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El país asiste absorto como en el pico de los contagios, la oposición se niega a aceptar restricciones que imperan en el mundo y que deberían servir como experiencia. El intendente porteño, Horacio Rodríguez Larreta disfraza la política de “resistencia” ante el gobierno de Alberto Fernández, que se deshace en contemplaciones antes de tomar cualquier medida definitiva. 

La bandera ahora es mantener las escuelas abiertas, un eufemismo que esconde, justo en Capital Federal, años de retrocesos en asignaciones presupuestarias y de infraestructura. Es la ciudad donde año a año se repite el padecimiento por conseguir un lugar. No hace mucho, el 7 de noviembre del año pasado la ministra de Educación porteña, Soledad Acuña aseguraba que los docentes “son personas cada vez más grandes de edad, que eligen la carrera docente como tercera o cuarta opción luego de haber fracasado en otras carreras”.

La preocupación de Cambiemos por la educación también contrasta con el desdén con que la administraban cuando fueron gobierno en el país y en Buenos Aires, donde la gobernadora María Eugenia Vidal convocaba a “voluntarios” para estar frente al aula ante el paro docente en reclamo de aumentos salariales. 

Pero al margen, no hay mucha discusión. Sea el aula un foco de contagio o no, sí lo es la movilidad. El aglomeramiento. Y los números no mienten. En el inicio de clases en la Argentina los casos notificados se encontraban por debajo de los 3.800 por semana, pero 15 días después se acercaban a los 5.000, en coincidencia con el comienzo del ciclo lectivo en 17 jurisdicciones. En la semana epidemiológica 13 (finales de marzo e inicios de abril) los casos crecieron por encima de 10.000 y en la siguiente alcanzaron los 12.500, de acuerdo a datos de la Dirección Nacional de Epidemiología e Información Estratégica.

El otro dato saliente es que en la última semana, dos de cada tres contagios de la Argentina fueron en el Amba. Dos de cada tres. 

Otra diferencia, sustancial, es que en Capital Federal las clases volvieron a la “normalidad” sin normalidad. Es decir, todos a las escuelas, juntos y como si no existiera pandemia, más allá de alguna botellita de alcohol.

En medio, un sistema sanitario que está al límite y cada vez más exigido en el número de camas. 

En Misiones se volvió a la presencialidad pero con un modo mixto, para garantizar la circulación de aire en las aulas y evitar el aglomeramiento. Mitad de los cursos en la presencialidad, la otra mitad con tareas virtuales, en el hogar. En Misiones, los docentes con coronavirus desde las escuelas abiertas, fueron apenas 0,93% del total. Los estudiantes, 0,03%, según los datos oficiales. 

La administración de la crisis sanitaria juega un rol determinante. No es tiempo para sacar réditos políticos. A mediados del año pasado Brasil anunciaba la apertura plena de las Cataratas del Iguazú para todo el público que quisiera. A los pocos días hubo que volver atrás por la explosión de casos que llevó a Foz de Iguazú al colapso de su sistema sanitario. En Misiones las Cataratas abrieron con protocolo y un cupo estricto de público pese a la presión del sector turístico. No volvieron a cerrar. 

El sistema sanitario misionero -proporcionalmente-, no sufre de saturación y al mismo tiempo, se va expandiendo con nuevas camas y salas de terapia intensiva preparadas para una eventual demanda. 

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Por eso, la cumbre Alberto Fernández-Horacio Rodríguez Larreta debe entenderse en clave política. Hay allí un reconocimiento al adversario. El Presidente levanta a un contrincante directo. El intendente se siente ungido como potencial candidato en 2023, espacio que deberá disputar con Mauricio Macri, María Eugenia Vidal y hasta Patricia Bullrich. Pero no debe tapar eso que el resto del país no es Amba ni debe pagar las consecuencias de la inacción. Si el ritmo de contagios no se detiene, la expansión golpeará a todo el país. 

Basta ver la experiencia cercana de Brasil. Bolsonaro nunca atendió la gripezinha. Hoy Brasil es el tercer país con más cantidad de contagios y el segundo con mayor cantidad de muertos. El descontrol de Brasil amenaza incluso a otros países. Y su economía no por eso, dejó de caer. 

Los gobernadores del Norte Grande, entre los que están un par de Cambiemos, advierten esa situación y por eso toman una saludable distancia social de la pulseada entre Alberto y Larreta. En la cumbre virtual a mitad de semana avalaron las restricciones pero advirtieron que debían ser focalizadas ahí donde está el problema. En esa línea, reclamaron nuevamente medidas fiscales y económicas para sostener empleos y actividades en riesgo. El gobernador Oscar Herrera Ahuad recordó que la prioridad para la región es resolver los pedidos de las provincias, como una rebaja en el costo de la energía, los subsidios al transporte y otras medidas. 

El norte no está dispuesto a someterse a una pelea que no es propia y dejar pasar un momento único en el que parecen encaminarse algunas demandas históricas. 

En Argentina la actividad económica comienza a mostrar indicadores que son mejores que los de la prepandemia, durante la recesión generada en el gobierno de Cambiemos. Lo que preocupa es la inflación, que sigue estando fuera de control y que marcó un pico de 4,8 por ciento, la más alta en 18 meses. 

El ministro de Economía, Martín Guzmán, después de recibir la bendición del Papa Francisco, anticipó que esa será una batalla a encarar en paralelo a las negociaciones para refinanciar con el Fondo Monetario Internacional la deuda heredada. Se avecinan más controles de precios y la lupa puesta sobre los formadores de precios. 

Llamativamente, Misiones, junto al NEA, tuvo en marzo la inflación “más baja”, con un 3,3 por ciento, lo que coincide con la tendencia que se evidencia desde fines del año pasado con una canasta básica que aumenta por debajo del promedio nacional. No alcanza para celebrar, pero por primera vez en mucho tiempo, en el primer tramo del año, el NEA ostenta la inflación más baja del país. La comparación interanual, sin embargo, todavía es liderada por la región, con un punto por encima del resto. 

De todos modos, la realidad económica de Misiones es distinta. Las fronteras cerradas provocaron un inédito boom de consumo, demanda de insumos, construcción y otras actividades. Pero el crecimiento de la actividad en la tierra colorada viene de antes. En 2019 también tuvo los mejores indicadores de todo el Norte Grande. Y durante la pandemia, la economía no se detuvo. La administración dual permitió atender la demanda sanitaria y que la economía goce de buena salud. Eso se refleja en los datos económicos. 

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Por eso Misiones entra al tiempo electoral con una calma que no se registra en otras latitudes. Por estas horas ya se sabe los sublemas que están en carrera hacia el 6 de junio: 317, exactamente el mismo número que en las legislativas de 2017. Con una particularidad, esta vez, con 101 en toda Misiones, la Renovación es el espacio que menos candidaturas presenta, superado por el frente Agrario para la Victoria, con 107 y Cambiemos con 104, aunque seguramente algunos sublemas se caerán por el camino.

Aunque todavía no se hicieron oficiales, sorprende el amplio espectro que atiende la Renovación con sus candidatos. En Posadas cada sublema tiene figuras fuertes y que confluyen en esa idea de ¿en qué puedo ayudar? aún viniendo de espacios diversos. 

En la capital confluyen candidatos con la bandera de la gestión, como Horacio Martínez, del sublema “municipal”, pero otros que quieren aportarle miradas distintas al intendente Leonardo Stelatto, como Malena Mazal, la candidata ambientalista. Aparecen el Colorado Vansick, quien se muestra “sorprendido” por la apertura con la que fue recibido en la Renovación. O el abogado Jair Dib, de larga tradición peronista, que asume el desafío con su sublema, lo mismo que una dirigente del espacio de Kolina que encabezará otro. Pero también hay apertura hacia lugares poco tradicionales: por primera vez una candidata a diputada provincial de Dos Hermanas.

La irrupción de esas nuevas figuras es un revulsivo dentro de la Renovación. No es tiempo para relajarse. 

En la oposición los nombres que se fueron conociendo como oferta electoral ya estaban en la agenda. No hay demasiado recambio ni nuevas figuras emergentes. El radicalismo, por caso, vuelve a discutir los mismos nombres que en el último lustro. La Convención radical del domingo pasado apostó a las figuras estelares de Ariel Pianesi como diputado provincial y Martín Arjol para la candidatura nacional. Gustavo González no está dispuesto a perder su protagonismo y rompió la pax con un pedido de internas para pelear por la banca que dejará Luis Pastori. 

El resto de los socios de Cambiemos también repite nombres y se espera que Ramón Puerta confirme si será de la partida como aspirante a diputado nacional, en una primaria que tendrá como protagonista del PRO a Martín Göerling, el ex director de Yacyretá y hoy alineado a Patricia Bullrich. 

En el Frente de Todos esperan directivas de Máximo Kirchner mientras acomodan tantos con el partido Agrario. El recelo es mutuo, pero los dirigentes misioneros esperan un mayor compromiso por parte de la estructura nacional para con la campaña, pero también con candidatos fuertes que permitan aspirar a un crecimiento del espacio. 

Hoy las encuestas marcan que la figura del Presidente en Misiones no goza de toda la simpatía. Está grabado todavía el desplante hecho al proyecto Misiones y eso juega a favor de las chances de la Renovación.

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