Elegir quién negocia con el FMI
Alguna vez leí que el éxito o el fracaso de un gobernante debería medirse según cuántos grados de libertad le deja a su sucesor. Solo con esta vara ya podemos determinar que el gobierno de Mauricio Macri fue nefasto, porque dejó al país en una situación de extrema vulnerabilidad macroeconómica y con un tutor externo: el FMI.
Repasemos datos conocidos pero olvidados muchas veces. Cristina Fernández de Kirchner entregó una economía desendeuda en dólares pero en diciembre del 2015, Juntos por el Cambio inició el proceso de liberalización cambiaria, desregulación del mercado capitales y del comercio exterior que terminó, como era esperado, en el FMI. En junio del 2018, el organismo internacional le otorgaba 50 mil millones de dólares a la Argentina, con la absurda condición de devolverlo en solo tres años, cláusula de imposible complimiento. Entre junio y diciembre del 2018 la devaluación del peso fue del 52% y lo salarios registrados cayeron 10% en términos reales. La inflación anual llegó al 50% casi el doble respecto a la del 2017.
El gobierno del Frente de Todos cuando asume en diciembre del 2019 y frena los desembolsos, quedando la deuda en 44 mil millones más los intereses, y la enorme tarea de tener que renegociar las condicionalidades, y al mismo tiempo gobernar: ganar grados de libertad, ir recuperando márgenes de maniobra para poder elaborar un programa económico propio con objetivos nacionales, garantizando el crecimiento económico, la actividad industrial, la generación de empleo.
¿Qué está sucediendo en estas semanas? El acuerdo renegociado con el FMI obliga ahora a la Argentina a tener revisiones trimestrales para obtener desembolsos parciales del acuerdo de facilidades extendidas y poder afrontar los absurdos vencimientos del primer programa de Stand-by. Así, en estos días el equipo de Sergio Massa tuvo que reordenar las prioridades a cumplir con el FMI y conseguir un acuerdo a nivel de los equipos técnicos sobre la quinta y sexta revisión, en un contexto de extrema vulnerabilidad de las reservas internacionales producto de la mayor sequía de los últimos 100 años, que dejó al país sin 20.000 millones de USD de exportación. En suma, esta negociación le permitirá al país acceder a 5,5 mil millones de DEGs (la moneda del FMI), que son equivalentes a 7,3 mil millones de USD.
El objetivo ha sido buscar medidas que efectivamente ayuden a fortalecer la acumulación de reservas y al mismo tiempo bloquear la demanda del FMI originaria de devaluar la moneda nacional. Nuevamente, el entendimiento que se alcanzó a nivel técnico muestra la diferencia cuando quién negocia frente al FMI es un gobierno que defiende su soberanía y al trabajo argentino, frente a un gobierno entreguista como el de Juntos que aplicó las medidas ortodoxas del fondo: devaluación y ajuste fiscal, que generó recesión y pobreza.
Un poco más de memoria. El gobierno de Macri siguió con el recetario neoliberal en el 2019. La devaluación al 9 diciembre fue del 59%, los salarios registrados cayeron 7% descontada la inflación, siendo que está última llegó al 54% anual. Para coronar, a pesar de los 45 mil millones de dólares que desembolsó el FMI entre 2018 y 2019, las reservas internacionales cayeron por 5 mil millones de dólares. Como decía Néstor Kirchner, “los muertos no pagan las deudas”. Argentina necesita sostener el crecimiento económico, la producción industrial y el empleo, y ese objetivo lo debería compartir el FMI.
La reciente negociación que cerró Sergio Massa respetó el máximo objetivo de cuidar el trabajo de los argentinos y evitar un shock inflacionario.
A su vez, en la medida de incluir en los bienes el impuesto PAIS a una tasa del 7,5%, se dejó afuera a los insumos y bienes intermedios vinculados en forma directa a productos de la canasta básica alimentaria. Cumplir con el Fondo no puede implicar que a los argentinos les cueste poner un plato de comida sobre la mesa.
Obviamente, lo ideal sería no tener al organismo incumbiéndose en nuestra economía pero gracias a Macri sobre eso hoy no podemos hacer nada.
En las próximas elecciones también vamos a estar eligiendo quién negocia con el principal prestamista del país. Los argentinos y las argentinas pueden fácilmente comparar quien defendió mejor sus intereses desde el 2018 a hoy.