Georgieva celebra la iniciativa del G-7 para ayudar al mundo a salir de la crisis de la pandemia

La Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, dio a conocer la siguiente declaración al término de su participación virtual en la Cumbre de Líderes del G-7:

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La Directora Gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva, dio a conocer la siguiente declaración al término de su participación virtual en la Cumbre de Líderes del G-7:

«Me gustaría agradecer al Primer Ministro, Boris Johnson, y a las autoridades del Reino Unido por la agenda prospectiva fijada para la cumbre del G-7, que se ha centrado en los retos más urgentes que afronta el mundo en la actualidad.

En primer lugar, poner fin a la pandemia en todo el mundo. El FMI ha advertido del peligro de la divergencia en las recuperaciones, y los datos más recientes confirman que esta tendencia no solo continúa sino que se está agravando. Junto con el Banco Mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Mundial del Comercio (OMC), el personal técnico del FMI propuso recientemente un plan de USD 50.000 millones para poner fin a la pandemia, vacunando a por lo menos el 40% de la población de cada país de aquí a finales de este año y el 60% de aquí a mediados de 2022.

La parte más urgente del plan es redirigir el exceso de dosis de vacunas de las economías avanzadas al mundo en desarrollo. Celebro el compromiso del G-7 de proporcionar 1.000 millones de dosis en el próximo año, lo cual marcará una diferencia sustancial en la lucha contra la pandemia. De ahí en adelante, será importante garantizar que los viales se conviertan en inyecciones reales y que la capacidad de producción aumente para estar protegidos frente a riesgos a la baja.

En términos de financiamiento del plan, se han registrado avances en las últimas semanas. Desde el principio hemos destacado la importancia crucial de las donaciones y, según nuestro análisis, se ha conseguido aproximadamente una tercera parte de los USD 35.000 millones de financiamiento mediante donaciones de fuentes públicas y privadas. Este dato es alentador, pero han de proseguir los esfuerzos para conseguir el resto de los fondos, y para garantizar que la implementación sea transparente y esté bien coordinada. Todavía no se ha ganado la guerra. Esta es la razón por la que, junto con el Banco Mundial, la OMC, la OMC y otras instituciones, estamos preparando una «sala de operaciones»: un grupo de trabajo que supervise y acelere la ejecución de este plan.

En segundo lugar, a medida que el mundo salga de esta crisis, tenemos que ser conscientes de sus secuelas y trabajar para superarlas. Para construir un futuro mejor, será vital estimular la productividad y el crecimiento, resolver el sobreendeudamiento y reforzar los marcos de política económica. Las autoridades económicas se enfrentarán a decisiones difíciles al momento de replegar gradualmente las políticas de apoyo, y será fundamental focalizar adecuadamente las medidas para apoyar a las personas vulnerables y las empresas viables.

Es crucial el acento del G-7 en una reconstrucción más sólida tras la pandemia, y sobre todo en abordar el cambio climático. Me complace la intención de los líderes de poner en marcha una nueva iniciativa limpia y ecológica para catalizar la inversión en infraestructura verde, en especial en los países en desarrollo. Si se combina con políticas para incentivar inversiones como la tarificación del carbono y la divulgación de riesgos relacionados con el clima, un impulso a la inversión verde no solo servirá para abordar la crisis climática sino también para acelerar el crecimiento y crear millones de nuevos empleos.

Al hacer frente a estos retos pospandémicos, las autoridades económicas tendrán que incrementar los ingresos para financiar la inversión en mejores bienes públicos para sus ciudadanos. En este sentido, me siento alentada por el interés del G-7 en que durante la reunión de ministros de Hacienda y gobernadores de bancos central del G-20 que se celebrará en julio se llegue a un acuerdo en torno a un impuesto mínimo mundial de las sociedades.

Por último, quiero expresar mi gratitud por el apoyo del G-7 a una nueva asignación de USD 650.000 millones de los derechos especiales de giro (DEG) del FMI, la mayor emisión de la historia. Esto ayudará a apuntalar las reservas mundiales, y al mismo tiempo generará espacio para los gastos fiscales que son necesarios para salir de la pandemia y para que las recuperaciones sean más sostenibles. Los líderes además manifestaron su voluntad de amplificar el impacto, por ejemplo canalizando voluntariamente DEG y préstamos presupuestarios para alcanzar un objetivo mundial total de USD 100.000 millones para los países más vulnerables. En los próximos meses, analizaré con nuestros países miembros opciones que nos permitan lograr este objetivo juntos.

Esta cumbre del ha sido trascendental. El renovado espíritu de cooperación internacional ha sido palpable, gracias a los esfuerzos redoblados del G-7 para ayudar al mundo a salir de esta crisis. Puedo asegurarles que el FMI está cumpliendo con su parte».

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