El origen

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Haríamos bien en saber el origen del rechazo y desde ahí, cambiar el camino.

1.EL ORIGEN

El origen del rechazo comienza con el pecado del hombre…

Génesis 2:16  “Y mandó Jehová Dios al hombre diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer;

Génesis 2:17 más del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás”.

Lamentablemente cuando Adán y Eva desobedecen, rechazan la advertencia de Dios y sufren una muerte espiritual porque voluntariamente rechazan la autoridad de Dios sobre sus vidas.

Génesis 3:9 “Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?

Génesis 3:10 Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.

Génesis 3:11  Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?

Génesis 3:12  Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dió del árbol, y yo comí”.

Al esconderse de Dios reflejaron un cambio en la relación con el Creador, y se esboza el primer rechazo entre seres humanos: “la mujer que me diste”. Esta frase habla de una barrera espiritual con Dios y con su compañera de parte de Adán.

Esto desata el rechazo entre ambos y, lo que es más terrible, desata el rechazo de Dios hacia el hombre.

Luego las cosas van tomando el rumbo que conocemos… Dios acepta a Abel y a su ofrenda y rechaza a Caín, a lo que éste  reacciona rechazando a su hermano y matándolo.

La historia sigue su curso cuando Abraham y Sara no quisieron esperar la descendencia dada por Dios y Abraham concibe a Ismael que fue rechazado por no ser la perfecta voluntad de Dios.

Otro ejemplo fue el primer rey de Israel: Saúl. Éste termina siendo rechazado por Dios, porque él rechazó a Dios en primer lugar, perdiendo su protección y bendición.

1° Samuel 15:23 “Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste (rechazaste) la palabra de Jehová, él también te ha desechado (rechazado) para que no seas rey”.

También vemos que el rechazo colectivo de un gran grupo de personas hacia Dios provoca que Dios también las rechace. El rechazar el conocimiento de Dios abre las puertas al demonio de rechazo.

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Oseas 4:6 “Mi pueblo fue destruido, porque le faltó conocimiento. Por cuanto desechaste (rechazaste) el conocimiento, yo te echaré (rechazaré) del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios, también yo me olvidaré de tus hijos”.

Por lo que estamos analizando, debemos volvernos hacia Dios y pelear la batalla para ser totalmente restaurados. Debemos volver por el camino de ser reconocidos por Dios para que Él nos sane y nos libre de todo espíritu de rechazo que nos causa sufrimiento.                                

Ver Romanos 1:28 al 32.

Recordemos que la única posibilidad de ser llenos de luz es estar en la presencia de Dios, donde hay sabiduría e inteligencia para elegir lo mejor. Muchas personas se confunden: Dios siempre ama y desea lo mejor para cada individuo, pero la persona debe acercarse a Dios con humildad y reconocimiento de sus errores. A partir del arrepentimiento Dios le va a sanar y liberar de todo mal.

 

2.EL RECHAZO Y LA ENFERMEDAD

El rechazo trae problemas emocionales y espirituales, y debemos tener en cuenta que también dispara consecuencias físicas, permitiendo que el maligno tenga ocasión para debilitar las defensas naturales del cuerpo. Ver Éxodo 15:22 al 27

En este pasaje se pueden ver cuestiones claves de la sanidad integral del creyente. Las aguas de Mara significan amargura, representan a la persona rechazada, no amada, no considerada, que siente un vacío intenso del amor puro de Dios. El madero representa la cruz de Cristo. Las palabras de Dios nos van a dar la victoria para salir adelante. El Señor se presenta como el sanador de su pueblo y las 12 fuentes de aguas y las 70 palmeras representan a la iglesia; somos manantial de agua viva, palmera que siempre va a estar verde y firme. Por eso no podemos esperar la vejez amargados y enfermos, sino que los hijos de Dios llegaremos a los postreros años ¡Llenos de alegría y victoria! ¡Llenos de fuerza y de salud!

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3° Juan 1:2 “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.

Sin duda, hay una estrecha relación entre espíritu, alma y cuerpo, de manera que lo que beneficia a uno, también beneficia al otro. Podemos ver a continuación algunos ejemplos:

-Miedo y duda tienen conexión con enfermedades cardiacas.

-Rabia, Ira, contienda, auto-rechazo y amargura tienen conexión con ACV.

-Miedo, ansiedad, paranoia e ira tiene relación con presión arterial alta.

-Odio a uno mismo, auto-rechazo, amargura, falta de auto estima, lástima por uno mismo. Conexión con anorexia, bulimia, gula, problemas de sobrepeso, comer compulsivamente.

-Odio a uno mismo, culpa, conflictos, rechazo a uno mismo y amargura tiene conexión a diabetes tipo 1 y todo tipo de enfermedades autoinmunes.

-Amargura y calumnia conexión con cáncer de colon.

-Insatisfacción, enojo y rechazo a uno mismo conexión a sentimientos de culpa, crítica.

-Miedo y ansiedad conexión con alergias.

-Miedo, ansiedad y estrés conexión con dolores, espasmos y tensión muscular.

Isaías 53:4 “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

Isaías 53:5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados”.

 

3.EL PERDÓN.

El rechazado a menudo se siente con derecho a no perdonar, a enojarse, a guardar pensamientos impuros. Es obstinado para la voluntad de Dios.

1° Samuel 15:23 “Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación”.

Marcos 11:24 “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.

Marcos 11:25 Y cuando estéis orando, PERDONAD, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas.

Marcos 11:26 Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas”.

Para sanar todo rechazo y lograr que Dios reciba nuestras oraciones, sin duda debemos dar el primer paso y perdonar a nuestros hermanos.

Que Dios te bendiga y tengas una semana de victoria!

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