Gegé, el tucán víctima del tráfico de fauna que lloró hasta regresar a la selva misionera
Por Jimena Barrionuevo. Con tan solo tres semanas de vida, Gegé corrió la suerte que muchos animales salvajes padecen en manos de los humanos. Cazado en la selva misionera, su corta edad no impidió que fuera traficado ilegalmente a la gran ciudad y allí, ofrecido por dinero al mejor postor. Se publicó en un grupo de venta en internet y, por el valor de $5 mil, alguien lo compró. Afortunadamente, la cadena de maltrato terminó ahí: porque ese alguien se lo regaló a una persona que comprendió que la vida de Gegé debía regresar a su hábitat, de donde nunca debería haber salido.
Inmediatamente la persona que estaba destinada a cambiar el camino de Gegé se puso en contacto con la Asociación Civil de Ayuda a las Aves Pájaros Caídos y allí le prometieron que iban a llevar al tucán de regreso a casa. Así comenzó un largo camino para el ave, cuya especie está próxima a entrar en la categoría de ave en peligro. “Peligro es la antesala de su extinción si no frenamos su caza, la destrucción de su hábitat y la manía humana de tenerlos en cautiverio. Los tucanes viven un promedio de 20 años en libertad, pero en cautiverio su vida se reduce a unos cinco años en el mejor de los casos. El encierro y las carencias nutricionales se cobran un precio caro”, asegura Clara Correa, presidenta y fundadora de la Asociación Civil Pájaros Caídos, una ONG que se dedican a proteger, rescatar, rehabilitar y reinsertar todo tipo de aves.
El bebé de tucán fue atendido por la veterinaria especializada en aves, Dra. Rosana Mattiello, quien constató que tenía coccidios, mucha cantidad de coccidios. “Si no lo hubiéramos llevado al veterinario, se hubiera muerto por los parásitos. Cuando son cazadas, las aves entran en un estado de estrés extremo, ello ocasiona que le bajen las defensas y en muchos casos, por no tener posibilidades de ser atendidas correctamente, mueren”, explica Clara.
Gegé comenzó su tratamiento para coccidios y una meticulosa dieta para fortalecerlo, ya que su extenso pico en formación estaba tan débil que corría el riesgo de quebrarse. Mientras, en el refugio que la Asociación tiene en Tigre, Gegé pasaba sus dias a la espera de su traslado, llorando.
“Mucha gente cree que el sonido que emiten los tucanes es de canto. No es así, es de llanto. Gegé lloraba, y lloraba. Extrañaba su hogar y a sus compañeros. Estuvo con nosotros 15 días que se sintieron eternos. Primaba la urgencia de comenzar su reinserción para poder regresarlo a su hábitat. Afortunadamente, gracias a la ayuda financiera de María Silvia, Martín y Leonel pudimos emprender el regreso a su hábitat y llevarlo al Refugio Güirá Oga, en Iguazú, Misiones”, explica Correa. Allí se lo iba a terminar de criar, alimentar y enseñar lo que necesitaba aprender para poder vivir en la vida silvestre.
Hoy Gegé se encuentra en plena recuperación. Desde Pájaros Caídos, además, están trabajando en la confección de un Programa de Reinserción de Tucanes para poder próximamente presentar a Fauna Silvestre. El programa se llama “Regresá Al tucán a la selva” y tiene el objetivo de luchar por los miles que viven en cautivierio y son comercializados.