Después de Chagos… Malvinas, ¿cada vez más cerca?
La geopolítica da giros, a veces, inesperados pero que indudablemente pueden sentar antecedentes de cambios profundos. Tal es el caso del archipiélago de Chagos, un sitio poco conocido por estas latitudes, pero que significó el fin del dominio colonial británico en África tras muchísimo tiempo.
El traspaso de soberanía de Chagos desde Reino Unido a Mauricio es un hito que difícilmente pueda tener similitud a otro, entendiendo la voracidad imperial que caracteriza de manera histórica a los británicos.
Es imposible que esto no nos lleve a preguntarnos por el futuro de Malvinas.
El antecedente de Chagos
Suena frívolo que para los argentinos solo nos interese este archipiélago por lo que pueda representar a futuro con nuestras islas, sin embargo, es una verdad concreta en los pergaminos geopolíticos.
La puja de Mauricio lleva muchísimos años, básicamente desde 1965, cuando Reino Unido, en conjunto con Estados Unidos, decidió apropiarse de esta zona, echar a sus pobladores y asentar una tremenda base militar en el atolón Diego García.
En 2019, la Corte Internacional de Justicia falló a favor de Mauricio para la devolución de las islas que fueron usurpadas por Reino Unido. Pero recién en 2024 comenzó a tomar forma esa idea.
El tratado contempla que se hará un proceso de transición en donde los británicos van a desembolsar cifras importantes de dinero para resarcir los males históricos causados por el afán imperial. Sumado a eso, se agregan los programas de repoblamiento de habitantes de Mauricio a Chagos y una especie de convivencia pacífica con quienes habitan esas islas en nombre de Reino Unido desde 1965.
Cabe destacar que los británicos nunca pierden cuando se trata de usurpación. Esto contempla que por 99 años podrán mantener sus bases militares funcionando en el atolón Diego García.
¿Malvinas? Argentinas
El caso de Chagos lleva a la total incertidumbre de la soberanía de las islas ocupadas ilegalmente desde 1833 y usurpadas tras la guerra de 1982. No hay duda que los argumentos argentinos son lo suficientemente fuertes como para tener el respaldo internacional necesario con el cual se pueda emitir un fallo favorable. Sin embargo, en Malvinas, es distinto.
Keir Starmer, el primer ministro británico fue tajante al declarar que la soberanía de las islas no está en debate y que no será motivo de discusión suficiente para que vuelvan a ser argentinas, aceptadas desde Londres, claro está.
Para nuestro país, el caso Chagos es positivo e indudablemente será incluido como antecedente dentro de la puja legal internacional que existe para recuperar la total soberanía de Malvinas. Los argumentos de Argentina son las pruebas históricas de ocupación. Hay un gran apoyo de la comunidad internacional a favor de nuestro país, sobre todo, acrecentado por ver quién es el usurpador. Reino Unido tuvo y tiene historias parecidas a Malvinas en cada parte del mapa mundial, siendo casi un espejo con el caso de Gibraltar para España, también arrebatadas por los británicos.
Londres esgrime otro tipo de argumentos. Hablan de la voluntad de la población isleña que quiere seguir siendo británica. En este sentido, hay que decir todo. Los británicos vienen poblando desde 1833 las Malvinas. Es lógico que la población humana allí tenga tradición, costumbre y se sienta británica, por eso este argumento es lo suficientemente inestable como para que Argentina pueda ilusionarse con un revés similar al de Chagos en un futuro.
La importancia de Malvinas
Tanto Reino Unido como Argentina saben del valor económico y militar que tienen las islas Soledad y Gran Malvina. Los británicos saben y hacen uso de la zona de exclusión económica que básicamente se traduce en una actividad pesquera imponente. De hecho, el primer ministro británico Starmer, hizo hincapié en que el Reino Unido puede crecer aún más en las actividades económicas libres en Malvinas y zonas aledañas. También cuentan con un yacimiento petrolero marítimo. En esto último parece ser que no es necesaria demasiada explicación de la importancia económica que radica.
Argentina, además, pone en relieve la cuestión Malvinas por la exploración a futuro. Esto significa que ante el desconocimiento de las zonas por falta de tecnología que pueda saber con precisión qué bienes naturales se esconden en las aguas, esa zona es aún más rica. Realmente no se sabe con el 100% de certeza que más se puede encontrar en Malvinas o zonas cercanas.
El otro tema de debate entre ambos países es el militar y territorial. Reino Unido mantiene su presencia en Malvinas porque es la puerta abierta a un reclamo mucho mayor del territorio antártico. El continente blanco está dividido para la utilización militar con fines científicos por varios países, entre ellos, Argentina y Reino Unido.
Tal como en el caso de la falta de conocimiento total de lo que rodea a Malvinas, la Antártida es un sitio de investigación y que genera muchas expectativas con lo que pueda encontrarse allí. Tener mayor presencia en la Antártida puede ser determinante, como por ejemplo, por la mayor reserva de petróleo encontrada en el mundo, la cual está allí y tiene a nuestro país como protagonista. Aunque, en la puja territorial también entraron Reino Unido y Chile, en cuanto a la extensión de la franja antártica en disputa. Cabe recordar que no se puede hacer ninguna actividad extractiva en la Antártida por el Tratado Antártico de 1959, aunque no significa que esto no pueda ir mutando en tanto el mundo se vaya moviendo y la historia vaya avanzando.
Hablando de historia, lleva al punto de mayor interés patriótico para Argentina. El reclamo de la soberanía sobre Malvinas es económico, político, territorial, bélico y también humano. El día que algún argentino o el mismo Estado deje de reclamar por las islas que le corresponde, la memoria colectiva le dará la espalda a aquellos soldados que dejaron su vida en la guerra de 1982. Asimismo, un país que no lucha o reclame por aquello que tenga correspondencia histórica, estará condenado a estancarse por siempre.