¿Cómo hizo Misiones para mantenerse como la provincia con menos casos de coronavirus?

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Pese a los cinco casos sumados en la última semana, a cinco meses de la llegada del coronavirus a la Argentina, Misiones se mantiene como la provincia con menor cantidad de contagios con 59 casos. La fotografía presente obedece a una estrategia planteada en los primeros días de marzo, cuando de la enfermedad se conocía poco y nada en el país. 

El 11 de marzo el gobernador Oscar Herrera Ahuad decretó la emergencia sanitaria y epidemiológica para combatir al dengue y el coronavirus en Misiones. Otorgó licencias para los estatales de grupos en riesgo y priorizó los recursos destinados a la atención sanitaria. 

Un día después y apenas a tres días de iniciado el ciclo lectivo en Misiones, anunciaba la suspensión de las clases presenciales como medida preventiva ante el avance del coronavirus, una enfermedad que hasta entonces parecía lejana. Fue desde el 13 y por dos semanas la primera suspensión. Muchos consideraron que el gobernador misionero se apresuró e incluso hubo algunos roces con la Nación porque Educación no consideraba suspender las clases. La decisión de Misiones fue antes de la cuarentena decretada por el presidente Alberto Fernández. 

Pero, médico, fue apenas la primera medida de prevención que se tomó para evitar el ingreso a la provincia de una enfermedad que cinco meses después todavía sigue siendo indomable. 

Automáticamente se pasó a una educación virtual a través de la plataforma Guacurarí, que ya estaba preparada y se convirtió de repente en una herramienta indispensable con una altísima demanda pedagógica. 

Herrera Ahuad mantuvo la firmeza en las medidas de prevención y descartó el apuro por “pasar de etapas”; cuando el Gobierno nacional y otras provincias tomaban la enfermedad en forma liviana. “Nosotros no entramos a ninguna nueva etapa”, dijo el 5 de junio, cuando en la Argentina comenzaba a flexibilizarse la cuarentena. 

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El contexto influyó. Misiones fue la primera en defender el cierre de fronteras, pese a que por sus fronteras volvieron miles de repatriados y hasta ahora sostiene que el bloqueo fronterizo es clave para evitar la expansión de contagios que hoy padece Brasil. Los estados brasileños que rodean a Misiones concentran 465 mil contagios y acumulan 9555 muertes. Solo Foz de Iguazú, la ciudad espejo de Puerto Iguazú, tiene 5.400 contagios y 68 muertes. 

La frontera con Brasil es la más compleja para Misiones, ya que el contacto es extenso, con frontera seca y pasos angostos sobre el río Uruguay. Por eso, la posición de Misiones es que los pasos fronterizos deben seguir bloqueados para permitir que los agentes de seguridad puedan realizar patrullajes permanentes.

Los primeros casos fueron todos “importados”. Y desde Brasil llegó el paciente 4, que fue el primer fallecido por coronavirus en Misiones. Era un camionero de 61 años con domicilio en San Vicente que volvió de Brasil el 8 de abril, con una carga de alimentos. Entró por Bernardo de Irigoyen, frontera bloqueada para el tránsito vecinal, pero no para el transporte de cargas, especialmente de comida, actividad considerada esencial.

Por esos días Herrera Ahuad también sorprendía con la apertura de hospitales de campaña que por suerte no fueron necesarios (siguen listos por las dudas). Después de los primeros días de cuarentena comenzó a aplicarse una táctica que se denominó “binaria”: aperturas sectoriales y concentradas en la economía productiva y el empleo, pero con controlados protocolos de bioseguridad. La yerba, el tabaco, la madera fueron las primeras en reactivarse. La construcción se sumó más tarde y el comercio comenzó a reabrir sus puertas en horarios acotados. El turismo interno fue la última actividad autorizada y sólo restan el transporte interurbano, antes que el de larga distancia y los vuelos de cabotaje. Todo esto, con la presencia del Estado ayudando a la economía de las empresas, especialmente a aquellas que no calificaron para la asistencia nacional.

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El contraste con la región es ineludible. En pleno ascenso de la curva de casos, Brasil reabrió las Cataratas del Iguazú para, menos de un mes después, volver a cerrarla por el aumento de contagios. Provincias como Jujuy, que también tenía pocos casos y hasta se ofrecía para recibir partidos de fútbol, se relajaron tanto que ahora sufren una explosión de contagios.  

No es una película terminada, apenas una foto del presente. Pero la estrategia elegida parece ser la correcta.

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