Cerrando las celebraciones del Karaí Octubre en Posadas abrió sus puertas el Teatro Nirvana, un proyecto del actor y director de teatro, Aníbal Bertoni. Quien junto al grupo José Cipolla viene impulsando las artes escénicas hace más de 30 años en Misiones.

Un sueño cumplido para Bertoni y su equipo, que lograron abrir su sala propia. Que para el director era el estadio final que le faltaba a su carrera, ya que como actor ha logrado un gran reconocimiento con un premio Arandú. En cuanto a la gestión ha sido el impulsor de dos salas que han marcado la historia posadeña “El Desván” y “El Mirador”. Y ahora en plena pandemia se abocó a crear un espacio para la cultura fuera del circuito céntrico de Posadas.

Bertoni creó el grupo teatral José Cipolla hace más de 30 años, presentando más de 40 obras teatrales donde se conjugaban la comedia, el drama, con la danza, la música y la poesía.

Ahora en plena pandemia y casi como un juego del destino se planteó levantar un teatro desde cero, y como en aquellos años mozos donde junto a un grupo de amigos fue parte de la creación de un espacio mítico para el teatro local, el Desván, frente al exhotel Savoy. Al igual que en aquellos tiempos Bertoni lo levantó con sus propias manos, colaborando con los albañiles, carpinteros, pintores, plomeros y electricistas.

Si bien faltan detalles estéticos, la sala ya abrió sus puertas en la noche del viernes (01/10) para recibir a la comunidad teatrera y a los vecinos de la zona. Con música y una pequeña muestra de las obras que el grupo viene preparando: “La liebre que todo lo cree” del autor costarricense Allan Fabricio Pérez y “Fatto in casa” de Leandro Marcos González.

Bertoni recordó en la apertura que todo está realizado con mucho esfuerzo y a pulmón. Por ello era inocultable la emoción de todo el equipo, luego de tantas corridas, tanto sacrificio, ver la sala llena en la apertura y el acompañamiento de los otros grupos de teatro de la provincia que se arrimaron a dar su empujoncito a este nuevo espacio que busca potenciar la cultura en los barrios posadeños.

Además de la apertura de la sala, el Grupo José Cipolla, realizó el homenaje anual a Rulo Fernández, el mítico director teatral que en los ´80 y ’90 llenó las salas posadeñas con obras que rozaban lo onírico. Este año, además comenzaron a implementar un premio, el “Rulo Fernández” para las personas destacadas del teatro local.

Por ser el primer año y una ocasión sumamente especial hicieron entregas de dos estatuillas, una a Oscar Baigorria, artesano y titiritero que falleció hace unas semanas, por lo que el premio lo recibió su esposa Silvia Rivarola y el otro fue para Haydée Thomas, quien fuera productora de Rulo Fernández por muchos años, en su caso la estatuilla la recibió su hija Vanina.

Tras ese momento emotivo, hubo una pausa musical a cargo de Leo Baigorria, nieto de Oscar, quien deleitó a los presentes con un poco de tango y canciones regionales. Luego hubo una pausa para degustar diferentes delicias culinarias y bebidas espirituosas, dando lugar a las muestras de las obras que vienen preparando.

Posteriormente hubo otro espacio musical a cargo de Claudia Andino y sus alumnas Melaní, Anabella y Camila. Andino representó una canción creada por Rulo Fernández.

Para dar paso al cierre de la jornada, Aníbal Bertoni volvió a tomar el micrófono, explicando el significado que tiene para él el Nirvana, su meta final porque ya fue el creador de dos salas anteriores y ahora generó este espacio para  “todos los que amán el arte”. Indicó que la sala estará abierta con talleres, teatro y afirmó que siempre estará disponible para todas las actividades escénicas que los diferentes trabajadores culturales de la zona quieran presentar.

Bertoni se tomó un momento para agradecer a todas las personas que lo vienen acompañando en este sueño. Donde destacó al grupo de teatro, los amigos que fueron dándole una mano en la construcción de la sala y cerró con un especial agradecimiento a su compañera de vida María “Marita” Estela La Cruz.

Antes de bajar el telón por primera vez, copó el escenario Micol Ortas, que con su inconfundible voz llenó la sala de música, para dar un cierre ideal a la noche más ansiada para este grupo que busca elevar al Nirvana la esencia teatrera.