de una escuela, entonces tenemos “Datos” sobre ellos; si tenemos las estaturas de este año y la del año pasado, entonces tenemos “Información”, ya que, si Fulanito no creció y sus compañeros si, pasa algo; es entonces cuando la información se transforma en “Conocimiento”, donde si notamos déficit de crecimiento en un alumno, podremos actuar en consecuencia, sugiriéndole alguna medicación, por ejemplo.

Si una empresa como Google obtiene datos personales suyos, (edad, gustos, deudas, etc.), entonces podrá sugerirle propagandas adaptadas a sus necesidades y gustos. Pero como si tres datos fueran poco, estos sistemas de predicción van mucho más allá, empleando máquinas de aprendizaje automático (I.A) para procesar no menos de diez mil datos personales por individuo. Si bien tal suma es difícil de alcanzar, no lo es para estas empresas, por ejemplo; si Google quiere saber tu estado sentimental o tus gustos musicales, entonces podría comprarle esos datos a Facebook (META) o a Spotify. E incluso existen empresas exclusivamente orientadas a la obtención y comercialización de datos personales llamadas “Databrokers”. Solo en el caso de la databroker más famosa (Acxiom), se sabe que acumula información personal de no menos de quinientas millones de personas.

Si pensamos en millones de usuarios y trillones de datos, hablamos de “Big Data”, información útil pero humanamente imposible de administrar. Es por ello que existen las I.A, formas mecanizadas de administrar cantidades masivas de datos: Si creamos una I.A con el propósito de predecir el gusto musical de un usuario haremos lo siguiente; Edad (X1) = 19(Wj1), Nacionalidad (X2) = Argentina (Wj2), Color favorito (X3) = Azul (Wj3), etc. serán procesados mediante sumatoria “y=f(wi, xi), por tanto y= Es 77% probable que le guste el rock nacional. Este proceso ocurre en lo que se llama “Neurona” en una I.A. A su vez, sus gustos musicales pueden influir en su tendencia a votar a un partido progresista o conservador en un dato porcentual. Si lo pensamos en redes, el algoritmo de Facebook, Instagram, etc. te sugerirá contenido en función de su predicción. 

Pero aquí no termina el asunto. La predictibilidad es caldo de cultivo para la manipulabilidad. Es decir, si tengo la capacidad de predecir lo que va a hacer, no una, sino millones de personas, entonces tengo el poder de manipular sus influencias fácilmente. Cabe destacar que no dije “manipularlos”, sino a sus “influencias”, como qué influencers, valga la redundancia, influyen en el usuario, argumento típico de personajes extremadamente influyentes. De esta manera, la democracia sigue en pie cual fachada de monopolios y multimillonarios que se lavan las manos. “Los votantes toman decisiones basados en las experiencias que vivieron”, Mark Zuckerberg, durante la conferencia Techonomy 2016 (año electoral en E.E.U.U), en Half Moon Bay, California, tras denuncias por manipulación de los procesos democráticos.

A esta manipulación triangulada, se la denomina “microtargeting” y es extremadamente eficiente para venderte un producto como así también un político. Lo que oculta su elegante nombre es la censura; “Si quiero que votes a la derecha, no te mostraré influencers de izquierda”.

Cada vez que le dió a “Aceptar Cookies”, a “Crear cuenta” o a un simple “like”, en alguna derivada de Meta, Google o Amazon, le vendió su alma al diablo. Vendió su privacidad a cambio de memes. 

Promover paranoia sobre la imprudencia de estas poderosas empresas es inútil y no hace más que llevarte a jugar su juego, hacer un post desahogándote, aportando tu grano de arena; datos.

La única forma de combatir esta forma de fascismo digital es difundir como funciona su matriz, su lógica, y sabernos susceptibles a influencias, casi imperceptibles. 

DATOS, INFORMACION, CONOCIMIENTO

Databrokers: Empresas o personas que administran grandes cantidades de datos personales (al menos diez mil) para posteriormente comercializar con ellos, en este mercado, vos sos el producto… si no consiguen un dato tuyo, los databroker se encargan de comprar datos tuyos.

Microtargeting: Es una estrategia de (marketing) que se basa en información personal para adaptar la propaganda a tu medida. Esto se usa para venderte un auto, como para venderte un político

Axciom es una empresa databroker que recopila información sobre no menos de 500 millones de personas en el mundo

¿Qué mensajes políticos resuenan en vos? ¿Cambio climático? ¿Terrorismo? ¿El auge de la extrema derecha? Entonces podemos predecir y manipular tus intenciones para que votes a un partido extremista, o bien, para que no votes.

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La panspermia tiene mejor argumento que TheLast Of Us

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La génesis de los seres vivos en el planeta tierra ha sido motor de suposiciones e hipótesis a lo largo de la historia. Hoy día, aún con los avances tecnológicos de los que disponemos, no tenemos más que teorías al respecto. La más recibida en la comunidad científica nos dice que la vida se originó en la síntesis de moléculas orgánicas mediante la energía solar en forma de radiación ultravioleta. Pero hay una segunda teoría, la “Panspermia”, la cual propone que la vida no fue necesariamente “hecha en casa”, sino que aterrizo en nuestro planeta en forma de meteorito.

Sabemos que las condiciones que supone el espacio sideral no son, ni mucho menos, aptas para la vida debido a sus hostiles condiciones. Desde radiación hasta temperaturas desorbitantes, en el espacio no hay vida o, al menos, no de manera sostenible. Los tardígrados, una minúscula criatura terrestre, son capaces de soportar condiciones devastadoras: Resistir presiones muy altas de casi 6000 atm;​ pueden sobrevivir a temperaturas de -200 °C y hasta los 150 °C,​ a la deshidratación prolongada (pueden pasar hasta 10 años sin obtener agua)​o a la radiación ionizante. Aun el, tan solo es capaz de soportar apenas 11 días navegando por el espacio exterior.

Sin embargo, existe otra forma de vida capaz de resistir mas tiempo el hostil ambiente que supone la ausencia de atmosfera. Éste es un liquen, una simbiosis hongo-alga que parece hongo, pero también hace fotosíntesis. En el mundo de los líquenes, existe una variedad que ha sido sometida a experimentos, los cuales constataron que la misma sobrevive no menos de año y medio navegando por el espacio. La xanthoriaelegans es capaz de soportar hasta 50 Gigapascales de presión atmosférica, lo suficiente como para la transferencia interplanetaria.

Se que todo esto suena complicado, pero las implicancias son trascendentales. La mera existencia de este liquen nos habla de que, siendo los hongos una de las primeras formas de vida de las que se tiene registro, no es imposible que los mismos hayan aterrizado en nuestro planeta cual semillero de vida. Posteriormente, de los hongos se derivarían las plantas asi como los animales entre los que se encuentra nuestra especie.

Ahora bien, otra gran duda que acarreamos hasta el día de hoy es, ¿cuál es el origen de la conciencia? ¿Qué nos diferenció del Homo Erectus para transformarnos en Homo sapiens?

Terence McKeena fue el primero en postular la hipótesis del mono dopado en su libro La Comida de los Dioses de 1991. En esta hipótesis McKeena sostiene que la evolución de nuestra conciencia fue fruto del consumo de hongos psicodélicos. Quizásestahipótesis suene un poco rebuscada, sin embargo, estudios recientes demostraron que dicha familia de hongos (Psilocybe), aparecieron en África hace 10 millones de años, a la par que los humanos se separabande nuestros ancestros primates. El efecto de estos hongos influyó directamente en la neurogénesis (Proceso en el que se crean neuronas en el cerebro) asi como también la neuroplastía, sumado a la perturbadora evidencia de que los mismos son capaces de ayudarnos con grandes problemas de la humanidad: La ansiedad; la depresión; el trastorno de estrés post traumático; etc… Estos hongos supieron crecer en lugares curiosamente específicos, como las heces de los animales que solíamos asediar en tiempos de caza y recolección.

Resalto el término “curiosamente”, porque la influencia de los psicoactivos proveídos por los hongos se asemeja al fenómeno del hongo cordyceps. Estese caracteriza por infectar huéspedes (parasitarlos), en su caso a las hormigas, viviendo dentro de las mismas para luego segregar en el cerebro de la misma diferentes psicoactivos y manteniendola viva en una simbiosis temporal.Ejerce control sobre su huésped. El cordyceps trastorna la percepción de la hormiga, manipulándola para que trepe hasta un lugar alto y se aferre con todas sus fuerzas al mismo. En ese momento el hongo finalmente desarrolla la seta, para esparcir mas eficientemente sus esporas. Este fenómeno pareciera argumento de ciencia ficción, tal y como si se hubiera sacado de la serie TheLast Of Us, con algunas diferencias poco cinematográficas.

Bien sabemos que nuestra fascinación por los astros ha sido algo que se extendió desde los orígenes de la cultura y sus diversas creencias y abstracciones. Esta fascinación nos ha llevado a desarrollar no solo la capacidad de observar las estrellas, sino también la de visitarlas. Si, de asediar cebras a pisar nuestro satélite celestial, la luna. También se puede asociar el uso de psicotrópicos con el interés por la conquista cósmica, por ejemplo: Los años 50 y 60 fueron conquistados por el LSD, alucinógeno derivado de un hongo, a la par que estallaba nuestro interés por la conquista del espacio. De hecho, la carrera espacial internacional perdería impulso para 1975, a la par que el LSD y otras drogas de efectos psicodélicos eran prohibidos; Más recientemente entre 2015 y 2018, solamente el consumo de LSD aumentó en un 56 por ciento, a la par que la emergente empresa SpaceX ambicionaba colonizar el sistema solar. Que locas ideas se le ocurrieron a Elon Musk después de tantos viajes de hongos enteógenos… ¿No?

Te invito a cuestionarte esto conmigo: ¿Y… si no hiciese falta morder a los huéspedes para infectarlos? O, es más, ¿Y si ni siquiera fuese necesaria la violencia? ¿Es que acaso, el reino fungi, promueve la cooperación y el progreso como herramienta para expandir su magnífico dominio? ¿Es el control derivado del “mono dopado” motivo de pánico, o es ejemplo de prosperidad sostenible?

Me es necesario compartir con el lector cual es el motor de mis investigaciones que vuelco en forma de artículo. La esencia de mis textos es transcribir una búsqueda, una que pienso debe ser colectiva, por eso la comparto y no la escondo. Busco mi origen y encuentro Big Bang, temo al colapso y encuentro decrecentismo, veo sufrimiento y encuentro empatía, busco a Dios y lo veo en un hongo. Finalmente, sus dudas también las mías y son éstas la razón de mis siguientes artículos.

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Crisis medioambiental, evitar el tránsito al ecofascismo

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La crisis medioambiental que atravesamos no será lo que nos aniquile, sino las formas incorrectas en que la enfrentemos. Bien sabemos que el planeta se esta quedando sin recursos, que el cambio climático subirá la temperatura media del planeta no menos de 2 grados Celsius, implicando asi la desaparición de especies, la desertificación de los suelos fértiles y la crecida de las mareas oceánicas. Esto es inevitable, pero, ¿De que manera se organizará la sociedad para enfrentar la crisis?

A menudo peco de ingenuo al suponer a la ciencia como “La Redentora” de la humanidad, cual si fuese posible hoy una mágica solución tecnológica que nos salve a todos, siendo que sus propias leyes nos dictan que tal hazaña es físicamente imposible. La termodinámica nos enseña que no se puede “crear” energía como tal, sino tan solo transformarla: Según el portal de estadística alemana Statista GmbH, en mayo del corriente año, el 29,3% de la energía primaria fue obtenida del petróleo, el 26,5% del carbón, el 23,4% del gas natural y 4,9% de energía nuclear, dejando tan solo el 1,1% para la energía eólica y un 0,9% para la fotovoltaica. Este 2% representa lo que hoy conocemos como energías “renovables” …

¿Renovables? Desmenucemos el término: Renovable deriva de que se “renueva”, por ende, es infinito, pero la definición oficial de “energías renovables” habla de la obtención de energía a partir de fuentes naturales “virtualmente” inagotables, como el sol o el viento. Es decir, no son infinitas, pero es su potencial tan grande que su fecha de caducidad se extiende a eones. Lo que la definición de renovables no contempla es la obtención y el aprovechamiento de estas energías; el costo de fabricación de los paneles y las turbinas eólicas, o la disponibilidad de cobre, neodimio o silicio, minerales claves para la elaboración de estas alternativas, que de renovables ya no les queda nada. Como si fuera poco, para extraer estos minerales se requiere de energía fósil (petróleo, gas, etc.), sin mencionar el daño ambiental que su extracción implica.

Llevo ya más de un artículo describiendo los motivos por los cuales la transición energética hacia energías “verdes”, es termodinámicamente imposible, es una fantasía, un analgésico social cuyo propósito no trasciende de calmarecoansiosos. El problema no es como seguiremos sosteniendo la sociedad capitalista, siendo ésta insostenible debido a su demanda de crecimiento perpetuo, sino cual será el rumbo que tomará la humanidad durante esta resaca de combustibles fósiles.

La crisis no es sino otra cosa que sustrato de trasformación, por razones históricamente deductibles. Pero ésta trasformación puede tomar forma de redistribución de las riquezas, asi como una mayor acumulación de la riqueza en cada vez menos manos y su consecuente tendencia al fascismo.

La Alemania del treinta se vio en la dura encrucijada de tener que pagar el tributo a la derrota de la primera guerra mundial como lo imponía el tratado de paz de Versalles (33 mil millones de euros), sumado a la crisis financiera del “jueves negro” o “gran depresión” de 1929. Estas condiciones fueron caldo de protestas, tanto en frentes de izquierda como de derecha, a lo que se le sumó una ideología de “mano dura”, aparentemente sólida y capaz de resolver los problemas de la sociedad mediante políticas nacionalistas y antisemitas. No fue sino hasta 1933 que ésta emergente alternativa tomaría el poder por medios democráticos, instaurando una posterior dictadura a la que hoy conocemos por nacional socialismo o nazismo.

Hoy emerge una rama curiosa del fascismo, una a la que, convenientemente, se le anexa el “eco”, sugiriendo una tendencia a la resiliencia medioambiental y el decrecimiento. Pero, lejos de eso, esta ideología se sustenta sobre el término “sobrepoblación”, argumentando que la razón del actual colapso medioambiental es consecuencia de la misma. “Si no podés pagar un auto eléctrico, si no podés pagar los paneles solares, si no podés comprar alimentos porque las tierras fértiles fueron arrasadas, entonces, es porque sos un ciudadano de segunda mano”.

Mediante la predominancia de sistemas gubernamentales meramente neoliberales, se busca promover el desprecio al pobre (aporofobia), con la promoción de ideales hipotéticos como la meritocracia. Cabe destacar que este fomento es principalmente encarnado por el propio proletariado contra el que atenta, tal cual sucedió en Alemania fruto de la propaganda nazi. 

Asi, decir que los paneles son la mágica solución al cambio climático,puede llegar a ser un típico argumento ecofascista. O ¿Por qué no tenés un auto Tesla?, ¿Acaso no te importa el cambio climático?

Por razones como éstas es de vital importancia saber separar al decrecentismo económico del decrecentismo poblacional. El problema no es la cantidad de bocas a alimentar, sino la cantidad de camiones que tiran comida. Hoy hace casi un mes de haberse viralizado un video donde varios camiones volcaban no menos de 8.000 kilos de mandarinas en Entre Ríos, Argentina… ¿La razón?; El poder adquisitivo local está por el piso… Hoy, comer mandarinas es de privilegiados.

Las alternativas no faltan, desde la agroecología, que, como bien sabemos, es perfectamente capaz de suplir la demanda alimenticia de la población suprimiendo incluso el uso de agrotóxicos, hasta mecanismos eficientes de aprovechamiento de la energía, como lo suponen las “técnicas humildes para el decrecimiento”.

A estas alturas, quizás sea obvio que remarque la importancia de priorizar las alternativas humanitarias por encima de las que supongan una rápida pero discriminatoria solución ambiental. Pero, de no ser capaces de ver la difurcación social a la que nos enfrentamos, no nos queda mas que esperar la próxima ecodictadura.

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Técnicos humildes, una alternativa anti-fósil

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El rasgo característico del capitalismo ha sido siempre el crecimiento indefinido, siendo este el motor por excelencia de un sistema basado en la acumulación de capital y la expansión de los mercados. Como bien sabemos, el planeta no es capaz de soportar este ciclo de manera indefinida, debido a la falta de condiciones materiales que lo respalden. Es frente a esta coyuntura que ninguna propuesta alternativa es sostenible si la misma tiene como meta sostener dicho sistema.

Por ejemplo; los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), buscaron establecer políticas y medidas prácticas eficientes destinadas a, como su nombre bien lo señala, “sostener” la vida que llevamos hoy. Claro, nunca se tomó en cuenta que la actual accesibilidad a recursos no locales, como lo es la importación de productos o el abaratamiento de mercancía y tecnología que permitió la barata y abundante energía fósil, no podría ser reemplazada. Pensar que el reciclaje y la energía “renovable” son capaces de suplir las demandas del mercado tal cual como lo hacía el petróleo peca de ingenuo, aun ignorando que la elaboración de técnicas para la obtención de energías renovables son altamente petrodependientes por lo que, sin energía fósil, no hay renovable.

Esta crisis tiende a ser atenuada por los medios de comunicación que intentan endulzar la noticia del colapso, por lo que la mayor parte de la población deposita su fe en que la tecnología creará una solución mágica para nuestros problemas. Esto provoca que, lejos de trabajar en la búsqueda de soluciones, se acepte dócilmente el progresivo encarecimiento de los bienes y servicios producto de la escasez de recursos y energía.

La realidad muestra que la demanda de energía sigue aumentando y el mundo ha constatado que las energías limpias no son suficientes para satisfacer este crecimiento. Por lo tanto, el consumo de combustibles fósiles no solo no disminuirá a corto plazo, sino que continuará incrementándose, impulsado en gran parte por los países en vías de desarrollo.

Como ya se mencionó en artículos anteriores, la alternativa más razonable frente a este aprieto es el decrecentismo. Sin embargo, en raras ocasiones se ha llevado a cabo un debate constructivo sobre los métodos concretos mediante los cuales se podría implementar el decrecimiento. Los integrantes de Ecologistas en Acción, en cambio, supieron ser la excepción. Esta confederación de ambientalistas españoles se tomó el tiempo, no solamente de discutir el rumbo más sensato a seguir frente a este colapso, sino que crearon un manual bien elaborado de técnicas para el bienestar humano. Hace énfasis en que la agroecología es perfectamente capaz de suplir la demanda alimentaria de toda la población mundial, así como proponen alternativas eficientes a la movilidad impulsada por energía fósil.

En la introducción de su manual al que nombraron “Técnicas Humildes para el Decrecimiento”, se establecen las raíces del pensamiento decrecentista: “Es imprescindible cambiarlo casi todo y hacerlo de manera acelerada. Es el conjunto de nuestra forma de habitar la Tierra, desde el trabajo al ocio pasando por los marcos culturales y la relación con el resto de lo viviente, lo que tiene que cambiar. Y, por supuesto, no es posible pensar en profundidad esta transformación dejando al margen la tecnología”. También postulan que su manual de Técnicas Humildes no busca atribuirse el ser guía imperativa de una transición hacia una sociedad resiliente, sino que es más bien un punto de vista, uno cuyo fin es aportar algo y alentar a que todos despertemos a lo que se viene.

Entre otras de sus propuestas se destacan: Energía y Generación Eléctrica: Promueve formas de generación eléctrica y aprovechamiento mecánico directo que no dependen de combustibles fósiles. Construcción: Destaca la bioconstrucción y técnicas tradicionales como el tapial y el encalado. Regulación Térmica y Confort: Aboga por el bioclimatismo, estufas eficientes y el uso de pozos canadienses.

Producción y Conservación de Alimentos: Fomenta técnicas de procesado, conservación y producción de alimentos que son sostenibles y menos dependientes de insumos externos. Acceso y Gestión del Agua: Incluye prácticas como el aumento de materia orgánica en suelos y el uso de biofiltros. Movilidad y Transporte: Propone soluciones para la movilidad de corta, media y larga distancia que son más sostenibles. Industria Ligera: Menciona técnicas como el uso de vacío-aire comprimido y telares tradicionales.

La dimensión que tiene un aporte como el que realizó este grupo, trasciende mucho más allá del aporte teórico o estrictamente técnico que aparenta, porque es la respuesta consiente y responsable frente a un partido que vamos perdiendo. Las Técnicas Humildes deberían de ser un bastión de la humanidad misma, siendo la técnica aquello que aún conservamos de nuestra intoxicada humanidad.

En un mundo donde todos depositan su fe en que la Inteligencia Artificial va a arreglarlo todo, tenemos a una humanidad que se pone los pantalones y sale a afrontar las consecuencias de su avaricia. Serán los técnicos humildes los Superman del siglo XXI.

Pueden encontrar el manual de Técnicas Humildes en la página oficial de Ecologistas en acción: www.ecologistasenaccion.org

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