Festival de las Tres Fronteras: Así se baila el chamamé
La danza también fue protagonista en el primer Festival del Chamamé de la Triple Frontera, un evento que demostró que, a pesar de la pandemia y sus restricciones, la Gran Región Chamamecera no sabe de idiomas ni fronteras.
La danza también fue protagonista en el primer Festival del Chamamé de la Triple Frontera, un evento que demostró que, a pesar de la pandemia y sus restricciones, la Gran Región Chamamecera no sabe de idiomas ni fronteras.
Cuando en diciembre del año pasado, la UNESCO declaró al chamamé Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, lo hizo considerando no solamente la expresión musical, sino incluyendo en una perspectiva amplia, también a la danza como uno de los elementos fundamentales de esta manifestación cultural.
El pasado 12 de junio, Puerto Iguazú recibió a la primera edición del Festival Internacional del Chamamé de las Tres Fronteras, un evento que, valga la redundancia, se convirtió en el primer festival chamamecero realizado tras la declaración de la UNESCO. Y la danza, en el Hito de las Tres Fronteras, también tuvo su rol protagónico en cada uno de los espectáculos desarrollados.
Las parejas fueron intercalando sus coreografías a medida que iban transcurriendo las presentaciones de los artistas musicales, transitando diversas vertientes del género. Desde Chango Spasiuk a Los de Imaguaré, pasando por Antonio Tarragó Ros y Los Nuñez, todos los artistas reconocieron sobre el escenario, el despliegue llevado adelante por las y los bailarines, quienes con su talento supieron, además de ponerle calor a una noche gélida, brillar desde el vestuario.
“La idea que primó en la apuesta artística adaptada al espacio disponible del Hito de las Tres Fronteras, fue presentar a las parejas de danza incorporadas a un todo; mostrar el baile del abrazo en un espacio más similar al de las peñas, desde el suelo, abajo del escenario, con mayor libertad y en un lugar de mayor pertenencia y más naturalidad” explicó Alejandrino Vázquez, uno de los bailarines y productor artístico del exitoso festival organizado por la Secretaría de Estado de Cultura de Misiones.
“Para nosotros el Chamamé es ñanderekó, nuestra manera de ser, es la expresión folklórica más clara y viva de la región, algo que nos identifica y nos define. Cuando bailamos conectamos desde lo más profundo, y ya no somos dos personas, sino una y allí está el verdadero significado desinteresado del amor” añadió Vázquez.
Fernanda Rodriguez, Directora de Fiestas Nacionales y Eventos del Ministerio de Turismo de la Nación, fue una de las invitadas especiales que pudo presenciar en el lugar la transmisión del festival, subrayó su “fascinación por lo expuesto aquí por las parejas de baile, fue algo realmente emocionante en un tiempo en el que la danza viene siendo muy golpeada por las restricciones y muchos géneros todavía no pueden ser bailados con normalidad, sin protocolos. Yo también provengo de la danza, soy bailarina y aquí pude notar la complejidad del chamamé y toda la fuerza que transmite”.
Bailarines y bailarinas
Seis parejas fueron de la partida en esta primera edición del festival. Las mismas estuvieron integradas por las y los siguientes bailarines: María Estela Trindade, bailarina y profesora egresada de la Escuela Superior de Danzas de la Provincia de Misiones; Alejandrino Vázquez, del Colectivo Cultural Folklórico Misionero Soñadores; Nicolás Antúnez e Irupé Sánchez del Ballet El Fogón, dirigido por la profesora Roxana Sánchez; Camila Acosta y Darío Mondo, pareja de bailarines independientes; Rocío Araujo y Ezequiel Flores, de Jardín América; Valentina Balbi y Gustavo Vázquez, del Ballet Folklórico del Parque del Conocimiento, dirigido por el maestro Luis Marinoni; Daiana Berlusconi y Lucas Prado, de Proyecto Ambulante. La coordinadora de la intervención fue la profesora Natalia Edith De Luca.
Actualmente, en la provincia de Misiones las “danzas de abrazo” pueden practicarse entre parejas afines o parejas convivientes. En este sentido, la puesta en escena de las parejas bailando en el Festival del Chamamé de las Tres Fronteras, representó simbólicamente, el regreso de la danza del chamamé, para que aunque sea de a poco, se vuelva a sentir la calidez de ese abrazo inconfundible.