Bambú misionero: inicios de un cultivo con innumerables mercados por explorar

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La planta milagrosa, el acero vegetal o la madera de los sabios. Su acepción varía según la cultura, pero en todos los casos remite a la versatilidad, ya que puede utilizarse en industrias alimentarias, constructoras, medicinales, de celulosa, de indumentaria, y un extenso etcétera. 

El aporte del bambú al medioambiente es invaluable. Es una de las plantas que más dióxido de carbono absorbe. Ayuda a recuperar tierras degradadas y mientras algunos la utilizan como cortinas rompeviento otros, lo usan para regular caudales hídricos ya que su sistema de raíces permite mayor capacidad de retención de agua en el terreno y es capaz de conservar el agua que recoge en los culmos (hasta 30 mil litros de agua por hectárea). Como si todo lo anterior fuera poco, una planta adulta puede llegar a renovar anualmente 20 mil hojas que se convierten en materia orgánica fertilizante. 

En Misiones se lo conoce como tacuara y en otras provincias argentinas, como cañaveral. Existen en el país más de 1.250 especies, varias propias de Argentina. 

En 2017 el gobierno de Misiones impulsó el Plan de Fomento y Desarrollo Sustentable de Producción, Explotación e Industria del Bambú, a través del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables, en forma conjunta con la Secretaría de Estado de Agricultura Familiar y el Instituto de Fomento Agropecuario e Industria (IFAI). Su gestación consideró, no sólo los servicios ambientales, sino además los posibles beneficios y aprovechamientos tanto sociales como económicos en el escenario provincial. 

Se consideró que el bambú está hecho a medida de las economías familiares y requiere mano de obra tanto para el manejo como para la cosecha, más profesionales que acompañen los procesos productivos. Además, genera ingresos económicos por su aprovechamiento en diversos rubros como madera (artesanías y muebles), construcción, gastronomía (brotes), producción de carbón, descartables, etc.

Economis entrevistó a los referentes del Plan Bambú para conocer cuáles son las líneas de abordaje y qué avances se lograron en la provincia respecto de este proyecto que oportunamente cobró protagonismo en los medios y generó grandes expectativas. 

Multiplicación de plantines y provisión a la comunidad, reproducción de especies en viveros y vinculación institucional con instituciones educativas, organizaciones del tercer sector y entidades del sector forestoindustrial, son algunos de los caminos que se van abriendo y transitando en el marco del Plan Bambú. Desde la Subsecretaría de Ordenamiento Territorial del Ministerio de Ecología, Martín Recaman explicó a Economis que inicialmente se otorgaron plantines a productores que cumplían con determinados requisitos como por ejemplo la titularidad de la tierra y, luego se trabajó en generar acuerdos y avanzar tanto en la producción como en el involucramiento de diversos actores.

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“El bambú va ganando distintos espacios. Más allá del Estado que arrancó en el 2017, hay un mercado del que evidentemente empieza a tomar fuerza” señaló el subsecretario. En esa línea, el trabajo que se plantea es gradual y a largo plazo e implica el involucramiento paulatino de actores. 

Hoy existen 35 productores distribuidos principalmente en el sur misionero bordeando la ruta provincial 4, también en la zona de Montecarlo y algunos en la zona de El Soberbio. 

La profesora Cecilia Arias, quien junto al ingeniero agrónomo Marcos Hernández coordina el proyecto, explicó a Economis que actualmente se encuentran en el proceso de monitoreo y seguimiento de los 16.000 plantines que se entregaron hace un año. Se relevó que entre el 40 y 50%  se encuentran en estado de crecimiento y se sigue brindando asistencia técnica en vistas a re-vincular a los productores con el plan y además, promover la vinculación entre ellos mismos. Con respecto a las causas de deterioro, mayormente se atribuyen a la sequía y la carencia de sistemas de riego. “Las plantaciones se realizan en espacios muy grandes, en los cuales se por lo cual en algunos casos se complica el acceso a sistemas de regadío” contó Cecilia. 

“Existen 10 especies nativas en la provincia de distintos portes y distintas utilidades. Estamos pensando en incorporar alternativas ambientales en las que se pueda incorporar el bambú. Ya sea desde cercos vivos hasta prevención de la erosión hídrica”

A raíz de la demanda creciente de plantines, surgió la opción de capitalizar las instalaciones y viveros de las Escuelas de la Familia Agrícola (EFA) para crear puntos estratégicos de multiplicación. Esto permitirá el crecimiento de la producción a través de stocks con calidad y genética adecuada.

También hay intenciones de una articulación con el Instituto Nacional de Tecnología (INTA), a través de su EEA Montecarlo, para encarar un estudio experimental del bambú como restaurador de suelos erosionados. También se proponen en la agenda otras vinculaciones y experiencias, tales como la Carrera de Diseño Industrial de la Facultad de Artes  y APICOFOM.   

Emilia Caro es una de las personas que hoy está trabajando con el bambú en Misiones. La bióloga con orientación molecular y biotecnología, es socia en El Dorado Bambú, empresa dedicada al desarrollo de la cadena productiva del bambú en Argentina. Además, Emilia es fundadora y presidente de la Fundación Sustentarte que inicialmente tuvo por objeto desarrollar la cadena productiva del bambú y actualmente opera como plataforma de contacto comercial internacional, ligando así la demanda con la oferta y las potencialidades rentables del bambú como alternativa agraria ante el tabaco, basados en la exitosa experiencia de Kenia.

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Por su parte, Tito Aroldo es un productor de la zona de Los Helechos y se dedica hace muchos años a la yerba, la ganadería y también algo de forestación y hace un tiempo incursiona con el acero verde. “En el 2018 participé de la presentación del plan acá en la zona y me embalé. Armé la carpeta y al año siguiente planté. Justo tenía una tierra con forestación de kiri, limpié el terreno y aproveché ese terreno con bambú. Arranqué mi producción de bambú con 330 plantines y hoy ya hacen 2 años que están en pie, y están empezando a salir las primeras varas”, comentó a Economis con mucho entusiasmo. “Las varas tienen casi 10 metros de alto y mis plantas están muy lindas”, agregó. 

Con respecto a la mano de obra señaló que “no requiere mucho trabajo, yo hice la plantación y después se mantiene limpio el lote”. Tito explicó que del total plantado inicialmente, conserva 280 plantas en pie ya que algunas se perdieron por diversos motivos, cosa que también le sucedió a otros productores principalmente a raíz del ingreso del ganado vacuno a los lotes. Además, el productor expresó que “en la zona sur de la provincia hay muchas personas interesadas que están expectantes de que el plan bambú vuelva a entregar plantines para sumarse”

En líneas generales, diseñar un mapa de actores claro es una estrategia indispensable para incluir a otros actores y referentes que hoy producen, trabajan, investigan y/o proyectan el bambú en la tierra colorada, como Emilia o Tito.  

Paulatinamente, el bambú va ganando protagonismo en la provincia. A fuerza de prueba y error, de la mano de la observación y la prudencia, distintas personas e instituciones se van sumando, con la mira puesta en los innumerables mercados por explorar. 

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