#ChauCarbofuran. No te vamos a extrañar
Para quienes bregamos por la conservación y el uso sustentable de nuestro país, no es frecuente recibir buenas noticias. No obstante hoy celebramos la Resolución 236/18 del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (SENASA) en la que se prohíbe la elaboración, importación y fraccionamiento de los plaguicidas carbofuran, carbosulfan, diazinon, aldicarb y dicofol, y sus productos formulados, que ponen en grave riesgo la salud del ser humano y el medio ambiente.
La resolución establece además que, en un plazo máximo de 365 días, se prohíbe la comercialización y uso de estas sustancias activas y se establece que se producirá la baja automática de esos productos en el Registro Nacional de Terapéutica Vegetal a cargo de la Dirección Nacional de Agroquímicos, Productos Veterinarios y Alimentos del SENASA.
Al carbofuran no lo vamos a extrañar. Si vamos a casos concretos, fue responsable de la muerte de al menos 34 cóndores andinos en la provincia de Mendoza en enero pasado. Sin embargo, lejos estuvo de ser el único caso relacionado con este pesticida prohibido en muchos países: en el 2016 en Mendoza 15 animales , principalmente llamas, fueron envenenados al comer rollos de alfalfa contaminados por este pesticida y, más grave aún, el carbofuran fue también el desencadenante de la muerte de una nena en Mbucuruyá, Corrientes, tras ingerir una mandarina contaminada.
Evidentemente no vamos a extrañar al carbofuran. Pero tampoco podemos pensar que esto se soluciona acá. Necesitamos una ley que regule fuertemente la comercialización y uso de todos los agrotóxicos ( que tiene la capacidad e matar, aunque se los llame ahora “fitosanitarios”), sin excepción. El manejo de agrotóxicos como el carbofuran o el glifosato es muy peligroso. Pueden contaminar el suelo, los cauces de riego, pueden afectar la flora y la fauna y generar graves peligros a las comunidades cercanas a sitios contaminados.
La prohibición del carbofuran es un primer paso.
Sigamos transitando este camino
*Manuel Jaramillo es Ingeniero Forestal por la Universidad Nacional de la Patagonia “San Juan Bosco”. En 2004 alcanzó el Diploma de Estudios Avanzados en el programa de doctorado Biodiversidad Conservación y Gestión de las Especies y Hábitat por la Universidad de Alicante (España). Fue miembro del equipo técnico del Área de Gestión Ambiental, del Centro de Investigación y Extensión Forestal (CIEFAP) en Esquel, Chubut. En el año 2004 inició su trabajo como Coordinador del Programa Selva Paranense en la oficina regional de Fundación Vida Silvestre en la provincia de Misiones. En 2016 asumió la Dirección del Departamento de Conservación y Desarrollo Sustentable y en enero de 2017 la Dirección General de la mencionada organización.
A lo largo de su carrera ha coordinado y dirigido equipos interdisciplinarios orientados a resultados de conservación de la naturaleza y promoción del manejo sustentable de los recursos naturales, a la vez que ha representado a la Fundación Vida Silvestre Argentina en diferentes eventos nacionales e internacionales, así como en diversos medios de comunicación